Partida Rol por web

La gruta de Ibrahim Ibn Abu Ajib

En las calles de Granada - Escena de Juego

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22/09/2020, 11:21
Director

Habiendo llegado a Granada hacía una semana, te instalaste en el hogar de Abd Amarrá al Dawuk. Sus siervos parecían esperarte, pues debía tu colega musulmán haber preparado a conciencia tu llegada. Sin embargo, él no estaba allí; el al-barraz se debía a su señor militar, y tenía previsto, según las palabras de sus siervos, regresar de inmediato (tal vez en esos días de convulsión en la ciudad). El palacio de Abd Amarrá estaba ubicado en el barrio de la Alcazaba Cadima, construido en parte sobre una antigua fortificación romana, en el centro de la ciudad. Este barrio era en realidad un circuito de murallas que englobaba otros barrios (el de los Victoriosos y el de Haratalcazaba y sus huertos). Cuatro puertas permitían el paso a la Alcazaba Cadima, y también contaba con dos mezquitas y un hammán (o un baño para musulmanes).

La residencia en sí de Abd Amarrá era un palacio de dos plantas que se organizaba en torno a un a cielo abierto (como los monasterios cristianos, pero con patio más pequeño). Exteriormente carecía de elemento destacable alguno, puesto que la belleza, riqueza y grandeza se mantenía oculta de puertas para dentro: buenas habitaciones, una bonita fuente en el patio y, sobre todo, el secreto más preciado de su dueño: una gran biblioteca personal. El Al-barraz era un ser militar, de jineta en mano y rodela al brazo, pero también era gustoso por las letras y la filosofía.

Y ello te vino a llevar hasta allí para divisar y poder estudiar unos textos que tú sospechabas que podrían tratarse de legajos alquímicos, pero de los que Abd Amarrá no sabía nada. El caso es que los sirvientes, eso sí, eran muy celosos en eso: no te dejaron pulular por la biblioteca personal de su amo sin su presencia, y por ende tuviste que estar esperando esa semana.

Notas de juego

Comenzamos.

Te dejo un post de presentación. Estás en el palacio de tu amigo Abd Amarrá, pero no está él.

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23/09/2020, 22:11
Samuel ben Jacob

No tuve problemas para llegar a Granada y todo estaba listo para mí, excepto mi anfitrión.  Sus sirvientes me trataron amablemente, pero me instaron a esperar a la vuelta de Abd Amarrá para poder acceder a la biblioteca de su casa. Dio igual a cuántos de ellos pregunte y cuantas veces lo intente, siempre me disuadieron amable pero firmemente. 

Sin nada más que hacer mientras esperaba, ya que no había querido viajar con muchos de mis textos de estudios, tuve tiempo para acercarme a Garnata al-Yahud intentando encontrar a algunos otros alquimistas de los que había oído hablar. Los buscaba para compartir conocimientos, pero siendo un extraño en la comunidad, la situación convulsa de la ciudad no me ayudo y no conseguí hallarlos. Aun así, la búsqueda hizo la espera un poco más corta y me sirvió para conocer un poco la ciudad.

Después de una semana, sin embargo, ya me consume la impaciencia por poder entrar en la biblioteca y ver esos legajos sobre los que mi anfitrión me había hablado cuando nos conocimos y más tarde en sus cartas. Espero que el señor de Abd Amarrá no lo entretenga mucho más y me dirijo de nuevo en busca del mayordomo para preguntarle si sabe cuándo volverá.

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24/09/2020, 11:39
Director

Quiso la casualidad hacer una de sus apariciones; y es que mientras cruzabas el patio interior de la casa del anfitrión, no encontraste a ninguno de los jovenes siervos en ningún lado excepto en la entrada, justo en el zaguán de la vivienda. Allí, las puertas abiertas de par en par, dejaban entrar la luz del sol de Granada. Y afuera, en el exterior, dos criados cuidaba un caballo bien provisto de cueros como armaduras. Junto a él, siendo recibido por tal servidumbre, un tipo de espadas se desembarazaba de su jineta recurvada, justo antes de entrar en el palacio. Cuando se dio la vuelta (y tu estabas ya en el zaguán), entró en la gran vivienda y se encontró de bruces contigo.

Hacía tiempo que no lo veías, pero su larga trenza y su piel pálida (pues era hijo de un musulmán y una cristiana), te hicieron reconocerlo enseguida. Era Abd Amarrá, tu amigo. Éste esbozó enseguida una sonrisa, extendió sus manos en alto, y se acercó a darte un ligero abrazo. No eran disposiciones ni protocolos para un noble, pero sabías que éste no atendía a tales cosas, sino que su corazón era más bien puro que egoísta.

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24/09/2020, 11:39
Abd Amarrá al Dawuk

Salam Aleikum, amigo Samuel, hijo de Jacob. ¡Bienvenido! -te dijo, aunque el que había llegado era él-. Me acaban de decir que llevas aquí una semana. Siento la tardanza. Los hijos del Emir Yusuf, luchan entre sí, y también en la frontera, a tres bandas contras los cristianos. Son tiempos duros y no he podido regresar antes. Espero que mis siervos te hayan tratado bien -decía entre risas-. Abd Amarrá debía tener entre veinte y veintidós años (jamás se lo habías preguntado), y estaba tan enfocado en la guerra y también las letras y libros que no había tenido tiempo de formar una familia, ni se le conocía esposa o pretendienta alguna. ¡Preparad un baño! -gritó a una de las jóvenes criadas-. Cuéntame, ¿Cómo estás? ¿seguís tan interesado en mis textos? -te preguntó curioso mientras te instó a ir al patio y caminar allí un poco-. Y es que aquel tipo de preguntas no podía hacérselas a sus congéneres, tan interesados en la guerra y levantar sus arcas y palacios hasta el cielo...

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27/09/2020, 21:30
Samuel ben Jacob

Quiso la suerte sonreírme esta vez y cuando buscaba al mayordomo me encontré con mi  anfitrión. Su comportamiento seguía tan jovial como siempre, y respondí  cordialmente a su efusivo saludo más propio de un familiar que de un noble.

- Aleikum  Salam – le dije como correspondía  - Si, tus sirvientes me han atendido muy bien en tu ausencia y durante esta semana he podido ver en la ciudad la situación que me contabas en tus cartas

Cuando lo oí pedir un baño me di cuenta que mi comportamiento no era muy educado y no le había dado tiempo casi ni a entrar en la casa

- Que desconsiderado soy - afirme mientras le seguía al interior de la casa - te tengo aquí entretenido sin darte tiempo si quiera a refrescarte. Ve a tomar ese baño y hablaremos tranquilamente después de que hayas descansado -

Más no quise dejar sin responder sus preguntas, que se veía con ganas de conversar

- Por supuesto que sigo interesado, por lo que me has contado desde que nos conocemos tienes un tesoro del conocimiento en tu biblioteca y es un honor que me permitas estudiarlo, pero ve, toma ese baño, que puedo esperar unas horas más para ello – dije sonriendo, ahora que ya veía más cerca el poder ver los textos mientras caminábamos por su patio

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27/09/2020, 22:27
Abd Amarrá al Dawuk

Abd Amarrá te tomó la palabra, y en éstas que marchó a su aposento, donde dos de las criadas le habían preparado un baño, listo para ejercitas sus abluciones y ese tipo de rituales que los musulmanes solían hacer. Tú esperaste en tu habitación un par de horas, pues después del baño, oíste a tu anfitrión rezar en alto, desde su aposento. Después, os volvísteis a reunir en el comedor del palacio. Allí, entre alfombras, asientos de pluma y una mesa con dátiles, frutas, alguna que otra exótica infusión y unos inciensos para amenizar el ambiente, merendásteis mientras volvíais a charlar.

No se hable más. Ahora mismo te enseñaré mi biblioteca -afirmó-. Si no fuera porque es necesario airear los legajos y volumenes que guardo, no abriría las puertas ni ventanas de dicha sala; no está la miel hecha para la boca del asno, como suelen decir los cristianos; y demasiado sol estopea la tinta y amarillea las hojas. ¡Levantáos! Vayamos allí, que es donde también tengo lo que buscas con exactitud.

Entonces, en cuanto terminásteis de merendar, os levantásteis y cruzáste el patio. Ahora Abd Amarrá llevaba una especie de caftán largo, dorado y menguado por los lados, pero de muy rica tela. Enseguida os enfrentásteis a la puerta de la biblioteca, el Abd Amarrá la abrió con una llave de hierro. 

El interior de la misma estaba oscuro, pero entraba luz desde el patio hacia el interior. Tu anfitrión mandó iluminar con el fuego de candiles protegidos el interior, y los criados hicieron que pronto te maravillaras de lo que tenías delante de tus ojos. Aquello no era la gran Biblioteca de Alejandría, pero a buen seguro que no habías visto tantos libros juntos en mucho tiempo. Muchos de ellos estaban guardados en pequeños armarios con postigos, para protegerlos del contacto o la luz.

 

¡Celebro que te guste! Mandé construir esos estantes y apilar esa fila de ahí, y de ahí -señaló dos filas de volúmenes- sobre unos tapetes bordados. Aún no he podido leer todas estas joyas, pero procuro sacar tiempo cuando es menester. ¡Ah sí! Los legajos... Esperad -entonces marchó a un cajón bajo con cerrojo que tenía tras la puerta y, tras abrirlo, se agachó y sacó unos rollos como pergaminos muy alargados y anchos, los cuales estaban sujetos con cordel.

He los aquí -y los extendió hacia tí-. Entonces tomaste y extendiste los legajos. Lo que viste allí, a primera vista e impresión, eran distintos textos escritos en varias lenguas, una de ellas, en hebreo, tu lengua natal. A las hojas amarillentas había acompañadas en algunas de ellas unos dibujos de plantas y otros elementos, como rocas. También había escritos en castellano y en latín, la lengua de los ancestros.

Tu interés se ha vuelto mi intriga -decía sonriendo, señalando los textos-. Nada puedo deciros de este tratado; espero que seáis vos quienes me habléis de él a mí. Por los dibujos, parecen remedios para las heridas. Y en cuanto los vi pensé en vos, que siempre estábais, según me contásteis tiempo ha, rodeado de componentes...

Notas de juego

Si tratas de leerlos, haz una tirada de Leer y Escribir (con el d100).

Después, haz una tirada Alquimia, otra de Astrología, otra de Conocimiento mágico, y otra de Conocimiento Vegetal. Eso sí, si has superado la de Leer y Escribir, haz todas estas tiradas con el % que tengas; si no la superaste, haz dichas tiradas con los % a la mitad.

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29/09/2020, 21:18
Samuel ben Jacob

No tardó demasiado Abd Amarrá en volver a llamarme después de su baño. Y aunque compartimos una agradable charla mientras merendábamos ya estaba impaciente por ver la biblioteca.

Mi anfitrión no se hizo demasiado de rogar, pareciendo que él también estaba deseando mostrarme sus tesoros.

- Vayamos pues - respondí - me agrada que hagas una excepción para enseñármela, he de reconocer que estoy deseando verla y estudiar esos legajos que guardas -

Cuando entramos en la biblioteca me sorprendió su tamaño, aunque conocía su afán de conocimiento no esperaba que hubiese conseguido juntar tantos volúmenes. 

 - Es impresionante lo que guardas aquí - afirme mientras miraba alrededor - no me extraña que aún no hayas sido capaz de leerlo todo -

 - Podría pasarme meses aquí encerrado leyendo - bromee mientras sacaba los legajos de donde los guardaba

Una vez desplego los legajos, rápidamente intente leerlos. Aunque  tuviese que estudiarlos detalladamente para extraer todo su conocimiento con una lectura rápida podría saber si eran desvaríos o de verdad contenían información relevante.

- Es normal que por las ilustraciones parezca que sean remedios médicos, ya que alguna de las plantas que puedo identificar si se usan para curar heridas - dije leyendo por encima parte de los documentos, sobre todo aquellos que estaban escritos en hebreo - más sin un estudio detallado no puedo saberlo. Sin embargo, lo que estoy leyendo ahora sí me parece que contienen información relevante -

Echaba de menos mis útiles de escritura para empezar a tomar notas y revisar en detalle los textos y me estaba planteando si sería de mala educación pedirle a Abd Amarrá que me dejara ya sólo en la biblioteca para poder centrarme en estudiar sin distracciones.

- Tiradas (5)
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29/09/2020, 22:36
Abd Amarrá al Dawuk

Abd Amarrá se regocijó por dentro al saber que aquella sorpresa te gustaría, como así expresabas. No fanfarroneaba de lo que tenían en su haber, sino más bien que disfrutaba compartiéndolo, en vez de atesorarlo sin más. Y después pareció estar leyéndote el pensamiento, pues tus anhelos se convirtieron en realidad.

Será mejor que te deje solo un rato -dijo entonces, sabiendo que te gustaría el ofrecimiento-. Debo dormir, rezar de nuevo y pensar en algunas cosas -tal vez de la guerra, seguramente-. Mis criados están a tu servicio. A ver qué logras descifrar, amigo -añadió antes de marcharse, cerrando la puerta de la biblioteca y quedando a la luz de una ventana y de algunas velas-.

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29/09/2020, 22:38
Director

En tu escrutinio, poco o nada pudiste saborear de lo que antaño alguien dejó allí escrito. Era un texto políglota, y de él pudiste extraer ciertos elementos, no demasiados, que hablaban de su origen. Se trataba, a primera vista, de un registro que databa de casi cien años atrás, que hablaba de algunos objetos de importancia ubicados en ciertos lugares de la geografía de algunos reinos. Es decir, era como una especie de legajo de maravillas, una enciclopedia de objetos valiosos. Entre los más destacados nombres podían leerse la existencia de grimorios contra todo tipo de dolencias alérgicas, algún tratado de medicina que citaba nombres griegos en su título, o un listado completo de figuras de imaginería cristiana aquí y allá, con su correspondiente dueño en la fecha listada. De divinatione, obra filosófica de Cicerón; Abū Naṣr Muḥammad ibn al-Faraj al-Fārābī, astrólogo conocido como el Maestro Segundo (después de Aristóteles); El Almagesto, de Ptolomeo, y su verdadera formación para la práctica horoscópica adivinatoria...

Todos estos nombres y autores pasaban por tus retinas, uno tras otro; aquel listado no parecía acabar nunca, y había partes que aunque sospechabas que podían estar hablando de otras materias, no lograbas comprender, tal vez por la mezcla del idioma o la complejidad del mismo. En tu interior sentías que ibas a darle una inesperada sorpresa a tu anfitrión, contándole que aquello no era sino un listado de bienes de épocas pasadas. Pero entonces te diste cuenta. ¿Cómo no haberlo visto antes?

Las hojas de los papiros, mientras los acercabas a tu rostro (para verlos mejor) cambiaban de color. No lo hacían tornando las tonalidades drásticamente, sino poco a poco, muy poco a poco. Además, algunas de las páginas, cuando acercabas tu vista y tu nariz a la tinta, hacían desaparecer parte de sus palabras, letras, inscripciones, grafos y dibujos, quedando un dibujo oculto, y ahora visible, delante de tus ojos. Pensaste pues cómo podía ser eso, y cómo que tu lo estabas descubriendo, y entonces parece que el entendimiento hizo mella en tí: al exhalar el aliento ocurría este fenómeno. Era harto imperceptible de primeras, con paciencia, cuando el aliento se lanzaba al pergamino y las diferentes hojas del legajo, el color cambiaba y desaparecían la mayoría de las palabras... ¡Era un documento encriptado! Algunos de los dibujos, que aparecían al desaparecer palabras representaban, sin duda alguna, algunas constelaciones conocidas (Aldebarán o las Pléyades era algunas de ellas). Podría decirse que el pergamino era la verdadera joya en sí... Y aquel método de escritura escondida sólo podía haber sido creado en un proceso alquímico, de alguna manera a través del arte de la Ciencia de la Transmutación.

Sin darte cuenta, habían pasado tres horas desde que habías comenzado a ojear el pergamino, tratando de hacer pruebas con él tras tu descubrimiento.

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03/10/2020, 10:28
Samuel ben Jacob

Abd Amarrá definitivamente era capaz de entender la forma de pensar de un erudito, y sus ganas de perderse entre libros en silencio así que no llegue a tener que pedirle nada, él mismo me ofreció poder quedarme a estudiar los legajos en la biblioteca.

El tiempo paso volando mientras los estudiaba y aunque al principio parecía que no iba a poder encontrar nada importante en ellos todo cambio cuando descubrí que estaban cifrados.  Era emocionante ver como se mostraban los dibujos ocultos e intentar descifrar lo que significaban.

 Al final pudo conmigo el cansancio. Me levante, volviendo a enrollar los legajos con cuidado, no estando seguro de si mi anfitrión quisiera que anduviera en los cajones que tenía cerrados con llave los deje encima de la mesa.  Salí de la biblioteca pensando en lo que necesitaba para continuar con el estudio de los legajos: material de escritura para copiar la información desencriptada y poder estudiarla con calma, libros de referencia de astronomía para poder identificar las constelaciones,… Era probable que Abd Amarrá pudiera ayudarme con todo viendo el tamaño de su biblioteca así que me dirigí en su búsqueda antes de darme cuenta que probablemente ya se hubiera retirado a dormir.

Volví entonces a mi cuarto, pensando en lo que podría contarle mañana, si bien no sabía a donde iba a llevar la información que encontrara en los legajos si podía confirmarle que eran más de lo que parecían. Sin embargo era un poco reacio a contarle como descifrarlos hasta que pudiese acabar con mi estudio sobre ellos.

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03/10/2020, 11:40
Director

Esa noche tu descanso no fue tan reparador como debería. No es que descansaras mal (pues tu cuarto contaba con almohadones y cojines de plumas, y un jergón de igual material entre otras diversas comodidades), pero tu mente estuvo activa pensando en el legajo durante algunas horas antes de que el sueño te sobreviniera.

A la mañana siguiente, Abd Amarrá estaba en el salón del te, tomando algunas frutas como desayuno, vestido con otro bonito caftán colorido. El sol se había colado hacía casi dos horas por el hueco del patio. Sus criados hacía la vida de servidumbre, sirviendo a su señor.

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03/10/2020, 11:40
Abd Amarrá al Dawuk

Pasad, Samuel... -dijo tomando unas uvas entre sus labios-. Espero que hayáis dormido bien. Yo hacía casi un mes que no lo hacía con tanto placer: dormir sobre peñascos, con el enemigo muy cerca, hace que uno nunca acabe de acostumbrarse. Pero sentáos y comed algo, y mientras... -dio una palmada en el aire, para que uno de sus criados trajera más frutas y unos licores, y algo de leche y almendras para que desayunaras, y enseguida vino-. Mientras contadme... Lo habéis visto ¿no? -te preguntó-. El legajo. ¿Habéis visto cómo... cambia de color?

Aquella pregunta te causó sorpresa. Tu anfitrión sabía de la existencia de tal propiedad, y hablaba sonriendo del pergamino.

Hay quienes hablarían de herejía, de hechicería incluso... pero yo sé que vos sois el más indicado para averiguar cuál es el motivo. No sé el contenido, ni si es valioso, pero sólo por esa maravilla que ocurre ante los ojos de uno... ya vale un palacio como éste... -dijo, algo exageradamente-. ¿Qué haríais si fuera vuestro? -te preguntó con curiosidad mientras mordía una manzana, medio tumbado en cojines verdes de plumas-.

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04/10/2020, 13:44
Samuel ben Jacob

- Buen día - respondí mientras me sentaba a desayunar - me alegro que hayáis podido descansar bien -

Estaba pensando mientras me servían que debería contarle sobre los legajos, pero mi anfitrión volvió a adelantárseme sorprendiéndome. Estaba claro que lo subestimaba y él sabía más de lo que me había contado en sus cartas.

- Los has estudiado más de lo que me dijiste entonces - dije - no es algo que se vea a primera vista -

No tenía sentido guardarme ninguna información en este momento. Si había descubierto el cambio y como se producía, entonces no me iba a prohibir acabar el estudio, ya que me había invitado sabiendo que él sólo no podría descubrir el secreto de los legajos.

- Sí, he podido ver cómo cambia de color - confirme - me intriga saber cómo está escrito para producir ese efecto y también me gustaría saber qué es lo que contiene -

- ¿Si fuese mío? - pregunte retóricamente sorprendido - pues creo que lo mismo que estáis haciendo, intentar descifrarlo para saber que intentaron ocultar con tanto esmero -

- Sobre eso quería hablarte - continúe hablando mientras alcanzaba las almendras que los criados acababan de traer - sobre lo que necesitaría para intentar descifrarlo -

 - Ayer pude ver parte del contenido, pero es complejo, así que creo que lo primero que tendría que hacer es transcribir la parte cifrada para poder estudiarla tranquilamente -

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04/10/2020, 22:21
Abd Amarrá al Dawuk

Entiendo -dijo algo más serio Abd Amarrá-; estudiar el legajo del original es harto complicado, dificultoso, y más con esa distracción del color. Podré proporcionaros lo que necesitéis: pergaminos, tinta, un escriba que os ayude, y otras cosas de las que vos seguramente sabréis pedirme que no entran en mi mente -aquel ofrecimiento tan altruista parecía no haber acabado ahí, dada la entonación de tu amigo-; pero hay algo más: también podría cederos esos legajos, amigo mío, y por ello lo que estudiaríais sería, además, vuestro. Tan sólo necesito que hagáis un favor por mí. Dejadme poneros en situación:

Hace varias semanas, antes de marchar a los asuntos de la frontera -comenzó a narrarte-, vino a este palacio un eunuco de nombre Omar, el cual se encuentra al servicio del muy noble cadí* Garur ibn al-Musalckan el Nazir, un aliado y amigo mío en esta ciudad. El eunuco habló en nombre de su señor para preguntarme acerca de una cuestión. La intención de Garur no era sino la de vivir una pequeña aventura, una intriga que a mi juicio me pareció arriesgada, y que aunque aceptara a ayudarle con ella, ni yo mismo podría cederle nada de mi haber. Él quería, y aún así lo quiere, introducirse en la tumba de un viejo astrólogo árabe para obtener un objeto que le interesa mucho. Y he de confesaros con sinceridad, amigo Samuel, que profanar tumbas es algo que ningún ferviente musulmán haría -entendiste entonces el porqué Abd Amarrá no podía ayudarle-. Sin embargo, cuando supe de esta petición, hallábame ya hablando con vos en las misivas, y vos ya queríais venir a éste, mi hogar. Y pensé, y tal vez es arriesgado e inoportuno, que cuando pudiera estar delante de vuestra presencia, pediros que fuérais vos quien le ayudara en la búsqueda dentro de esa tumba. Además, vos tenéis conocimientos de astrología, sólo hay que ver el admirable interés por los legajos, ¿acaso no es así?

Abd hizo una pausa y se incorporó de su posición tumbada de los cojines.

Por eso, os lo pido como amigo que me considero: ayudad a Garur a procurar lo que busca. En éstos tiempos, él podrá proporcionaros un salvoconducto en Granada cuando queráis marchar -la inestabilidad política estaba siempre presente, y recordaste que no era tan fácil entrar y salir de la ciudad en la actualidad-, así como la recompensa que quiera ofreceros; y por mi parte, en tal caso, os cederé el pergamino, y tendréis mi casa y mi biblioteca abierta por siempre... Ruego lo penséis, y que me déis cuanto antes una respuesta, pues el cadí confía en mi, y yo confío en vos -añadió finalmente el anfitrión-.

Notas de juego

*Un cadí era un gobernante-juez musulmán que repartía las resoluciones judiciales en acuerdo con la Sharia (la ley religiosa islámica), y eran aconsejados por los Ulemas, eruditos del Corán. Del cadí se esperaba el máximo ejemplo de moral y buenas costumbres, al igual que un amplio conocimiento y comprensión del derecho y del Corán. Debe dar con su conducta muestras de valor y ecuanimidad, así como firmeza en sus decisiones.

Haz una tirada de Idioma Andalusí (40%) con el D100. Recuerda que puedes declarar Suerte en la tirada (en el título de la tirada) para tratar de invertir puntos de Suerte si el resultado es fracaso (y así, tal vez, hacerlo exitoso).

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08/10/2020, 22:09
Samuel ben Jacob

Me había tomado la pregunta como algo retorico y no esperaba lo que me dijo. Pensé que me había invitado para que me ayudara a descifrar los legajos y ahora estoy convencido de que ya los ha descifrado y por eso los ha usado como señuelo para traerme a Granada y participar en sus planes. Es mi anfitrión un gran estratega, si yo aceptaba, el cumpliría su promesa y no correría riesgos.

- Entiendo vuestro dilema - dije - más me sorprende la petición, no es que yo sea un gran aventurero aunque tenéis razón con mi interés en la astrología  -

- Contadme un poco más de la búsqueda  - le pregunte - sabéis que los judíos también tenemos prejuicios contra la profanación de tumbas, aunque yo no sea demasiado religioso aún tengo respeto con los preceptos que me enseñaron de niño -

Me tentaba tener los legajos en mi propiedad para poder estudiarlos con calma, pero me causaba inquietud el tener que profanar una tumba.

- Tiradas (1)
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09/10/2020, 00:13
Abd Amarrá al Dawuk

Está bien -aceptó Abd Amarrá-: por lo que sé, la búsqueda es en el interior de la tumba de un viejo astrólogo árabe para obtener un objeto que a Garur le atrae con impaciencia. Creo que es un libro, pero no sabría concretarte. 

Dados los tiempos que corren -continuó tu anfitrión-, sería perjudicial para la reputación del cadí verse implicado en un asunto que, si bien sabe recompensar como es debido, como ya digo, no estaría bien visto por la comunidad. Por eso, Garur me preguntó si conocía algún dhimmi -que era como llamaban ellos a los cristianos o a los judíos- que fueran de confianza para este empleo. Demasiados ojos están puestos en mí como para aceptar el trabajo personalmente... pero no en vos. Omar el sirviente me propuso una reunión, una vez tuviera contratada a esa persona, pera reunirse con su señor Garur a medianoche en una pequeña villa que el cadí visita, cerca del Generalife, una pequeña villa dedicada al descanso de los emires, casi a orillas del río Darro. Si aceptáis, Omar puede acompañaros para que no acudáis solo. Y esto es lo que os puedo contar, porque ningún dato más se sobre este asunto -finalizó Amarrá-.

Notas de juego

Haz una tirada de Leyendas o CUL, o bien de Memoria o PER (lo que más tengas), con un bonus del +15%.

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11/10/2020, 19:18
Samuel ben Jacob

Es una situación peligrosa la que me ofrece mi anfitrión. Me tienta tener los legajos en mi poder y el favor del cadí para poder salir de Granada, más no es sencillo lo que proponen. Si me descubren profanando una tumba no saldré vivo de aquí y además temo que mi anfitrión deje de ser tan agradable sino acepto su encargo. Sin conocer a nadie más en la ciudad estoy a su merced.

Creo que lo mejor será de momento aceptar reunirme con el cadí y conseguir más detalles de lo quiere.

- Más en confianza te pregunto - dijo dubitativo - porque no es algo que yo suela hacer y reconozco mis dudas, si me reúno con el cadí y considero que la aventura está más allá de mis capacidades, ¿podré volverme atrás o el cadí se considerara ofendido -

- Si bien a vos os conozco aunque sea por correspondencia tengo miedo de enfadar al cadí y tener problemas en esta ciudad - no quiero ofender a Abd Amarrá pero creo que no lo conozco tan bien como esperaba por sus cartas.

- Tiradas (1)
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14/10/2020, 00:13
Abd Amarrá al Dawuk

Podrás volverte atrás, Samuel -respondió tu anfitrión-; mas el cadí no se sentirá ofendido contigo, sino conmigo, por llevarle a alguien en el que puse mi palabra y luego no respondió. Y luego yo me sentiría defraudado y cojo. Prefiero pues que no aceptéis ahora a que neguéis después, en medio de la empresa -aclaró Abd Amarrá-. El cadí Garur, además, no se enfadará contigo: sabe que quien le ayude en este negocio tendrá reconocimiento para él, pero también sabe que es difícil encontrar a alguien de primeras, alguien que diga que sí sin miramientos... Hagamos una cosa. Le diré a Omar que venga a recogeros a mi palacio para ir a la villa del Generalife; y además, pedidme también lo que necesitéis: algún arma, si os sentís seguro, menesteres que creáis oportunos, o incluso uno de mis siervos. Lleváos a quien queráis -ofreció el al-barraz-. Pero como os he dicho, aclaradme vuestra decisión ahora y no más tarde. Os lo pido.

Notas de juego

Uff, es una pifia. Pero tampoco hay mucha consecuencia por ello. Tienes que elegir qué hacer: confirmar tu participación o no.

El Generalife es la villa con jardines habitada por los reyes nazaríes de Granada como lugar de descanso. Fue concebida como villa rural, donde jardines ornamentales, huertos y arquitectura se integraban, en las cercanías de la Alhambra, al este, fuera de sus murallas, en la ladera del Cerro del Sol. Se consideraba una finca de recreo de los sultanes nazaríes pero también utilizada para su explotación agrícola. Es de estilo árabe nazarí y está formada por un conjunto de edificaciones, patios y jardines, que lo convierten en uno de los mayores atractivos de la ciudad.

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15/10/2020, 22:49
Samuel ben Jacob

No me dejaba mucho tiempo para pensar, o aceptaba o rechazaba la propuesta. Mi intento de averiguar más sobre lo que se esperaba que hiciera antes de decidir no iba a ser posible.

- Reconozco que no me gusta tomar decisiones poco meditadas - digo - como estudioso, prefiero saber sobre el tema antes de emprender una aventura así.

- Es por eso que te preguntaba por la visita al cadí, ya que no conoces el alcance de los problemas que me puedo encontrar si acepto o que puede ocurrir si no soy capaz de tener éxito en la aventura -

- Reconozco que me tienta mucho poder quedarme con los legajos y me intriga que tendrá el volumen que el cadí quiere encontrar para pensar en incumplir un precepto tan sagrado para los musulmanes - continúe - así que en contra de lo que mi sentido común me indica voy a aceptar -

- Eso si, sobre lo que pueda necesitar para la aventura, espero poder pedírtelo después de hablar con el cadí ya que no creo que partamos directamente de la reunión hacia la tumba. Pero no negaría que prefiero ir acompañado al Generalife más por no andar solo por la ciudad en esta situación tan inestable -

Notas de juego

Mejor pifiar aqui que en un combate je je.

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16/10/2020, 10:32
Abd Amarrá al Dawuk

Celebro vuestras palabras -respondió Abd Amarrá-. Confío en vuestro buen criterio, y sé que Garur sabrá apreciarlo. Si necesitáis algo después de la reunión, yo os lo haré enviar, no vos preocupés. Quién sabe si mi amigo el cadí sea el que se ofrezca a ofertaros lo que necesitéis. Veremos qué ocurre esta noche.

Entonces se levantó de entre sus cojines, y mandó llamar a Abid, el sirviente más mayor de los pocos que tenía en el palacio.

Ve hasta el hogar del cadí y habla allí de mi palabra; y es que esta noche un amigo mio acudirá al Generalife, y yo mismo iré a acompañarle -ordenó el anfitrión-. No hubo tiempo ni de pensar en aquel mandato cuando ya se puso Abid en camino-. Gracias Samuel, ahora paseemos un poco y disfrutemos del sol de este patio -te dijo Abd Amarrá-.