Los Hobbits

Los hobbits (también llamados "medianos") son una raza de pequeños seres muy posiblemente emparentados con los humanos. La principal diferencia con estos últimos es su baja estatura (que oscila entre el metro y el metro y medio entre los adultos) y su costumbre de andar descalzos, debido a la gruesa mata de pelo que cubre sus pies y a la dureza de la piel de sus plantas. Los hobbits son seres sigilosos, dotados de agudos sentidos y de una habilidad manual que hacen de ellos excepcionales ladrones, siempre que se vean impelidos a llevar una vida aventurera. Algo que, por lo general, es bastante raro, aunque no desconocido.

Por norma general, un hobbits estará más que contento con vivir en su hogar, dedicarse a tareas agrícolas o artesanales y disfrutar de cinco comidas al día y la compañía de sus familiares y numerosos vecinos. No hay pueblos ni villas en las Frondas, ya que los medianos habitan en toda la región en casas subterráneas denominadas “madrigueras”. Sí existen algunas edificaciones más similares a las de los humanos en forma de graneros, establos o talleres, sobre todo cuando los hobbits desean alejar de sus hogares los aspectos más ruidosos (u olorosos) de la vida agrícola y ganadera.

Los hobbits adoran a Valion, y es normal que en sus madrigueras exista un lugar especial dedicado a honrar al dios de la luz y el sol. No hay un culto formal en las Frondas de los Medianos dedicada a Valion, sino que los cabeza de familia dirigen las ceremonias estacionales en las que se adora tanto a Valion como a otros espíritus menores de la naturaleza. Estas ceremonias están normalmente asociadas a eventos importantes en el calendario agrícola. También respetan a otros espíritus importantes como el Abuelo Tejón, que les enseñó a cavar madrigueras y es el patrón de los oficios, o Saltatrampas, el espíritu zorro que tiene el rol de embaucador y antihéroe en sus historias.

Los clanes

Los medianos dan una gran importancia al clan, que no deja de ser una familia extendida que comparte un apellido. En las familias más tradicionales, el apellido de la madre es el que se transmite a los hijos en primer lugar, mientras que la costumbre de que sea el apellido del padre el que se herede como principal se ha ido imponiendo en aquellos clanes que tienen más contacto con los humanos. Esto provoca que los árboles genealógicos de las familias de las Frondas lleguen a ser muy complejos, cosa que los hace aún más fascinantes a ojos de los eruditos medianos.

Los clanes más importantes de los medianos de las Frondas componen casi la mitad de la población. Esto no quiere decir que todos compartan el mismo apellido, pero sí que se consideran miembros de un mismo clan y que tienen el mismo representante en la Asamblea de los Sabios de la Comarca de las Frondas. Cada gran clan tiene un hogar ancestral que en la mayoría de los casos es una madriguera enorme con espacio para decenas de personas junto a madrigueras más pequeñas construidas cerca de la principal.

Existen al menos otros veinticuatro clanes importantes en las Frondas: Almáciga, Altotúnel, Azuela, Bancal, Barca, Calas, Caléndula, Cantero, Cedro, Cofrón, Cordelero, Espinar, Herradura, Lino, Montero, Olivero, Quesada, Rastrillo, Ribera, Rojo, Romero, Rosado, Tonelero y Vinatero. Cada uno de estos clanes tiene entre 120 y 140 miembros, para un total de 3.000 medianos. Estos clanes medios suelen vivir en un grupo de pequeñas madrigueras cercanas entre sí, o en una única gran madriguera.

El resto de medianos de las Frondas, aproximadamente unos 600, forman parte de familias menores o de reciente creación (por ejemplo, por medianos que se han mudado a vivir a las Frondas después de vivir durante generaciones en los reinos humanos).

El total de aproximado de hobbits que hay en todo el país es de 7.200.

Otros habitantes de las Frondas

Aparte de los hobbits, existen una serie de habitantes humanos y elfos en la región. Los humanos son por lo general miembros del Ejército del Oeste de Reino Bosque, acantonados en su mayor parte en la fortaleza de Torrejona, en el norte de las Frondas. También existe un castillo habitado por una pequeña orden de caballeros y una torre de hechiceros, pero en total no hay más de medio millar de humanos en las Frondas si contamos a soldados, sirvientes, comerciantes y nobles.

En las Frondas de los Medianos vive un grupo de elfos, pero los hobbits apenas los ven. Viven escondidos en los bosques y se dice que su reina es la auténtica gobernante de las Frondas.

Las madrigueras

Los hobbits de la Frondas no viven en pueblos como los humanos, sino dispersos por todo el territorio, habitando una construcción muy típica de esta raza: la madriguera. Una madriguera de medianos es una sucesión de túneles y cámaras excavados por lo general en una colina, con numerosas chimeneas, ventanas que dejan entrar la luz del sol y una gran puerta principal precedida por lo general por un porche.

Incluso las madrigueras de más pequeño tamaño están diseñadas para dar cobijo a una familia extensa y numerosa, uniendo a varias generaciones bajo un mismo techo. Lo habitual es que las madrigueras de los hobbits se vayan expandiendo a medida que el clan crece y prospera, pero si el espacio comienza a escasear, no es raro que se cree una segunda madriguera en un lugar cercano.

Las madrigueras de los clanes más numerosos pueden llegar a albergar a más de trescientos medianos, o incluso más. Se dice que las Barrancas de Torbald, el hogar ancestral del clan Tormenta, son tan grandes como para cobijo de forma holgada a los cuatrocientos miembros del clan. Otra cuestión sería saber si los fogosos miembros de esta orgullosa familia soportarían durante mucho tiempo estar confinados los unos con los otros.

Este ejemplo de Smial es obra de Eneko Menica

y se puede ver aquí: El Tomo Carmesí: El smial del magnífico Tosco Tuk

Una madriguera de hobbits se complementa por lo general con una serie de edificios al aire libre: almacenes, graneros y establos, de mayor o menor tamaño según la fortuna del clan. Aunque dentro de una madriguera puede haber estancias dedicadas a practicar diversos oficios (alfarería, ebanistería, confección de tejidos), las herrerías siempre estarán en edificios externos, por el riesgo que suponen los fuegos y vapores generados por dicha actividad en un espacio cerrado.

Dentro de una madriguera siempre habrá un recibidor de gran tamaño según se acceda por la puerta principal, donde los propietarios intercambiarán cortesías con sus visitantes. El interior de una madriguera se suele organizar en torno a un largo pasillo a cuyos lados se despliegan los salones, dormitorios, cocinas, despensas, baños, almacenes, estudios y talleres que forman parte de los hogares de los medianos. Las chimeneas están presentes en salones y cocinas, y los hobbits han aprendido a construir conductos de ventilación que ayudan a renovar el aire de sus hogares subterráneos.

En las madrigueras más grandes existen zonas especiales para cobijar al ganado de los medianos, principalmente ovejas y cabras, durante los duros inviernos.

La Asamblea de los Sabios de la Comarca de las Frondas

Los medianos se organizan en clanes, familias extendidas con un cabeza de familia que puede ser tanto un hombre como una mujer. La elección del cabeza de familia la realiza el anterior líder del clan, que suele dejar claro en vida quién es su pariente preferido y aquel en quien más confía. Pero la elección formal debe realizarse en vida o quedar claramente estipulada en el testamento del líder, lo que convierte la lectura de los mismos en un acontecimiento importante dentro de un clan de medianos. Más de un clan se ha llevado una sorpresa al desvelarse la identidad del nuevo cabeza de familia.

Aunque dentro de un clan las disputas las suelen resolver estos cabezas de familia, cuando surge un conflicto entre distintos clanes, es necesario buscar un árbitro más neutral. En esos momentos, los medianos recurren a la Asamblea de los Sabios de la Comarca de las Frondas, que se reúne periódicamente en la posada de el Goblin de Alabastro, situada en lo más profundo del territorio de los medianos.

Las decisiones de la Asamblea de los Sabios se toman de forma consensuada, tras largas discusiones que normalmente se riegan con abundante comida y bebida y que pueden durar varios días. Por regla general, el consenso se suele alcanzar poco antes de que la comida y la bebida disponible empiece a escasear. Como muchos medianos afirman, el hambre (o la simple amenaza de sufrirlo) hace que las personas razonables dejen atrás sus diferencias y busquen el bien común. O, al menos, consigue que quieran volver cuanto antes a sus hogares y sus despensas.

La Guardia de las Arboledas

La responsabilidad de proteger las Frondas de los Medianos recae sobre el Ejército del Oeste de Reino Bosque. En teoría, la tarea deberían realizarla íntegramente los soldados de la Fortaleza de Torrejona, pero en la práctica estos se concentran más en vigilar el camino y proteger el comercio que sale hacia el norte desde el valle del Río Juncalera y llega hasta las tierras humanas. El valle del río Pomares lo patrullan tropas procedentes de Puerto Oeste. Y aunque el valle de Saucedo debería ser patrullado por tropas de Entresauces, lo cierto es que es un lugar tan tranquilo que solo en raras ocasiones las tropas de Torrejona lo visitan, y siempre después de aguantar las malas miradas del clan Escudero. Valdoculto no es un lugar que los hombres patrullen, aunque en teoría deberían hacerlo. Pero las patrullas sienten que, al hacerlo, las vigiladas son ellas.

Los verdaderos encargados de la vigilancia de las Frondas son los miembros de la Guardia de las Arboledas. Cuando fue fundada, hace siglos, esta guardia era poco más que una milicia local formada por jóvenes hobbits que patrullaban los caminos entre las madrigueras, alumbrándose con candiles, armados con espadas dagas, horcas, jabalinas y hondas, y protegidos por pesados gabanes o, en el mejor de los casas, cotas de cuero.

Este tipo de patrulla sigue existiendo y sigue estando formada por los jóvenes de cada madriguera, organizados por algún veterano jubilado de la Guardia, aunque ahora se los denomina la Milicia de las Arboledas. La auténtica Guardia de las Arboledas es un cuerpo dedicado expresamente a la protección y vigilancia de las Frondas de los Medianos y su sede es la Fortaleza de Damalba, situada en el valle del Saucedo.

La Guardia de las Arboledas se ocupa de patrullar los caminos, desde los más transitados hasta aquellos más recónditos y poco utilizados, donde los hobbits normales no se atreven a adentrarse. Entregan las cartas que los medianos envían a sus parientes, pero también mensajes secretos entre los líderes de los clanes. Dan batidas para expulsar a lobos y jabalíes salvajes, pero también se enfrentan a trasgos, bullywugs y otros monstruos que escapan de las guardias mágicas establecidas en las Frondas.

La Guardia es el ejército no oficial de las Frondas, los encargados de proteger a sus parientes de peligros que, en muchos casos, no son conscientes ni siquiera de que existan.

La organización básica de la Guardia de las Arboledas es la patrulla. Una patrulla está compuesta por entre cinco y siete Guardias bajo el mando de un Sargento. Aunque la Guardia dispone de ponis con los que viajar deprisa si fuera necesario, y los usa en las misiones más urgentes, lo normal es que cada patrulla viaje a pie y se adentre, si es necesario, por caminos ocultos por donde sería difícil guiar a las bestias de monta. En la actualidad hay 80 Guardias y 14 Sargentos.

En la base de operaciones de la Guardia, la Fortaleza Damalba, viven unas veinte personas más, entre sirvientes y guardianes retirados que han preferido seguir sirviendo como consejeros a la Guardia, en lugar de pasar la vejez en las madrigueras de sus familias.

El líder de la Guardia de las Arboledas es su Capitán. La actual Capitana es Genivera “Ginny” Rojo, una veterana de muchas patrullas que, a sus cincuenta años, pasa su tiempo leyendo informes y ordenando misiones a sus Sargentos. La Capitana también tiene voz y voto en la Asamblea de los Sabios de la Comarca de las Frondas. Y aunque usa su voz para tratar de informar a los ancianos, no suele usar su voto.

La pertenencia a la Guardia de las Arboledas es voluntaria, y la mayoría de los aspirantes proceden de las milicias populares que patrullan los campos de noche, o de hijos de medianos que en su momento formaron parte de la Guardia. Un aspirante que desee formar parte de la Guardia pasará al menos un año sirviendo como Aprendiz en la Fortaleza Damalba antes de poder empezar a patrullar. Si los informes durante ese año de aprendizaje son favorables, se le dejará realizar el Juramento de Lealtad de la Guardia.

Todos los miembros de la Guardia realizan un Juramento de Lealtad en nombre de Valion el solsticio de verano. La promesa les liga durante un año a la Guardia, y durante ese período las lealtades al clan se sustituyen por la lealtad a la Guardia.

Todos los Guardias deben jurar mantener en secreto lo que hayan aprendido sobre los misterios de las Frondas y los asuntos que afecten a los clanes mientras han sido Guardias. El poder de Valion protege este juramento. Es bastante normal que un Guardia abandone la organización cuando llegue a edad casadera y desee establecerse y formar una familia. No hay deshonor en hacer eso, y es normal que los otros Guardias le hagan regalos a su compañero para ayudarle en su nueva vida. Los Guardias saben que en caso de necesidad pueden encontrar en casi todas las madrigueras a antiguos compañeros retirados que les apoyarán, en muchos casos, incluso contra el criterio de sus familias.