Partida Rol por web

Los átomos y partículas comenzaron a unirse y formar enlaces cada vez más complejos hasta que, en un lapso invisible para cualquier mortal atado a las cadenas del tiempo, en aquel punto del plano físico tres figuras surgieron de la nada como si siempre hubieran estado ahí. No había habido ninguna sensación extraña. Ni mareos, ni atracción gravitatoria... y tampoco hubo ninguna visión extraña. Simplemente estaban en un lado y, en la duración de un parpadeo, todo el escenario había cambiado por completo. El día había avanzado algo durante la conversación con el profeta, pero a la sombra de aquella mole que surgió ante ellos no había nada de qué preocuparse. Un enorme edificio surgido de la tierra -al menos eso parecía porque en sus bordes más exteriores la tierra aparecía removida, como si hubiera emergido- se alzaba imponente ante las tres figuras que allí se habían teleportado. Metal oscuro, rígido y grabado con líneas de más de 2 centímetros de grosor. Aquel edificio no sobresalía más de 12 metros del bosque, pero daba la impresión de ser un enorme complejo subterráneo. Sus paredes tenían el color y la textura que el vampiro podía recordar de las visiones que el Profeta mandó a su mente. A parte de aquello, nada más se podía observar en el entorno. Ni extraterrestres, ni mortales, ni centinelas. Una extraña calma. Muy extraña. No se veía ninguna puerta o ventana, pero si era la 'prisión' de la que aquella chica había escapado -eso parecía- algún acceso tenía que tener.

"Extraño. La ausencia de centinelas nos facilita el acceso sin preguntas incómodas que responder ante la mente colmena de Mezzeder, pero solo indica que está habiendo algún tipo de problema en su interior. Quizás ha habido un motín. Si una chica humana ha escapado, no sería raro que algunos más hayan logrado algo parecido". 

Tharall dirigía la mirada a uno y otro lado, inquieto, mientras avanzaba hasta una de las paredes del lugar. El suelo bajo la trayectoria del profeta se encontraba apisonado y lleno de huellas, por lo que era obvio que había sido el camino que muchos habían seguido para acceder allí en las últimas horas. Luego, y antes de apoyar la mano en la pared, miró al centinela que lo acompañaba.

"Informe de la situación"

—Accediendo a base de datos estructural. 

El centinela cambió el color de su único ojo de un azul intenso a uno algo más claro. Un pequeño holograma surgió de este y un rostro parecido al de una mujer humana se materializó entre el Centinela y Tharall.

—Comunicación con I.A. efectuada. Transmitiendo diálogo.

Tharall miró a la figura flotante que había emergido de forma holográfica del centinela que lo acompañaba. Aunque no era necesario para la comunicación, parecía seguir incluyendo al vampiro en el enlace mental para que pudiera saber qué hablaba con aquella 'Inteligencia Artificial', sin duda síntoma de confianza... o al menos síntoma de pragmatismo.

"Tharall, Profeta de la Verdad. ¿Cual es el estado de la base? ¿Por qué no hay guardias o centinelas protegiendo la Estación Z-1? ¿Dónde está Mezzeder?"

Aquel rostro comenzó a mover los labios conforme el mensaje era transmitido. Pero la voz que se escuchaba era la del Centinela, por lo que parecía estar traduciendo sus palabras fuera cual fuera el idioma en el que estuviera hablando.

—El módulo 531 se ha desligado del sistema de engranajes. Un grupo de prisioneros ha saltado los niveles de seguridad y están dirigiéndose al nivel principal. El Profeta Mezzeder ha activado el nivel de seguridad 5 y está reuniendo a su Campeón y centinelas para defender el escape. No ha creído necesario convocar a Tartarus, por eso no ha establecido contacto con Thassar ni con usted, Profeta.

Thassar hizo un gesto con la mano y, a su orden, el Campeón apagó la imagen holográfica. Luego, y volviéndose de nuevo hacia la pared de aquella base, dudó un segundo. Miró a Caïne.

"Esto complica las cosas. La situación es tensa y tenemos que acceder al salón central, donde reposa uno de mis hermanos. Si esos prisioneros están escapando, puede que acaben pasando por ese lugar y eso va a dificultar nuestra labor de acceder al mensaje de Ellos. Voy a tener que encontrarme con Mezzeder, y eso significa que no puede vernos juntos. Vas a tener que acceder tú al Muro del Conocimiento"

Alzo una mano en un gesto de concesión mientras trato de amalgamar la cantidad de información que me ha revelado Tharall.

- Ese hermano tuyo, Mezzeder, ¿qué me puedes decir sobre él? Supongo que no comparte tu búsqueda de conocimiento, de ahí que prefieras que no nos vea juntos. Por otro lado si encontrara a esos prisioneros, quizás podría razonar con ellos, en orden de bien se entreguen, bien puedan ayudar a la búsqueda que nos ocupa. Y hablando de encontrar, ¿cómo se llega a ese Muro del Conocimiento? -.

Observo los muros de metal grabados con esas líneas de dos centímetros, intentando ver algún patrón lógico en ellas, como si fueran parte de ese lenguaje simbólico que recientemente he grabado en mi memoria.

"Así es, amigo Caïne" transmitió con un tono de pesar a la mente del anciano vampiro "Dentro de los tres Profetas que nos encontramos en vuestra Tierra, Mezzeder es el que más alejado se encuentra de mi punto de visión sobre vuestro planeta y la Búsqueda de la Verdad" 

Tharall se irguió y alzó la cabeza, cerró los ojos y pareció concentrarse durante unos segundos en algo. A veces movía ligeramente la cabeza, como si olfateara algo aun sin disponer, en realidad, de orificios nasales.

"Es fiel a la verdad impuesta por la emperatriz, así pues, aunque mis actos no sean por completo en su contra, podría confundirse por una traición bajo una mirada sospechosa y fanática. Pero los prisioneros, como bien comentas, podrían jugar a nuestro favor. Si no en la búsqueda, en encontrar una vía fácil para pasar el yugo mental de mi hermano"

Entonces, y en un segundo, transmitió imágenes veloces sobre el interior de la estructura metálica a la que iban a acceder. Una segunda vez, desde un punto de vista aéreo -como si alguien caminara por el techo- se dibujó en su mente, aunque este era menos profundo en detalles... como si fuera un dibujo parcialmente realista o algo imaginado.

"Para llegar al Muro del Conocimiento debes de llegar hasta la Sala Central, donde se encuentra la estatua del Arconte. Allí, junto a un Centinela... " inclinó la cabeza hacia su compañero "... podrás encontrar un panel que, al pulsarlo, mueve la estatua y da acceso a la Cámara del Muro. Si en vez de eso continuas por la Sala Central en dirección norte, se encuentra la cámara de estudio de los Profetas, allí se encontrará Mezzeder y allí es donde me dirigiré yo"

Observo los grabados en las direcciones posibles, al menos desde un plano bidimensional. Estoy a la vez animado y frustrado. Animado por que los símbolos iconográficos que se entremezclan con lo que parecen simples representaciones visuales me son familiariares, aún a pesar del breve instante que tuve para visualizar y memorizar. Frustrado porque me suele tomar apenas unas horas dominar un idioma y este promete quebrarme la cabeza por días, sino semanas. Sin embargo esas "simples representaciones visuales" puede que no lo sean, probablemente sean una entonación del lenguaje, una escala de armónicos quizás, que integre musicalidad al expresarlo; podría ser el sentido que falta en mi escasa comprensión de la lengua hasta el momento. Siete notas en un pentagrama ¿bidimensional, serán esaslíneas de 2cm que entrecruzan el diseño?, quizás me dijeran más aplicadas a este arcano lenguaje. Pero no es momento para elucubrar...

- Bien, se me ocurre Tharall, que el Centinela de la Sala Central no tome muy bien mi presencia en ella. Puede ser que me ignore, como en principio le pasó a tu Centinela, pida instrucciones a Mezzeder, revelando mi presencia, ¿o crees que se pueda volver hostil? Si sabes de alguún método por el que evadir su escrutinio sería conveniente compartirlo ahora Profeta. Más allá del Contol Mental, el cual podría intentar ejercer de ser necesario, ¿qué crees más adecuado? -

Paseo arriba y abajo por la pared de la estructura, echando un vistazo al Centinela por si apercibiera algún punto débil en su diseño.

- Por otra parte se me ocurren tres cosas a mayores, primero, ¿cómo entramos en la esctructura?, segundo, ¿como evito la IA que debe controlar el interior? y tercero, soy bastante ducho en estructuras, edificios, vericuetos y trampas que podrían proteger una fortaleza pero, ¿hay algo del interior que debería saber a mayores? -

Me encojo de hombros con una media sonrisa en dirección al Profeta, mientras ajusto mis ropajes y mi acero al hombro.

"Si te preocupas por las trampas o accesos secretos, las estructuras de Ellos carecen de estas. Eran, por lo que he aprendido, templos dedicados al conocimiento y estudio del mundo. Por lo que eran lugares de reposo y diálogo. Pero Shimenari los ha tomado y ha apostado centinelas, pero eso no lo vuelve más peligroso, solo más concurrido"

Luego se acercó hasta la pared, apoyó los dedos de su mano izquierda sobre la pared, acariciando los grabados, como comprendiendo algo que se escapaba al entendimiento de Caîne. Y, sin mirarlo, continuó.

"Por algún motivo eres invisible al Campeón y a la IA. Ni si quiera yo capté ondas en el vacío que me alertaran de tu presencia. Hasta que mis escasos sentidos físicos captaron un sonido, no cacé tus ondas mentales. Y me temo que, de ser así, más sujetos ha de haber como tú. En ese sentido, si no te ven, no podrán sentirte. Quizás no es mucho, pero no te puedo ofrecer más sin alertar a Mezzeder de que podría estar ayudándote a acceder."

Después tradujo en la mente del vampiro la imagen de dos tipos de criaturas. Unas acorazadas, y otras pequeñas y achaparradas. 

"Los primeros, Jacklass, son los líderes de escuadrón. No van a responder al control mental. Por algún motivo son inmune a este. Pero son fanáticos y siguen a los Campeones" señaló al que le acompañaba "Ellos tienen una mente común, y responden ante los Profeta. Puedo guiarlos para que te ignoren, con lo que ganas esa ventaja. Por otro lado, los pequeños, Grunts, son moldeables mentalmente y podrías dominarlos con facilidad. Si necesitas fuego, ellos tienen armas que podrían servir para tu propósito"

Dio un par de pasos, encaminándose al pasillo.

"Ahora no hay mucho más tiempo que perder. Mezzeder ha sido alertado de mi llegada, he de presentarme ante mi hermano"

El vistazo al Centinela nada me ha revelado, es de suponer que estas avanzadas criaturas no posean fallos estructurales, al menos detectables a simple vista. Paso mi atención a la manera en la que el Profeta ha conseguido el acceso a la estructura, la cual me asegura que no esconde pasadizos ocultos ni trampa alguna. Bueno, ser precavido no está de más.

Dedico unos momentos a ordenar en una estructura comprensible la descarga de pensamientos e imagenes que conforman la planta y alzado del lugar donde vamos a acceder, la cual Tharall "volcó" sobre mi mente hace unos instantes, preparandome internamente para el camino que he de recorrer en la ciclópea construcción. Tras la apertura de Tharall del acceso, asiento y dejo que traspase el umbral el primero, uniéndome a su estela un milisegundo después. Mientras traspaso la oscuridad, trato de proyectar pensamientos hacia mi "compañero", en orden de no dejar trazas de ruido que pueda ser detectado.

"De modo que si no me ven/oyen no habrá problemas, bueno, eso puede ser un reto, pero llevo jugando este juego mucho tiempo, se me da bien. Por otra parte Tharall, una vez llegue al Muro del Conocimiento, ¿qué empresa me aguarda allí?, ¿el entender lo que allí se expresa?, ¿recopilar su mensaje?, ¿entenderlo quizás? La estructura del Idioma que me has mostrado es algo que aún no domino completamente" concedo algo avergonzado.

Tras su posible respuesta, dedico un gesto de despedida hacia el Profeta, mientras sigo dando vueltas a las instrucciónes que me ha ofrecido sobre los diversos esbirros que pueblan este lugar. Si es necesario, usaré a los pequeños con su potencia de fuego para reducir a los grandes. Aunque espero ser menos que una sombra y un suspiro en este antiquísimo lugar, en el cual, me siento casi joven otra vez.

"Es mejor que observes el Muro del Conocimiento por ti mismo y aprendas lo que allí encuentres. Si el conocimiento no se abre a tu mente, entonces habrás de memorizar y captar visualmente todo lo que allí veas, pues entonces me encargaré yo de entender qué se esconde en él. Pero confío en tí, amigo Caîne, que puedas entender lo que allí veas. Precisamente tú, invisible a los ojos de hombres y de los soldados del imperio Shimenari, podrás comprender lo que el Vacío aguarda a este planeta"

Y con las últimas palabras de Tharall en la mente, comenzaste a avanzar más y más por el ancho pasillo, antiguo quizás como la propia civilización humana. Un lugar enigmático que, ahora, había surgido a la superficie con un extraño propósito. El visible: salvar a la humanidad de si mismo. El oculto: aquel que Tharall quería conocer y en el que había mezclado al vampiro. La verdad escondida en unos muros metálicos cuya apariencia y escritura le recordaba, cuanto menos, a la hoja que portaba con él y que le acompañaba desde hacía muchos años. Aquella que había caído desde el cielo. El castigo divino a la ambición y codicia de control que una vez había poseído en el pasado antes de pasar a ser quien era ahora. Conforme el pasillo acababa, el eco de una batalla se escuchaba en la lejanía. Disparos, explosiones y gritos. Si Tharall no se equivocaba, podía tratarse del grupo de prisioneros que habían escapado y que, quizás, se encontraran en la misma sala a la que él se dirigía. ¿Qué haría entonces? Tras recorrer el pasillo vio al fondo un hueco que daba a una habitación de enormes pilares, iluminada desde el techo y desde la que se podía ver en el centro una enorme estatua. Estaba lejos, pero podía llegar en un momento. Y lo vio, las llamas y los estragos de la batalla. Era hora de tomar una decisión. 

La escena ante mis ojos era pasmosa. La mujer de rasgos babilónicos se movía a una velocidad endemoniada, difícil de seguir hasta para mis aumentados sentidos; los demás no se quedaban a la zaga en cuanto a proezas, rayos de fuego, fuerza sobrehumana y una soberana habilidad en combate. Otro grupo más rezagado parecía tratar de protegerse con proyecciones de materia y campos de fuerza, ¡qué magnificas habilidades! Sin duda unos especímenes destacables, toda la escena hacía bullir la sangre en mis venas como hacía décadas que no me ocurría. Pero tienen un problema, iban a perder, y no lo sabían. No es que me importe, pero puede que estas gentes sean útiles en mi búsqueda y en todo caso... tanto alienigena me estorba el paso.

Desde las sombras, las cuales se adhieren a mi como una segunda piel, me concentro en varios de los pequeños Grunts, tan fácilmente influenciables según el Profeta - "Vamos amigos, vuestros enemigos están a vuestro alrededor, ¡acabad con ellos!" - Proyecto mi voluntad hacia las criaturas menores, implantando en su mente la idea de que disparen a sus compañeros, para así sembrar el caos y al menos aliviar la carga de fuego sobre los fugitivos.

En otro orden, intento localizar el consabido panel que me ha de dar acceso al pasillo que va hacia el Muro. Quizás sea una salida para esta gente. Porque si siguen avanzando hasta Mezzeder, su fin está casi asegurado.

El caos estaba asegurado. Notabas el flujo mental de al menos tres mentalistas más en aquel lugar. Parecía que se había establecido cierta red de contacto entre ellos que ayudaba a su comunicación, una especie de burda mente colmena que parecía tener su centro en el tipo de color verde que se escondía en la retaguardia junto al resto de seres vivos. Pero, e imponiéndote sobre el ataque que orquestraron dos de ellos, conseguiste transmitir tu mensaje de modo que, acto seguido, los Grunts comenzaron a volverse los unos contra los otros. Los disparos comenzaron a sobrevolar el lugar entre las llamas y las explosiones y los distintos impactos. Era una zona peligrosa para andar con descuido pues un proyectil perdido podía acabar incrustado en la cabeza de algún aliado o, en el peor de los casos, en la de uno mismo que es ajeno al conocimiento del resto de contendientes de los dos bandos. Pero en ese análisis rápido del lugar localizaste la información que Tharall comentó. Cuando el Centinela voló contra la estatua en uno de los golpes que recibió, pudiste ver un pequeño pedestal dorado que tenía un panel azul en su superficie y que, a todas luces, parecía ser el panel de acceso a la cámara del Muro.

 Tú estarías por la salida sur del mapa.