Partida Rol por web

- Rápido entonces, no tenemos tiempo que perder, debemos acabar con ellos antes que el profeta arribe. Recordar el plan y saldremos victoriosos, el mundo depende de ello!

La tensión se palpaba en el ambiente. Todos se preparaban para seguir el plan. Mientras tanto, los prisioneros comenzaban a calmarse ante las palabras de QR que, de algún modo, estaba convirtiéndose en el lider natural de aquella pequeña expedición por la prisión. Los soldados, ignorantes de su presencia, descansaban mientra el silencioso vigilante central analizaba el ambiente constantemente. 

Miré un momento a Djimbo y su estrategia de atacar a las piernas. Sonreí. 

En cuanto convinimos atacar, no me lo pensé dos veces y me lancé contra él al máximo de velocidad. Tanto que a penas fui perceptible en el trayecto que me separaba de mi objetivo. Cuando llegué a él, descargué un golpe potente, de forma similar a como hice con el acorazado que nos encontramos antes.

No era momento de perder el tiempo, por ello, sin detenerme, prácticamente atravesando al centinela y continuando con los restos del anterior por estela, me lancé a por el siguiente objetivo, pues supuse que, si no había acabado completamente con el centinela, los demás se encargarían de él. 

Enseguida encaré uno de los acorzados que a penas tuvo tiempo de ver qué estaba pasando cuando descargué otro golpe sobre él, para destrozarlo como hiciera con los anteriores.

No había tenido tiempo de reaccionar que la mujer ya había salido disparando y golpeó al centinela con tremenda fuerza, QR era rápido pero ella estaba en otro nivel. Era la primera vez que interactuaba con un velocista y la diferencia era abismal. Acorde al plan hizo lo mismo, intentando asegurar la destrucción de la amenaza...
 

En cuanto la velocista salió disparada reaccioné para acabar con el campeón. Viendo la velocidad a la que iba, supe que tendría tiempo de sobra para apartarse cuando llegaran las llamaradas. Sendas manos apuntaron al enemigo, liberando en el proceso un haz de fuego que salió disparado contra este, dispuestos a calcinar lo que quedara para evitar cualquier peligro.

La mujer sonrió, y en un parpadeo golpeó brutalmente al campeón. Una sombra le adelantó por la derecha e hizo lo propio, se trataba de QR siguiendo con el plan.

Djimbo, no se iba a amilanar y aunque era difícil que aquel ser o máquina metálica pudiera haber sobrevivido a semejante combo de golpes, se lanzó en vuelo a casi su máxima velocidad, para realizar lo que el llamaba Machpunch. Un terrible puñetazo a 1000km/h.

MIerda!! quién ha arrojado llamas ahora?_ Durante las décimas de segundo que le separaban hacia su objetivo, uno de sus compañeros logró anticiparse. No se si podré evitarlas...

-Dayghathorium, ¡Pasderotu! ¡Toikaah! -alzó la voz Megabrain, en un alarde extraño de esfuerzo, mientras pronunciaba aquellas palabras en un idioma extraño para todos. Se elevó alzando los brazos y de sus brazos surgieron cadenas de luz que se dirigieron a toda velocidad en contra del Centinela. Pero las explosiones de fuego lo distrajeron y, por un momento, las cadenas fallaron en su recorrido, aunque se mantuvieron flotando en el ambiente.

Vivian cerró los ojos y se llevó las manos a la cabeza. Procuraría intentar un ataque mental, pero era la primera vez que hacía algo así.

- ... -una nube de oscuridad comenzaba a acumularse sobre él y, en unos segundos, la lanzó sobre una de aquellas criaturas acorazadas. Si tenía éxito, se haría con el control de una segunda. La nube se había introducido en los dos, así que esperaba tener éxito en alguno de los dos intentos porque cada uno iba reduciendo su propio tamaño y estado de salud. Ahora mismo era algo más pequeño que mucho de sus "compañeros"

Cómo había indicado, comenzó a acumular un muro de magma de forma semicircular frente a ella y los prisioneros. No era lo más seguro y estable, pero podría proteger de algún tiro errático que pudiera matar a alguno de ellos. Aunque ella no parecía muy convencida de que este fuera a funcionar...

El acorazado controlado por Darkness comenzó a correr, internándose en el grupo de guardianes alienígenas. En medio del caos logró infiltrarse bastante bien, ya que sus "aliados" no sintieron sospecha alguna de ellos. Entonces, y aprovechando el alboroto debido a las explosiones y a aquel ataque sorpresa, probó suerte. Una lengua extraña surgió de sus labios, parecía estar hablando a los soldados menores. Estos se miraron los unos a los otros. ¿Qué le habría dicho?

Los golpes sobrevolaron la habitación. En cuestión de milésimas de segundo, los tres más rápidos del equipo -uno de ellos algo más retrasado que el resto- golpearon a gran velocidad contra el Centinela que, sin embargo, ni se inmutó con el golpe de los dos primeros, QR y Silvia. Sintieron como la armadura de este se abombaba, se flexionaba y los hacía regresar un par de metros hacia atrás debido a la inercia. Era como si hubieran golpeado una burbuja que ni si quiera fueron capaces de estallar. Pero, y con el tiempo justo para apartarse, las explosiones de fuego impactaron sobre el Centinela, que lo hicieron retroceder un par de metros en su movimiento levitado. El metal se había ennegrecido y, por una zona, el ojo del Centinela se había apagado. ¡Aquello había funcionado! Medio segundo después, y aunque con una velocidad inferior, Djimbo impactó haciendo que el Centinela se quejara levemente. ¿Habían conseguido mellar la armadura de aquel guerrero tan temible? Podía ser, pero un nuevo impacto llamó la atención de todos. Silvia golpeó al acorazado que, en el impacto, salió volando hasta impactar una columna donde, acto seguido, se rompió el casco que le protegía y revelaba su cabeza de pájaro. Parecía que las cosas estaban, de momento, de su lado. El caos había envuelto aquel salón central y, si no se organizaban, pronto se verían superados.

El acorazado herido alzó la voz entre el ruído de la batalla. Un graznido que parecía querer alentar el orden entre las tropas inferiores, o quizás algo llevado por el fanatismo y el ansia de la batalla. La cosa era que, por alguno u otro, quería influir en los demás. Y efectivamente, a su orden, los soldados comenzaron a formar y alzar los rifles. Todos parecían apuntar al mismo objetivo. 

El segundo acorazado, avisado por las palabras de su compañero, alzó el rifle también. Lo apuntó hacia Silvia, a la que parecía ser la mayor enemigo a temer en esos momentos. Entonces, cargó el arma y, con un clic, el gatillo liberó una carga azul que se dirigía a toda velocidad hacia la velocista.

El grupo de guerreros alienígenas, alertados, se dividieron en dos grupos. Uno de ellos disparó al grupo que se encontraban más en el centro de la habitación: Silvia, QR y Djimbo. El otro disparó al grupo del que procedían, donde se encontraban el resto junto a los prisioneros. 

Efectivamente, el muro había caído al primer impacto, revelando a la chica y a todos los prisioneros escondidos por detrás. No habían empezado con buen pie. 

Me esperaba que cayeran sobre mí los siete infiernos, así que observé a mi alrededor, pero cuál no fue mi sorpresa cuando vi por el rabillo del ojo un disparo que se me echaba encima. No había visto a tiempo al alienígena que me había disparado y me acertó de lleno.

El impacto fue turbador, doloroso y desconcertante. Me había acertado en plena cara y me caí al suelo. Como pude me levanté, pero me costó unos instantes valiosísimos poder volver a situarme en el combate, tanto que algún otro impacto, no tan certero, dio también en mí, pero con menos consecuencias.