Partida Rol por web

El viento es libre, pero la arena va a donde la soplan, indiferente al mundo que la rodea,arremolinandose bajo el aliento de los dioses, a merced de la tormenta que la engulle,¿Que es un grano de arena en el desierto? ¿Un grano frente a una tormenta….?

Pero los humanos no son arena, en su naturaleza se halla la posibilidad de elegir,¿Deben los seres humanos ser libres y guiarse por sus propios designios? ¿O solo deberian ser guiados por un destino prefijado acorde a las directrices de un poder superior? Esto amigos mios es algo que cada uno debe decidir por si mismo….

Esta es la historia de aquellos que en su insignificancia se vieron envueltos en una poderosa tormenta de acontecimientos llamada “destino”, de aquellos que siguieron su flujo dejandose llevar por los designios del ruhk y de aquellos que lo desafiaron en contra de los principios del mundo…

En el extremo oeste del Imperio Kou una usual caravana de comerciantes se dirige hacia Yamagiri, un pueblo como otro cualquiera situado en las montañas que hacen de frontera natural con Tenzan. Pero no todo es lo que parece a simple vista, pues en la caravana se haya una muchacha que oculta su identidad con ayuda de los miembros de Stigma.

"Cerca de Yamagiri se encuentra una tribu indígena llamada Toranus, teníamos un acuerdo de cooperación por el cual ambos estaríamos en paz, no obstante en las ultimas semanas han ocurrido asesinatos y escaramuzas entre nuestro ejercito y ellos. Quiero que vayas alli, averigües que ha ocurrido y detengas el conflicto. Usa los métodos que creas oportunos, si puedes detener el conflicto de forma pacifica seria lo mas conveniente." La chica encapuchada ,para ocultar sus rasgos, pensaba en las palabras que su hermano Kouen le dijo personalmente la ultima vez que lo vio.

De esta forma utilizó los recurso de Stigma para pasar a lo lago del imperio sin llamar la atención, y aqui se encuentra, frente a una mujer, su hija y un miembro de Stigma disfrazado de vendedor de vinos en una carreta cubierta a pocas horas de Yamagiri.

-Señorita- comienza a hablar la niña pequeña que se habia acercado, curiosa, a mirar bajo la capucha aprovechando el despiste de la joven- eres muy guapa,¿Como puedo ser tan guapa como tu?

-Vamos Shizu no molestes a la señorita- dice la madre con un tono amable- Disculpala, es igual de inquieta y curiosa que su padre.

Me incorporo un poco y me apreto un poco la capucha disimuladamente. Dirigiendome a la madre, tratando de no mantener línea de visión con los ojos. "Espero que al agente de Stigma no le importe, hemos de pasar desapercibidos"

-Tranquila, no pasa nada. Me lo dicen mucho, es lo que tiene viajar vendiendo vinos de un lado para otro con mi padre.- dirijo la mirada hacia el agente de Stigma para que se entere de la treta. Ahora dirijo la mirada hacia la niña.- Shizu, ¿Verdad? Para ser como yo tienes que divertirte y ser feliz de pequeña y cuando crezcas tienes que esforzarte en las cosas sin olvidar lo bien que lo pasabas de pequeña con una sonrisa en la boca.  "¿Será  verdad?"- Jugueteando con las manos de Shizu, le pregunto a la madre -¿Y cómo una niña como Shizu y su madre vienen hasta la frontera? 

La niña parece feliz ante las palabras que le has dicho y vuelve corriendo y juguetona al lado de su madre.

-Mami, mami.¿lo has oido? yo tambien podre se guapa como la señorita.

-Claro que si mi vida- la madre sonrie y te mira para contestarte- Mi marido tambien es mecarder en Yamagiri, normalmente nos enviamos cartas cuando esta trabajando pero hace unas semanas que no responde- la mujer parece claramente preocupada por lo que le haya podido pasar a su marido y al notar su propio tono, vulve a sonreir y a intentar parecer mas calmada ante ti- pero seguramente no sea nada de que preocuparse, hemos venido a molestarle y a recordarle que tiene una mujer y una hija que se preocupan por el.

El miembro de Stigma parece estar realizando unas cuentas en un papiro, pero puedes notar que simplemente no quiere intervenir en la conversación y que puedes decir lo que quieras siempre que no le cause verdaderos problemas.

-Seguro que no será nada, se habrá distraído con alguna venta importante- le devuelvo una sonrisa escueta.-Bueno, vuelvo con padre, no soporta separarse mucho tiempo de mí.- la sonrisa que tenía antes la hago más vistosa y bonita, como si con quien volviera fuera Kouen.-ya nos veremos por Yamagiri, adiós.- dirijo mi mirada hacia Shizu- Y recuerda Shizu, diviértete jugando y riendo mucho, ¿Vale?- Me despido de ellos con una sonrisa y me levanto para volver al lado del agente de Stigma.

"Maldita niña, no me apetecía nada actuar hasta llegar a Yamagiri, en fin, espero que el viaje se acabe pronto, estar en esta carreta empieza a cansarme."

Me siento al lado del agente y le digo con una sonrisa y voz alegre, -¿Qué tal, padre? ¿Me has echado de menos?.- El agente de Stigma levanta la cabeza, me mira a los ojos fijamente como diciendo que no me pase con la actuación. Yo me río y al momento vuelvo a ser yo, seria, con la capucha puesta tapada del todo y mirando al suelo, como todo el resto del viaje, esperando a llegar a Yamagiri.

El resto del viaje a Yamagiri fue mas tranquilo para Shinoya, la niña jugo con su madre y ella se dedico a pensar acerca de lo que le esperaria en el pueblo. Al llegar alli, ya era tarde, aproximadamente las 7 de la tarde, se despidió de la mujer y su hija, actuando como si tuviera que ayudar a su "padre" a descargar los bienes. Al rato de haberse ido, Shinoya comenzó su investigación, el trabajo del miembro de Stigma era de solo proporcionar transporte discreto hasta alli, a partir de ese momento estaba sola.

La ciudad parecia algo vacia, pero aun se podia ver gente caminando por el lugar, la guardia tampoco parecia ser excesiva teniendo en cuenta la información que le habia sido dada. Varias posadas, un mercado, tabernas y casas. Algo más alejado un riachuelo y cerca de él unos pequeños campos de cultivo. Exceptuando la poca gente que se veia por las calles todo parecia normal, e incluso el echo de que hubiera poca gente podia ser explicado por la horas que eran.¿Cual seria su modo de actuar una vez alli?

"Todo parece muy tranquilo, quizás sea por la hora. Además, no hay mucha actividad por lo que veo, quizás debería ir primero a alojarme a algún sitio."

Tras dar una vuelta de reconocimiento para elegir una buena posada la cual me de acceso fácil a los tejados de noche encuentro una que es un poco más alta que las casas de su alrededor.

"Esta debería estar bien, además está situada cerca de la plaza del pueblo y seguramente desde el tejado pueda ver casi todo el pueblo."

Una vez dentro de la posada observo el comedor, aún no muy lleno porque no era del todo la hora de cenar. Al acercarme a la barra, un señor corpulento con un bigote muy poblado, una gran sonrisa y unas gafas un tanto extravagantes se dirige a mi:

-Buenas noches...- Dudoso del trato que debía darme, me retiré un poco la capucha para que me viera la cara. No sonreí, simplemente me destapé la cara.-...señorita, ¿Qué le trae a la posada "El bosque sonriente"? ¿Desea tomar algo?-

"¿El bosque sonriente? ¿En serio? Los bosques no sonríen, no tienen sentimientos ni los pueden representar, no tiene sentido."

-No, aún no es la hora de cenar. Quería una habitación, alta, alejada del ruido de la calle, pero con vistas si fuera posible.- Mientras hablo, vuelvo a taparme con la capucha y hecho un vistazo rápido al sitio.
No parecía gran cosa, varias mesas alargadas de madera negra, ventanas bien acristaladas, un techo firme con vigas de madera y algún que otro rincón más apartado con mesas y bancos. El olor no era muy desagradable, se podía soportar.

El hombre se quedó un instante mirándome. -Veamos, podría tener lista una habitación en la última planta para la hora de la cena, en una hora o así ¿Le parece bien?- Asentí con la cabeza y volví a la calle.
Quería inspeccionar bien los alrededores de la posada, callejones, sitios desde donde poder vigilar si hiciera falta.

Al volver a la posada a la hora de cenar, una chica, aparentemente la hija del hombre por su corpulenta complexión me llevó hasta la habitación, se ofreció a llevarme la mochila, pero negué con la cabeza. La habitación estaba bien amueblada, futón, un escritorio bajo y un armario, también había un pequeño candelabro circular con el que poder regular la luz en el escritorio.
La ventana principal daba a la plaza, fácilmente podía ver el otro lado de la plaza desde el centro de la habitación, si me asomaba podía ver toda la plaza, incluso la entrada a la posada. La otra ventana, pequeña, era la que daba a la parte superior del edificio de al lado. A pesar de que no era complicado pasar por ella y caer de un pequeño salto al tejado, no entraría con el arco a la espalda.

"Bueno, esperaba algo un poco más grande, supongo que las habitaciones de arriba serán todas así. No esperaba que la ventana al tejado fuera tan pequeña, me dificulta para entrar o salir rápido, pero me las apañaré."

Dejé las cosas en el armario y el arco debajo del futón procurando que no llamara la atención. Bajé a la taberna con la capa puesta y me dirigí a una de las mesas del fondo donde no llamara mucho la atención. Había más gente que antes, imagino que por la hora de comer. Cené pescado, cerciorándome de que no llevara nada de huevo. Y arrimé la oreja a ver si averiguaba algo.

Shinoya habia investigado el terreno sobre el que trabajaria de la forma mas meticulosa posible, si algo ocurria tenia claras sus rutas de escape.

Sentada en una esquina de la posada la joven paso desapercibida, el local comenzo a llenarse poco a poco y la mayoria de los que entraban eran guardias que habian acabado su turno. El alboroto se apodero rapidamente de la posada, los hombres cantaban, reian y bebian, incluso estando fuera de servicio en aquel momento para algunos podia resultar un comportamiento algo excesivo.

-¿Has escuchado?, la familia del mercader que murió la semana pasada ha llegado hoy a la ciudad, ha estallado en lagrimas al oir lo ocurrido, la niña ni siquiera sabia que estaba pasando.-Uno de los soldados habla del suceso, no riendo sino con un tono de pena.

-Esos malditos salvajes han estado lanzando muchos ataques esta última semana, deberian aprender su lugar- Dice otro borracho mientras bebe.

-No tenemos que preocuparnos de nada, son solo unos salvajes, cuando el capitan Sheing lo quiera saldremos y arrasaremos con todos, jajajaja- Los hombres comienza a reir escandalosamente mientras la hija del posadero les sirve otra ronda.

-Te equivocas no creo que arrasemos con todo, dcen que hay mujeres muy hermosas entre ellos, yo quiero una para mi, jajajajaja.

Los hombres continuan hablando y cambiando de tema constantemente hasta que el efecto de la bebida hace que alguno se desmaye y los hombres deciden retirarse. Sin encontrar mas conversaciones que puedan atraer su atención la joven decide subir a su cuarto, mañana seria un dia en el que tendria mucho trabajo.

Justo antes de meterse en la cama a traves de la ventana vió un resplandor al tiempo que escuchaba una gran explosión, rápidamente se apresuro a mirar por la ventana, a lo lejos en mitad de la ciudad un incendio crecia dispuesto a engullir todo a su paso....

Desde la ventana se veía cómo algunas personas salían a la calle o se asomaban a la ventana para ver que pasaba. Varios guardias corrían en dirección a la columna de humo que se estaba formando. 

"¿Qué está pasando? Se supone que los Toranus no deberían de ser capaces de provocar una explosión así, al menos no se mencionaba nada en el informe. Mucho menos en mitad de la ciudad. O no son los Toranus o alguien les está ayudando. Iré a mirar. Pero antes..."

Antes de poder seguir pensando, Shinoya escuchó del pasillo la voz de la hija del posadero.-¡Por favor, mantengan la calma, el fuego está lejos y no es probable que llegue hasta aquí, de todas formas tengan sus pertenencias preparadas para un posible desalojo de emergencia!- Me acerqué a la puerta para abrir y hacerle saber a la hija que me había dado por enterada. Al abrir la puerta y asomar la cabeza para hablar, la hija del posadero me miró a los ojos y noté cómo elevaba la mirada unos centímetros y me di cuenta de que no llevaba nada que me cubriera la cabeza. Asentí con la cabeza como que me había enterado y rápidamente cerré la puerta.

"Mierda, no llevo la capa, estaba apunto de acostarme. Espero que no suponga ningún problema, no quiero que esto se complique más de lo que ya se está complicando. Dejaré en el tejado el arco y el carcaj con las flechas por si hiciera falta cogerlo rápido." Me acerqué a la ventana pequeña y dejé caer las cosas con cuidado para que no se vieran. "Siendo de noche y encima de un tejado no debería de ser problema, nadie lo verá." Después me puse la capa y la capucha y salí, bajé a bajo y le dije al posadero que estaba ocupando tratando de mantener tranquilos a unos clientes que iba a ver que estaba pasando.

Me dirigí a paso rápido hacia la columna de humo, no estaba tan lejos como pensaba, tardé unos 5 minutos en llegar. De camino varios hombres y guardias corrían con cosas para apagar el fuego.

"Un fuego tan grande y que se propaga tan rápido no se va a poder apagar con cubos de agua y mantas. Mejor será que investigue por los alrededores para ver si veo a alguien sospechoso."

Decidí subirme al tejado de las casas cercanas, sin llegar a estar expuesta a la luz del incendio, busqué un callejón que tuviera fácil acceso al tejado y escalé para subir.

Una vez arriba debía de moverme con cuidado para no llamar la atención y acercarme todo lo posible tratando de ver algo fuera de lo normal. Mientras me movía sigilosamente por el tejado y me paraba a inspeccionar cuando podía, buscaba algo que hubiera podido provocar la explosión, gente encapuchada, un carro huyendo...

Durante el trayecto Shinoya se hizo uno con las sombras de la ciudad, imperceptible ante los ojos cualquiera que pasara por alli, pero ella podía verlo todo: los guardias, las carretas cargadas con barriles de agua, la gente que huía del incendio....

Por suerte no vio nada a lo largo de su camino que pudiera provocar una explosión e incrementar la magnitud de los daños.

Cuando llegó al foco del incendio puedo ver con claridad como una pequeña mansión ardía con intensidad, posiblemente pertenecía a alguno de los comerciantes prósperos de la zona, aunque fuera quien fuese quien viviera allí si estaba dentro parecía imposible que se salvará.

Mientras observaba desde la seguridad de un tejado cercano pudo verlo claramente, como lo imposible se volvía real, como las llamas hacían paso a un ser que emanaba del interior de la casa, una mujer con bastón.

La mujer estaba cubierta de llamas de color carmesí y no parecía inmutarse por ello, los guardias se amontonaron a su alrededor apuntándola con lanzas y espadas. La mujer comenzó a hablar:

-¡¡Pueblo de Kou, habéis roto nuestro pacto, nos habéis humillado y maltratado, os hemos dado la oportunidad de enmendar vuestro error y hemos sido ignorados!! ¡¡ Si eso es lo que deseáis que así sea, nuestro pueblo no tolerara mas vuestros malvados actos, si aparecéis de nuevo por nuestras tierras Toranus os quemará hasta las cenizas!!-

Dichas esas palabras la mujer golpea el bastón contra el suelo y un remolino de fuego la rodea incinerando a los guardias mas cercanos a ella. Cuando el torbellino desaparece la mujer ya no esta...

Los guardias siguen llegando, gritando e intentando apagar el incendio, de una forma u otra parece que las llamas ya no son tan grandes como hace unos instantes...

"¿Cómo que hemos roto el pacto? Kouen me envía para saber porqué ellos lo han roto, no al revés... Algo raro pasa, además no se a que oportunidad se refiere, ¿Será que alguien de la zona anda detrás de todo esto? Quizás deba ir a Toranus, pero antes indagaré por aquí, seguramente empiecen a correr rumores sobre lo que acaba de decir la mujer de rojo."

Decido volver a la posada, al llegar veo que las cosas están más tranquilas, no hay nadie en las mesas, pero el posadero sigue en la barra, normalmente no lo estaría a estas horas de no ser por el alboroto que acaba de haber. -Buenas noches, me voy a dormir.- Con la cabeza tapada y mirando al suelo, camino hacia las escaleras cuando el posadero se incorpora en la barra. -Espere un momento señorita, si no le importa quisiera saber que ha pasado, no he podido moverme de aquí desde entonces.- Me paro al primer escalón de la escalera y levanto un poco la mirada hacia el posadero.

"Quizás él sepa algo."

-Verás, no he podido acercarme mucho, no nos han dejado los guardias, pero he oído que una mujer envuelta en llamas salió de un edificio diciendo algo como que habíamos roto un pacto con ellos y que no quisimos arreglarlo. Dicen que explotó en llamas y desapareció llevándose consigo la vida de varios guardias. Pobres hombres. ¿A que se podría referir?- Solté la pregunta como para mis adentros pero de tal manera que el posadero se sintiera aludido.

-Seguramente hayan sido los Toranus que viven en el paso de las montañas, han realizado algunos ataques a lo largo de estas semanas con victimas mortales como consecuencia,teniamos una relación tranquila con ellos, dios sabe que les habra llevado ha realizar estos ataques,espero que se resuelva pronto- El posadero hablaba contestando a la pregunta formulada al aire, pero el parecia tener tan poca información como tu- Seguro que el capitan Sheing hace algo al respecto, asique no debe preocuparse señorita. Que descanse lo que queda de noche.

Con estas palabras el posadero te despide y subes a tu habitación a descansar, el resto de la noche no ocurrio nada...

A la mañana siguiente, me desperté con los primeros rayos de luz, puse a punto el arco, comprobé el estado de las flechas y bajé al hall a desayunar. Bajé con la capucha puesta. Mientras bajaba las escaleras me crucé con la hija del posadero. Noté que al verme agachó un poco la cabeza para desviar la mirada al suelo.

"Creo que puede saber de donde vengo, pero no creo que suponga ningún problema mientras no haga preguntas ni lo diga por ahí."

Una vez abajo, desayuné mientras terminaba de pensar cómo debería de actuar.

"Quizás deba de ir a ver a ese tal Capitán Sheing, ayer le nombraron dos veces."

Decidí acercarme al cuartel para ver si podía averiguar algo allí. De camino noté cómo habían aumentado la guardia, además había gente y reclutas tratando de recuperar cualquier cosa del lugar del incendio.

"Si hay más guardias por la ciudad quiere decir que no habrá tantos en el cuartel, colarme no debería de ser difícil si fuera necesario."

Al llegar al cuartel, no parecía que hubiera mucho lío, de no ser porque estaban preparando carretas con materiales para llevar al lugar del incendio, parecería un cuartel bastante dejado.

-Menuda manera de proteger el cuartel general de Yamagiri- dije en voz baja, acto seguido, detrás de mí un guardia me escuchó. -Oye, chiquilla, ¿Decías algo? ¿Qué haces husmeando por aquí? ¿Acaso no sabes que estamos ocupados por el incidente de ayer?...¡Espera! ¿No serás...?- mientras pronunciaba estas últimas palabras se puso en guardia apuntándome con la lanza que portaba, tras esto, otros 2 guardias se acercaron e imitaron a su compañero.
Yo seguí de espaldas a ellos mirando hacia el cuartel. Uno de los guardias que acababa de llegar gritó -¡Quítate la capucha, date la vuelta y pon las manos donde podamos verlas!- El guardia que faltaba por hablar dijo -El capitán tenía razón, el criminal vendría por aquí para ver qué hacíamos. Hicimos bien en hacerle caso y vigilar más, la entrada del callejón de la calle de al lado fue un buen lugar.-

"¡Tsch!, ¿De verdad estaban vigilando desde tan lejos? ¿Son idiotas? Cualquiera le hubiera dado tiempo a entrar sin ser pillado si no se queda parado aquí."

Haciendo poco caso a los guardias, me giré con la capucha aún puesta y levanté la cabeza.-¿De verdad es esta la manera en que las tropas del Imperio Kou destinadas en Yamagiri vigilan su cuartel? ¡Imbéciles! ¡Cualquiera podría entrar sin que os diera tiempo a atraparlo!- El primer guardia alzó la voz amenazante y apuntó con la punta de la lanza a mi cuello. -¿Es que no nos has oído? ¡Muestra el rostro y levanta las manos!- No me fiaba del control con la lanza del guardia y cuando elevó la lanza al cuello pegué un saltito hacia atrás asustada que dejó entrever el pelo. Del susto casi pierdo el equilibrio y los otros guardias al ver que actuaba raro se acercaron para sujetarme. 

-¡Soltarme ahora mismo! ¡No sabéis con quién os la estáis jugando!- Los guardias haciendo oídos sordos fueron a buscar al Capitán Sheing, que estaba dentro del cuartel para mostrarles a la supuesta criminal que habían capturado.

"Pienso arrestaros en cuanto todo se aclare, pienso decírselo a Kouen y haré que despidan a toda vuestra familia de cualquier trabajo en el que estén trabajando, pienso arruinaros la vida. ¡Maldita sea!"

-Señor, hemos capturado a una sospechosa que estaba husmeando en la entrada, señor.- Cuando me acercaron al capitán, el guardia que no me sujetaba me levantó la capucha y todos se quedaron parados cuando me vieron el color del pelo, más se quedaron boquiabiertos cuando les dije quien era. - Soy Ren Shinoya, 16ª hija de VUESTRO emperador, he sido enviada por Kouen hasta aquí por unos asuntos. ¡Exijo que me soltéis!- Con el último grito, los dos guardias me soltaron, pero se pusieron en guardia cuando fui a meter la mano dentro de la capa para sacar el informe de la misión con el sello de Kouen y enseñar única y exclusivamente el sello.

"Si no hubiera sido por el susto de antes no hubiera tenido que llegar a esto. Por lo menos no saben a qué he venido"

Tras enseñar el sello, los guardias pidieron disculpas y el Capitán Sheing los echó de la habitación.

El capitan Sheing era un hombre de mediana edad, con una cara comun en Kou y cuyo unico rasgo distintivo era sus largos bigotes, vestia de forma algo mas lujosa y llamativa que la que correspondia a su rango.

-Mis disculpas alteza no teniamos noticias de que venia, porfavor tome asiento- mientras dice esto hace un gesto con la mano señalando una silla cercana- En verdad le ruego que disculpe a mis hombres,digame¿Cuando ha llegado? si nos hubiera dicho que venia hubieramos preparado algun lugar adecuado a su grandeza para su estancia- El hombre se frota las manos, claramente no se esperaba la presencia de una princesa y quiere caerte en gracia-¿Que asunto la traen a una region tan remota? si disculpa mi indiscrección, oh mi señora, sea lo que sea seguro que mis hombres, y yo mismo por supuesto, estaremos dispuesto a brindarle cualquier cosa que necesite.

Tomé asiento, aunque de mala gana, no quería conversar con él, no aún. Me sentía rara además no teniendo que ocultar la cara, por lo que era incapaz de tener la mirada quieta y observaba todo lo que había en el cuarto mientras hablaba.- Y dígame Capitán, si le hubiera hecho saber que venía, ¿hubiera evitado lo que ocurrió ayer? ¿Cómo es posible que una mujer, por cómo la han descrito sus guardias, pase desapercibida de tal manera que llegue hasta el centro de la ciudad, incendie una casa y se vaya como si nada?-.

"Aunque viendo que nadie fue capaz de verme, ni si quiera de notar algo, mientras me movía por los tejados no es de extrañar."

El capitán iba a decir algo, pero antes de que abriera la boca, seguí hablando.-Pero bueno, ya que estoy aquí, aunque el asunto no sea este, ¿Qué puede decirme del pacto que, según esa mujer, hemos roto? Y si sabe algo, ¿Por qué se supone que lo hemos roto?.- La última frase fijé mi mirada en él para ver si notaba algo raro en su expresión. Despúes, le dejé hablar.

"Cuanto menos sepa que he venido a hacer aquí, mejor."

-Alteza, no puedo decir que hubieramos podido prever tal acontecimiento, jamas esperamos que los Toranus tuvieran los medios para ello. No obstante ahora que tenemos conocimiento de sus verdaderas intenciones y potencial tomaremos medidas, no esperaremos a que se repita, en cuanto estemos listos preparare una guarnicion para sublevar esta estupida revuelta.- Sheing tomo una pausa y procedio a explicarse- Es cierto que hemos estado siendo atacados, pero hemos echo todo lo posible por preservar el pacto de cooperación y respeto que vuestro hermano, el principe Ren  Kouen-sama, les propuso, incluso enviamos un emisario para intentar arreglar las cosas, lamentablemente fue asesinado...- En su tono de voz notas algo de lastima por la muerte de su subordinado- Le juro que nosotros no hemos roto de ninguna manera el pacto alteza. No sabemos que razón les ha llevado a hacer esto, pero sigue siendo una afrenta contra nuestro a amado imperio, y por ello yo mismo encabezare la sublevacion de esos salvajes.- El hombre dice todo esto sin parecer nervioso asustado, nada te indica que pueda estar mintiendote.- Pero alteza, digame ¿Que le trae a un lugar tan alejado de la capital?

Miré al capitán a los ojos, y pensé "Me gustaría ir a Toranus antes de que estos incompetentes se atrevan a hacer alguna locura."

-Está bien capitán, estoy aquí por los incidentes ocurridos hace una semana y anteriormente con unas muertes de mercaderes y otros, quisiera un informe para dentro de 2 días para cuando parta y quiero un informe completo y exhausto, no puedo volver sin él o el largo viaje que he hecho hasta aquí no habrá servido para nada. ¿Lo ha entendido? Aumente la cantidad de guardias si lo desea mientras hace el informe pero lo quiero redactado por usted. No me fío de sus hombres capitán.

"Espero que no se le ocurra desobedecerme, por la cuenta que le trae. Tendré así un par de días de ventaja frente a ellos, y podré indagar."

El capitán me miró extrañado -Pero alteza, los Toranus atacaron ayer, mis hombres esperan que de la orden para acabar con esos salvajes y acabar con esta sublevación, ¿No cree que ese informe puede esperar?- Parecía que sus ojos pedían ir a por los Toranus, lo entiendo, varios de sus hombres han muerto por los Toranus, pero Kouen me pidió que tratara de resolverlo de una manera pacífica. -Capitán, ¿Está insinuando que piensa desacatar una orden directa de una de las princesas del Imperio para el que sirve y le da de comer?-

"Mi fuerte no es la diplomacia desde luego... pero he de tratar de obedecer y cumplir para Kouen. Si puedo evitar una batalla lo haré."

-Como ordene majestad,jamas desacataria una orden de un superior. Si necesita algo mas durante su estancia no dude en pedirnoslo, tambien el dare una escolta personal, no puedo permitir que ande sola en estas circunstancias.- Tras decir estas palabras se levantó de su asiento y abrió la puerta para gritar unas ordenes, a lo que 6 guardias asistieron en un abrir y cerrar de ojos, por suerte ninguno era de los que te habian detenido. Todos ellos parecian rectos soldados entrenados.-Estos hombres son los mejores que tengo, seran su escolta durante su estancia y con todo respeto no permitire un no por respuesta, jamas me perdonaria si a su alteza le pasara algo.

Todo lo que habia que decir parecia dicho, el capitan Sheing se coloco de nuevo en su escritorio dispuesto a rellenar el informe y Shinoya se dispuso a salir acompañada por los 6 guardias.

Aunque no estaba muy contenta con la idea de que me siguieran 6 guardias, por lo menos había conseguido retrasar la partida de Sheing.

"A ver cómo hago yo ahora para salir del pueblo sin que lo sepan."

Para pensar, me fui a dar una vuelta por el pueblo, tampoco quería llamar mucho la atención, así que les pedí por favor que fueran como si estuvieran de patrulla, que yo estaría a la vista todo el rato. Simplemente necesitaba pensar en algo para poder escaparme esta noche una vez estuviera en la posada.

Tras pasar casi todo el día, no conseguía una idea clara, hasta que a la vuelta a la posada, se me ocurrió al fin.-Bueno, aquí nos separamos, estoy en la última planta en la habitación de la esquina, cenaré algo y me acostaré.- Traté de parecer lo más inocente posible, como si la situación fuera algo normal. Un guardia contestó. Lo siento, alteza, el capitán Sheing nos dijo que la acompañáramos todo el rato. No podemos dejarla sola.-

"Bien, picó" pensé.-¿Acaso no recuerda que estoy aquí de incógnito? No pretenderá que entremos todos a la vez y pretendamos hacer como si no pasara nada ¿No?. Sería muy sospechoso. Si se quedan más tranquilos, pueden entrar dentro de unos minutos para tomarse algo, me encontrarán cenando en la mesa del rincón, cuando acabe subiré a mi habitación a dormir. Después pueden montar guardia alrededor de la posada si lo desean.-

Tras esa pequeña charla, parece que lo entendieron, aunque no quedaron muy satisfechos. Entré, pedí mesa para cenar, y a los pocos minutos entraron ellos, y se sentaron en una mesa no muy lejos de la mía.

Al rato subí a la habitación y pensé qué hacer. Salir por la ventana como la última vez, que ya sabía cómo hacer pasar el arco y cómo pasar yo, e ir por encima de las casas hasta las afueras. Me asomé a la ventana cuando ya estaba preparada y vi cómo los guardias estaban preparándose para colocarse alrededor de la posada.

"Esto no es bueno, no será fácil salir de aquí." Metí la cabeza otra vez dentro y me mentalicé de que o lo hacía ahora o no me daría tiempo luego a volver. Volví a mirar y vi a uno de los guardias en la entrada. Intuí que se habían puesto alrededor del edificio para evitar que nadie entre y salga sin ser visto.

"Bueno, allá voy, como la última vez, primero el arco, y luego yo."