Partida Rol por web

Lucas había permanecido 3 largos e interminables días allí, en total soledad. Recién al segundo día le dieron un plato de comida, y agua solo como para beber dos sorbos. Estaba sumamente deshidratado y débil a falta de buen sustento.

En esa completa oscuridad se pierde la cordura. No tienes idea qué hora es, si es de día, si es de noche. Ni siquiera serías capaz de escuchar la lluvia si hubiera llovido.

Y de repente, pudo oír unos pasos que se acercaban a él. Probablemente habría pensado que era comida, pero lamentablemente no lo era.

Abran la celda.

Una antorcha se prendió y pudo visualizar el rostro de la persona que ingresaba. Tenía una mirada soberbia, llena de curiosidad y repulsión. Sentía desprecio por Lucas, y sin dudas este podría haberlo sentido.

Espero que estés pasando la mejor estadía posible en mi posada. ¿Están alimentándote correctamente?

Estaba hambriento; pero sobre todo sediento y desorientado. Lo que no estaba era tan loco, al menos no aún, para confiar en las palabras de un desconocido. Se quedó sentado en el suelo para reservar las escasas fuerzas que les quedaba.

¿Cuántos tiempo llevo aquí? - tal vez no le respondiera o le mintiera, quien sabe que estrategia iba a usar para sacarle lo que sabía. - La comida no está mal, escasa por lo que no he podido compartirla con las ratas.

¿Dices que es buena la comida? Vale, me encargaré personalmente de que te comiencen a dar menos comida y más putrefacta.

Este se acercaba lentamente a Lucas, de forma muy extraña.

¿Cuánto tiempo? ¿Qué te importa eso? ¿Acaso tenías que ir a algún sitio? Bueno… hablando de eso. ¿Dónde dices que se juntarán tus amigos a quienes ibas a traicionar?

-Pues la verdad es que la desnutrición y la falta de un trato hace que mi memoria no funcione muy bien, ¿sabes?- este imbécil se piensa que yo también debo de serlo -tal y como yo lo veo la habéis cagado. Se os han escapado y si tenéis que recurrir a mí en lugar de matarme es que la cagada es bien gorda.

Se quedó un momento observándolo convencido que los primeros golpes no iban a tardar en llegar aunque bien pensado el señorito no parecía de los que se manchaban en esas cosas si no de los que llegaban al final, preguntaban y se llevaban el mérito. tal vez no, la obscuridad y el cansancio podían haber hecho mella en su vista.

Sé que vais a torturarme y que acabaré contando lo que queréis escuchar- sonrió como si unos golpes fuera lo que necesitaba en esos momentos -el asunto es que cada día que yo aguante estarán más lejos del lugar donde quedamos y mi información os será menos útil. ¿Podéis permitíroslo?¿seguro que no podéis ofrecer un trato?

Este empezaba a reirse un poco.

Rayos, en serio que no tienes la menor idea de cuantos días llevas aquí encerrado. ¿Qué crees? ¿Que no sabíamos que ellos irían a ese puesto de armas en las afueras? Todo el mundo lo hace. Hasta mis propios soldados lo hacen.

Es más barato, dicen. Como si uno quisiera escatimar en algo tan importante como armas.... en fin. 

No, ellos ya están mucho más lejos de ese lugar. Tu información es mucho más que inútil. Pero entre ellos hay dos hermanos que son parte de la nobleza de Roland. Eso seguramente ya lo sabes. ¿Tienes alguna idea de a dónde irán? ¿Cual es el gran plan de ellos? ¿Estar junto a esta banda de mercenarios y luego desertar?

El hambre debe volverme sordo porque no he oído nada de un trato. Por cierto el puesto de armas es donde había quedado con los mercenarios no con los nobles. Y al parecer aún sabiéndolo se os escaparon. Con ellos negociamos el lugar antes de que llegaran los mercenarios, de modo que capturar a los mercenarios tampoco te serviría. Sólo un idiota no se habría dado cuenta que un grupo de mercenarios darían la nota por cualquier lugar que fueran

-Mi misión aquí, por lo que me quedé y fui de nuevo a la taberna era encontrar y ayudar a salir a la bárbara. El joven noble parecía interesado en hacerle unos cuantos bastardos, ya sabes y me iba a pagar bien por ello. ¿A acaso pensabas que volví porque me gustaba Felipe?

La ventaja de que lo hubieran dejado solo tanto tiempo es que había podido dedicar tiempo a su historia. 

El sujeto se empezaba a reír bastante. Realmente la estaba pasando muy bien con él.

Mis hermanos me habían dicho que esto sería una pérdida de tiempo. Y quizás lo es, pero igualmente admito que tu imaginación es buena. ¿Así que buscaban a la bárbara? ¿Esa sucia vikinga? Un noble podría tener tantas mujeres, pero bueno, es verdad, a veces las que nos rechazan pueden ser las que más nos gustan, ¿no?

¿Y te arriesgaste a morir en esta celda solo por algunas monedas buscando un encuentro sexual para tu nuevo señor? Sinceramente debes pensar que soy demasiado idiota si crees que me tragaría ese cuento.

Piensa lo que quieras, pero mientras tanto pasa el tiempo y ellos cada vez están más lejos de tus manos. Dime por qué pierdes el tiempo conmigo, haz que me ejecuten si tan controlado lo tienes todo.

Si aquel tipo estaba perdiendo el tiempo con él es que algo deseaba, claro que lo deseaba gratis; pero él también quería muchas cosas y mira donde había acabado.

¿Cómo se siente uno cuando unos mocosos bastante inútiles y una bárbara le dejan en ridículo malogrando un plan elaborado durante mucho tiempo?

Ahora fue él el que se rió, no tanto ni tan fuerte como le hubiese gustado por una tos seca se lo impidió recordándole que necesitaba beber.

A mi no me interesa capturarlos, ahí es donde te equivocas. 

El sujeto se limitaba a recostarse en un costado de la celda. En una saliente, que bien podría ser usada como cama.

No lo sé. No me interesa eso. Es decir, podría capturarlos cuando tenga ganas. ¿Pero quiero hacerlo? ¿Quiero tener más bobos aquí encerrados? ¿O huecos que enterrar donde sea que los mate? Mis intenciones van un poco más allá de eso.

Quizás me gusta simplemente compartir tus últimos minutos con vida. ¿No lo crees? Yo pienso que nadie debería morir solo...

¿Veias el final de tu camino aquí?

Mentiras. Ese era el juego- La verdad desde que me hirieron lo que no he logrado ver es la vida en ningún lugar. Este es tan buen lugar o incluso mejor que muchos en los que he tenido que dormir mientras era soldado.

O tal vez no, ¿Pero qué importa? desde que cogí la espada supe que no llegaría a viejo. - Supongo que aclarado todo esta es la despedida, seguro que tenéis muchas cosas que hacer más importantes que yo por lo que agradezco la cortesía de vuestra visita, seáis quien seáis.

En efecto, soldado.

El sujeto finalmente se levantó, acercándose al cuerpo de Lucas con una daga en la mano. Este iba a realizar un corte en el abdomen de él, pero justo antes se detuvo.

¿Será cierto que traicionaste a ese grupo? ¿Te interesa volver con ellos, para actuar como un agente para mi? Me enviarás cuervos con la información de lo que traman y a dónde se dirigen. Recibirás un lujoso premio cuando tu misión haya terminado y regreses aquí. Claro, si sobrevives a semejante empresa.

No hay mucho más que ofrecer, ¿no? Puedes morir aquí, ahora, o morir allí afuera, en tu terreno, dónde pertenece tu espada.

Entiendo vuestras dudas mas pensad. ¿mi grupo? No los conozco de nada, alguien nos metió en el mismo saco supongo que porque estábamos en un lugar equivocado.

Así eraba vida. Un país quiere conquistar otro y para ello no le queda más remedio que invadir el que los separa aunque no tenga nada contra ellos. Ya se había cansado de decir por activa y por pasiva que era un mercenario y servía al que mejor pagaba y ahora mismo la mejor paga era conservar la vida.

Os diré algo, que quizás sepáis o quizás no, para demostrar que nada me une a esa gente. Tenéis una asesina dando vuelvas por vuestra ciudad, ella fue la que les advirtió que tenían que huir y los puso en contacto con los mercenarios.

Soy un soldado,no haya nada peor para mí que la paz. Haré lo que sea para seguir combatiendo.

Entiendo... 

El sujeto se acomodaba el pelo.

Sin embargo, ¿sabes cual es el problema? Tu increíble falta de lealtad. ¿Me entiendes? Ahora me dices algo de una asesina y no sé sinceramente ni que pensar. Yo supongo que esos lores te ofrecieron también algo de oro, ¿así qué por qué traicionarlos? En fin. No importa. En serio, no más preguntas. Tengo que acudir a otra reunión ahora.

¿Qué dices? ¿Aceptas mi propuesta? Te daré una bolsa de 40 monedas de oro en este mismo instante. Iras a buscarlos por dónde sea que se hayan metido. Seguirás su rastro. Cuando los encuentres, si es que lo haces claro, te reincorporaras al grupo como si nada, y me estarás enviando cuervos semanalmente para saber por dónde van. ¿Si?

Acepto.

Podría tratar de convenceros de mi lealtad aunque no me creeríais. Lo que me extraña es el motivo por el que seguís pensando que tenía un trato con ellos. Da igual. Era lógico que dudara. Él tampoco tenía motivos para creer que cumpliría su parte del plan y cuando volviera no lo haría colgar del cuello. Riesgos, lo mejor de ser soldado. Se cayó un momento antes de hacer su petición. 

Ellos también dudaran de mí, de mi tardanza, incluso si la asesina se les ha unido pueden que sepan que me capturásteis - mostró las palmas de las manos en señal de indiferencia - algo se me ocurrirá aunque hay algo que puede ayudarme a ganarme a uno de ellos. Es vuestra decisión concederlo o no, pero unas letras de Sir Hagen diciendo que está bien y esas cosas me ganaría el aprecio del negro - Sonrió mientras pensaba ¿En realidad por qué no debería traicionarlos? Mi vida y cuarenta monedas es mucho más de lo que ellos me ofrecieron.

El sujeto asintió delicadamente, mientras cruzaba de brazos. Sin dudas se veía pensativo, como si tuviera que lidiar con varias decisiones.

Darte unas letras de él sería extraño. Te preguntarán como lograste conseguirlas. No, lo mejor es que sea que querías vengarte del tabernero y fracasaste. No hay mucho más que puedas decir. Y si esa asesina está con ellos, pues te deseo buena suerte - riendo -. pero lo dudo... no estará allí todavía

Era evidente que el sujeto dejaba entrever que en realidad sí sabía de quien hablaban.

Bueno, ahora te traeré algo mejor para comer y beber. Tienes que empezar a recuperar tus fuerzas. Prepararé una bolsa con oro para que ti, y te irás pronto.

Su estómago empezó a rugir con tan sólo la mención de la comida por parte del sujeto. La primera parte no había ido tan mal como era de esperar, quizás porque no había necesitado mentir salvo en lo de que no le importaba morir. Explicar su retraso al grupo no iba a ser tan fácil. Quizá la gente con la que trató estuvieran dispuestos a creerle pero los mercenarios eran otra cosa. Gente dura que por naturaleza desconfiarían de él. Necesitaba una estrategia.

Necesitaba comer, beber y dormir sin tener que vigilar los mordiscos de las ratas y después ya pensaría como engañar al grupo que perseguía.

- Como deseéis, señor.

Al rato de que el sujeto se fuera, varios guardias aparecieron en la celda de este. Le brindaron unas cuantas piezas de carne cocida, pan y algo de pescado. También una jarra bastante honda de agua para que este pueda tomar. Lo dejaron allí comiendo un rato, hasta apareció en escena.

Me dieron la orden de darte esta bolsa de monedas de oro. También tu armadura y esta espada.

El soldado le había dado una espada de buen temple. Era bastante ligera pero con buen filo. Sin dudas era ideal para Lucas, ya que tenía un brazo medio inútil.

Cuando este hubiera finalizado de comer, saldría de la celda en dirección a la puerta del calabozo donde allí estaba. Cuando pudo ver las otras celdas con las que compartía espacio, pudo notar que estaban todas vacías. Él había sido el único que fue encerrado allí.

Un guardia le ayudo a subirse a un caballo, explicándole que ya podía pasar por la puerta de la ciudad para marcharse.

Se me dio la orden de que también has de llevar esta bolsa. Mi señor me dijo que tienes terminantemente prohibido revisar la bolsa hasta que no hayas salido primero de la ciudad. Espero que no le desobedezcas.

El hombre le dio una bolsa cerrada extremadamente pesada, y con un ligero mal olor que despedía la misma. Sí Lucas la aceptase, ya podría marcharse cuando quisiera.

Cuando le dieron la jarra bebió con ansía hasta el punto de tener que obligarse a dejar de beber para no vomitarla. No tuvo el mismo problema con la comida que devoró sin detener de masticar para después terminar de saciar su sed ya de manera pausada.

Se colocó su armadura alegrándose de no haberla perdido e hizo un par de aspas en el aire con la espada. Era mucho mejor que la que había dejado a cuidado de sir William y que no sabía si recuperaría. Se sentía de nuevo soldado y era una sensación que le hacía feliz a pesar de saber que era falso, seguía siendo un mercenario, sólo que con un nuevo patrón.

Salió de la celda y observó como todo estaba vacío. Sin dudas aquel hombre sabía lo que hacía. Nadie que pudiera darle noticias de lo que estaba pasando allí.

El caballo era una buena noticia aunque hacía mucho tiempo de la última vez que había montado y con toda seguridad tendría molestias en las piernas al final de la jornada. Cogió la bolsa con una mueca de asco en su cara. Apestaba y se temía lo peor -Si no hay nada más me marchó- dijo al soldado y todo rumbo a la puerta.

Esperó a estar a una docena de kilómetros de la ciudad para abrir la bolsa. Estaba bastante seguro de que no le iba a gustar el contenido; pero tarde o temprano tendría que abrirla y además apestaba. La abrió con una medio oración en los labios.

Antes de que Lucas pudiera ver el contenido de la bolsa, habría una carta que quizás podría llegar a ver.

La carta decía:

Para el buen soldado, que ha de cumplir su supuesta misión. Si el noble de Roland quería a la bárbara, llévasela y que la ponga como trofeo.

Efectivamente se trataba de la cabeza de Astrid la que yacía en la bolsa.

Dejó caer la cabeza -Maldito loco- Bajó del caballo y vomitó parte de la comida que tomó en la celda. ya había imaginado como una posibilidad que hubiese una cabeza pero de ah a verla. Volvió a vomitar.

Cuando se tranquilizó su cabeza empezó a trazar un plan. Buscó las hojas más grandes, secas y olorosas que pudiera encontrar para envolver la cabeza. La volvió a meter en la bolsa y la colgó de la silla de montar. En parte como recordatorio y en parte porque esperaba que su historia fuera más fácil de aceptar si todos estaban furiosos y asqueados.

Volvió a montar con la duda de a donde dirigirse. Si habían logrado separarse de los mercenarios irían camino de Lumen; pero si no tendría que averiguar hacia donde se habían dirigido los mercenarios. Al final pensó que lo mejor era el puesto de armas de Banderlai y allí preguntar. Luego decidiría que camino seguir. Tan sólo esperaba encontrarlos pronto o la cabeza iba a apestar.