Edain durmió placidamente esa noche, a pesar de algún que otro ruido que pudiese escucharse en aquel sitio.
Los gallos empezaron a cacarear bien temprano, impidiendo que este pudiese seguir su sueño.
Se levantó dispuesto a marcharse, cuando se percató que en su carreta casi todos sus artículos habían desaparecido. Alguien le ha robado.
Escuché los gritos de los borrachos, seguramente terminaría con un muerto y alguien en fuga por asesinato. Por lo tanto simplemente volteé los ojos y puse la mano sobre la espada.- Señores, por favor. Resolved esto afuera, o nos veremos obligados a detenerles.- Les hice entender que estaba del lado neutral de Pólux, y esperaba que los demás hicieran lo mismo. Tal vez al ver la mayoría terminara el embrollo en otra parte.
Los hermanos repitieron la misma acción, desenvainando sus espadas.
Atemorizados por la presencia de esos guerreros, que a simple vista parecían ser muy experimentados, decidieron acabar con su riña.
El negro, padre de la chica, se terminó retirando luego de dar algunos cuantos insultos, dejando al otro joven en la barra, quien siguió bebiendo su vaso de cerveza.
Este miró al grupo y asintió, como un gesto de agradecimiento.
Ciertamente evitaron que hoy muriera, pero lamentablemente aquí las cosas son así. Esto no ha terminado, y si no era hoy, me matarán mañana.
Este se encogió de hombros y empezó a beber.
Luego de despertar bien descansado por un largo y duro día, Edain se despidió de la encargada de la taberna y se dirigió hacia la carreta, pero se dio una gran sorpresa al ver que estaba vacía, saqueada. -Maldición, sabía que esto pasaría.- Se quedó un momento pensando tratando de asimilar lo que le había pasado, resentido. -"¿debería buscar al culpable?"- se preguntó debatiendo por si mismo el quedarse o salir cuanto antes para reunirse con sus compañeros...
- Mierda, necesito mi mercancía, ademas las armaduras...- Edain se preparó para salir a buscar al primer sospechoso en su lista, el campesino borracho.
Edain estaba decidido a dar con los objetos robados. Después de todo, aún no habrían tenido tiempo de venderlo, así que era posible que pudiera terminar hallandolo, pero debía darse prisa.
Empezó a recorrer el pueblo y notó que no había mucha gente allí. Hablandole a uno que caminaba por el pueblo, le dijo que todos estaban trabajando en el campo, cerca del lago que se hallaba a su derecha.
Le preguntó por aquel campesino borracho de piel morena, y rápidamente le dijeron que sabían quien era. Después de todo, en aquellas tierras no es común ver a alguien de ese color de piel.
Aquel hombre le explicó que era muy violento y pendenciero, y le indicó luego la casa donde podría hallarlo, aunque era posible que no estuviese allí.
Empezaste a caminar hasta dicha casa, y tocaste la puerta. Miraste por la ventana, y nadie respondió.
¿Qué haces a continuación?
-No estaría mal echar un rápido vistazo para comprobar si este cabrón me ha robado.- Edain sacó la espada y comprobó si la puerta o la ventana estaban abiertas para entrar, de otra forma si estas no cedían le tocaba aplicar la ganzúa.
Me la juego, entro por cualquier entrada abierta o ya me dirás >XD
Oktael pudo relajarse recién al terminar la riña. Parecía que aquel sañvaje mundo no dejaría de sorprenderlo. Sin dejarse llevar por el agradecimiento, le contestó en un tono agrio
- podrías al menos explicarnos por qué le enfurece tanto a aquel hombre que te acuestes con su hija.- sabía que era normal que la gente de color se viera ultrajeada por hombres y mujeres que se creían superiores solo por la piel. Imaginarse a su mujer o su hija misma violentada por un hombre de esos le hervía la sangre
No le resultaría demasiado difícil a Edain lograr adentrarse en el hogar. Las puertas estaban bien cerradas, pero la ventana se podía abrir con facilidad con un buen golpe.
Al estar allí, empezó a revisar con atención las pertenencias de este. No encontró nada de sus pertenencias, salvo un pequeño trozo de papel que tenía escrito un sitio y un hora. La misma decía, Iglesia al mediodía.
Sabes que no falta demasiado para el mediodía, y ya has visto la iglesia al entrar al pueblo.
¿Por qué es la pelea? - este rió unos instantes, pasando luego a una faceta más seria.
Vaya... la verdad no lo sé. Ha surgido hace tanto, que creo que ninguno de los dos lo sabemos. Fueron rencillas familiares que fueron pasando de generación en generación. Lo cierto es que me acosté con su hija, porque ambos queríamos hacerlo.
Él no puede soportar que un enemigo de su familia haya estado con ella, y eso es otra cosa - se encogió de hombros.
Al dirigirte a la iglesia, te sentarías en una escalinata, ya que parece que llegaste temprano.
Al poco rato, finalmente aparece el sujeto con el que te peleaste. Este parece hablar con otra persona y luego entran a la iglesia.
Ese día no hay misa, por lo que no parece haber gente mucha gente por las cercanía.
¿Entras a la iglesia? ¿Buscas por los alrededores si están los objetos?
El tiempo era esencial por lo que optó primero por buscar los objetos, quizá este tipo esté negociando con un comerciante del mercado negro o algo por el estilo, pensó.
Pólux palmeó la espalda de William satisfecho cuando vio como esa chusma se iba de aquel antro, para acto seguido escuchar a aquel pueblerino, ante el que no dejó pasar la oportunidad y le dijo:
-¡Una jarra para mi nuevo amigo...! -exclamó el guerrero siempre con facilidad ser amistoso a la vez que le daba la oportunidad de presentarse diciendo su nombre- mi nombre es Pólux y hoy es tu día de suerte muchacho, yo diría que necesitas un grupo que te mantenga a salvo y nosotros necesitamos más gente para nuestra compañía, ¿qué me dices? somos mercenarios de camino a Roland, y aunque el trabajo no siempre es muy satisfactorio, nos da para algún que otro capricho cuando conseguimos un trabajo bien pagado -expuso con una de sus sonrisas varoniles- ¿sabes manejar algún arma? bueno da igual, ya te iremos enseñando si te interesa, pero tendrás que empezar como escudero, te aviso -concluyó Pólux, al que siempre le había hecho ilusión tener a un muchacho que le limpiara el caballo y sacara brillo a su armadura.
Las situaciones hay que aprovecharlas amigo, es hora de aumentar la comitiva XD.
¡¿Qué?! ¿Yo?
Este empezó a reirse.
No, no, buen amigo, gracias por el trago - este asintió tomando el vaso que le servían - pero yo tengo muchas responsabilidades aquí, con mis tierras, con mi familia. No puedo abandonarlos de un día para el otro.
Y ciertamente no sé pelear. De suerte solo sé despellejar animales si me das un cuchillo, nada más.
intentando reclutar npc's? interesante jaja
A Pólux no le sentó demasiado bien la negativa del muchacho, si la situación era tan crítica como decía no entendía como podía querer quedarse, sin ninguna duda aquel tipo moriría, pero no por culpa de su asesino, sino porque era estúpido...
Así pues le respondió secamente diciendo:
-Pues si os van a matar, no sé por qué cojones os importa toda esa mierda -expuso dando a entender que de poco te servía la familia y tus propiedades si estás muerto- en fin, de necios está el mundo lleno, si preferís morir pronto pero con propiedades, que así sea; pero no creo que os sirva de mucho en el más allá... -concluyó un tanto tenebroso, como quien ha visto a la muerte y sabe de lo que habla.
Acto seguido antes de que el tipo pudiera apurar su bebida, se la arrebató sin tapujos y se la agenció él mismo, con una jarra en cada mano, dando a entender que estaba con él o contra él. El guerrero era de sentimientos simples, y rápido para la alegría, pero también para el enfado.
Pues eso, que ese tío es medio tonto, y me quedo su cerveza XD.
Este observó las acciones de su fiel amigo y puso una mano en su hombro, de forma firme, como para apaciguarlo.
Espero sepas disculpar a mi amigo. Ha sido un día muy largo para nosotros, y ya a este punto no pensamos con demasiada claridad.
Este intentó coger el vaso que Polux le arrebató al pueblerino, y si Polux lo cedía, se lo daría de nuevo a este.
No queremos problemas, Polux, si empiezan a cantar que un grupo de mercenarios llegaron al pueblo, ¿a los oídos de quien podría llegar? - le dijo a este, en tono bajo.
El guerrero soltó su vaso de malagana, haciendo caso a las palabras de su amigo y se centró en su propia jarra, dispuesto a relajarse al menos con la bebida, dado que parecía que era lo único que le quedaba...
Este tomó su vaso de regreso, aunque ya con mala actitud. Se había ofendido bastante con la acción de Polux y su temperamento.
Se mantuvo en silencio sin decir nada, puesto que tampoco quería provocar a hombres armados y notablemente más fuertes que él.
Ps... susurró, y empezó a beber.
Bien, eso ciertamente fue algo educativo - negó con la cabeza - por hoy, iré a descansar. Ya estoy muy cansado.
Oktael empezó a sentir el agotamiento en su cuerpo. Era la primera vez desde la muerte de su hijo que se reñajaba finalmente.
Decidió que era momento también para irse a descansar, pero antes golpeó suavemente a Polux en el hombro.
- amigo, habrá tiempo de sobra para pelear. No ensucies tus puños con alguien que teme desprenderse de sus bienes materiales antes que su propia vida. Será el primero en traicionarte después.-