Partida Rol por web

La hija de Chronos

Jornada 3: El sueño del príncipe Tenji

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02/12/2016, 11:55
Detlef

Detlef alargó la mano como queriendo coger algo en caso de que cayese al suelo. Ver a Hamo manejando tantas cosas a la vez con las manos le parecía algo tan complicado que se temía un accidente aunque claro, siendo un artesano (porque eso había deducido que era), suponía que precisamente si con algo sería hábil sería con las manos.

Viendo que se las apañaba bien, el bávaro se relajó un poco y se inclinó para ver las tallas. 

Hmmm, creo que eres demasiado modesto. Para ser algo tallado en el camino y sobre algo como una ballesta, es un trabajo notable. No soy un experto, pero aquí y aquí, por ejemplo, me gusta cómo las escenas fluyen una en la otra. Además, parece que habéis tenido un viaje interesante. Yo apenas acabo de empezar el mío, así que todavía no me ha pasado nada muy notorio.

Al oír al otro viajero hablar sobre habitaciones, rápidamente hago un inciso en la conversación: Eh... sí. Si nos molesta, yo también necesito donde alojarme y este sitio parece tan bueno como cualquier otro.

En realidad parecer, lo que parecía es algo tétrico... pero Detlef tiene la impresión de que todo el Reino del Peligro es así, realmente.

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02/12/2016, 14:44
Sasha

Partimos en grupo hacia la posada más próxima y veo que el interior de aquel sitio se encuentra en armonía con el resto del lugar. Los parroquianos que tomaban las mesas contrastaban mucho con nuestras complexiones, no obstante, dado el recibimiento del posadero, todo el mundo era bienvenido allí. Eso si que contratas con el resto, el carácter afable de aquel anciano. 

Mientras el nuevo compañero y Hamo se enzarzan en una conversación de tallaje que ni me interesa ni podría comprender, acompaño al resto a la barra, asintiendo en cuanto Dastan nombra habitaciones. 

Una bien mullidita, gracias - sonrio, ronroneando cuando habla de cena - Si que deberíamos cenar. Podría poner cerdo asado para todos.

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02/12/2016, 18:51
Kivo

Kivo se sentó con resolución en una banqueta y asintió firmemente a Sasha.

Yo soy Kivo. Sí, carne asada. Y sopa. Y queso y pan, por favor. Tenemos hambre.

Estaba recto en su asiento y con la mesa a la altura de la barbilla, esperando pacientemente la comida. De pronto se dio cuenta de que se había unido a ellos otro viajero. En los caminos era algo normal. Conocías a un grupo o a un solitario, compartías un trecho, un fuego, un almuerzo o una historia, y luego te despedías para seguir tu senda. A veces esos encuentros duraban una par de horas. Otras veces hacías amigos durante varios días. Kon, por ejemplo, había sido un encuentro fortuito en aquel templo, pero habían acabado formando un grupo. Después de conocer a Naga, solo se podía decir que aquel encuentro era de agradecer.

– Hola. Soy Kivo –se presentó.

Hamo y el muchacho estaban hablando de tallas y artesanía, y Kivo no podía menos que sentirse interesado. Puso encima de la mesa su vara de Faerys, una de las maravillas oobi de su región natal. Un bonito y ornamentado bastón-para-todo, que igual te servía para caminar, para colgar el hatillo de equipaje al hombro, para azuzar al ganado, o para golpear a un fiera salvaje. Algunos oobi de Faerys incluso tenían varas con un lado afilado, que podían llegar a cortar e incluso talar madera. Las varas de Faerys servían para muchas cosas. Incluso para disparar un dardo. Porque las varas de Faerys están perforadas y son, también, una cerbatana.

... pero pocas veces la he usado así –explicaba, mirando por el agujero de su vara como si fuera un catalejo. Sopló dentro para limpiarla y sonó una sorda vibración musical que casi parecía el ronroneo de un gato. Kivo no había usado mucho su cerbatana porque era más apropiada para cazar que para una pelea y, además él prefería comprar la comida antes que cazarla–.

Todo eso era posible por la extraordinaria dureza y, al mismo tiempo, ligereza de la madera de blantán con la que se fabricaban las famosas varas de Faerys. Kivo parecía muy orgulloso explicando esas cosas.

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03/12/2016, 12:37
Tohara

-Me temo que no tenemos habitaciones individuales, jovencito. Pero pueden ocupar todos una de seis personas. Voy a acomodaros los jergones de las camas para que podáis dormir- dijo la mujer muy diligente y se apresuró a servir a los Viajeros un té caliente con el que recuperarse del frío de fuera, el cual olía de maravilla. Aquella mujer debía tener buenos proveedores porque el Reino del Peligro no parece que permitiera cultivar nada en sus tierras.

La mujer rió con las palabras de Sasha. -¿Cenar? Es mediodía, joven- luego miró el movimiento de las orejas de Sasha, tratando de descifrar su significado. Nunca había visto un antroponeko por aquella zona, ni un oobi. Así que tanto Sasha como Kivo se llevaron la mayor atención.

-Oh, un pony con jersey, por aquí no se ven muchos... Claro que le haré un hueco en el establo- fue rápido a resguardar a Mike que esperaba fuera y luego entró a poner una sucesión de platos que hicieron las delicias de todos. Aquella mujer se movía a una velocidad y con una energía envidiable.

  

La comida olía y sabía genial, no tenía nada que envidiar a la de cualquier otro lugar de los Trece Reinos. Tohara observó satisfecha cómo la degustabais.

-Y bien, Viajeros. ¿Qué os trae por aquí? No parecéis ser cazadores de monstruos... ¿Venís por la recompensa por despertar al príncipe?- dijo sacando sus propias conclusiones.

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03/12/2016, 18:01
Kivo

Kivo se entretuvo en comer con auténtico interés. Estaba todo delicioso. Ante la pregunta de la posadera se encogió de hombros.

– No –dijo, masticando a dos carrillos. El estado del príncipe le era, en ese momento, indiferente. A lo mejor el príncipe era un antroponeko, que según la experiencia de Kivo solo querían dormir–. Si tiene sueño, que duerma, ¿no?

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03/12/2016, 22:10
Dastan

—¿Una de seis personas? Tendrá que servir. Se lo agradezco.

Dastan estaba realmente cansado, pero los olores que venían de los pucheros revitalizarían a un muerto. Se dispuso a comer son sus amigos. 

Kivo respondió a la posadera y Dastan elaboró un poco —Somos viajeros, simplemente. Hemos visto el anuncio, mañana quizá tratemos de solucionar esa tarea y quizá no. Hoy el viaje por el bosque nos ha dejado destrozados. Aunque este guiso seguramente nos recupere las fuerzas. 

Hamo, Kivo y el tal Detlef hablaban de maderas. El bueno de Dastan no tenía mucha idea de eso, pero les escuchó como una charla lejana. Con la boca abierta para hablar no se podía comer, y comer era justo lo que quería en ese momento. 

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04/12/2016, 00:36
Hamo

Kivo había tenido a bien explicar algo más sobre el bastón que siempre llevaba, y Hamo aprovechó para recoger unos platos para Detlef y él. Imaginaba que el joven tendría dinero para pagarse su comida, y probablemente se sentiría incómodo si le preguntara, así que lo dio por sentado. Justo llegaba cuando su compañero de viaje emitía aquel sonido.

- ¿Y qué planes tienes en el Reino del Peligro, Detlef? ¿Tienes algún plan para tu Viaje? - las intenciones del artesano eran bastante evidentes: si el estudiante no tenía ningún camino que les alejara de ellos, le pediría que se uniera a su grupo.

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05/12/2016, 19:22
Sasha

¿Medio día? Quizá debía debía abrir un poco más los ojos... Todos en general, porque creía recordar que todos habíamos hablado de cena. No importaba en cualquier caso. Según la mujer nos pone los platos, me enzarzo a probarlos. La posadera pregunta sobre nuestros motivos para estar allí, y como me parece que está debidamente respondida y yo lo único que haría es rizar el rizo, y eso es eso extremadamente cansado, me dedico a comer emitiendo un sonoro ronroneo. 

Tampoco tenía problema en compartir habitación, siempre y cuando el nuevo compañero no roncara o tendría que buscar una pelusa y metérsela en la boca para que acallarlo. 

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06/12/2016, 21:03
Tohara

La mujer escuchó la respuesta de Kivo y tuvo que sonreír.

-No tiene sueño, lleva días durmiendo y nadie sabe la razón. Dicen que ha caído una maldición sobre él- comenzó a contar la señora y tomó asiento al lado de los viajeros, con confianza. -La realidad es que no solo él duerme, todos los sirvientes que se encontraban en el ala donde se encuentra su habitación están dormidos. El sueño es profundo y se ha hecho lo posible para despertarlos, pero nada funciona. El rey Redhood está tremendamente preocupado y, la verdad, es que es comprensible. El príncipe Tenji es su sucesor, no tiene más hijos y de no despertar es probable que una guerra terrible se desate.

Miró a los hombres rudos que se sentaban en las otras mesas. -Aquí la gente tiende a ser violenta- susurró, como si de una confidencia se tratara. Estaba claro que allí no venían a cultivar rosas, los viajeros que pisaban aquellas tierras era porque querían superar la afrenta de cazar una buena bestia. Las recompensas que se daban en esas cacerías eran conocidas en todos los trece reinos, pues era una manera rápida de ganar muchas monedas de golpe, pero también de perder la vida si no se tenía cuidado.

-Iré a prepararos la habitación, hacedme saber cuándo queréis hacer uso de ella. Os veo cansados, pero el día apenas acaba de empezar... Aunque, como dije, no parecéis viajeros cazadores- la intrépida mujer se fue como un torbellino, como vino. Ahora os quedaba disfrutar de la comida y descansar.

Notas de juego

La comida es deliciosa y os da +1 a salud.

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08/12/2016, 20:37
Kivo

La mujer se escabulló aun antes de poder responderle. Ellos no eran unos viajeros que estuvieran buscando cazar bestias. Solo habían llegado allí inspirados por la semilla.

En cualquier caso, la señora había contado algo que hacía pensar a Kivo, que masticaba a dos carrillos con la mirada perdida. ¿Qué habría pasado en el castillo? ¿Cómo pueden haberse quedado dormidas todas esas personas? ¿De verdad había sido una maldición? ¿Y con qué motivo? ¿Quién puede querer molestar así a los demás?

Podríamos intentar ayudar –comentó–. En Ora pudimos hacerlo, ¿verdad? Por preguntar no pasa nada.

Quizá la semilla los había dirigido a esa ciudad para que ayudaran al rey. ¿Por qué no?

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09/12/2016, 13:28
Dastan

No sólo él sino todos los sirvientes... aquello tenía que ser maldición o veneno.

Lo que más preocupaba a Dastan era lo de la posible guerra. Aquello era horrible simplemente de pensarlo.

—Agradeceríamos usarla cuanto antes. Nuestra amiga Sa... —dejó de intentar echar la culpa a la Neko— estoy que me caigo y quiero descansar. 

—Si, Kivo, creo que podríamos intentar una ayuda —el pequeño Oobi tenía vitalidad infinita— pero varios de nosotros estamos que nos derrumbamos. ¿Podríais preguntar por la posada mientras descansamos y luego ya con la información intentamos ir donde nos haya llevado la misma?. 

Notas de juego

Algunos tenemos que descansar sí o sí.

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09/12/2016, 19:29
Hamo

Hamo estaba bastante descansado, así que decidió aprovechar el tiempo de que disponía mientras sus compañeros descansaban.

- Si no os parece mal, daré una vuelta por el pueblo y a investigar un poco sobre lo que le ha sucedido al príncipe. Quizás obtenga algo de información de los herreros locales - dijo, sonriendo.

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04/01/2017, 20:38
Sasha

Comienzo a dar buena cuenta de la comida que la posadera nos sirve, sin dejar de prestar atención a lo que nos explica. Esto para un antroponeko era una esfuerzo tremendo, pues solíamos ser capaces solo de mantener la concentración en una cosa. Prestar atención a dos era cansando. Pero no estaba en casa, sino en mi viaje y debía esforzarme como dijo padre... Para ver lo dura que es la vida y luego poder volver a caa y disfrutar mucho mas de las siestas. 

- Te acompaño - le acabo diciendo a Hamo - Alguien tendrá que cuidar de ti si te metes en lios. 
 

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04/01/2017, 20:55
Detlef

Detlef se había tomado su tiempo para observar a sus nuevos compañeros... bueno, quizás "compañeros" fuera algo precipitado, viendo que acababan de conocerse. Pero, ¿no se supone que eran así las cosas en el camino? Al principio de su viaja, se había sentido algo incómodo con la caravana de mercaderes, gente perfectamente desconocida y que francamente no tenía que ver con él. Y sin embargo, durante los días de marcha y en torno a las hogueras por la noche, era sorprendente lo poco que eso parecía importar. Habían hablado, habían reído y les había cogido bastante afecto para quedarse despierto preparando un regalo con sus limitadas habilidades para ellos, y su bastón era prueba de que ellos habían sentido algo parecido.

Empezaba a entender a Helva, años atrás. "Buscame en los caminos", le dijo al despedirse. En aquel momento se había preguntado cómo podía seguir teniendo esa mirada limpia y divertida al hablar de vivir a salto de mata, sin raíces, un camino detrás de otro. Ahora... no podía decir que la entendiese de todo. Pero, desde luego, empezaba a hacerlo.

¿Eh?- preguntó, algo perdido al sacarle de sus pensamientos una voz que se dirigía a él. Era Hamo, preguntándole por sus planes.

Buena pregunta. ¿Cuales eran?

"No tengo ningún plan, sinceramente..."- comentó, rascándose la cabeza algo azorado. Apenas acabo de comenzar mi viaje y, la verdad... aún no se ni siquiera lo que estoy buscano. No tengo rumbo, de momento al menos, cualquier sitio sería tan bueno como cualquier otro.

 Se giró luego al oír hablar al otro viajero, era... Dastan, sí, eso era. Rápidamente, se hicieron grupos. Lo cierto es que Detlef estaba cansado... pero, ¿cuándo no lo estaba?. No estaba hecho para los rigores del camino, pero algo tendría que cambiar, o si no este Viaje iba a ser muy penoso.

Además... le había picado el peor tipo de curiosidad, en el. La intelectual. ¿Un sueño no inducido y sin causa aparente, sin enfermedades ni veneno- los sanadores ya lo habrían notado después de ese tiempo? ¿Y encima contagioso? O quizás no sea contagioso, sino específico, por algo que tenga en común el príncipe y sus sirvientes... pero, ¿el qué?. Ningún libro que recuerde, sea de medicina, leyendas o historia, menciona nada ni remotamente parecido. Y dándole vueltas a la cabeza, ahora no puede parar de pensar en ello. No va a servir de mucho tratar de dormir...

¿Os importa si os acompaño?- dice al grupo que ya empieza a salir. La verdad es que estoy cansado, pero tengo que curtirme un poco o este Viaje me va a llevar siglos... además, quiero ver qué comentan sobre ese sueño misterioso. Nunca he leído a nadie que comentase algo parecido.

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05/01/2017, 10:06
Kon

Desde la llegada al pueblo, Kon había acompañado a sus nuevos amigos en un estado de sopor absoluto, su esfuerzo estaba centrado en no dormirse de pie, y, cada vez que Dastan hablaba de descansar sentía una paz y calor interior que casi lograban que lo hiciera. Los ojos de Kon eran apenas rayas pintadas en, su cara, pero se abrieron un poco al escuchar el problema que sufría el príncipe y las consecuencias que éste podría tener.

-Debemos...ayu...ayuda...ayudarles...no? - dijo encarando una columna cercana que sin duda había confundido con uno de sus compañeros - ya descan... zzzz....saremos cuan....zzzz....do lo haya...zzzz...mos arreglado - sentenció, haciendo obvio para el grupo que el sueño le estaba ganando la batalla por goleada.

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06/01/2017, 11:36
Naga

Dastan y Kon están demasiado cansados como para continuar caminando por ahí, es por eso que deciden subir a la habitación que la dueña de la posada les había otorgado a los Viajeros. El resto decidieron salir y ver qué aventuras les esperaban fuera. El sueño del Príncipe se había extendido más allá de las fronteras del reino del Peligro, por lo que era algo muy hablado.

Era siempre el Príncipe el que invitaba a todos los guerreros más aguerridos a la caza anual de bestias en los bosques de sus reinos. El guerrero más valiente que llevara la pieza más grande y peligrosa era bien recompensado. Además Tenji era el único heredero que quedaba de los Redhood, lo cual preocupaba enormemente al rey.

Fuera en las calles todo parecía inquieto, no era para menos pues el tema preocupaba a todos. Lo malo es que nadie sabía por dónde empezar. O eso parecía. Al pasear por las calles de la ciudad, los Viajeros vieron como dos guardias arrestaban a un muchacho vestido de cazador que no para de revolverse para tratar de soltarse.

- ¡Soltadme! ¡Yo no tengo nada que ver!- decía el cazador tratando de deshacerse de la presa que los dos guardias tenían sobre él. – ¡Estaba así cuando llegué! ¡Es la misma enfermedad que tiene el Príncipe! ¡No está muerto!

Uno de los guardias golpeó al muchacho con fuerza, dejándolo aturdido.

Notas de juego

No marquéis a Kon y Dastan ^^

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06/01/2017, 11:37
Tohara

El resto del grupo decidió marcharse, pero Dastan y Kon no podían. La caminata para llegar había sido demasiado pesada para ambos. La dueña de la posada os guió hasta la habitación que tenía para vosotros.

-Esta es vuestra habitación- dijo la mujer con una sonrisa amplia y os dejó las llaves tras abrir la puerta de la misma. Luego desapareció con aquella rapidez que la caracterizaba.

Al entrar la pareja de viajeros comprobó que había cuatro literas, un total de ocho camas. Todas con colchones bien mullidos que invitaban a tomar un descanso.

Notas de juego

Marcaos solo vosotros dos.

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06/01/2017, 18:09
Dastan

—Si quieres puedes pedirte la de arriba —dijo Dastan a Kon. Estaba tan cansado que apenas veía. Se quitó las botas y acudió a la litera más cercana, dejando su saco a los pies.

—Buenas noches —dijo tumbándose. Iba a dormir como el príncipe Tenji ese, Pero esperaba que no para siempre, sino para descansar y levantarse bien unas horas después.

En otra ocasión estaría interesadísimo en lo que ocurría, pero ahora simplemente no podía.

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07/01/2017, 01:29
Hamo

Hamo se había apresurado en dejar parte de su equipaje en la habitación, pero mantuvo parte de su dinero, sus herramientas de artesano y su fiel ballesta - tras el desencuentro en el cementerio, aprendió que nunca estaba de más ser precavido, sobre todo en un lugar que era conocido como el Reino del Peligro - encima, y se unió a sus compañeros a la salida. Había algo en aquella ciudad que le infundía vigor y energía, probablemente el bullir de movimientos y el sonido del metal siendo amartillado. Le recordaba a casa, y lejos de sentir nostalgia, le recordaba por qué había comenzado su Viaje.

Eligieron una calle cualquiera, pues desconocían el entramado de la ciudad, y comenzaron a andar. Se sentía raro sin Dastan y Kon, pero se merecían un buen descanso. Había sido un día duro. Sin embargo, se detuvo cuando observó la escena. Por un momento pensó en pasar de largo - no tenía ningún interés en compartir el destino del muchacho - pero algo de lo que dijo le llamó la atención. Si conocía al afectado por, según decía, la misma maldición del Príncipe Tenji, quizás podrían deshacer sus pasos y encontrar un punto en común.

Quizás nos venga bien - susurró a sus compañeros. No quería entrometerse sin preguntarles primero, por si les parecía inapropiado - ¿Creéis podemos hacerle unas preguntas para saber si tiene relación con el Príncipe?

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09/01/2017, 15:18
Sasha

Aprovechamos el descanso del resto para patear las calles. No contaba con que pudieramos recopilar información en tan poco tiempo, pero me equivoco. Caminando, ausente en mis pensamientos de la pelusa, nos acabamos encontrando con un altercado que me baja al momento de mi mundo felino interior. Mi cuerpo se pon en alerta y mi atención rápidamente se concentra en lo que tengo delante. 

Los guardias golpean al muchacho y yo, que no conozco la prudencia, no puedo evitar dar unos pasos hacia allá.

¿Qué pasa señores? ¿Quien cayó enfermo? - inteligente o no, ahí estaba.