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El hombre-dragón o ryuujin es el alter ego del director de juego, un espíritu guardián que protege el mundo. Los ryuujin suelen mostrarse en una de sus dos formas: como dragón, o como humanos de gran belleza, pero dotados con cuernos y alas de dragón. Se dice que también pueden adoptar formas de animales, plantas e incluso seres humanos normales y corrientes.

Los hombre-dragón viven alejados de la civilización, podría habitar dentro de un altar, de una cueva en el fondo del océano, o en un palacio en las ramas de un árbol. Solo cuando se encuentran cerca de su hogar poseen una forma tangible. Con el tiempo pueden aprender el don de la transformación, y a partir de ese momento hacerse sustancial y aparecer ante los humanos en su forma humana o dracónica.

Los Ryuujin son los guardianes de los dragones de las estaciones y, en cierto modo, del mundo. Se encargan de alimentar con sus historias a uno de los cuatro dragones, ya que estos no se alimentan de comida y son jóvenes dragones en crecimiento. Los dragones de las estaciones son los responsables de la creación del mundo, tienen una eternidad de crecimiento por delante.

Cuando un hombre-dragón encuentra a un grupo de Viajeros a los que desea seguir lo hará siguiéndoles sigilosamente, en ocasiones guiándolos y en ocasiones salvándolos de peligros. Aunque se han oído rumores de ryuujin maliciosos que ponen en peligro a los viajeros con sus tretas.

Para poder influir en lo que ocurre alrededor de los viajeros, los Ryuujin disponen de tres poderes especiales: Artefactos, objetos con el potencial de modificar las leyes naturales del mundo; Bendiciones, que ofrecen poderes milagrosos a los Viajeros; y Revelaciones, que permiten a un hombre-dragón usar parte de su energía vital para adoptar una forma sustancial.