Partida Rol por web

Si encontramos un grupo de soldados, seguramente no osen desconfiar de un documento firmado por el propio Solkan...pero aun asi será mejor estar preparados.
Ademas, si han dado la alarma sobre nosotros, no nos buscaran en el camino, sino justamente fuera de éste...De todas formas, en caso de problemas, acérquense a mi y voveré a hacernos invisibles para escapar...

Cuando el grupo levanta campamento, y comienza a regresar al camino en busca de una caravana, Murdock se cubre del frio con su capucha y comienza a rememorar el sueño vivido hace algunas noches.
Horas más tarde, en el primer descanso...
Hay algo extraño...no lo han notado? Es...como cuando dejamos la montaña maldita! Miren esto! La flecha que me rozó el hombro cuando fuimos a buscar a Stend...ni siquiera me ha dejado marca!
Maldicion! Exclama el mago, sospechando una nueva treta de la diosa...Si el tiempo se ha deformado como aquella vez, para cuando alcancemos el bosque no habrá más que cenizas y tocones resecos!
Murdock mira entonces a Daenerys, con la esperanza de que exista una mejor respuesta a lo que les ha ocurrido...
O acaso...acaso se trató de una plegaria tuya?...Sacerdotiza?

Las palabras de Murdock son bastante más que certeras; así que le voy dando la razón a medida que va hablando, así aparte de darle más confianza en si mismo lo hago conmigo también, aunque el breve intercambio anterior con Él me hace ser más que optimista.

Nuevamente descansando al mago vuelven a asaltarles las dudas a causa de una herida sufrida y aparentemente curada, le sonrío al pensar que yo tengo el mérito de tal hazaña aunque niego con la cabeza, - no es ella sino Él el que vela por nosotros, ni son cambios temporales ni de plano ni nada, solo su esencia que nos cuida y nos protege, ten fe buen amigo.

Mmmm, espero que solo sea eso. Ya nos fue muy mal cuando llegamos a Eflun y nos encontramos con que era una gran ciudad y no más un pequeño asentamiento.
Murdock, continua caminando, hasta que a lo lejos logran ver al fin el camino marcado por años de sufrir el paso de viajeros y carruajes.
Debemos tener cuidado cuando encontremos una caravana... Quizás incluso, convenga avanzar como si fuéramos dos grupos por separado...por si nos buscan por nuestra descripción.
Comenta ajustándose bien la capucha sobre sus ricas vestimentas y armadura.

Al escuchar las pregunta sy posterior respuestas de Daenerys, Zenram atiende a la conversación con interés, y cuando esta ultima hace mención a la fe, no puede ocultar un discreta sonrisa de complicidad. Luego, posa, mientras pasa a su lado, una mano en el hombro del mago, y sin pronunciar palabra, asiente, corroborando la afirmación de la drow, antes de alejarse un par de pasos y fijar su mirada en el camino, a la vista a escasa distancia.

Fe, en eso basamos nuestra esperanzas, pero en realidad es lo único que nos queda y por lo tanto debemos aferrarnos a ella.

Si vamos a arriesgarnos, hagámoslo juntos. Si nos reconocen, tendremos más opciones estando unidos. - propone, señalando con uno de sus dedos la aparición de una caravana compuesta por dos carros así como una media docena de hombres a caballo, hombres que no parecen soldados. - Y si tenemos suerte, quizás solo nos unamos a mercenarios dispuestos a ganar oro en una guerra.

Siguiendo el punto señalado por el dedo de Zenram, advertís como en el camino, a no mucha distancia de vuestro pequeño campamento, donde habéis parado a comer, hacen acto de presencia dos pequeños carros acompañados por varios jinetes, media docena que, sumados a más las dos parejas de hombres apostados y conduciendo los carros, hacen un total de diez. Por sus vestimentas, ni mucho menos las ropas oficiales del ejército, llegáis a la conclusión de que no son guardias, y si quizás mercenarios u hombres de armas que pueden estar dispuestos a unirse al ejercito que se supone a las puertas del Bosque Maldito.

Ambos carros, tirados por sendos pares de caballo, cubren su mercancía con lonas, por lo que es imposible saber lo que cargan.

Mientras se aproximan al carruaje, Murdock continua con la capucha hechada y alza una mano en señal de amistad.
Tienes razón Zenram...parecen mercenarios más que soldados. Yo estaré alerta por si intentan algo contra nosotros, pero supongo que es mejor que tu les hagas nuestra propuesta eh? Eres el jefe de nuestro grupo de mercenarios mjmjmjj....
Tras la broma, y al ver que los hombres al menos de momento no alzan sus armas en cuanto los ven, el mago se coloca en la retaguardia del grupo y saluda desde lejos, mientras siguen aproximándose....

¡HEA!! BUENOS DIAS! VIAJAN HACIA EL BOSQUE, A UNIRSE AL EJERCITO VERDAD?

- Vamos a ello; pienso al ver la caravana, la propuesta de Murdock pese la broma no está falta de razón, Zenram es el más apropiado para entablar conversación, así que permanezco silenciosa y a la vez atenta a cualquier contrariedad que pudiera producirse.

Ante la iniciativa de Murdock alzando su voz, varios de los jinetes, un total de cuatro, detienen a sus monturas y desenvainan sus armas, interponiéndose ente vosotros y las caravanas, mientras que los dos restantes, os flanquean sin esconder sus intenciones de evitar vuestra huida en caso de pelea. Los conductores de la carretas, no tardan más que unos instantes en detenerlas, y sus compañeros, alertas, hacen aparecer sendas ballestas que os apuntan, prestas para ser disparadas en caso de ser necesario.

¿Quienes sois y que queréis? - os urge uno de los mercenarios, y más exactamente, una mujer de pelo oscuro salpicado por pequeñas hebras grises que hace ostentación de un rostro duro y afilado, el cual, además, es acompañado por una mirada hosca y amenazante, tal que la sangre seca de su hombro diestro queda inicialmente al margen. Siendo sin duda la imagen de una mujer peligrosa y que sabe manejar las dos largas espadas que cuelgan a ambos lados de su cadera, no os extraña intuir o adivinar que es la líder del grupo, pues el resto, todo hombres, se mantienen en silencio, atentos a cualquier gesto o señal que los invite a tomar partido.

Hablad o alejaos, y hacedlo rápido.

Ante el cariz de los acontecimientos, procurados por la naturalidad del mago, el guerrero da un rápido paso al frente, y tras inclinar ligeramente la cabeza, a modo de saludo además de ser un pequeño gesto de entendimiento con la mujer acerca de quien manda, carraspea antes hablar, empleando un tono tranquilo y ligeramente dócil, lo que no es más que otro guiño a nuestra intención de no pelear.

No somos más que cuatro amigos en busca de la gloria, bueno, eso y un poco de oro. Nos dirigimos al Bosque Maldito con el ardiente deseo de unirnos a las filas del ejército de nuestra Señora, y pensamos que quizás podíamos unirnos a vuestro grupo. - Sin apartar la mirada de la mujer, Zenram calla por unos segundos, y tras permitir que esta los observe en ese parco tiempo, vuelve a retomar la palabra y con ello su atención. - Mi nombre es Ramzen, y ellos son Brahin, Ner y Rasg. Ah, y ellas es Zoe, nuestra mascota. - Tras llevar a cabo las presentaciones, señalando a cada cual a medida que pronuncia los nombres, el guerrero muestra su primera y ligera sonrisa antes de volver a apretar los labios en u gesto firme y serio. - El camino es largo, y pensamos que la compañía lo haría más amable, pero si no somos bienvenidos, llevaremos nuestras compañía y nuestras armas a otra parte. Eso lo debéis decidir vos misma.

Ante tal alud de palabras, algo además que no es propio de Zenram, que suele ser mucho más parco, la mujer os mira nuevamente, y tras meditarlo unos instantes, y osar además lanzar una inquisitiva mirada a otro de los jinetes, quizás el hombre de más edad del grupo, posa su mano diestra de la empuñadura de su arma, aunque no así la zurda, que mantiene aferrada a las riendas de su montura.

Ya veo. murmura para si misma, antes de alzar un poco más la voz, ahora para dirigirse a vosotros. - También nosotros vamos al Bosque, pero no sé porque hemos de permitir que nos acompañéis. No parecéis más que unos vándalos, y dudo que pueda fiarme de vuestra palabra así como así. - afirma, sincera y con el ceño fruncido en un claro gesto de desconfianza. Intuyo que no sois trigo limpio. - asevera, logrando que con dichas palabras, algunos de los jinetes se remuevan, inquietos.

Tras ofrecer su opinión, la mujer vuelve a callar, y un rápido vistazo os confirma que la mayoría de sus hombres, con excepción de aquel al que le ha lanzado un mirada y quizás los conductores de los carros, no son más que muchachos jóvenes, por lo que su palpable nerviosismo ante sus palabras no os sorprende en absoluto, ya que no más que una muestra de su inexperiencia, algo que también veis en sus miradas o gestos.

Me adelanto,y alzo la voz:

Sea como sea,nos dirigimos hacia el bosque y,al parecer con los mismos propósitos que los vuestros...digo observando al grupo de inexpertos mercenarios que acompañan a la "patrona".

Permitidme que os diga que,vuestro grupo está compuesto por inexpertos guerreros.Númerosos pero inexpertos,así que no tenéis más remedio que aceptar nuestra compañía.En tiempos de guerra,el enemigo de tu enemigo es tu amigo,así que,por favos os pido que nos unamos.La unión hace la fuerza.No os molestaremos,tan solo nos dirijimos hacia el bosque...

- Bien mi señora, puede que como bien decís no seamos trigo limpio, pero hoy en día quien lo es?, lo único que hay seguro es el oro y por eso nos movemos todos no?, así que si no es con vuestro grupo buscaremos otro, aunque si os digo que desperdiciaréis a un gran guerrero; un gran mago, un gran explorador y a mi misma, la miro seria pronunciando con énfasis todas y cada una de las palabras.

- Además seguro que noes estarás vigilando todo el camino, yo al menos lo haría si estuviaremos a la inversa, no puedes arriesgarte a que te claven una daga mientras duermes, verdad?.

El viaje es largo. Y aunque nosotros seamos solo cinco, bueno...contando a nuestra mascota, le aseguro que podremos ayudar con cualquier problema que pueda surgir antes de llegar al bosque.
Ademas, juntos podemos conseguir un mejor trato del ejercito...

Decidid. Si no quieren que nos ayudemos mutuamente, nos marcharemos de inmediato y sin problemas...
El mago habla desde su lugar, algo atras de Zenram...tratando de que no se descubra su roja melena bajo la capa.

Tras escuchar vuestras palabras, todas ellas dedicadas a que la mujer os vea como gente útil con la que poder pactar y por lo tanto compartir el camino, la patrona del pequeño grupo se permite unos segundos de meditación, y tras una nueva mirada al jinete de más edad, este hace moverse a su montura para colocarse en paralelo a la mujer.

Tu que dices, Earl, ¿crees que son de fiar? - le pregunta, sin esconder su pregunta de nadie, pues el tono empleado es lo suficientemente alto para que todo el mundo la oiga.

Mmm, no lo sé con seguridad, Arya, responde el hombre, tuteándola con naturalidad, lo que os indica que entre ambos hay una gran confianza. pero tiene razón en cuanto a nuestro pequeño grupo. Los muchachos son jóvenes e inexpertos, y no nos ira mal algo de experiencia, que por otra parte nuestro amigos parecen poseer.

Dada su opinión, el hombre desvía su avispada e inteligente mirada hacia vosotros, y con calma, os observa detenidamente, analizándoos con cautela. Su rostro, salpicado de un buen montón de arrugas así como de varias pero pequeñas cicatrices de guerra, os demuestra que está curtido por más experiencia de la que atesoráis vosotros, y por lo tanto, lo convierten en el miembro más peligroso del grupo, pues es, sin duda, al más difícil de engañar.

Earl chasque entonces la lengua, y vuelve a desviar su mirada hacia la mujer a la que ha llamado Arya. - Yo aceptaría que viajasen con nosotros, aunque por el momento no les perdería de vista, por si acaso. - afirma, antes de inclinarse hacia la mujer para susurrarle algo al oído.

Está bien. - alza la voz Arya, logrando que con solo esas dos palabras, el resto de sus hombres envainen sus armas y relajen, al menos un tanto, sus tensos músculos. La mujer asiente en dirección a Earl, y cuando el hombre da media vuelta a su caballo y se dirige a los carromatos, repartiendo órdenes para reanudar la marcha, la líder de la caravana vuelve a miraros.

Si viajáis con nosotros seguiréis mis reglas. Haréis guardias como el resto, avanzareis y descansareis cuando yo lo diga, y protegeréis esta caravana del ataque de cualquier desgraciado que lo intente de aquí al bosque. Y si os pillo husmeando o haciendo algo sospechoso, yo misma os cortaré gaznate. ¿Queda claro? Bien, a cambio, recibiréis la protección de viajar en grupo, y una suma de cuatro piezas de oro por cabeza cuando alcancemos el ejercito. Allí ya será vuestra decisión el seguir conmigo o separaros.

¡Excelente! Piensa el mago, sonriendo bajo la capucha que le protege de la helada.
Me parece un trato justo. Dice entonces para sus compañeros, pero sin bajar la voz para permitirle a la mujer escuchar sus palabras.

Una vez la comitiva retoma el viaje, Murdock se acerca nuevamente a la mujer y le pregunta tratando de iniciar una conversacion y de mejorar las relaciones.
Nosotros salimos de Eflun hace un dia, y hasta ahora el viaje ha sido tranquilo...
Cuantos dias creen que falten para llegar al bosque?...
...por cierto, gracias por aceptarnos. El viaje será mucho más agradable en compañía...

- A mi me vale, no obstante el mercenario que anteriormente le ha cuchicheado algo a la que parece ser la cabecilla no me es de fiar, -tendremos que andarnos con mucho ojo, un paso en falso y estamos listos.

Murdock se adelanta iniciando conversación con la mujer, - bueno al parecer uno está en su salsa, y me reprimo una sonrisa.