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La Hoja de la Grulla

La Hoja de la Grulla en Yasamura

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29/01/2009, 22:16
Ikoma Ryu

Me guardo de contestar nada más, tan solo asiento, y espero a que nos permita abandonar la estancia para volver a nuestros aposentos a descansar.

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30/01/2009, 10:10
Director

Dayu-sama escucha las palabras y por unos momentos se sujeta el mentón con dos dedos, recapacitando ante la sugerencia de Situro-san. Observa a todos con sus oscuros ojos, uno a uno, recordando lo que sabe de vosotros y analizándolo con lo que ha deducido de vuestra corta conversación.

-Confiaba, Situro-san, que cada uno supiera qué papel puede desempeñar mejor en una investigación como ésta. Según las referencias que me llegaron de ustedes son capaces de trabajar en equipo por el bien del Imperio.

Exhala un suspiro, algo contrariado por tener que expresar sus pensamientos de manera tan sincera pero se resigna por el bien de la misión y para que quede todo claro.

-Es obvio que seleccioné a Ryu-san para que mejore la posición defensiva de los Dragón frente a los ataques de los bandidos, junto con Kaeshi-san no creo que tengáis problemas para acabar con su amenaza. Yugure-san fue elegida por sus dotes de mediadora, pacificadora y portavoz, mientras que Emiko-san, a pesar de no ser tan reconocida dentro de su escuela como su compañera es una joven promesa y una mujer versátil. La claridad de visión de Natsuki-san ha quedado patente, además me consta de que es hábil en las relaciones sociales y, tal y como aprecian en mi clan, un hombre práctico. Y por último, vos, Situro-san, sois un excelente investigador y os elegí por vuestro sentido de la justicia y vuestra posición imparcial.

Hace una corta pausa para que sus palabras calen hondo en los oyentes.

-Sin embargo no hay ninguno de vosotros que tenga un estatus superior, por lo que las opiniones de todos son válidas. Confío en que sabréis llegar a un acuerdo racional, y si no es el caso, nuestro Imperio tiene una manera muy concreta y establecida para solucionar las disputas. Huelga decir que no es mi deseo que os matéis entre vosotros y que seáis discretos si hay disputa de opiniones. De todas maneras, como norma general, si hay confrontación violenta escucharéis los consejos de Ryu-san, cuando interactuéis con superiores escucharéis los de Yugure-san, y sobre la investigación en general tomaréis a bien la palabra de Natsuki.

Se dirige elegantemene hacia la salida, sin esperar réplica alguna.

-Mañana, en la puerta este de Yasamura, os estará esperando Keiji-san, entregadle la espada aunque insista en que no desea portarla. Estoy intentando reclutar más ayuda por si las cosas se tuercen, pero en estos tiempos aciagos los clanes no desean liberar sus preciados magistrados de sus cargos. Si consigo refuerzos os los enviaré con mi sello personal y el de magistrado esmeralda. Que las Fortunas estén con ustedes.

Dicho esto sale por la puerta, seguido por el guardia que esperaba en la sala contigua. El sonido de sus pasos se va amortiguando con la música de la sala común.

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30/01/2009, 12:20
Ide Natsuki

-Una claridad meridiana que debemos de agradecer.- dice Natsuki en respuesta a lo que ha expresado el magistrado esmeralda, una vez este se ha marchado. Con tranquilidad, vuelve sobre su taza de te, agarrándola con ese gesto tan poco rokuganés que tienen los unicornio, pero suave y delicado a pesar de todo.

-Descansemos, sí. Habrá tiempo para las reflexiones, mediadas y más sosegadas por el reposo del futon, mañana, creo yo.-

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30/01/2009, 12:36
Seppun Shitsuro

Las facciones de Situro se mostraban tremendamente complacidas.

Realmente no se de qué me sorprendo, es tal y como sospechaba, no estoy entre unos cualquiera, todo irá bien

Sí. La verdad que hay que estar en las mejores condiciones, hay un largo camino andado, hay un largo camino por recorrer, y mucho por ver aún.

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31/01/2009, 00:42
Ikoma Ryu

Agradezco las palabras que me dedica el magistrado con una leve inclinación de mi cabeza y espero a que termine su explicación y a que abandone la estancia antes de levantarme. - Creo que no hay más que decir. Es hora de irse a descansar, con vuestro permiso - hago una inclinación, a modo de despedida y salgo de la estancia, dirigiendome a mis habitaciones.

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01/02/2009, 22:32
Director

El aliento de la mañana es frío, casi gélido, como el corazón de la montañas que ya comienza a navegar por el pulso desacelerado del invierno que acecha Rokugán. Las nubes vagan a la deriva por el cielo mientras las aves las surcan hacia el sur, hacia la promesa del calor. Yasamura se despereza poco a poco, pero sin pausa. Empezando por las amas de casa que salen a limpiar las entradas. Después la risa de los niños bate sus alas dentro de las casas, y por último los cabezas de familia, justo al despuntar el alba, comienzan sus labores.

Los comerciantes más madrugadores ya mueven sus mercancías por las calles. Virutas de vaho se escapan de los hocicos de las bestias de tiro que mueven los cargados carros. Las vituallas para el invierno comienzan a cambiar de manos, junto con los kokus.

Juntos camináis con paso firme pero inquieto hacia la puerta del este de la urbe, bajo la atenta mirada de todos los transeuntes, formando tan colorido y peculiar grupo, aunque sólo lo justo que la educación permite a su curiosidad, pues de todas maneras Yasamura es una ciudad habituada a los extranjeros. El arco de la puerta se recorta contra el amanecer, y una sombra a contraluz se dibuja bajo él. Dos caballos robustos y cargados le acompañan.

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01/02/2009, 22:44
Tamori Keiji

Cuando os acercáis más, los detalles se van haciendo más evidentes. Tamori Keiji es un joven que apenas debe haber pasado su gempukku, de estatura media y compacto, de mirada brillante e inocente. Debe rondar los quince años. Os sorprende que a pesar del frío de la mañana lleve el pecho al descubierto. Su aspecto es sin lugar a dudas el de un monje tatuado del clan Dragón, aunque luce el daisho como si fuera un samurai. Deja sus quehaceres emtre las alforjas y se acerca a vosotros cuando estáis a  apenas unos metros.

Su reverencia os resulta bastante humilde pero correcta en su forma, como la de alguien de buena educación.

-¡Hai! Keiji-san supone que son los magistrados de Dayu-sama. Me temo que la madre debe aún esperar a que todos sus polluelos lleguen, hay dos rezagados.

Sus palabras se adornan con las hebras del vaho de la mañana y con el movimiento fluido de sus manos al hablar. Sonríe de manera sincera.

-Mientras tanto, si lo desean pueden preguntarle a Keiji-san, si algún interrogante les bulle en la cabeza. El magistrado esmeralda supuso que lo harían.

Notas de juego

La descripción más extensa la tenéis en su "ficha". Siento que el dibujo en pequeñito se vea tan mal, lo tenéis también en grande en la misma.

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02/02/2009, 01:09
Asahina Yugure

La joven Grulla sonríe divertida. No esperaba que el hijo del Daimyo de Kyuden Senaka fuera un monje, y casi un chiquillo, aunque no había razón ninguna para suponer lo contrario. Un Ise Zume siempre es un reto para una mente ávida, y la de Yugure lo es.

Responde devolviendo su saludo con una reverencia, y casi inmediatamente saca con cuidado algo envuelto en un lienzo blanco, que por cuya forma todos sus compañeros Magistrados saben lo que es.  La espada Kakita, que ella había tomado para guardarla después de la reunión en la casa de Té, y que ahora, como Dayu-sama había ordenado, debe volver a manos de aquel que la rescató de las indignas que la habían portado, un malhechor muerto por el Dragón. Admira que alguien tan joven, y que además siendo monje no esgrime habitualmente la espada como bushi, haya sido quien haya podido rescatarla, sin duda su contrincante no debía ser inhábil. Pero Yugure sabe por experiencia acumulada que las apariencias esconden la realidad tras sus formas engañosas. Y que el el monje, y muchacho, puede ser igualmente un gran guerrero.

-Ohayo gozaimasu, Keiji-san. Dayu-sama nos dijo que estarías aquí, y que alguien más se uniría a nosotros en nuestro cometido, así que esperaremos. Muchas son las preguntas que efectivamente queremos que nos respondas, pero antes, permite que te entregue esto, con mis respetos.  Mi nombre es Asahina Yugure, y te devuelvo la Hoja que te pertenece por derecho de conquista. Su actitud es de respeto hacia el arma, aún cubierta, tendiéndola con ambas manos y esperando que el muchacho la tome, sin añadir nada a sus palabras.

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03/02/2009, 11:34
Director

El aliento de la mañana es frío, casi gélido, como el corazón de la montañas que ya comienza a navegar por el pulso desacelerado del invierno que acecha Rokugán. Las nubes vagan a la deriva por el cielo mientras las aves las surcan hacia el sur, hacia la promesa del calor. Yasamura se despereza poco a poco, pero sin pausa. Empezando por las amas de casa que salen a limpiar las entradas. Después la risa de los niños bate sus alas dentro de las casas, y por último los cabezas de familia, justo al despuntar el alba, comienzan sus labores.

Los comerciantes más madrugadores ya mueven sus mercancías por las calles. Virutas de vaho se escapan de los hocicos de las bestias de tiro que mueven los cargados carros. Las vituallas para el invierno comienzan a cambiar de manos, junto con los kokus.

Caminas cabizbajo, pasado desapercibido entre la gente, absorto en tus propios pensamientos. A media noche el magistrado esmeralda "local" te sorprendió en una casa de té, indicándote que mañana partirías a la misión que te había comentado. Te habló de que los magistrados con los que viajarías habían encontrado una extraña marca en la hoja Kakita. Dayu-sama es un hombre correcto pero práctico, y notaste en sus palabras que necesitaba tus escrúpulos por si algo se salía de tono en el grupo.

Tus pensamientos huyen al fondo de tu mente cuando ves la puerta del este, bajo la cual se han reunido seis magistrados y lo que parece un monje tatuado del clan Dragón. Una joven del clan Grulla le está tendiendo un paquete envuelto en sedas, lo que parece ser una katana.

 

 

Notas de juego

Lee toda la escena para conocer los detalles de la misión.

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03/02/2009, 11:44
Director

El aliento de la mañana es frío, casi gélido, como el corazón de la montañas que ya comienza a navegar por el pulso desacelerado del invierno que acecha Rokugán. Las nubes vagan a la deriva por el cielo mientras las aves las surcan hacia el sur, hacia la promesa del calor. Yasamura se despereza poco a poco, pero sin pausa. Empezando por las amas de casa que salen a limpiar las entradas. Después la risa de los niños bate sus alas dentro de las casas, y por último los cabezas de familia, justo al despuntar el alba, comienzan sus labores.

Los comerciantes más madrugadores ya mueven sus mercancías por las calles. Virutas de vaho se escapan de los hocicos de las bestias de tiro que mueven los cargados carros. Las vituallas para el invierno comienzan a cambiar de manos, junto con los kokus.

Tus pensamientos fluyen con el aire gélido del Otoño. Dayu-sama te envió hace una semana un mensaje, solicitando tu ayuda en un caso . Ayer por fin conseguite llegar a Yasamura tras pasar los controles fronterizos de los Dragón. Era al amparo de la noche cuando cruzaste los muros y te llevaron directamente a ver al magistrado esmeralda a pesar de tu cansancio. Dayu-sama te puso al corriente de todo y te explicó que necesitaba del lado "práctico" de los Escorpión para esta misión. Donde tú sabías que práctico se traducía por falta de escrúpulos (que no de honor).

Cuando por fin ves al grupo de magistrado reunidos, junto a lo que parece un monje tatuado del clan Dragón te das cuenta que el hombre que iba delante de ti , lo que dirías que es un ronin, también se acerca a ellos.

Notas de juego

Lee los mensajes anteriores de la escena para saber los detalles de la misión.

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03/02/2009, 11:49
Tamori Keiji

El jovencísimo Keiji se inclina con una reverencia para recibir la espada de manos de Yugure-san. La toma con un respeto inmaculado y la contempla por unos instantes con el fuego del recuerdo en sus ojos, tal vez rememorando cómo pasó a sus manos la primera vez, entre sangre y nieve. Se gira humildemente a los dos miembros del clan Grulla y les apacigua.

-Dayu-sama insistió en que Keiji se la quedase, pero él no cree ser merecedor de ella. En cuanto el deshielo se produzca las aguas volverán a su cauce y darán a parar al justo mar.

El rabillo de su ojo capta algo detrás de los magistrados y se gira. Alza la voz para saludar a alguien que se ha acercado por detrás, un hombre que no porta mon de clan alguno y que tiene aspecto de ronin.

-Ukide-san, bienvenido, os estaban esperando. Keiji-san fue avisado por Dayu-sama de que nos acompañaríais y ayudaríais. Gracias.

Aún detrás de éste se acerca otro hombre, enmascarado y con atuendo del clan Escorpión, un shugenja parece. Keiji también le saluda amigablemente.

-Tadayo-san, sed bienvenido también, parece que ya estáis todos. Parece que ya es hora de que Keiji-san sacie la curiosidad de vuestras preguntas.

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03/02/2009, 12:59
Doji Ukide

El samurai al que Tamoiri Keiji se había referido como Ukide-san llegó caminando hasta el grupo allí reunido con paso lento y cauteloso. Mantenía la mirada baja y el gesto humilde, aunque se permitía de cuando en cuando echar un vistazo a aquellos que ahora lo escrutaban a él. Durante esos momentos en sus ojos brillaba un haz reconocimiento que navegaba sobre un mar de misterio.

Se detuvo e inclinó la cabeza cuando aún se encontraba a unos metros de distancia. Saludó con una reverencia de forma individual a cada uno de ellos, que se hizo notablemente más pronunciada y respetuosa cuando le tocó el turno a Tamoiri Keiji. Éste acababa de mostrar por él mayor respeto del que estaba acostumbrado a recibir y Ukide así se lo agradeció.

-Mi nombre es Doji Ukide – inclinó de nuevo la cabeza respetuosamente y dejó un lapso de tiempo de varios segundos antes de continuar. Sabía que en su condición de ronin podía llegar a resultar extraño que aún utilizase el apellido de su clan y siempre esperaba a que sus interlocutores digiriesen las implicaciones de ello antes de seguir hablando -. Dayu-sama me envía para ayudar en la misión que os ha encargado. - parecía estar al tanto de los detalles de la misma pues echó una fugaz mirada a la espada que la mujer grulla entregaba a Keji-san.

Ukide era un hombre atlético, algo más alto y corpulento de lo que suele ser normal para los miembros de su clan. Y no era ésta la única diferencia que guardaba con las características físicas típicas de los Doji. Su rostro presentaba unos rasgos muy marcados y su pelo era un negro profundo y muy abundante. Su expresión mantenía una continua máscara de dolor y sufrimiento. Los últimos acontecimientos en su vida le habían marcado a todos los niveles y se habían trasladado a los rasgos de su rostro en la forma de pequeñas arrugas, muy adelantadas a su edad real, y una permanente sombra que se adueñó de la parte inferior de sus ojos para no marcharse de allí jamás. Ambas características, unidas a una vehemente cicatriz que cruzaba verticalmente su frente, huella imperecedera de la última y más cruel de las batallas, restaban mucho atractivo al rostro de un hombre que siempre había sido bastante bien parecido.

El silencio, la melancolía, la introspección, el remordimiento y el sentido del fracaso eran los compañeros de viaje de éste solitario descastado. No hacía falta mirarle más que unos segundos para comprobarlo.

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03/02/2009, 14:46
Seppun Shitsuro

Su caminar es relajado y seguro. Camina con rectitud.

Al llegar en presencia de Keiji-sama, realiza una pronunciada reverencia, aunque no dice nada, de momento parece no tener nada que decir. A la llegada de Doji Ukide, devuelve la reverencia a su saludo sin dudarlo. Pero su expresión cambia al ver al hombre enmascarado.

Vaya, quién me lo iba a decir.

Su ojos se vuelven un poco risueños, y dibuja una sencilla sonrisa en su cara. Hasta hace una minima risa en forma de suspiro, expulsando aire por la nariz. Sin embargo, no dice nada, ni saluda, se queda mirandole a los ojos hasta que responda, sabia que a él se le ocurriria algo que decir.

A pesar de todo, no recordaba la singular sensación de mirarle fijamente a sus ojos.

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03/02/2009, 22:38
Ide Natsuki

¿Un ronin que usa públicamente su nombre de clan? ¡Qué insulto tan tremendo para los grulla presentes! En fin, es su vida, él sabrá lo que hace con ella. Nadie llega a ronin sin un buen motivo.. piensa Natsuki mientras saluda a los recién llegados en silencio, sonriente.

-Antes de las preguntas y con permiso de mis honorables primos, desearía consultarte, Keiji-san, sobre cierto detalle de la espada que nosotros no vimos hasta anoche, cuando el brillo de una vela me lo descubrió.- comenta a continuación mientras hace unos gestos al dragón para que coloque el arma en la postura adecuada para poder ver el mensaje de la hoja. -¿Qué opinas?-

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04/02/2009, 00:48
Asahina Yugure

La espada ha cambiado de manos con la suavidad y facilidad con que el ave surca el cielo. Así había de ser, y así ha sido. Yugure piensa que quizá debería sentir el mordisco de la contrariedad por haberla entregado, pero no, el joven monje la ha mirado con ojos límpidos cuando le ha ofrecido el lienzo, y ella ha notado su dignidad, su pundonor. La Hoja Kakita será blandida por quien la respeta.

Aún sumida en esas sensaciones, han llegado aquellos que esperaban. Y se ha visto envuelta en una corriente de curiosidad en cuanto ha visto al primero de ellos. Un hombre evidentemente castigado por el destino, sin mon en sus ropas, un descastado. Extraño, los Magistrados Esmeralda se preocupan por cazar a los ronin que suelen cometer fechorías en los caminos. Y no por encontrarles buscando su ayuda.

La curiosidad se ha acrecentado cuando el hombre, a quien Keiji ha llamado Ukide aunque se ha dirigido a él con respeto, se ha presentado como Doji. Un ronin con Familia, y no cualquier Familia, un ronin Doji sólo quiere decir una cosa: El hombre no ha sido apartado por deshonor, su Familia, y por ende su Clan no le han expulsado, sino que él ha tomado la senda del lobo por propia decisión, ha escogido la soledad y la marginación como modo de vida autoimpuesto.

¿Qué te ha ocurrido, Ukide, qué hay en tu pasado, qué cargas en esas espaldas anchas y sin embargo cansadas, qué ha hecho de ti lo que eres ahora...?

Devuelve su reverencia, profunda y grave, y no evita dejar bailar sus pupilas algún momento más de lo apropiado en las del recién llegado. Y en esa danza, las preguntas y una cierta tristeza tienen su callado lugar.

Así, cuando el shugenja Escorpión aparece a su vez, no es casi consciente del mensaje de miradas intercambiado entre  éste y el Seppun, y apenas escucha las palabras iniciales del Unicornio. Hasta que se da cuenta de que la Espada está siendo de nuevo examinada, y la verdadera razón de su viaje la devuelve a la realidad, dejando atrás las historias que su alma sensible estaba tejiendo.

-Oh, sí, así es. ¿Percibiste ese mensaje en la Hoja, Keiji-san...?

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04/02/2009, 03:27
Soshi Tadayo
Sólo para el director

Estoy caminando ocultando mi rostro bajo una sombrilla de papel. Mientras avanzo me fijo en el grupo y tras encontrar una victima, Ide Natsuki, vuelvo a colocar la sombrilla tapandome y lanzo el hechizo de conoce la mente en compelto secreto.
Castear el hechizo:8g5 dificultad 30... ¡UN PUTO 28! Asique después de este intento fallido no hace falta que me digas que estará pensando el susodicho. Estaba ocultando mi rostro bajo la sombrilla, pero si lo deseas puedo realizar una tirada para ver si han visto algo (si no, sencillamente ignora la tirada).
Lanzamiento oculto: 8g5+3(especialidad)+5(hab.escorpion)+5 aire+5 innato= 68
Postearé mañana, que aunque no lo aprezca, ahora mismo estoy estudiando microbiología

- Tiradas (4)

Tirada: 8d10
Motivo: Conoce la mente
Resultados: 1, 2, 3, 8, 5, 3, 6, 6

Tirada: 8d10
Motivo: Sigilo
Resultados: 8, 2, 10, 6, 8, 2, 4, 9

Tirada: 8d10
Motivo: Repito el 10
Resultados: 4, 6, 5, 9, 7, 8, 10, 9

Tirada: 1d10
Motivo: Repito el 10, esta vez con un dado y no con 8 :)
Resultado: 9

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04/02/2009, 08:50
Director

Notas de juego

Las tiradas mejor hazlas en la escena que pone Tiradas, así no guarreamos este hilo con las enormes cajas de las tiradas y puedo ir borrándolas cuando estén desfasadas.

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04/02/2009, 22:55
Director

El joven Dragón desenvaina la espada con un movimiento elegante y ligero, apenas haciendo sonar el filo al desnudarlo. La contempla como si la viese por primera vez, admirado de nuevo por el excelente forjado y el impecable trabajo. Siguiendo vuestras indicaciones vislumbra la señal, que se dibuja dorada en el acero, y ahoga una exclamación de sorpresa.

-Sin duda ahora Keiji-san entiende porque fueron ustedes elegidos por el honorable Dayu-sama. Es una palabra llena de ambigüedades la que nos muestra el silencio de la espada. Keiji-san se teme que no le aclara mucho.

Vuelve a examinar la espada, absorto en sus pensamientos descarriados antes de enfundarla y colocársela en el obi, en el lado contrario al daisho, dejando claro que no tiene intención de desenvainarla para el combate.

Se vuelve hacia la figura que aún permanece un poco apartada, bajo una sombrilla que pugna por escaparse volando por el fuerte viento.

-Tadayo-san, no se ha presentado, por favor, acérquese.

Notas de juego

Un pequeño apunte, que ya que hay nivel en la partida lo hago notar. Keiji es el cuarto hijo de un vasallo directo del daimyo de la familia Tamori, a cargo de tierras y tropas, a pesar de ser un hombre tatuado y de tener una actitud humilde y más bien poco interés por la política, está en la línea sucesoria, por lo que su estatus es al menos un punto superior al vuestro. Lo digo porque para vosotros sería más bien Keiji-sama, aunque depende del respeto que le queráis mostrar. A él, por lo que podéis imaginar, le importa poco :P

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04/02/2009, 23:05
Director

Elevas una pequeña plegaria a los kamis para desvelar los pensamientos del Unicornio, pero no pareces tener éxito en complacerlos y no te llegan sus palabras arrastradas por el viento.

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04/02/2009, 23:58
Akodo Kaeshi

Tras reunirse con el resto de compañeros, y encontrarse con Tamori Keiji y realizar el saludo correspondiente, Kaeshi se tapó un poco mas con la capa de viaje que portaba. No estaba muy acostumbrado al frio de las montañas, ya que las llanuras de su tierra natal son mucho mas beningnas en cuanto a temperatura. Pero nada de eso pasó por su cabeza. Un monje tatuado iba a ser su guia y superior. No habia conocido a ningun tatuado, pero por lo que contaban, la sabiduria y la excentricidad eran el sello personal de estos. Iba a ser un viaje... interesante.

El echo de que el hijo del daimyo de Kyuden Senaka fuera casi un niño, no se le habia pasado por la cabeza. Supuso que la persona que pudo acabar con alguien que portaba una hoja Grulla seria alguien mas curtido en la batalla.

Una tenue sonrisa se dibujo en sus labios. Era gracioso que alguien tan joven pudiera haber acabado tan facilmente con alguien, que a su vez, habia conseguido hacerse con una katana del clan de la Grulla; por lo que por logica significaba que...

Pero poco pudo pensar en esa idea, cuando dos personas mas se unieron a ellos.

- Vaya, -pensó- lo que faltaba en este variopinto grupo...

Dirigió una reverencia a Tadayo-san, y una un poco bastante menos pronunciada a Doji Ukide.

-Un ronin y un escorpión... Doji Ukide... ¿Que se podia esperar de un Grulla? Que no tuviera el honor y el valor de arrebatarse la vida para acabar con su deshonor. Bueno, espero por el bien de su alma que eso se deba a un conflicto entre honor y deber, de otra manera, no se porque extraña razón seguiria estando vivo, y ademas portando el apellido de su familia. ¿Que mas puede pasar en estos extraños tiempos en los que vivimos?