Partida Rol por web

Desde dentro del templo escucháis la característica voz de Craven chillando como un poseso.

- ¡¡¡COOOOOOLLLLTTTT...VUELVAN... LA SALIDA NO ES POR AHÍ!!!-

Maldita sea....Voy por ellos.-dijo corriendo tras Craven- Urdish. Espero que sepa lo que hace...y que pueda ayudarnos a despertar a Richards  

Matt corrió por el camino a la salida. Dispuesto si hacía falta a placar a sus compañeros y traerlos a rastras. Si intentaban suicidarse llevados por el pánico saliendo de aquel templo la iban a tener. No iba a permitir que le dejasen tirado en la búsqueda de su hijo.

Al escuchar los gritos de Craven, el cabo gira y vuelve corriendo al interior de la pirámide. Le parecía raro que la salida estuviera dentro cuando la pirámide estaba a punto de derrumbarse. Pero todo lo sucedido en esos años era cuando menos raro, con lo que entró sin rechistar al interior.

- ¡Volvamos!- dijo como si fueran los dos andando aunque fuera el propio Abraham quien llevaba en brazos a Steffan.

No hizo falta que Greywood saliera del templo, pues Colt, tras escuchar los gritos de Craven, regresaron nuevamente dentro sin soltar en ningún momento a Wood.

Los seísmos continuaban produciéndose, ahora eran tan continuados que prácticamente no había segundos de descanso entre uno y el siguiente, el suelo temblaba y el techo parecía dispuesto a caer sobre vuestras cabezas en cualquier momento.

Por su parte, Urdish continuaba recitando esas frases desconocidas y moviendo en círculos sus brazos.

Matt estaba comenzando a sospechar que Urdish no era buen tipo, como había pensado al principio de la aventura, había desechado después y había vuelto a creerlo. ¿Qué clase de buen tipo no se inmutaba cuando el techo amenazaba con derrumbarse encima de un grupo de hombres? En todo caso, el fortachón decidió esperar unos segundos. Si los temblores no paraban pronto sería que eran cosa de Urdish y aquel extraño baile. Entonces...el soldado se crujió los nudillos. No...No podía ser. El monstruito tenía que ser de los buenos sino habría buscado la forma de que saliesen del templo, ya fuese por el ritual o para qe aquella manada de setas acabase con ellos.

Como una princesa en brazos de su salvador, Wood alertó a los demás de lo que pasaba fuera, aunque era evidente.

- Fuera es un caos. Hombres y monstruos vagan por doquier. me...- Dudó un momento sobre lo que suponía lo que iba a decir.- ...me ha parecido ver a Olive acercándose.

- Cierto- corroboró el cabo-. Además creí ver que llevaba un objeto metálico en las manos- dijo haciendo memoria visual de lo que había llegado a ver en tan poco tiempo.

- No sé si debemos esperar, no sé si está con nosotros o no. Pero lo que es seguro es que esto se derrumbará en breve y no debemos permanecer mucho más aquí- opinó el cabo.

En cuanto Colt termina de hablar, dejáis de escuchar la voz de Urdish. Miráis hacia el del Providence y ante vuestros ojos el tejido de la realidad parece agrietarse, desgarrarse. A través de la grieta podéis ver un río que brilla por el reflejo del sol como si fuera de oro. Si no fuera porque ya habéis visto en funcionamiento una de esas grietas anteriormente ¹ pensaríais que os estáis volviendo completamente locos. Ahora simplemente sabéis que esa grieta puede ser atravesada y que os llevará a algún lugar aparentemente tranquilo lejos de la ciudad de Tartessos y sus terremotos.

Ernest dice- Ahora debéis marcharos, rápido, mientras el portal permanezca aún abierto.- Una vez cumplida su misión, su voz muestra una tranquilidad que no habíais visto antes.- Ningún mortal volverá jamás a pisar Tartessos.

El capellán miró el portal abierto por Urdish con los ojos desencajados... no entendía nada de lo que estaba pasando, se restregó los ojos como si lo que estuviera viendo fuera una ilusión. Acto seguido miró hacia la entrada al templo, volvió a caer al suelo mientras el suelo temblaba... no quedaba otra, no había otra salida... no estaba seguro de hacia donde les conduciría aquel sitio, pero si permanecían allí serían aplastados por las rocas o devorados por las abominaciones que rodeaban el edificio. Consiguió levantarse y sin pensar más convino que no les quedaba otra que salir de allí por el lugar aquella apertura que se había abierto para ellos.

- Vamos...- dijo en voz alta para convencerse encaminándose hacia el portal primero duditativo y finalmente corriendo.

–Hay que esperar a Olive– Matt miraba el agujero con sorpresa. Un montón de recuerdos de Francia se agolpaban en su memoria. Recuerdos que no le hacían ninguna gracia y, sin embargo, no era aquello lo que le retenía, sino el hecho de pensar en dejar tirado en medio del caos a aquel hombre, por mucho que hubiese actuado de un modo suicida por razones inexplicables. Aquel día sin embargo las neuronas estaban más despejadas. Quizás por la adrenalina o por la posibilidad, ahora real de recuperar a los pequeños. Espera un momento ¿Debéis? ¡Urdish!¡Prometiste que nos ayudarías con los niños!¡No puedes dejarnos tirados! ¡¡NI TAMPOCO PODEMOS DEJAR TIRADO A DERECK, POR EL AMOR DE DIOS!!

Colt miró a Matthew. No podía contradecirle. No era de los que dejaban a  la gente en el camino, ya lo había demostrado en la guerra hace años. Pero no podía esperar mucho más. Cargaba con Steffan y debía llegar pronto para despertar a Harper y así salvar a los niños...estuvieran donde estuvieran por lo menos se quedarían en este mundo.

- Mat, ¿seguro que Olive no está con esos bichos?- sembró la duda el cabo-. ¿Seguro que lo que porta no es un arma rara como la que encontraste?

Ab negó con la cabeza y miró a Urdish y luego a su amigo Matthew. 

- No te la juegues. Espera cerca de...de lo que sea que sea esto y si Olive intenta algo, métete y olvídalo. Te estaré esperando al otro lado.

Dicho miró a Steffan a la espera de que dijera algo. Tras esto el cabo cruzó el portal con Steffan en sus brazos, siguiendo los pasos de Craven.

-¿Y si no lo está? ¿Y si lo que trae es algo que pueda ayudarnos con los niños? ¿Y Dereck?- Matt miraba hacia la entrada del templo. No podían dejar a Dereck abandonado en aquel pueblucho infame. Ni siquiera hablaba aquel idioma de bárbaros. El militar movió la cabeza. No se dejaba a nadie atrás. Al menos no mientras hubiese posibilidades. Y Urdish aún no había explicado que era eso de hablar en segunda persona*

- Poco puedo hacer yo aquí. ¡Pásame al otro lado!- A pesar de que le gustaría pedir explicaciones a Olive sobre su huida personalmente, el dolor de las heridas y su preocupación por sobrevivir hicieron que espolease a su montura*.

Roderick se detuvo al borde del portal para mirar a Greywood, ¿Dereck? ¿En serio estaba ahora preocupado por él? podría entender cualquier cosa a aquellas alturas pero entre lo de quedarse para perecer en un derrumbamiento y tener una oportunidad de supervivencia... el capellán lo tuvo más que claro.

- No podéis pedirme más- dijo tembloroso, él ya había superado su límite... era un puñetero cobarde y sin saber como se había visto embaucado en una auténtica pesadilla con un más que dudoso final para él- no voy a permanecer más tiempo aquí... lo siento- concluyó traspasando finalmente el umbral abierto por Urdish

Mientras los temblores no dejaban de sucederse, Craven, Jefferson y Colt con Wood a sus brazos cruzaron la grieta dimensional ante las desconcertada miradas de los que aún estaban en el templo.

Ninguno de vosotros sabía a donde llevaba esa puerta, si Urdish era de los buenos o si os había conducido a una trampa. De todas formas, sabíais que quedaros en el templo era una mala idea.

Estabais allí y un paso después sus cuerpos habían desaparecido completamente.

Una vez todos tus compañeros se marchan te quedas solo con el de Providence.

Su valentía le honra señor Greywood. pero es hora de marcharse.-Te dice, aunque después de ver tu cara y lo blancos que tienes los nudillos por la tensión, parece decidir que es mejor compartir algunos datos más contigo.

Como les dije, Tartessos siempre perteneció a mi pueblo. Pero algunos de los nuestros renegaron del Padre Dragón para servir a aquel que os marcó como suyos, a quel que abre el camino. Pudiste ver ese momento conmemorado en el grabado de la ermita.- Por el tono de voz notas lo mucho que le duele a Urdish aquella antigua traición.- Luego, los hongos de Yuggoth la encontraron y la mancillaban con su sola presencia, teníamos que limpiar la ciudad y eso hemos hecho.

Los temblores siguen sucediéndose, no sabes cuánto aguantará la estructura del templo en pie, pero sabes que no será mucho.

No sabía está historia, pero parece que el falso dios de nuestros primos renegados tenía planes para vosotros y vuestros hijos. - Te dice mientras toca los bajorrelieves que acabáis de descubrir con bastante tranquilidad pese a lo que está sucediendo a vuestro alrededor.- Tal vez podáis aún detenerlos si conseguís acabar con la vida de este de aquí.- Señala al hombre tumbado confirmando lo que pesabais vosotros.

Le prometí que si sobrevivía le ayudaría a encontrar a sus hijos.- Continua diciéndote, aunque por la forma que marca la conjunción condicional sabes que algo va mal.-Por desgracia no creo que sobreviva, esta era una misión suicida.

En estos momentos, la ciudad de Tartessos está en una dimensión diferente a la nuestra.- Con las manos a la espalda Urdish se pasea por el templo, parece un turista observando las maravillas de un lugar que nunca ha visitado.- Antes de trasladarla, creé un campo de fuerza que mantuviera las condiciones necesarias para la vida. Pero no durará mucho tiempo. Los temblores que notamos son  causados por la realidad en la que estamos, que intenta vencer el muro de contención que he creado y apropiarse de la ciudad. Cuando lo haga, usted y yo, junto con el resto de habitantes de la ciudad desapareceremos para siempre.

Aún de espaldas, observando un gravado.- Ustedes me caen bien, y no tienen por qué morir aquí conmigo. De hecho, preferiría que no lo hicieran y que frustraran los planes de aquel que abre caminos. Una especie de venganza poética por lo que hicierón nuestros primos- razona girándose nuevamente hacia ti mientras sonríe.

Ahora debes irte Matt, cruza la puerta y ve a Sevilla.- Te pide.- Solo puedo cerrar el portal desde este lado, y solo puedo hacerlo mientras esté con vida. Te aseguro que no deseas que los seres que viven en esta dimensión tengan un camino abierto hasta nuestro mundo.

Frío. Eso es lo que notáis cuando cruzáis la grieta de la realidad. Mucho frío. Más del que hayáis sentido nunca en vuestras vidas. Más del que notasteis en Francia, en las frías trincheras durante la gran guerra, donde muchos de vuestros compañeros perdieron algunos dedos por congelación.

El tiempo parece detenerse, y lo que debería haber durado lo que dura un único paso parece durar una eternidad completa rodeados por la nada más absoluta.

Uno a uno salís de esa nada interdimensional. Al salir notáis un golpe de calor repentino, mientras vuestros cuerpos se acostumbran al calor terrestre. El sol se está poniendo y estáis en la orilla de un río cuyas aguas parecen doradas por el reflejo del sol al ocultarse.

A través de la grieta podéis ver como Greywood habla con Urdish. La imagen no es ni por asomo tan nítida como la que teníais al otro lado pero estáis seguros de lo que véis.

Al otro lado del río, se levanta una ciudad que reconocéis inmediatamente por la torre que hay en las orillas del río. Se trata de Sevilla y el río no debe ser otro que el Guadalquivir.

Matthew trató de aclarar sus ideas ante la oleada de información que estaba recibiendo. Parecía claro que a Dereck no le pasaría nada: al fin y al cabo estaba fuera de la ciudad cuando...¿la ciudad cambió de dimensión? No tenía muy claro que quería decir aquello, pero de pronto había comenzado a sentirse mareado. La noticia de que iba a "desaparecer" tampoco le hizo especial ilusión, algo que debió e reflejarse en sus ojos, pues Urdish le ofreció una salida. Tras mirar la espantosa grieta, Matt se frotó compulsivamente la ceja.  El piloto miraba de un lado a otro de la estancia, como si esperase ver algo que le confirmase aquella descabellada teoría. Y además...¿Qué demonios hablaba de tener que matar a Richards? No. Tenían que despertarlo. Aquello sería suficiente. Y sin embargo...

Matt se acercó al portal, dispuesto a dar el paso y cruzar al otro lado. Entonces, segundos antes de entrar se giró, y como si estuviese usando una Thompson con un cargador de preguntas disparó contra Urdish.

–¿No podemos simplemente despertarlo? ¿Y cómo traerá eso de vuelta a los niños? ¿Y Olive? ¡Tiene que aguantar un poco más Urdish! ¡Tiene que darle la oportunidad de llegar!– El piloto parecía presionar los últimos minutos que quedaban para poder escapar. El riesgo era grande y se notaba que, a pesar de su rudo aspecto estaba más asustado incluso que Craven, pero si el monstruito contestaba, merecería la pena.

La terrible sensación de la insondable nada fue un tormento en su estado. Por un momento pensó que estaba muerto y todo aquello no era más que el paso de un estado a otro. Cuando finalmente sintió el calor al llegar al otro lado casi llró de la emoción.

- Lo hemos conseguido...- Logró articular. Miró atrás y pudo ver a Matt y Urdish hablando. ¿Qué intenciones tendría Olive?