Partida Rol por web

Las sacudidas empezaron cuando el sargento comenzó a detallar un plan de posicionamiento, Frost intentó decir algo, pero el ruido y las poderosas vibraciones de la Viking engulleron sus palabras. La presión de sus dedos sobre el rifle reglamentario aumentó conforme se oia claramente garras y colmillos rasgando metal. Estamos en una condenada lata de sardinas... no llegó a formar mucho más en su mente, una terrible munición ósea abrió el metal fácilmente, asomándose demasiado cerca de su casco. Movió los ojos de un lado a otro y se inclinó lo que el arnés le permitía hacia adelante. La herida que se había llevado de la defensa del fuerte ya había sanado bien, pero el recuerdo del proyectil que allí había entrado se le hizo vivo en la carne y sintió una punzada cerca de su hombro derecho, en el costado del torso. Tenía esa leve nausea constante, pero ahora la adrenalina le estaba lelgando y con eso se olvidaba del mareo.

La caida libre le provocó varios sacudones con golpes fuertes, que seguro le dejarían moretones. Estaba seguro de que sin la armadura de combate y el rígido arnés hubiese tenido varias fracturas, una probablemente de cráneo. Afortunadamente, lo único que sufrió fue una asfixiante inconsciencia.

La nave se estaba rompiendo debido a un impacto del enemigo -Joder mierda no me jodas que la voy a palmar sin ni siquiera pegar un jodido tiro a un jodido arácnido, -Me cago en la... -La nave se iba cayendo en caída libre incluido el y sus camaradas trató de agarrarse pero no tenía fuerza suficiente y no pudo evitar caer finalmente al suelo quedando incosciente con alguna que otra costilla rota  

Apretó la mandíbula mientras se zarandeaba

Ha habido resacas peores, Sam, resacas peores...

-La próxima vez compro el billete de primer...- no terminó el comentario ácido mientras el estómago prácticamente subía hasta asomarse por su garganta y todo el cuerpo se colapsó hasta nublarle la consciencia, haciendo que el cuerpo quedara laxo y su voz silenciada.

Treinta metros nos separan del suelo pero todo es relativo ahora, esos treinta metros pueden ser muy pocos para bajar en un descenso controlado o una caída mortal si nos golpean. La espina que está clavada en el costado de la nave nos da una clara idea de que las cosas nunca salen como la maldita Pshyco planea o quizás justamente esto es lo que planeó y por eso estamos aquí. ¿Cómo saberlo? Lo único que importa es...

El consejero táctico escuchó lo que decían los pilotos, ¿que no estaba asegurada? ¿que iban a aterrizar en un nido de bichos? Sus peores miedos surgieron cuando vio esa garra atravesar el fuselaje y casi ensartar a Frost. Ese había sido su terror, por el que le llamaban "brocheta", no quería acabar empalado por uno de esos bichos, no, no quería.

Los arneses le sujetaron cuando, instintivamente intentó apuntar con la morita y freír al bicho, pero no pudo hacerlo. El golpe y el agujero fue más de lo que pudo soportar y todo se volvió oscuridad...

...y de pronto parpadeó para ver la situación. Miller y Garth estaban diciendo algo, pero aún estaba ligeramente aturdido. No sabía cuanto había pasado, pero si sabía que tenía que salir de ahí. Luchó con su fuerza y la ayuda de la armadura para intentar arrancar los arneses que no se desenganchaban- Sam -dijo sin percatarse de que estaba inconsciente mientras era incapaz de romper los seguros- ¡EH! ¡UN POCO DE AYUDA! -gritó, y entonces se percató de que Sam estaba k.o- ¡Médico inconsciente! 

Hans descendía con los ojos cerrados pues notaba como si todo eso fuera un ladrillo volador, pero estaba equivocado. Se convirtió en el ladrillo volador cuando recibieron un impacto de lleno y cayeron de bruces. Los zarandeos eran violentos, y daba gracias a mantener la boca cerrada y apretada, pues podría haberse mordido la lengua en uno de esos movimientos bruscos.

El impacto le dejó viendo destellos, y agitó la cabeza para centrarse. Miró a su alrededor y se fijó que solo dos o tres miembros de la Eco parecían estar conscientes, mientras que sus compañeros estaban bastante fuera de combate. Por suerte, Hans no era un "borrego", era un cazador, sabía funcionar por iniciativa y no necesitaba muchas órdenes. Saldría de allí, despertaría al sargento y al cabo, y con la estructura de mando recuperada, ya verían los mandos que hacer.

Al no conseguir quitarse el arnés, comenzó a palmear buscando su cuchillo de combate. Tendría que intentar cortar las correas como pudiera.

Los golpes en el exterior del fuselaje fueron lo que peor llevó Ethan, al menos hasta la explosión.....le recordaron el "salto libre" que tuvo que hacer en la anterior misión, con todos aquellos bichos voladores alrededor, cercenando piernas y brazos, torsos y cabezas....

"al menos, ahora mismo estamos dentro de la na..." pensaba justo antes de que una de las garras de las "chinches" penetrara el metal y casi acertara en la cabeza de Frost....."HOOOOSTIAAA" pensó con los ojos muy abiertos....."Co..coño....esto es una pu..pu..puta rato..nera..." dijo antes de que una fuerte explosión los zarandeara a todos. 

El aire frío penetraba en el compartimento y la acción de la gravedad desorientó un poco al explorador...pero rápidamente se cercioró que estaban cayendo prácticamente a plomo...así que recordó las enseñanzas previas y las prácticas en los simuladores y adoptó la posición de "impacto".... El golpe fue tremendo y la nave se arrastró unos metros, mientras los cuerpos de los infantes rebotaban en los asientos contra las mamparas y los anclajes de seguridad.

La mayoría quedó inconsciente, según pudo observar Ethan al abrir los ojos que mantenía fuertemente cerrados en previsión del golpe..."Ufff....que guantazo joder............estamos vivos...por poco...hay que salir de aquí, ya, ya, ya..." intentaba razonar, mientras se desvanecían las lucecitas que tenía delante de él....."Eh...¡EH!¡DESPERTAD COJONES!" 

Al no poder levantarse, "encendió" de manera automática su armadura, que le concedió la potencia suplementaria que él creía necesitar y empezó a hacer fuerza hacia arriba, intentando doblegar los arneses a base de pura y dura fuerza bruta...pero no pudo. "¡MIERDA! ¡ESTOY ATRAPADO, HOSTIA PUTA!" gritó mientras seguía empujando....escuchó a Brocheta cerca suyo..."Ac...activa la a..a...armadura....." le dijo entre dientes a su compañero, volviendo a intentarlo......

El descenso a toda velocidad entrando en la atmósfera esquivando los ataques de los bichos de abajo había sido lo suficientemente duro como para agradecer los arneses que nos sujetaban. 

- O esto termina o voy a vomitar en este precioso habitáculo y lo voy a dejar hecho una pena.

Un golpe tras otro resuenan en los costados y las planchas de blindaje inferiores. Cabrones dejadnos bajar para que os podamos dar plomo por un tubo. El sonido del metal desgarrándose es uno de los peores sonidos que puedas escuchar cuando tu vida depende de ello. Uno de los trozos del.....dios lo que sea, atraviesa nuestro habitáculo. La voz del piloto es lo último que escuchamos. El impacto que sucede después no es mucho mejor el golpe recorre mi cuerpo haciendo que mi cabeza golpee contra el respaldo...veo estrellas unos segundos antes de aclarar la vista y centrarme en lo que a pasado.

- No Garth, estoy muerto....coño como ha dolido eso. Aun hay un regusto a sangre en mi boca....he debido morderme o algo....

Escucho las órdenes de Miller y activando la armadura me intento soltar del arnés. 

Mientras era zarandeado sin misericordia en la lanzadera, Jenkins dio gracias a todo lo que era sagrado por no haber tomado nada la noche anterior: Seguramente ya hubiera vomitado todo de haberlo hecho, y el dolor que sentia en la cabeza era suficiente sin agregarle la resaca.

Se mordio el labio interior, como siempre que algo preocupaba, e inmediatamente se arrepintio: Un movimiento brusco lo hizo apretar la mandibula y empezo a sangrar. Con un ruido y otra sacudida mas, estuvo consciente durante una milesima de segundo luego de haber impactado.

Despues, solo oscuridad.

"Me apetece un cigarro"

Abrió los ojos, nada más cerrarlos, aspirando con fuerza el aroma del cigarrilllo que había puesto dentro del casco. Miró hacia abajo, viendo el cigarrillo dentro, cuyo olor ahora impregnaba todo el interior del casco. Frunció el ceño, mirando a su alrededor, confuso, viendo como muchos aun parecian dormidos. ¿Estan muertos? Joder, joder... ¿Cómo va a ser eso así? No puede ser... ¡¡Mierda!! Se llevó las manos a los arneses, tirando de ellos, moviendolos ligeramente, sin éxito en su liberación, así que tomó la morita, y apunto hacia la apertura, preparandose para un ataque inminente.

¡Sargento! Gritó en primer lugar, mirando de reojo a Gallagher. ¡¡Frost!! ¡¡García!! ¡Joder, no es el momento para echarse una puta siesta! Seguía con el arma apuntando en dirección al boquete del arma, preparado, mirando de reojo, y estirando la pierna para darle una patada a Gallagher, que se despertara.

El bamboleo era frenetico pero conseguia aguantarlo. Lo malo es que aunque habia quedado muy próximo a García poco podía hacer.

-Lo siento, cabo, pero no consigo soltarme. Ni siquiera con la armadura. Además García esta inconsciente.

No corre prisa que me liberen pero sería bueno que se fuera soltando a todos los que estemos inconscientes antes de que alguno- consegui señalar el aguijon que sobresalia al lado de Frost- abra la nave y disfrute de un banquete de carne enlatada-

Poco más podía hacer apretado como estaba así que con grandes esfuerzos saque la pistola dispuesto a poder disparar. El tiro tendría que ser desde la cintura y con una posición muy rara, lo que quedaba muy bien en una pelicula pero no en la vida real. Aún así quizás pudiera cubrir a mis compañeros.

-Creo que tengo agarrada el arma y que puedo abatir a algún enemigo con la pistola o por lo menos hacerle retroceder pero con los movimientos tan justos sera casí un milagro que consiga algo real-

Entonces me fije en todos los compañeros inconscientes en uno y otro bando

-Señor, ya lo entiendo. Por eso vamos juntos. Organicenos en grupos y reparta las funciones.

Todos los que esten despiertos hasta que se recuperen nuestros mandos el cabo Miller es el oficial con mayor graduación- llame con todas mis fuerzas mientas esperaba que ignorasen lo de que no era oficial -Según los reglamentos queda al mando de todos los que estemos despiertos con independencia de nuestro grupo

Tenemos que liberarnos y cubrir a nuestros compañeros mientras se les recupera-

Todavía no sabía nada de la sargento pero el cabo Miller habia demostrado control cuando habia sido necesario. Quizás nos pudiese sacar de allí.

O quizás no hiciera falta. Si despertabamos a García ella sabría procedimientos para despertar al resto. Y seguro que los Gatling tambien tenían a algún médico entre ellos.

Gran parte del viaje Alex se habia dejado llevar por el movimiento brusco de la lanzadera, pero eso era demasiado, sin poderlo evitar se encontro cogida por los arneses haciendo fuerza con las manos para dejarse de mover, incluso dejo de dar ordenes a diestro y siniestro.

Señores sujetar bien el rifle con las piernas, el impacto va a doler!

Inmediatamente activa el traje para que este pueda llegar a aguantar parte del impacto o posible explosion.

El golpe es catastrofico para toda la escuadra y su despliego en el terreno de combate, pero tenia que estar consciente, por unos segundos perdio el mundo de vista, pero no podia descansar aun. Su equipo la necesitaba.

Con un gran esfuerzo, rompio los seguros y se levanto sujetando el rifle con una mano y saco el cuchillo de la pierna.

ECO, los que esteis libres ayudar a vuestro equipo! Rapido! utilizar el cuchillo y cortar las correas!

Seguidamente esta procedio a cortar al primer infante de la eco que vio consicente pero aun atado.

Las sacudidas eran crecientes hasta el punto que algo golpeo en casco cerca del asiento de Frost, le mire y resople sin mas aun me agarre con mas fuerza a las sujeciones metálicas mientras el asienta trataba de echarme de el y mis pies apretaban firmemente la caja de cervezas que tildaba por irse de un lado para otro.
De repente un estruendo inundo la nave y un gran agujero apareció donde antes estaba la cabina, vi luces, disparos y cosas volando, vi naves cayendo como la nuestra y otra descendiendo con mas suerte, pero fue un segundo en el que la fuerza me fallo por el movimiento tan brusco y errático de la piedra en la que íbamos que la caja de cerveza salio disparada de mis pies perdiéndose en el cielo de esta mierda de planeta, lo que produjo en mi un enfado considerable a pesar de la gravedad del momento diciendo:- Mierda!!!!!, la cerveza, joder, la cerveza no.
Después no me dio tiempo para decir nada más pues el aterrizaje fue una ostia de consideración.
Sacudí la cabeza para alejar el dolor y el pitido de mis oídos y observe el panorama, mas de la mitad estaban inconscientes si no muertos y el resto intentaban salir de los sistemas de seguridad que nos habían salvado la vida, algunos conseguían empezar a abrirlos y otros solo lo movían un poquito.
Con animo renovado por las palabras de urgencia de mi Sargento empece a empujar el sistema, cediendo al final y quedando libre para ir a por mi equipo, una vez armado ayudaría a los demás a liberarse y despertar.

Durante el descenso, no abrí la boca. No era necesario decir nada ni demostrar nada a nadie. Una vez abajo habría que moverse rápido y coordinados y eso ya lo deberían de saber.

A pesar de todo, las palabras de Miller y de algunos de la Gatling servían para aliviar un poco la tensión, aunque sin duda tras sus palabras se encontraba el miedo a ser el último descenso, miedo al último combate, miedo a la última cerveza con tus colegas, miedo que todos sentíamos en nuestro interior, aunque cada uno lo expresaba a su manera.

Todo ese ambiente se rompió cuando comenzaron las sacudidas y estaba claro que algo iba mal. No deberíamos de tener problemas en el descenso si la zona estaba asegurada, tal y como debía.

Durante este último pensamiento, un impacto directo atravesó el caso de la nava y estuvo a punto de atravesar a mi viejo colega Frost, aunque por suerte le pasó cerca sin herirlo. Pero eso no era lo peor, la nave comenzó a descender los últimos 30 metros en caída libre, por lo que solo me dio tiempo a calarme bien el casco y agarrarme a los arneses de seguridad.

El impacto fue terrible y trozos de nave saltaron por los aires. Mis oídos pitaban con un sonido enloquecedor y mi cabeza daba vueltas mientras intentaba aclarar la oscuridad que amenazaba con invadirme. Gracias a dios, las palabras de Miller comenzaron a hacer volver, abriendo poco a poco los ojos para ver el terrible espectáculo.

Gran parte de las compañías permanecían inconscientes tras el impacto, y los que estaban despiertos intentaban soltarse de los arneses.

Tranquilo cabo, estoy despierto y pensando cómo salir de aquí. Sin ni siquiera mirar a Miller, sabía lo que trataba de hacer y el por qué de la necesidad de Frost o mía. El mecanismo de seguridad que hacía bajar los arneses era un dispositivo eléctrico, y esa era mi especialidad. Tan solo tenía que encontrar los cables necesarios para hacer un corto y poder salir primero yo, o incluso levantar los de toda mi fila.

Lamentablemente los arneses no me dejaban a penas movilidad para las manos, por lo que mi única opción era intentar retorcerme y escapar del arnes. Tras unos segundos agónicos en los que, a pesar del frío, el sudor ya me corría por la frente, logré salir de la prisión en la que estaba para, rápidamente, acudir en la ayuda del resto.

Sólo me dedicaba a observar, no dije nada durante el embarque y tampoco mientras nos llevaban metidos en esas latas, en esas cajas donde lo más fácil era acabar no sabiendo lo que te había pasado antes de morir. Ya había conocido a muchos que habían muerto antes ni siquiera de entrar en combate. 

Cuando el transporte empezó a moverse de un lado a otro, todo presagiaba a que nos iban a derribar antes de llegar. Las palabras del piloto fueron esperanzadoras, pero esa esperanza solo duró un segundo. Caímos, y caímos hasta que la superficie nos detuvo, habíamos llegado a tierra.

Entumecido por el golpe, volvió la cabeza a un lado y otro, muchos de los infantes habían conseguido ya liberarse. Otros mientras estaban inconscientes, Al menos estamos vivos.  Aún un poco aturdido, el arnés me aprieta, activo la armadura empujo con todas mis fuerzas, pero el maldito arnés no se desplaza ni un milímetro.  

Desde que subí, las pulsaciones se me aceleraron y el cuerpo se me enfrió. Terror. 

Perdí audición nada más sufrir la primera sacudida al desengancharse la lanzadera y mi visión se emborronó. El panico aumentó cuando las conversaciones de todo el mundo me llegaban muy lejanas. No quería morir en un trasto de metal a miles de metros de altura.

Noté el sabor de la sangre y gruñí cuando los pilotos informaban de la cercanía a la zona de aterrizaje.

Después...nada más.

Una vez liberado del arnés, rápidamente miré a mi alrededor buscando los dispositivos que me permitirían liberar al resto de mis compañeros. 

Acostumbrado a estos trasbordadores, en un par de vistazos localicé los dispositivos electrónicos, ahora solo faltaba llegar a tiempo.

Mientras, eché un ojo a ver quienes se habían mantenido despiertos y quiénes se había logrado liberar de los arneses.

El intenso impacto sufrido al estrellarse la lanzadera Viking había dejado fuera de combate a la mayoría de los infantes poco experimentados del escuadrón Gatling; no fue así para los miembros del escuadrón Eco quienes en su mayoría estaban despiertos, e incluso la sargento Odonell, el técnico Baron, el artillero Rumsfeld y el fusilero Rodríguez, se habían logrado liberar rompiendo los arneses de seguridad que los aprisionaban.

Romper los arneses era una tarea muy difícil y agotadora que requería incluso del uso del aumento de fuerza del traje. Y esto se debía a que dichos arneses de seguridad estaban justamente hechos para romperse en situaciones bruscas como el impacto que se acababa de suscitar.

Y mientras todo ello sucedía en la zona de pasajeros, en la cabina se empezaron a escuchar balazos. Uno de los pilotos clamaba por el nombre de quien parecía ser el otro piloto mientras disparaba con su carabina TW-244-s, el arma estándar de los pilotos de la flota.

-Ahora los libero- gritó el mismo sin siquiera saber si alguien le escuchaba. Y justo cuando una de las secciones de pasajeros se liberaba de los arneses, el piloto expulsó un fuerte grito al tiempo que empezaba a maldecir disparando sin cesar con su Morita Carabine; probablemente los bichos ya estaban allí.

Lamentablemente, la sección de pasajeros que había liberado el piloto, era la que estaba solo ocupada por dos infantes de cada uno de los escuadrones además de los dos fusileros ligeros.

Al soltarme abro la caja bajo mis pies y recojo mi equipo compruebo el cargador, pues los bichos ya están aquí y digo, voy a despertar a los que ha liberado el piloto. Dicho esto me encamino a esa fila y según voy pasando por ellos voy dándoles dos tortas para ver si espabilan, mientras digo:- Vamos infantes, coger el equipo de una puta vez!!.