Partida Rol por web

Me encuentro un bicho en mi cara pero justo el disparo de mis compañeros lo retiene mientras chilla a derecha y a izquierda. Aprovechando eso salgo por piernas hacia el Geko que empieza a alejarse poco a poco. Esprinto todo lo que puedo para llegar hasta el y meterme dentro escogiendo una posición desocupada para poder disparar desde dentro mientras jadeo levemente por el esprint que he realizado.

el soldado apretó los dientes ante la impotencia de encontrar salida, puso sus manos sobre las granadas y saco las espoletas con una sonrisa lastimera, HONOR A LOS CAÍDOS MALDITOS CABRONES las garras de los bichos cayeron sobre el como lanzas implacables que destasaban su cuerpo con eficiencia descomunal, vincent veía su vida frente a sus ojos al tiempo que sus piernas eran cercenadas y arrojadas por los aires, con tantos cortes le resulto casi imposible sentir nada, para su contento su mano derecha volaba a la distancia con las espoletas fuertemente aferradas a sus dedos.

una luz lo rodeo todo todo y dejo de existir para siempre.

El Gecko se vuelva y Bill no es capaz de sujetarse a ningun punto, dando con sus huesos en el suelo, por si fuera poco el vehiculo se incendia tras el ataque de dos firefray.

-Venga chicos, vamos a pedirles los papeles del seguro. Dice arrastrandose fuera del vehiculo- Tengo justo aqui unos boligrafos para que los firmen.

Bill prepara todas las granadas que puede para que exploten

-Feliz cuatro de Julio, malditas chinches.

La sangre bañaba ya por completo a la colina de fuego, y si antes las presas habían sido los bichos masacrados por el fuego conjunto de la federación, ahora eran las fuerzas de la federación las que estaban siendo masacradas ferozmente mientras intentaban replegarse. Los escuadrones de fusileros ligeros habían sido aniquilados por completo, los escuadrones pesados Alfa y Beta prácticamente habían desaparecido mientras que los escuadrones Eco y Gatling estaban seriamente diezmados. Por ello, aun cuando el enemigo estuviese muy reducido en fuerzas, para aquellas alturas la única opción viable era retirarse del combate.

Y así a la orden de Miller quien era el sargento al mando, el grupo de vehículos esperó lo mas que pudo para luego retirarse de la colina a toda prisa. Los infantes ya parcialmente a salvo, habrían fuego contra el enemigo en un intento de no solo evitar el avance de los bichos sino de darle alguna esperanza a sus compañeros de sobrevivir, por tenue que esta fuese. Lamentablemente muchos quedaron atrás y ellos no pudieron mas que presenciar el atroz espectáculo.

Desde lejos pudieron ver como Macreidi rodeado por el enemigo combatía ferozmente hasta que en un intento de escapar fue cogido en el aire y descuartizado por casi una docena de bichos guerreros. Hacia el otro flanco, donde se encontraba el otro Gecko volcado, el infante Maynard había llegado en un intento suicida y a la vez heroico de auxiliar a los heridos que allí se encontraban. Lamentablemente no solo fueron atacados por varios guerreros sino que, aprovechando la oportunidad, dos Firefrys se lanzaron contra ellos incendiando el vehículo por dentro, envolviendo así, en una nube de fuego a los infantes en el interior.

Había otros que aunque a salvo ya, habían estado cerca de la muerte. Primero estaba el infante Rodriguez quien apenas había alcanzado el vehículo en un intento de saltar a él, y por otro estaba la medico Samantha quien había dejado atrás a un gran número de bichos que le atacaban desde todos lados.

Con demasiados heridos, poco munición y la moral por los suelos, los vehículos emprendieron la marcha a toda prisa solo para darse cuenta que dos contingentes números de Ripplers les estaban flanqueando el paso, si no escapaban ahora, simplemente no lo conseguirían. Pero los milagros ocurrían siempre en el momento menos esperado y de la forma mas inimaginable. A su paso, los infantes se percataron de como de forma súbita, los Ripplers se habían detenido en vuelo y parecían revolotear en al aire confundidos e incluso algunos caían inertes. Para su sorpresa, en la retaguardia, algo muy parecido sucedía con el resto de los bichos. De pronto todas las fuerzas enemigas estaban atontadas e inoperantes.

En la torreta del gecko aun se encontraba el artillero aturdido pero vivo, sacarlo no iba a ser fácil y mucho menos poder entrar en el hueco y manejar el arma. Estaba en ello cuando vi que la compuerta del gecko estaba abierta y estaba claro que los bichos no iban a dejarnos salir vivos así como así. Una llama entro por la abertura aumentando el calor del lugar exponencialmente. Las sombras de mas y mas bichos se perfilaban contra la estructura del vehículo volcado, estaba mas que claro que de ahí no saldríamos.

- Un placer señores....putos bichos. 

el soldado apretó los dientes ante la impotencia de encontrar salida, dando tumbos siente como las fuerzas le fallan mientras los chorros de tibia sangre manan de su cuerpo, voy a morir el soldado puso sus manos en su maleta buscando afanoso las granadas siente los anillos que como una sortija envuelven su dedo saco las espoletas con una sonrisa lastimera y lagrimas en sus ojos, no había tiempo para nada, HONOR A LOS CAÍDOS MALDITOS CABRONES grita mientras ve las garras y zarpas de los aracnidos cernirse sobre el.

las garras de los bichos cayeron sobre el como lanzas implacables que destasaban su cuerpo con eficiencia descomunal, vincent veía su vida frente a sus ojos, su familia, sus amigos, las batallas, las que que debio hacer pero no hizo, sus piernas eran cercenadas y arrojadas por los aires, con tantos cortes le resulto casi imposible sentir nada, para su contento su mano derecha volaba a la distancia con las espoletas fuertemente aferradas a sus dedos.

una luz lo rodeo todo con un calor abrazador pero breve y todo dejo de existir para siempre.

El golpe recibido al volcar el vehículo está a punto de romperme el cuello, pero en el último momento logro rodar para caer sobre la espalda. El golpe vacía mis pulmones de aire, y casi me deja inconsciente, aunque casi hubiera sido lo mejor. 

Mientras apuntaba a la puerta por si aparecía algún bicho, de repente, un enorme fuego se comenzó a propagar por el interior, amenazando con abrasarnos ¡¡Maldita sea la puta!! ¿Qué voy a tener que morir abrasado por cojones? digo pensando en todas las heridas recibidas por estos malditos insectos, todas ellas por fuego, salvo la de mi buen amigo y compañero Rodríguez. 

Siguiendo a mis compañeros, comienzo a gatear, ignorando el dolor que me produce el movimiento y pensando seriamente el por qué salir. Todo está perdido, y ahí fuera seré el pasto de toda la maldita jauría, pero si solo pudiera llevarme algunos por delante, estaría bien el sacrificio. Además, que morir abrasado en el interior de un camión no es que fuera la muerte digna que siempre había imaginado.

El atronador sonido de la batalla se tornó en sielcio gélido, como el aire Galdonia y tan solo interrumpido por roncos motores de los Geckos y la confunsión que reinaba epor la radio. Los bichos se habían parado al unísono y ahora no los atacaban. Miller abrió los ojos como platos mientras observaba desde lo alto del traqueteante vehículo. Al momento abrió el canal tres de comunicaciones para hablar con el líder de la otra escuadra:

Sargento Frost, ¿sabes qué diablos está pasando aquí? parece que los bichos se han vuelto idiotas de repente.

El Sargento esperó contestación, confundido por las circustancias necesitaba confirmar lo que estaba viendo antes de dictar órdenes.

¿Frost, me copias?

El sargento de la Gat debía estar tan alucinado como él, pero debían reacionar, aprovechar este regalo y slvar todas las vidas posibles.

No sé qué está ocurriendo, pero parece que los bichos no atacan y eso tal vez nos dé una oportinidad. Tengo cuatro hombres allí que aún podrían estar con vida y supongo que alguno habrá de la GAT, hay que intentar salvarlos mientras los bichos no atacan.

Miller habló despacio intentado que la comunicación fuese buena pues no sabía si le recibían con claridad.

Pero no vamos a poner en peligro a los supervivientes, al menos no a todos. Iré yo con este Gecko, un médico y otro soldado voluntario. Todos los demás quiero que os alejéis hasta un lugar seguro por si vuelven a atacar los bichos. Necesito que comuniques a la federación lo que está ocurriendo, que recargues el MLRS y repares los Heavys para estar preparados para arrasar la colina en cuento tenga a los heridos conmigo. Usaré una vengala roja para indicar que nos hemos ido. Necesitamos evacuación en las próximas horas o moriremos congelados.

Si los bichos vuelven a moverse, arrasa la colina aunque no hayamos vuelto, ¿entendido?
 

Los bichos se habían detenido como congelados. No atacaban ni emitían sonido alguno como sumidos en una catatonia alien. desde lo alto del Gecko la visión era subrealista, algo increíble y casi milagroso. Miller siquiera se atrevió a disparar por temor a "despertarlos". Intercambió algunas palabras por su intercomunicador con el Sargento Frost pues no estaba seguro de qué hacer. Luego preguntó a su propia escuadra.

[Alguien sabe qué narices está pasando, los bichos están parados. Maynard, Hutchinson, Caiazza, Rumsfeld... ¿pueden oirme? tienen que resistir, me oyen, resistir, es una puta orden. Si hay un puto milagro tenemos que aprovecharlo]
 

Se me escapaba el Geko, y eso significaba la muerte, debía entrar fuera como fuera, así que intente una acrobacia a la desesperada, y al final conseguí introducirme dentro mientras decía:- Venga largemonos cuanto antes...
Me posicione en un puesto vació y pensé, Aun faltan unos cuantos?, habrán entrado en los otros Gekos?, cuando escuche a Miller decir varios nombres dejando claramente mis dudas resueltas, estaban en medio de la planicie entre los bichos, pobres desgraciados.
Luego dijo:- Señor, debe haberse roto alguna conexión estrategia de comunicaciones entre ellos. Aprovechemos y demos les duro. Y dicho eso cambio el sistema de visión a infrarrojo y disparo sin contemplación al grupo de bichos mas cercanos a ellos.

Rodríguez debía tener razón, algo no iba bien en la comunicación o simplemente podían estar inconscientes. Pero a esas alturas ya estaba decidido, con la confirmación de las órdenes por parte de Frost ya había un plan en marcha y el sargento decidió que no había vuelta atrás.

[¡ALTO EL FUEGO! ¡DETENED LA MARCHA!] -Gritó para que todos puediesen escucharlo.

El sargento quitó su lizard line y saltó sobre la nieve. Luego abrió las puertas del Gecko sobre el que había estado subido.

Salgan del Gecko, tienen que redistribuirse entre los otros Geckos, usen el techo si es necesario. ¡Vamos, vamos, vamos! - Con un dedo señaló al Cabo White- Tu no White, acabas de presentarte voluntario para una misión de rescate.

A partir de ahora y hasta que volvamos-si volvemos- el Sargento Frost está al mando y la Eco le seguirá hasta el culo del infierno si es necesario. White, uno de los médicos y yo, iremos en este Gecko a buscar a los heridos aprovechando que los bichos están en la inopia. Necesito un médico voluntario y que se muevan rápido de una maldita vez, ¡No sabemos cuando los bichos volverán a atacar!

Bill. Moribundo como se encontraba,aparta su mano de la granada.

Su sargento ha ordenado el alto el fuego, y su instruccion ha conseguido que obedecer ordenes sea una reaccion pavloviana. Una reaccion instintiva mas que algo consciente.

Se habia arrastrado, chamuscado, golpeado y agonizante fuera del Gecko, dispuesto a activar las granadas para conformar, con su ultimo aliento, un muro de fuego que les daria al resto de sus amigos algo de tiempo para huir de las chinches. Ahora se encontraba sin saber si sobreviviria, pues no era medico, pero sabia que bien no estaba. Desde luego ya habia perdido un ojo.

Se tumbo boca arriba, y se relajo. Que fuera lo que Dios quisiera. Cerro su unico ojo.

-El TulliGecko reporta. Estamos en las ultimas.

Alcanzo a decir antes de sumirse en una inconsciencia de la que no sabia si despertaria.

Tras la carrera que le llevó al Gecko, se agachó y apuntó hacia la entrada del vehículo, dispuesto a descargar una ráfaga de tiros a los bichos que le venían pisando los talones. Sin embargo, el que apareció dando una voltereta fue Rodriguez, magullado y  herido, pero vivo. Ethan le dedicó una tensa sonrisa, sabedor que en breve tendrían que gastar sus últimas balas en vender caras sus vidas.

Apenas un par de segundos después, el vehículo detuvo su marcha ante las órdenes del Sargento, que transmitía órdenes a diestro y siniestro, mientras nuestro vehículo comenzaba a dar la vuelta para encarar de nuevo al enemigo. Lo más extraño fue que todo lo que sonaba por el canal era cierto. Por las portillas de disparo White pudo observar como los insectos permanecían estáticos en su sitio, algunos cayendo donde estaban, otros apenas dando pocos pasos en varias direcciones al azar, como si estuvieran aturdidos o no supieran hacia donde ir.

Por las conversaciones y las suposiciones del resto, parecía que una de las otras escuadras había tenido éxito y habían cazado al "cerebro", al que dirigía a esos malditos bichos. Quizás aún pudiéramos salir de ésta con vida.

Y ahí fue cuando el Sargento eligió que quería morir, y no él sólo, si no con compañía.

"¿Yo? ¡Hostia puta!" acertó a pensar a pesar de la sorpresa que sentía....miró hacia la marabunta de bichos que parecían estatuas en ése momento, y alzó las cejas dentro del casco por lo abrumador de la idea, no estaba del todo de acuerdo en un primer momento, parecía incluso dispuesto a protestar, pero las voces de sus compañeros en el canal pudieron más que su instinto....."¿acaso yo no querría que intentaran salvarme el culo?...si vas a ser un mando, tienes que demostrar que los tienes bien puestos...mira a Miller...." debatía internamente.

"¡Señor, sí señor!" contestó White a las palabras de Miller. "Y si me p....p.......permite añadir una cc.....co.....cooosa señor.....con dos c...c......cojones".

Dirigió una mirada a Brocheta, que tenía cerca, y le hizo un saludo llevándose la mano a la frente de forma discipliente...."Guardadme u....u.....una cerveza...." para despues repasar su armamento....aunque realmente pensaba que no le iba a ser de gran ayuda. Si los bichos reaccionaban con ellos allí dentro, podían darse por "fileteados".

"¿S..s....sargento? Estoy bien....co...conseguí llegar al Ge...gecko, Señor. Ahora me voy de excursión c....c...con el Saaa...saaa....sargento Miller. Vamos a p...pppp...por los nuestros..." contestó White por el canal de mando.

William al escuchar las ordenes de Miller y la razón, ver que irían 3 a meterse en la boca del lobo, y que podían perder otro sargento en un movimiento suicida no pudo mas que decir como lo diría a un amigo:- Miller, si me necesitas contigo, iré contigo, como siempre, pero si piensas que soy mas efectivo con los demás, me quedare con ellos.
Y mirándole a los ojos fijamente termina diciendo:- Miller, seguro que no me necesitaras?

El blindaje me hizo sentir seguro durante un suspiro porque si bien me protege de las cuchilladas nada puede frenar las llamaradas de los bichos que llenan todo el interior del Gecko. Todos gritamos de dolor pensando que así moriríamos, ni siquiera destrozados por los bichos sino cocinados dentro de una lata de sardinas todos apiñados.

El fuego quema y derrite mi armadura y no logro ver más que siluetas de bichos por todos lados aun con las llamas delante del visor. Grito de miedo y dolor sabiendo que de esta no salgo, no moriré por la Federación supongo, dudo que nos recuerden individualmente. Moriré por mis compañeros que sangraron junto a mi durante toda esta locura.