Partida Rol por web

La joven exploradora elfa, utilizando al máximo su conocimiento de la Naturaleza, avanza decidida hacia el bugbear, plantándose ante él sin tener ni que acelerar el paso.

Sonríe ferozmente y sus dos espadas cortan el aire, buscando de forma inexorable el cuerpo del monstruo.

Aelar se acerca con una actitud claramente depredadora y termina con la vida de Mulchmouth antes de que este pueda decir "basta".

Aelar remata la faena con un doble golpe, tras lo cual limpia desdeñosamente los filos de sus armas en ls ropas del último bugbear caído.

¡Escoria!, es todo lo que dice antes de enfundar de nuevo y ponerse a escuchar cuidadosamente por si hay más sorpresas.

Varis recupera un poco el aliento, aunque en realidad apenas se ha fatigado y no ha recibido ninguna herida, así que pronto propone: Tal vez deberíamos registrarlos, ya no sólo por si llevan algo útil, sino porque podríamos encontrar alguna pista sobre nuestras investigaciones... tras esto se agacha junto al lider de los bugbears y empieza a hurgar en sus bolsillos y a revisar su equipo.

Sureya asiste con reprobación al saqueo de su compañero.

- No creo que encontremos nada indicativo de sus motivaciones, ¿sabría leer siquiera?

Después de sufrir la primera escaramuza seria, Hadarai trata de alejar, con bastante mano izquierda, al joven autista de peligros mayores al tiempo que deambula entre los cadáveres de sus adversarios fingiendo cierta curiosidad.

-¡Vaya, vaya! Esto ya pasa de castaño a oscuro, me temo. Creo que alguno de nosotros debería regresar a Riverbend para informar al condestable sobre la incursión feérica que acabamos de abortar y, sobre todo, para encargarse personalmente de que el molinero siga vivo hasta nuestra vuelta. Según parece, aquí hay más chicha de la esperada...

-Sé que sabe cuidar de sí mismo, pero jamás me perdonaría que le ocurriese algo teniéndolo a mi cargo--medita el mago eladrín con preocupación--No, todavía no está preparado para lo que el grupo se va a encontrar en los próximos días.

-¿Qué dices, Faust? ¿Te ves capacitado para esa vital misión?

- No me gusta esto, estos no venían a aguar un vino o quemar un campo, algo se aproxima y es muy peligroso. Creo que será mejor que el muchacho proteja al molinero y avise a la gente. Además, si nosotros nos vamos, necesitarán a alguien poderoso que lso proteja, porque su gente no podrá ni en broma.

El joven Faust sin decir nada, sigue vuestras órdenes y se marcha de vuelta al pueblo.
Mientras tanto, vosotros continuais hacia el molino.

-Adelante, pues.

Aunque la cara de Sureya no denota tranquilidad al dejar marchar al muchacho solo... por él... por los demás...

Tras la marcha de Faust continuáis vuestro camino hacia el molino.
No tardáis en escuchar el murmullo del río a medida que os acercáis al edificio.
A lo lejos alcanzáis a ver que el estanque del molino tiene visitantes; dos hermosos caballos con bardas negras con adornos de cobre beben del estanque al otro lado del puente. Junto a ellos se encuentra un caballero con una armadura verde y su escudero vestido con un jubón del mismo color. La verde armadura del caballero está cubierta de hojas verdes y su llemo está coronado con plumas. Su lanza está hecha de un rama de árbol viva que luce hermosas hojas.

Aelar señala en silencio hacia el caballero y su escudero.

Asintiendo con la cabeza en silencio, Hadarai examina a conciencia a aquellos dos tipos desde la distancia.

-Tienen toda la pinta de pertenecer a las tierras Salvajes de las hadas.

Si queréis que descubramos nuestra posición, sería mejor hacerlo despacio y con las manos a la vista... para luchar siempre hay tiempo.

Susurra Varis a sus compañeros mientras predica con el ejemplo y separa su mano de la empuñadura de su espada. Aunque después se dirige a Aelar:

Lo que no quiere decir que alguno no pueda tomar una posición ventajosa oculta por si las cosas se ponen feas...

- Yo te acompaño, con esta armadura no soy, exactamente, lo que se dice discreto.

Aelar asiente sin decir nada, y se escabulle hacia atrás, en busca de una buena posición de tiro para su arco.

- No todo el mundo va a ser hostil en estas tierras. Yo también iré por el camino.

Pensando en las posibilidades del grupo añade en voz más suave.

- Lo que no quita que otros más discretos vayan ocultos.

Al ver a varios de vosotros el caballero verde se sube a lomos de su montura y dice.
¿Quien osa cruzar el puente guardado por los sirvientes del Rey del Río? Nadie cruzará sin derrotarme primero.

- Ignorábamos que hubiese que luchar... Y no venimos con esa intención. ¿Qué es lo que protegéis si no es inadecuado preguntarlo?