Partida Rol por web

Entre unos escombros consigues encontrar la maleta, al abrirla, puedes ver que las esposas todavía están increíblemente intactas, sin embargo, las pistolas han quedado reducidas a cenizas.

"Sobrevivir" -se dice- "de eso se trata el juego... y yo soy una sobreviviente"

Da una última mirada a sus compañeros y en su rostro se dibuja algo muy parecido a una sonrisa. Desenfunda el arma y suelta el seguro.

-Por si acaso...

Es lo último que dice y se pierde por la trampilla. Baja la escalerilla en estado de alerta, lista para usar el arma si es necesario.

Tras abrir el maletín descubrió algo interesante, alzó la cabeza para ver si Lydia aun estaba meditando su entrada. Sin pensárselo dos veces le bombeó una de las esposas a la entrada de la trampilla. Toma una de estas, te servirán. Cogió un par de ellas y continuó mirando al rededor en busca de otra cajetilla de cigarros. Algo en su interior le decía que iba a necesitar más de lo habitual. Serían unos dias muy largos.

Te recuerdo que:

Cita:

Se acerca a la escalerilla y sube unos peldaños.

-¡¡HUGHS... LEIGH!! -les grita- ¿ME ESCUCHAN? -sube unos peldaños más- ¡¡SERA MEJOR QUE BAJEN... TRANQUILOS, ES SEGURO... AQUI HAY ALGUIEN QUE LES DARA GUSTO VER SOBRETODO CUANDO NOS AYUDEN A PARTIRLE LAS PIERNAS!!

Mientras sus su tambaleo sobre las piedras le entretenía en su búsqueda escuchaba los gritos de su compañera. Mierda... ¿es que tanto les cuesta hacerme caso? Reflexionó en voz alta suspirando. Dió un par de saltos para dirigirse de nuevo al hueco de la trmapilla, se agachó para coger algunas esposas y mirando a Mónica se incorporó para bajar. Bien...  es hora de jugar... se acercó hasta ella, cógete algunas si quieres, le dijo desinterasadamente. Se situó al lado de las escaleras y con un par de gestos armoniosos y danzantes colocó su mano en señal caballerosa, mostrándose más educado de lo habitual, incitando a su compañera a que comenzara el descenso con su ayuda.

Un par de esposas no venían nada mal, así que Mónica tomó unas por si acaso y se las guardó en el bolsillo trasero de su pantalón deportivo. Entonces enarcó una ceja y miró el hueco de la trampilla. Entonces bajarían...

Se puso el arma entre el elástico de la cintura de su pantalón y el cuerpo y se preparó a bajar con cuidado. Hasta tomó la mano de Daniel para ayudarse a bajar. Una vez abajo miró hacia el exterior.

-Tu turno... -Le dijo con pocas ganas. Tampoco era de la idea de bajar. Pero....