Partida Rol por web

Me sorprende un poco, pero dejo que me coja la cara , y aprovecho para mirar bien sus ojos.

-Yo al mundo del espectaculo?- rio un poco -Noo. Solo me interesa tener un poco de dinero en el banco para no tener problemas, y vivir mi vida a mi ritmo.- Meneo la cabeza algo divertido -Mi amigo me convencio para presentarme a el programa, acepte para que se callase... Miro de nuevo a los ojos a Nikki - pero cada vez me gusta mas estar aqui-

Me puse de pie y me acerqué al balcón, me apoyé de espaldas a el y encendí un cigarrillo.

Fumo muy de vez en cuando, pero en ese minuto me apetecía, así que eso hice. Los audífonos de mi MP3 seguían conectados lo que en cierta medida me mantenía aislada del resto. Me dediqué a observarlos, como solía hacer cada vez que conocía a personas nuevas. Me mantuve silenciosa, dando una que otra calada al cigarrillo, aunque éste en realidad se consumía más por acción del viento que mía.

Llego al aeropuerto tras un atasco en la autopista espero no perder el vuelo pienso mientras acelero en los ultimos metros con mi mustang.
Dejo el coche en el parking y entro al aeropuerto con mis maletas.
Esta es mi oportunidad para darme a conocer al mundo entero veo al hombre con el cartel y sonrio, le doy mi nombre y me dice de esperar en la sala VIP. Voy acompañada por los asistentes.

ok, cuando quieras una conversación privada, marca solo al director y en notas pon el nombre del destinatario.

Creo que salir unos instantes sería una buena idea, mataría por un cigarrillo, vicio que no me he podido quitar a pesar de hacer todo el deporte que hago; quizás a los 30 lo haga. Cuando ella se levanta sujeto mi bolso y lo pongo sobre mi espalda y le señalo la puertita que da al pequeño balcón. Allí parece que hay demasiada gente con demasiados egos y no me agrada mucho que digamos.

-Sí, tomemos un poco de aire... Quizás me dejen fumar allí-sonrío y me encamino hacia la salida.

Acompaño a mi compañera hasta la puerta del balcón, y la abro, dejándo que ella pase primero para admirar un poco su escultural figura. Cuando sale al balcón, salgo tras ella y cierro la puerta. Acto seguido, saco un paquete de cigarrillos y le ofrezco uno a ella.

- ¿Quieres? -, le digo mientras le sonrio.

-¡Genial! Moría por uno-digo acercándome a ella y cogiendo el cigarrillo con una sonrisa.-La verdad es que no tengo idea de qué va esto. ¿La tienes tú? De hecho estaba pensando antes que llegaras, que quizás debería dejar este manicomio de una buena vez, pero ahora que he hecho una amiga, creo que no sería una buena idea.

Le doy la espalda y miro a lo lejos las luces de la ciudad, es agradable, quizás no todo vaya a ser así en la isla pero sin duda es mejor tener una aliada que una enemiga. Quizás hasta compartamos habitación esa noche o qué sé yo.

-Cuenta qué dejaste fuera para unirte a esta locura...-ahora la miro a los ojos.

Me recuesto en la barandilla junto a ella mientras escucho sus preguntas. De repente me mira a los ojos y continúa preguntando. Tiene unos ojos muy bonitos, por no hablar de su cuerpo, que es de infarto...

- No he dejado mucho atrás, sólo un par de gimnasios, pero están al cuidado de mi hermano, así que tengo todo el tiempo libre del mundo para disfrutar de este viaje. -, le digo con una sonrisa mientras le doy unas caladas al cigarrillo. - Con respecto a lo que nos espera aquí... pues... ni idea. -

Cuando habló de gimnasios y esas cosas, sonreí; ahora sabía por qué tenía ese cuerpo.

-Ahora entiendo esa excelente figura, chica-dije sonriendo.-Yo hago deportes extremos... Hace ya unos 4 años y creéme, lo paso genial. Mis padres no están muy de acuerdo, pero creo que ya se están acostumbrado, tengo dos hermanos, Mike y Vic, ellos me apoyan por completo... Aunque esta idea de la isla, a los cuatro les resultó un tanto rara...

Luego pensé en Alonso, de algún modo lo había dejado también pero con él eso nunca se sabía, di otra calada al cigarrillo y traté de pensar en otra cosa.

- Ah, deportes extremos... lo mío son las artes marciales... -, le digo mientras le guiño un ojo. - Ahora entiendo de donde has sacado estos brazos... -, continúo mientras paso una de mis manos por sus musculosos brazos.

El suave tacto de su piel, me hace sentir un escalofrío al tocarla. Creo que me lo pasaré muy bien en la isla.

-Bueno-dije mirando como retiraba su mano de mi brazo, había sentido algo rarisimo, que nunca antes.-Mmm, bueno, medianamente... Ya sabes, uno hace bastante esfuerzo. Creo que el entrenamiento nos servirá bastante por aquí.

Luego me agaché sobre mi bolso y saqué una chaqueta coloro rojo, sentía un poco de frío.

-¿Quieres una? Debo traer al menos un par más por aquí...-pateé el bolso y le sonreí mientras me ponía la chaqueta.

- Déjame que te ayude a abrocharte la chaqueta. -, le digo mientras cojo los botones de la chaqueta con la mano. - Así pasarás menos frío. -

Mis manos comienzan a abrochar sus botones, mientras, como quién no quiere la cosa, rozo sus pechos con el dorso de mis manos. Espero que no le incomode...

- ¿Mejor así? -

Linda hizo algo que en principio me dejó de una pieza, no era que me molestara; muy al contrario, aquello había resultado agradable. Sonreí sonrojándome un poco, de pronto me sentía como cuando estaba con algún chico, cuando... No, eso era imposible, yo estaba segura de mí.

-Gracias, Linda, eres muy amable...

Tomé sus manos y las bajé lentamente pero no las solté.

Sus manos aferraban mis muñecas con un poco de fuerza. Es extraño, pero realmente me gusta su forma de actuar. Mis manos, junto con las de ella, comienzan a pasar alrededor de su cintura, mientras mi cuerpo comienza a acercarse al suyo.

- Espero que no te tomes a mal esto... -, le digo mientras acerco mi cara a la suya. - Pero tengo ganas de hacer esto desde que te ví allí dentro. -

Dicho esto y aprovechando que nadie nos ve, comienzo a besarla muy despacio.

De pronto, como sin darme cuenta, siento sus suaves labios prendarse de los míos, en principio la miro confundida pero luego, como una tormenta irresistible, no puedo más que besarla de igual manera, aumentando la pasión, cerrando los ojos. Mi corazón late con fuerza y los temores se han quedado atrás, sin duda la adrenalina es tan fuerte como en un bungee. La aparto de mí suavemente, tengo las mejillas sonrojadas y sus manos aún rodean mi cintura. No me puedo olvidar de su delicada lengua paseando en mi boca, definitivamente la sensación es muy distinta a la de un hombre.

-Lo siento... Yo no...

Hay mucho fumador por lo que veo, tendré que comprar cigarrillos y guardarlos para mas tarde, jejeje... Así cuando se les acabe, tendrán que aceptar los que yo les dé, jejeje...

Dejo la black berry en el bolsillo y miro mis macutos perfectamente envalados y facturado. No creo que nadie se moleste en abrirme el equipaje.

Me levanto de mi asiento y me dirijo a la tienda de souvenirs mas cercana a comprar tabaco para el viaje.

Mis brazos aún se encuentran rodeando su cintura. Mis labios se separan un poco de los de ella cuando habla, pero no siento que se aparte de mí, sino que parece que está muy a gusto con la situación, tanto como yo.

Acerco mis labios nuevamente a los suyos y continúo besándola.

Llevaba ya un tiempo en aquel escalón sentada viendo pasar a la gente. El ruido de aquel lugar iba en aumento porque ya eramos unos cuantos los partcipantes que habíamos llegado. Decidida a estirar las piernas un poco, me levanto y me percato de aquella persona que sigue mirando disimuladamente hacia aquí (Carlos Aguilar).

Me aburro aquí esperando... Pensé mientras caminaba entre la gente lentamente.