En la parte de adentro kimihiro, atento a todo lo que pasa mira a las dos chicas irse juntas, como es un tanto alocado imagina lo que podrian hacer las dos chicas, y empieza a tocar otra cancion, mas suave, pulsando las cuerdas como si tocara un piano, y canta en voz normal.
Nada tienen de especial, dos mujeres que se dan la mano, el matiz viene después, cuando lo hacen por debajo del mantel
Luego a solas sin nada que perder, tras las manos va el resto de la piel, un amor por ocultar, aunque en cueros no hay donde esconderlo,lo disfrazan de amistad, cuando sale a pasear por la ciudad
Una opina que aquello no está bien, la otra opina que qué se le va a hacer, y lo que opinen los demás está demás, Quien detiene palomas al vuelo, volando a ras del suelo mujer contra mujer
No estoy yo por la labor, de tirarles la primera piedra, si equivoco la ocasión, y las hallo labio a labio en el salón, ni siquiera me atrevería a toser, si no gusto ya sé lo que hay que hacer, que con mis piedras hacen ellas su pared
Quien detiene palomas al vuelo volando a ras de suelo, mujer contra mujer, Una opina que aquello no está bien la otra opina que qué se le va a hacer, y lo que opinen los demás está demás, Quien detiene palomas al vuelo volando al ras del suelo, mujer contra mujer. termino la cancion mirando hacia donde se fueron las chicas, sin verlas, y con una mirada como si estuviera viendo comida muy apetitosa.
Dos chicas salen después que yo al balcón y parece que no se dan cuenta de mi presencia. Las observo, silenciosa, lo mismo que al resto de personajes que están al interior del salón. A las chicas (Linda y Miranda) las veo hablar con bastante familiaridad, cualquiera diría que se conocen de antes.
Me encojo de hombros, en realidad me tiene sin cuidado si allí hay gente que se conozca de antes o no. Continúo fumándome mi cigarrillo y ni me inmuto cuando las veo besarse, seguro que lo hacen para captar cámaras, pero ver a dos mujeres besarse no tiene nada de sensacionalista, no en un país que desde hace algunos años la homosexualidad y el lesbianismo son pan de cada día.
Edward deja sus pertenencias en su asiento y se levanta metiéndose en la boca, el "cigarro" que se estaba liando, urge en los bolsillos.. "mierda, el mechero.." piensa mientras mira alrededor como si buscara uno.. aunque al ver que no da resultado, llega a la conclusión de que quizás la gente que ha ido a fumar fuera tendrán cualquier instrumento para prenderlo.
Con el cigarro en la boca, los auriculares puestos y con una mano en el bolsillo, se dirije hacia afuera dónde una vez ha salido, ve a las dos chicas dandose el lote. - Bonito día, verdad?.. les dice sin mirarlas y apoyándose con los codos a la barandilla..
Miro al recién llegado de reojo, y separo mis labios de mi compañera. Al parecer, no estabamos solas aquí fuera o simplemente, la gente es demasiado curiosa y suele meter las narices en cosas que no les interesa.
- Sí, bonito día... por ahora, le digo con una sonrisa. - Espero que se ponga mejor a medida que pasa el tiempo, termino de responder mientras pego mi cuerpo un poco más al de Miranda.
Cada dia que pase será mejor por lo que veo. - digo aún manteniendo la vista al horizonte. - Por cierto, ¿alguna tiene fuego? - ya se reincorpoa y señala lo que tiene en la boca. - no quisiera molestar..
Le paso un mechero al tio que se acercó a nosotras mientras continúo abrazando a Miranda.
- ¿Fumas y no tienes fuego? Extraño... , le digo guiñándole un ojo.
Si consideras extraño el hecho de haber perdido un mechero.. sí, es extraño. - le dedica una sonrisa mientras se encoje de hombros, acto seguido, saca su mano del bolsillo y enciende el mechero tapando con esta el viento para impedir que se apague.
-Debe de ser un buen amigo si logró convencerte para venir sin ni siquiera saber lo que nos espera.- Suelto una risa coqueta. -Quizás cuando salgas de la isla seas famoso aún sin quererlo.-
Para Logan Ross.
Me encuentro un tanto contrariada pero vuelvo a sentir sus labios y abandonarme a ese beso, no està mal, besa bastante bien hasta que una voz nos interrumpe pero lejos de alejarse de mì, linda parece màs decidida a quedarse junto a mì. Me giro a ver al chico y le sonrìo, es bastante guapo digamos y parece interesante, quizàs es un deportista màs como nosotros. Los oigo conversar y me de desabrocho los botones de mi chaqueta, me ha dado calor. Con suavidad retiro las manos de linda de mì, no era mi intenciòn que medio mundo nos mirara, no era mi intenciòn que despuès de años de andar con chicos, de pronto me gustara una chica. ¡Y què chica!
Suavemente miro al lado contrario y descubro a la chica oriental, o somos unas distraìdas o alguien tiene poderes sobrenaturales. Sonriendo extiendo mi mano mano para saludar al recièn llegado.
-Bueno, siempre habrà alguien que te de fuego por aquì... Miranda Payne-me presento tratando de disimular el rubor en mis mejillas.
Me separo un poco de Miranda, sabiendo que se siente incómoda por la situación, así que no me molesto por que me aparte un poco.
Miro al recién llegado... hum... también es guapo, pero no estoy dispuesta a que se fije en la persona que acabo de besar...
- ¿Cómo te has metido en esto? -, le digo mientras me enciendo otro cigarrillo. Uff... que calor me ha entrado de repente.
Mientras sigo hablando con mi hermana que está sentada a mi lado. -Ash, ¿has visto cuanta gente que viene a concursar? Son todos tan diferentes...-.
Luego de finalizada la canción miro alrededor, pensando que si este va a ser el grupo con el que estaré sobreviviendo en una isla desierta... Sera mejor que nos acoplemos, luego suspiro y niego con la cabeza, poniendo la guitarra en su funda, pero sin cerrarla.
-Va a ser problematico el hecho de que no me acople... Me pregunto como seran las cosas en la isla, por suerte he traido a saya, al menos si quedo solo tendré algo en lo que distraerme- pienso mientras miro mi guitarra, casi abstraido por ella.
Ed se da cuenta de la incomodidad de Miranda, de hecho, salta a la vista puesto que no pronuncia con claridad sus palabras... al extender la mano para saludar, Edward la ignora y le da directamente dos besos en las mejillas. - Ui, haber si tendrá fiebre, está usted muy caliente... señorita Miranda - le dice con cara de preocupación.
Pues estoy aquí por mi mánager, resulta que soy actor y el muy pesado ha insistido en hacerme entrar aquí para publicitarme... em... - deja la frase al aire con una sonrisa y esperando que la chica le diga su nombre.
De pronto el joven actor me besa ambas mejillas,pero ahì si que no me hace sonrojar màs, todo queda tal cual y la sonrisa de oreja a oreja, cuando hace esos comentarios, logra que me relaje. Espero a que Linda se presente y me vuelvo a la otra chica y la invito a venir con nosotros.
-¡Hey, si no quieres estar sola, ven aquì!-ser amable no està mal.
- Mi nombre es Linda, le respondo mientras me acerco y le doy dos besos. - Yo no sé mucho por que estamos aquí, sólo sé que me llegó una invitación a donde trabajo y bueno... aquí estoy..., le digo con una sonrisa.
Una de las chicas se da cuenta de mi presencia, lo hace en el momento que saluda al musculoso que acaba de salir también a fumar. Me invita a acercarme a ellas, pero yo hago una pequeña reverencia, como se acostumbra en mi tierra y rechazo la invitación amablemente.
-No, gracias, estoy bien aquí -esbozo una sonrisa-. No me gusta interrumpir y la soledad suele ser buena compañia cuando se quiere meditar.
Ha sido un dia de perros, todo me ha salido mal... menos mal que cuando llegue a la isla, esto cambiara de radical. Mi chofer me deja en el aeropuerto de L.A. y me lleva las maletas mientras me dirijo a donde veo a un tipo con un cartel, que dandle mi nombre me invita a la sala Vip.
Cuando llego veo a toda esta gente.
Perfecto, soy la ultima. Bueno al menos ahi gente interesante aqui.
Linda, así que en el trabajo.. vaya. - le da un buen calo al fly y sonríe.
¿Meditar?¿sobre qué? bueno.. jejeje - ríe levemente. - vente aquí y meditamos todos juntos, ¿te parece? - le pregunta amablemente y sin ánimos de ofender...
-Joder que coñazo...- digo mientras saco la petaca de Jack Daniels, luego voy al balcón y en una esquina me lio un porro de yerba. Ni miro a la gente que esta ahí, me voy a la esquina más alejada de ellos y me lo enciendo dando sorbos a la petaca.
Me encojo de hombros, si la chica no quiere venir con nosotros es entendible. Quizàs lo que vio antes le ofendiò, a saber, las costumbres orientales son algo muy extraño, incluso para mì que he viajado por todo el mundo. Sonrìo, mientras doy otra calada a mi cigarrillo y miro al horizonte de espaldas a Linda y al señor musculos. No quiero interrumpir. Me siento extrañamente molesta.