Me meto en el avión y busco un sitio libre junto a ventanilla. Me pongo el i-pod, y espero.
Bueno, por lo menos voy pasando de niveles. ¿Me pregunto que estará haciendo ella allí detrás? Bueno, no es cuestión de que vaya a interrumpirla, pero la verdad, es que me gustaría que esté a mi lado, para charlar un poquito...
¿Qué pensará de mi después de lo ocurrido? Dios... espero no haberla cagado a base de bien...
Cita:
-Pues la verdad es que no tengo preferencias, elige tú. Soy bastante habladora, así que no suelo mirar por la ventana.- Espero a que Logan acomode las maletas y que decida el sitio donde sentarse, intentando no molestar a los demás pasajeros.
-Genial, qué te gusta beber? ron? tequila? whiskey?- la pregunto mientras me saco unos mentols y la ofrezco uno.
Tomo uno de los caramelos y lo observo con los ojos arrugados.
-Mmmm, creo que el tequila pero no hago feo a un buen vaso de ron con mucho hielo-sonrío.-Ya sabes, igual no puedo beber mucho, hago tanto deporte que al final pareceré una monja deportista y extrema.
xDDDD
Sonrio ante su jocoso comentario, se me escapa una carcajada...-ha, ha, ha... Una monja extrema, te acabo de imaginar con el hábito escalando. Dónde vives normalmente?- pregunto aún con una media sonrisa.
-Sí, puedes reírte... Pero si me pongo una de esas cosas lo único que podré escalar serán las escaleras para ir al ático-echo a reír yo también.-Pues verás, mi casa está en Miami pero tengo un pequeño departamento en París, cosa de mis padres. Lo cierto es que paso más tiempo en aviones y hoteles que otra cosa. Trabajo para una compañía deportiva que hace viajes de deporte extremo. Digamos que me pagan por hacer lo que me gusta. ¿Y tú?
-Tengo una casa en California,Santa Monica y otra en Miami, mis tatuajes me los hice en miami ink. Me he movido bastante entre bares tocando mi musica, y recorriendo la ruta 66 con mi harley. Tambien escribo para algunas revistas, como long rider magazine o super chooper. Vamos, no tengo un sitio fijo para vivir, me gusta la sensacion de libertad. Hago surf, escalo (poco), y escribo y compongo canciones. Nada del otro mundo.-
-¡Wow! Pues no es cualquier cosa. Esa es una vida bastante agitada y muy parecida a la mía, aunque espero que con menos sobresaltos-le guiño un ojo y echo una mirada en derredor, a ver si consigo ver a Linda.-¿Tatuajes en Miami Ink? Vaya, no he logrado conseguir una cita allí, parece que es sólo para gente famosa que toca la guitarra... ¿Qué tatuajes tienes?
-Llevo el simbolo del yin y el yan en el pecho.- digo levantando mi camisa para que lo vea -Una rosa negra en el vientre.- digo bajando un poco el pantalón -Y una "muerte".Porque todos acabaremos en su regazo. en el antebrazo.- digo subiendome la manga. -Por la cita no te preocupes, llamame cuando quieras ir, y te lo arreglo.- acabo sonriendo.
-Me encanta esa rosa negra-digo sonriendo y mirando luego a otro lado, le extiendo mi móvil última generación pero eso sí, muy deportivo.-Tendrás que guardar tu número aquí o no tendré modo de llamarte. Además, no sé si me decidiré al final, puede ser que ya esté "vieja" para esas cosas.
-vieja? que dices, cuantos años tienes? 20? 23?- digo mientras la apunto mi telefono movil en el suyo.
-Ademas, nunca es tarde para un tatuaje.- sonrio.
Echo a reír mientras le miro anotar su número telefónico.
-La verdad es que tengo 29 años, pero gracias por el cumplido. Supongo que hacer ejercicio al final tiene su recompensa. Esa es una manera muy sutil de preguntarle la edad a una chica, Murray.
-Pues si no te importa, escojere pasillo...lamame tonto, pero siempre me gusta poder moverme con rapidez y tener opciones para ello. Supongo que se me quedo despues de estar en el ejercito-. Me encojo de hombros recordando el maldito desierto...
Coloco las maletas, y te tiendo el brazo, por si lo quieres utilizar para apoyarte y sentarte. -Asi te sera mas sencillo, que ese vestido tan... impactante que llevas no parece comodo en estos sitios tan estrechos.- Te sonrio medio divertido, qunque no puedo evitar mirarte de nuevo de forma admirativa.
Mientras recorro el pasillo noto a algunos hablando de deporte extremo, mientras observo divertido a las gemelas buscando un asiento. No me gusta sentar sólo, así que busco a alguien con un asiento libre.
Me dirijo a Nicolai: Hola, ¿te importa si me siento?
Sentada en mi asiento junto con mi hermana miro por la ventanilla para ver el paisaje. -Qué ganas tengo de llegar...- Le susurro en voz baja.
-Gracias Miranda, yo tengo 30. A mi no me importa decir la edad, y las mujeres me gustan en su edad. No le doy demasiada importancia a ese hecho. sonrio y me aparto el pelo de la cara.
Me meto en el avión y me siento al lado del chaval de la armonica.
-Hola, ¿puedo? ¿o esperas a alguien?- pregunto con la bolsa de mano esperando a ponerla en el porta equipajes.
-Claro, pero a algunas mujeres les da corte decir su edad, es como si con ello evitaran que el tiempo pasara pero no es así, te lo puedo jurar y firmar luego sobre un papel, lo veo en mis madres o mis tías-sonrío notando como se quita el pelo de la cara.-Pasa que estamos mal acostumbrados a confundir juventud con belleza, en especial los hombres.
Lo rozo ligeramente con el codo en señal de complicidad.
-Nah, no todos... una chica joven puede ser hermosa, pero lo que queda al paso de los años es lo que vale. Porque el cuerpo es lo primero que se "estropea" con la edad. Asi que yo me fijo en la persona, en su interior. si me gusta, tengo una relación con ella, sino, no.-