Partida Rol por web

La Larga Búsqueda: El Rastro de la Sangre

Huida de Roma

Cargando editor
25/03/2020, 17:49
Aza Serdar

Miró a aquella chica un instante después de su réplica, su resolución lo cogió por sorpresa, y no pudo evitar esbozar media sonrisa casi imperceptible. Las mujeres de su cultura solían ser más sumisas y no poseían esa determinación, al menos las que él había conocido; salvo alguna excepción, claro está.

-Sea pues.- la miró asintiendo, luego miró a Fátima, inclinó la cabeza un instante a modo de reverencia, y mientras andaba hacia los carros para comprobar las bridas, dijo:

-No está mal vuestro árabe, pequeña infiel.

Deja al grupo con Fátima y se pone a tensar las bridas y comprobar el estado de la caravana antes de partir.

Notas de juego

Sigue hablando en árabe.

Cargando editor
26/03/2020, 11:59
Narrador

El trote de un animal irrumpió desde el bosque circundante. Los presentes se sobresaltaron y su sorpresa dio paso a muecas de terror cuando un enorme lobo de pelaje plateado emergió de entre los árboles acercándose al campamento.

Los ánimos se distendieron cuando animal se acercó a Hákon y se sentó frente a él con porte obediente.

Cargando editor
26/03/2020, 13:41
Rosalía Caeiro

Sonrió abiertamente ante las últimas palabras del sarraceno. Si trataba de provocarla, estaba muy lejos de conseguirlo.

Su cuerpo se tensó al ver aparecer al lobo. No por el animal, al que ella ya conocía, sino por la reacción que Fátima y sus hombres pudieran tener; pero, por fortuna, todo quedó en nada. Se acercó a sus compañeros.

-Thomas, tú y yo somos comerciantes de telas -explicó al sajón, aunque bien sabía que él lo había entendido todo-. Nos hemos unido a estos simpáticos mercaderes mahometanos para evitar riesgos durante el camino. Astrid, Rodrigo y tú os haréis pasar por nuestros escoltas -dijo después mirando a Hákon-. Creo que la idea es viajar hasta Rávena y de allí a Venecia. Esperemos no tener problemas. Si estáis listos, convendría que partiéramos ya.

Notas de juego

Como esto lo digo en langue d'oil, que creo que es la lengua que solemos usar entre nosotros, no sé si tengo que marcar a Aza o no porque no sé si lo habla.

Cargando editor
26/03/2020, 14:33
Astrid

La vikinga dirigió la mirada a Rosalía.

-Gracias por las órdenes, princesita, pero yo tengo otros asuntos de los que encargarme. Me temo que tendréis que prescindir de mí en vuestro teatrillo de comerciantes.

Cargando editor
26/03/2020, 23:25
Hákon Svarta

Hákon se acuclilló y palmeó y rascó el lomo del animal, sonriendo al verle. 

-Bien, ahora sí estamos listos. En tal caso, Rodrigo y yo seremos vuestros escoltas. Partamos cuanto antes. 

Cargando editor
27/03/2020, 11:36
Thomas Daister

Thomas escuchó las instrucciones de Rosalía. Por su mentre cruzaron infinidad de respuesta con distinto grado de acidez, pero se dijo que la situación y era lo suficientemente compleja y concluyó que no lo convenía, por el momento, hacerse notar.

-Comerciantes de telas -respondió- Creo que podré hacerlo.

El Ventrue se dirigió así a la carroza que les habían asignado.

Cargando editor
27/03/2020, 11:41
Narrador

De pronto, pasos dispersos a caballo se hicieron audibles desde distintos frentes.

Sin hablar, Fátima ordenó a todos que aceleraran los preparativos para partir de inmediato.

Astrid abrazó a Hákon y besó con fuerza sus labios antes de correr a desvanecerse entre los árboles.

Cuando comenzaban a partir, la silueta de un caballo se detuvo en el linde. Su jinete era Massimo.

El Toreador miró a Rosalía un instante mientras la duda se hacía visible en sus ojos. Sin embargo, lejos de alertar a la patrulla de la que formaba parte volteó al caballo tirando de sus riendas y volvió por donde había venido.

Notas de juego

Podéis intercalar acciones entre la narración.

Cargando editor
27/03/2020, 12:04
Rosalía Caeiro

Rosalía asintió a la respuesta de Thomas. Se disponía a seguirlo hacia el carro cuando los alcanzó el trote de los caballos y por un momento quedó paralizada. No podían descubrirlos ahora, tan cerca al fin de abandonar Roma...

Corrió hacia el carromato con intención de ocultarse dentro, pues en ningún caso quería participar en un combate. Reconoció a su Chiquillo cuando se había encaramado ya a la portezuela del carruaje. Al encontrarse con su mirada le sonrió levemente, una sonrisa a la vez triste y agradecida, y cuando él se dio la vuelta para alejarse al galope aún permaneció un instante observando cómo desaparecía entre los árboles. Solo entonces entró por fin al carro.

-Gracias, Massimo -musitó. Ojalá algún día pueda devolverte los favores que te debo.

Dos veces en dos noches le había salvado Massimo la vida, después de una eternidad sin verse. A cambio de nada.

Cargando editor
27/03/2020, 12:33
Aza Serdar

Mientras Aza hacía los preparativos para marchar lo antes posible, se sobresaltó cuando una bestia salió de los bosques, y echó mano a una de sus dagas instintivamente. Cuando vio que se acercaba amistosamente a aquel hombre de aspecto rudo, se relajó y siguió con sus quehaceres.

Al poco de aquello se dio cuenta cómo un hombre a caballo los observaba un instante desde la distancia. Acto seguido dio media vuelta y se marchó con un trote algo acelerado.

¡Maldita sea! ¿es que todo el mundo sabe que estamos aquí? 

Aza bajó de uno de los carros y le preguntó a Fátima:

-¿Le sigo y acabo con él?

Cargando editor
28/03/2020, 19:43
Narrador

Fátima negó con la cabeza

-No nos pagan por él.

Rosalía, Hákon y Thomas se acomodoron en la carroza como buenamente pudieron, acompañado por Jarl y con Rodrigo ocupando el pescante. La carroza contaba con un falso fondo al que se accedía por una trampilla y les facilitaron unas gruesas telas con las que cubrir sus cuerpos durante el día para evitar cualquier rayo del Sol que pudiera filtrarse si ocurria algún percance. Era el carro en el que Aza había llegado hasta Roma.

El Ancilla Assamita se trasladó a la carravana de Fátima, la más espaciosa de todas.

Y así dispuesto, emprendieron el camino a Venecia...

Notas de juego

Si queréis decir o hacer algo durante el viaje es vuestro momento.

 

Cargando editor
28/03/2020, 20:44
Rosalía Caeiro

Rosalía buscó acomodo en un rincón. Se sentó y apoyó la cabeza contra las maderas que hacían las veces de pared. Estaba agotada y ahora se daba cuenta; las pocas noches que había pasado en Roma la habían dejando exhausta. Demasiadas emociones y demasiados descubrimientos como para asimilarlos tan pronto. No tenía ganas de pensar en ello, tan solo de dormir y despertar en Constantinopla.

Pero aún tenían un largo viaje por delante... Observó un momento a sus compañeros. ¿Cómo transcurrirían las jornadas con los tres prácticamente encerrados? Seguían juntos porque tenían desafíos comunes, pero nada era ya como antes. Miró al Gangrel y suspiró. Ni siquiera Francesco era ya Francesco. No solo su aspecto había cambiado: Hákon era menos mojigato y mucho más decidido. Probablemente también más individualista. No podía confiar en que él se ocupara de mantenerlos unidos, como siempre había hecho. ¿Y qué pensar de Thomas? Demasiado confuso aún, y demasiado orgulloso para admitir su enorme error. Su vista se detuvo en el Ventrue solo un instante, le dolía incluso mirarlo. Tantas cosas los unían y, sin embargo, una estúpida intriga los había separado, probablemente para siempre. ¿Qué pensaría Yurev de todo aquello? ¿Cómo serían las cosas si estuviera allí con ellos...?

¿Y qué más daba? Seguramente estaba muerto, asesinado por los Tremere, tal vez por los secuaces de Mithras. O, si había sido listo, viviría aún, lejos de ellos, de los clavos y de la maldita corona.

Suspiró de nuevo y bajó la vista, dispuesta a esperar en silencio el amanecer.

Cargando editor
29/03/2020, 16:01
Hákon Svarta

Hákon se acomodó también como buenamente pudo en su lugar dentro del carro y cerró los ojos durante el comienzo del trayecto, acariciando el lomo del imponente lobo a su vera con aire ausente, distraído. 

Transcurrió largo rato hasta que abrió los ojos y los posó, en primer lugar, en el camino ahí fuera. Luego, en sus compañeros de viaje y viejos amigos. Acabó suspirando antes de comenzar a hablar.

-Allá, en Roma, me asaltaron de pronto dos jayanes. Según parece, viejos camaradas de Hákon.

Frunció el ceño y se pasó la mano por el fuerte mentón. 

-Recibieron una carta mía. Les convocaba en Roma para hacerse con el tesoro de la Compañía Nicci. Ya no recuerdo si os hablé de esto pero cuando era mortal formé parte de esa compañía. Éramos mercenarios. Rajabarbas a sueldo del mejor postor. No me siento orgulloso de aquellos días, aunque sin duda fueron determinantes para convertirme en el hombre que fui. Bien, lo inquietante aquí son dos cosas: ningún tesoro digno de tal nombre fue acaparado por la Compañía... Y desde luego, yo no escribí carta alguna, pero Astrid reconoció el trazo de la escritura de Hákon en la misiva. La de Hákon, no la de Francesco.

Apretó los labios, ceñudo todavía, y desvió la vista hacia el lobo, que seguía acariciando.

-Mucho me temo que no soy por completo de fiar, amigos míos. Y esto es algo que me preocupa profundamente. Yo mismo soy consciente de que hay mucho en mí, a día de hoy, que me resulta sorprendente. Encuentro placer en asuntos que antaño creía superados. No os impondré la pesada carga de vigilar mis propios actos, pero es preciso que sepáis esto que os acabo de contar. 

Cargando editor
29/03/2020, 19:57
Thomas Daister

Thomas se recostó y guardó silencio un rato. Sintió la fugaz mirada de Rosalía sobre él y volvió por un segundo los ojos hacia ella. Después escuchó con atención la confesión de Francesco.

-Bueno, creo que haremos bien en vigilarnos todos unos a otros -sugiró-. En cuanto a Hákon. Si todavía queda algo de él en ese cuerpo me temo que es una batalla en la que no podemos ayudarte. Pero si hay algo que yo pueda hacer no dudes en pedirlo.

Cargando editor
29/03/2020, 20:55
Rosalía Caeiro

Rosalía alzó la vista, casi sobresaltada, cuando Hákon rompió el silencio. Lo escuchó atentamente mientras la preocupación iba prendiendo en su semblante. No era suficiente todo lo que les estaba ocurriendo, ahora también tenían un enemigo invisible que habitaba dentro de su amigo.

-¿Crees que se trata solo de Hákon? -le preguntó-. Quiero decir... ¿es él, o su alma, tratando de imponerse sobre la tuya? ¿O puede que los Tremere aún tengan control sobre lo que quede de él y lo estén utilizando? Ellos lo contrataron en primer lugar para asesinar a Thomas, ¿verdad? Tal vez ejercen sobre él algún poder, similar a lo que hicieron con mi sangre. -Puede que fuera una tontería, pero no entendía ni quería entender las artes de los magus y, en aquel momento, en su agotada mente todo parecía posible.

Guardó un momento de silencio y miró a Hákon directamente, concentrándose más allá de los que veían los ojos para observar su aura.

 

- Tiradas (1)

Motivo: Escudriñar el Aura

Dificultad: 6

Tirada (7 dados): 10, 2, 7, 8, 8, 8, 10

Éxitos: 6

Notas de juego

Quiero usar Escudriñar el Alma (Auspex 3). Se tira Inteligencia + Auspex contra Compostura + Subterfugio (si es que el otro opone resistencia; en este caso no sé si Jaime tendría que tirar algo). Puedo saber estado emocional, resonancia de sangre, si es vampiro, hombre lobo, ghoul, etc., si está bajo la influencia de Hechicería de Sangre u otra magia (que es lo que me interesa saber, principalmente) y si ha cometido Diablerie en el último año. Con un éxito crítico descubro algo inesperado a discreción del narrador.

Bueno, pues he sacado 6 éxitos (yeah), y como hay dos 10 (uno de los cuales es un dado de Ansia, no sé si eso significa algo, Borja), se convierten en 8 éxitos, nada más y nada menos.

Cargando editor
29/03/2020, 23:16
Hákon Svarta

-Dudo que se trate de una de las maquinaciones de los Tremere. Cuando tuve tratos con ellos mientras pensaban que yo era Hákon, nada me hizo pensar que tuvieran sobre mí influencia, más allá del pago prometido. No. Esto es algo que está sucediendo en mi interior. Como Francesco, gané una batalla, pero al parecer la guerra está lejos de terminar.

Cerró de nuevo los ojos y apoyó la espalda contra el respaldo. Desde luego, algo quedaba del viejo Francesco ahí. En los gestos, todavía extraordinariamente humanos para la edad que todos ellos tenían.

-Como bien dice Thomas, esto es algo que probablemente debo librar yo solo. Pero es algo que ni debo ni quiero ocultaros. Tenedlo presente, en caso de que pueda hacer cosas que se salgan de lo normal, incluso dentro de esta situación del todo anormal.

Cargando editor
30/03/2020, 19:32
Narrador

Rosalía concentró su mirada sobre Francesco. El dibujo de su aura comenzó a formarse en torno a la silueta del Vástago. Los colores plateado (triste) y naranja (asustado), empalidecidos por la condición vampírica, eran los más presentes. Sin embargo, de un modo apenas perceciptible, Rosalía descubrió un brillo interior, provisto de su propio contorno diferenciado. Era como si viera una segunda aura en aquel cuerpo. Un aura teñida de negro, el color del odio.

Entonces, una visión asaltó su mente, se vio a sí misma en el cuerpo de Franceso siguiendo a Thomas a la carrera por amplio salón. Los dos cooperaron en levantar una de las alfombras y activar un mecanismo oculto en la losa de piedra que abrió una trampilla en el suelo.

Cargando editor
31/03/2020, 15:08
Rosalía Caeiro

La visión la abandonó tan súbitamente como había llegado y Rosalía se vio de nuevo en el interior del carromato junto a Hákon y Thomas. Observó al Gangrel con una mezcla de compasión y congoja.

-Tienes razón, Francesco -decidió llamarlo así, no supo bien por qué-. He visto tu aura. El antiguo Hákon sigue ahí... Y está lleno de odio. -Se inclinó hacia él hasta posar una mano en su antebrazo-. No temas. Creías que habías vencido esa guerra y no es así, aún no, pero tú eres más fuerte. Y él está solo.

Lo miró a los ojos antes de retirarse de nuevo hacia atrás. Sin embargo, un instante después volvió a hablar, esta vez a ambos:

-He visto algo más. A vosotros dos, cuando aún eras Francesco, en una gran estancia, tal vez en un palacio, aunque no sé dónde. Parecíais tener prisa o huir de alguien. En el suelo descubríais una trampilla oculta. ¿Recordáis aquello? ¿Robabais algo o lo guardabais?

Había dudado si compartirlo o no, sin saber si podían volver a confiar en Thomas, pero se sentía demasiado cansada para guardar secretos, y quedárselo para sí no iba a ayudarles.

Cargando editor
01/04/2020, 14:44
Hákon Svarta

Sus peores temores se habían confirmado. Aquello desde luego era una revelación ominosa, y no obstante el tener por cierto que algo así estaba ocurriendo no hacía sino reforzar su tenacidad a la hora de combatir al enemigo. No pudo por más que asentir a las palabras de Rosalía, ceñudo pero más determinado que nunca por librar la batalla por su alma. 

-No sabes cuánto agradezco tus palabras, vieja amiga. No bajaré la guardia hasta que Hákon haya desaparecido por completo. En cuanto a esa visión de la que hablas, nada recuerdo yo al respecto...

Miró a Thomas en busca de una explicación, si la hubiera por su parte.

Cargando editor
02/04/2020, 12:35
Thomas Daister

-Un trampilla... -musitó Thomas-. No recuerdo nada parecido. Quizás forme parte de los recuerdos que borramos para proteger la localización de la Corona, o del clavo que falta, quien sabe. Hemos recorrido tanto terreno que esta trampilla podría estar en cualquier lugar. Quiero creer que previmos un mecanismo para recuperar esos fragmentos de memoria, pero después de lo sucedido en Londres ya no estoy seguro.

Cargando editor
02/04/2020, 13:05
Rosalía Caeiro

Rosalía no había esperado que ellos tuvieran la respuesta a su visión, pero aun así suspiró decepcionada. Haciendo un esfuerzo por recordar cada detalle del salón, se lo describió minuciosamente a sus compañeros para que, si volvían a separarse, ambos pudieran reconocerlo si con suerte llegaban a verlo.

Después se recostó de nuevo en su asiento y guardó silencio.

Notas de juego

Por mi parte podemos avanzar la escena.