Partida Rol por web

La Larga Búsqueda: In Vitae Veritas

La Oscuridad de Håkan

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18/11/2013, 12:41
Håkan den Svarta

Civilización, al fin. Y con ella, quizá respuestas sobre el momento en que se encontraba. Quizá lograra determinar cuánto tiempo había pasado desde Budapest. Y, quizá, con un poco de calma podría concentrarse en su propia mente para recordar más sobre lo que había sido su vida desde lo acontecido con Geier hasta el momento presente. Aquellas imágenes de Rosalía portando la Corona, Thomas mirándole fijamente y él mismo luchando contra una docena de enemigos le inquietaban y le provocaban curiosidad a partes iguales. 

-Quédate por aquí. Si te ven buscarán tu ruina -dijo a su nuevo compañero-. No tardaré demasiado en regresar. 

Porque ya no había necesidad alguna de pernoctar en tabernas, con la siempre presente inquietud de que un rayo de sol se filtrara entre las ventanas. Los Gangrel tenían la sorprendente capacidad de fusionarse con la tierra para descansar y evitar todo peligro.

En la aldea intentaría hacerse con ropas, armas y protección vendiendo uno de los tesoros que llevaba consigo. Inconscientemente, apretó el paso conforme se acercaba. 

Notas de juego

Perfecto. Estaba harto de la mierda esa con mujeres, xDDDD. 

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18/11/2013, 17:26
El Narrador

Se adentró en la aldea para comprobar que la quietud se había adueñado de las calles. Afinó el oído y puedo escuchar cierto alboroto que lo guío hasta una pequeña casa con luz que manabe del interior.

Al abrir la puerta, descubrió una pequeña taberna regentada por un hombre rudo, de barba espesa y piel enrojecida junto a una mujer rubia de pechos generosos, así lo evidenciaba su poco recata escote.

Apenas sí había cuatro mesas y desperdigadas por ellas, Francesco contó a cinco clientes en total, todos hombres, que bebían y departían.

-¡Os digo que maté a ese oso tan sólo con mi daga, maldita sea! -gritó uno de ellos dando un puñetazo sobre la mesa.

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18/11/2013, 21:59
Håkan den Svarta

Aunque no parecían precisamente vikingos, era obvio que algunas cosas no cambiaban en aquella tierra. Siempre se había sorprendido Francesco al conocer sus costumbres, y cómo la bravata formaba una bien arraigada parte de ellas. Eran tan agresivos como valerosos, y esas eran ambas cualidades con las que él podía identificarse. 

Cuando entró en la taberna, se detuvo en la puerta y observó en derredor, desafiante. Si quería respeto, debía ganarlo desde el primer momento entre aquellas gentes cerradas y belicosas. Con calma, acto seguido, se acercó hasta una de las mesas vacías y tomó asiento, procurando que estuviera menos iluminada que el resto. Observó a la única mujer de la taberna, y rápidamente sintió cómo su hambre aumentaba, ahora que había descubierto que la sangre de los animales ya no tenía efecto alguno sobre él. 

Hacía mucho, mucho tiempo, que no veía a una mujer como potencial presa, y eso en cierto modo le agradó. Puesto que, en cierto modo, combinar la lujuria y la gula era algo que ya había hecho hacía mucho, con Astrid, y para su vergüenza lo había disfrutado notablemente. Comenzó a observar la construcción y las ropas de la gente con más detenimiento, tratando de desentrañar qué cambios había traído el tiempo de sueño. 

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19/11/2013, 09:43
El Narrador

Sin duda muchos habían sido los cambios desde que Francesco estuvo por última vez en tierras similares a aquéllas.

Comenzando por la construcción misma de la taberna, el ladrillo, más uniforme y la vigas del techo evidenciaba una influencia de las construcciones centroeuropeas. Además en uno de las paredes colgaba un crucifijo de metal. Si Francesco estaba en lo cierto y había ido a recalar a tierras vikingas aquello era antaño algo poco habitual.

-Eh, tú -se dirigió a él el tabernero con rudos modales-. ¿Quién eres tú y qué te trae a mi casa en estas horas tan intespestivas? -Hablaba un dialecto escandinavo, entre danés y sueco, pero Francesco no tuvo problema alguno en entenderlo.

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19/11/2013, 13:54
Håkan den Svarta

-Cuida tu lengua -advirtió Francesco, lanzando una severa mirada al deslenguado tabernero. Encontrar el punto entre lo agresivo y lo amenazante no iba a resultar fácil en alguien tan contenido como él, pero descubría poco a poco que esa contención de la que siempre había hecho gala se desvanecía paulatinamente-. Soy un viajero y lo que me trae a tu casa es la sed y preguntas. He desviado los caminos principales y perdido mi ruta, así que necesito cerveza e indicaciones.

De nuevo se sorprendió con la gravedad de su voz. Antaño, su voz era rasgada y con una cadencia que invitaba a la confianza. Ahora, en cambio, sonaba profunda, ligeramente cavernosa e igualmente siseante. Sin duda su asesino había resultado un ser temible. Respondió en un sueco perfecto. Tanto que empezaba a preguntarse cómo sonaría el italiano o el latín con su nueva voz.

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19/11/2013, 16:58
El Narrador

Los lugareños rieron

-¡Desde luego que te has perdido! -exclamó uno de ellos-. ¡Hace Siglos que nadie viste así!

El tabernero sonrió mientras llenaba una jarra de cerveza.

-Si vas a vestir como un vikingo bebe como tal -dejando la bebida sobre la tabla de la barra.

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19/11/2013, 17:10
Håkan den Svarta

Jarras en lugar de cuernos, crucifijos sustituyendo runas y la mención de vikingos hacía siglos. Era ya obvio que había dormido durante mucho tiempo. Por lo menos había despertado cierta simpatía y respeto entre los lugareños, y por ello les devolvió la sonrisa. Cogió la jarra y la alzó, dedicándola a los presentes. Sabía bien el efecto que tendría en su organismo, y no obstante tenía la impresión de que su cuerpo estaba algo más acostumbrado a la bebida de lo que era natural en un vampiro.

Vació la jarra de un solo trago. Más tarde, a buen seguro, la vomitaría, pero para entonces ya se habría ganado su lugar entre aquellos hombres. E impresionado a aquella mujer. Se preguntó por qué diablos pensaba en algo así, pero no se lo preguntó durante demasiado tiempo. Quizá por obra de los siglos de camaradería con mentirosos de la talla de Thomas Daister le dieron la soltura suficiente como para idear una historia sobre sus ropas en apenas un segundo. No obstante decidió dejarlo pasar. ¿Por qué tenía, en lo sucesivo, que dar explicaciones a nadie? Era parte de la conducta de un perseguido: explicar para evitar sospechas eludiendo el viejo dicho 'excusatio non petita, accusatio manifesta'.

-No está mal -alabó la cerveza, alzando la jarra-. Parece casera. Oídme: necesito vender algunas cosas que encontré para conseguir dinero. No son baratas, lo advierto. Pero ya que habéis sido rápido con la cerveza, posadero, os ofrezco un trato.

Sacó de su fardo una de las copas de plata y la colocó sobre la mesa.

-Este tesoro a cambio de vuestra hospitalidad, ropa adecuada, un arma y una armadura. Poca cosa a cambio de algo por lo que podréis sacar mucho más.  

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19/11/2013, 18:34
El Narrador

El posadero examinó la copa y después mordió el metal

-Parece bueno... ¿De dónde...? Sabes quér, no es de mi incumbencia. Puedo darte alojo, ropas que te valgan y una espada corta que dejó olvidada un viajero, más no tengo armadura alguna...¿Vas a alguna guerra? -preguntó con media sonrisa.

La cerveza recién ingerida hizo que Francesco se sintiera como si hubiera tragado ceniza. No podría retenerla en su cuerpo por mucho tiempo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

He tirado Autocontrol para mantener la cerveza. 1 éxito = 1 turno. En 1 turno potarás. Puedes gasta Fuerza de Voluntad cada turno para aguantar más.

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19/11/2013, 19:32
Håkan den Svarta

-Quizá... -dio por toda respuesta, sin borrar su sonrisa. Notaba la cerveza revolverse en su estómago. La sensación de desasosiego iba en aumento. Sabía que no aguantaría mucho en su interior. Mierda... -. Lo que ofreces servirá. Pero no olvides responder más tarde a mis preguntas también. He de ir al excusado, diablos... 

Como si hubiera estado aquejado por algún problema intestinal en los caminos, salió de la taberna con tranquilidad, pero en cuanto pudo aceleró el paso para alejarse de ojos curiosos y dejar salir toda la ponzoña que parecía envenenarle desde las mismas entrañas. En efecto aquel cuerpo soportaba mejor el alimento mortal, pero seguía sin ser una maravilla en el campo. Diablo de maldición... 

Regresó poco después a la taberna y ocupó la misma mesa como si nada hubiera ocurrido tras asegurarse de que ocultaba bien los restos. Ahora llegaban las preguntas, y debía ser cuidadoso con ellas. ¿A dónde quería ir? Regresar a Budapest en busca de respuestas no parecía una buena opción, pues tenía la impresión de que mucho había pasado desde que dejara aquella ciudad. Los escasos recuerdos que tenía tampoco bastaban. Tenía que encontrar a alguien de la Estirpe y tratar de dar con información sobre sus compañeros. Y eso sólo podía hacerlo en una gran ciudad. 

-Necesito llegar a la ciudad más cercana. ¿Qué dirección debería tomar? Quisiera partir mañana sin falta. 

Notas de juego

Tú dirás si tengo que gastar pese a todo Fuerza de Voluntad para llegar. 

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20/11/2013, 16:16
El Narrador

-Ystad, es la villa más cercana. Si caminas hacia el sur llegarás a ella en un día -dijo el posadero mientras-. Allí tienen bastante comercio -explicó-. Inga. Prepara la habitación para este hombre. Al alba coceremos un estofado para que desayunen los huéspedes -le ofreció a Francesco.

Notas de juego

Si. Quítate 1 de Fuerza de Voluntad.

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20/11/2013, 21:47
Håkan den Svarta

Francesco se puso en pie dispuesto a seguir a Inga. Contuvo rápidamente los deseos que comenzaban de nuevo a aflorar, y para ello hizo acopio de ciertos remordimientos que aún le acompañaban en su juventud. 

-No será necesario. He caminado durante mucho tiempo y sólo deseo descansar. Que nadie me moleste ni entre en mis estancias bajo ningún concepto -ordenó, recogiendo su fardo-. Comeré algo cuando despierte. Gracias por vuestra hospitalidad, posadero. 

A decir verdad, deseaba volver a deleitarse con ciertos placeres muy humanos. Un baño, tal vez, una cama (aunque sólo fuera por el lejano recuerdo de la comodidad que le daría)... 

Cuando todo estuvo dispuesto, Francesco cerró ventanas y contraventanas a cal y canto, tal era su costumbre desde hacía muchos siglos. Pronto se dispuso a descansar para reemprender la marcha a la noche siguiente y alcanzar Ystad. Y, por primera vez en mucho tiempo, descuidó sus rezos nocturnos... 

Notas de juego

Hecho. 

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21/11/2013, 09:39
El Narrador

Francesco que se quedó dormido con el temor de no saber dónde despertar. La última lo había hecho en el cuerpo de un extraño... posiblemente un enemigo. No recordaba nada y eran ya tantas las veces que había jugado con su mente que no podía dar nada por supuesto. ¿Y si todo aquello no era más que una treta? ¿Y si cómo había supuesto seguía cautivo siendo sometido a un experimento de los Tremere? ¿Y si...?

Entonces Francesco desperto, de nuevo en la posada donde se había acostado y de nuevo en el cuerpo de aquel vikingo una vez mortal, del que no conocía ni su nombre.

Notas de juego

Te he borrado la Sangre. Empezabas con 11. Entre el gasto de convertirte en Lobo y el de despertar, ahora tienes 9.

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21/11/2013, 10:10
Håkan den Svarta

Francesco se permitió gozar de unos segundos de tranquilidad después de haberse despertado. Acostumbrado a la ajetreada vida del perseguido, eran pocas las ocasiones en que no salía a toda prisa del refugio que hubiera escogido, por temor a que los Tremere o sus siervos gárgolas le dieran caza.

Ahora todo era distinto. Fuera o no una treta, lo cierto es que resultaba más amable que las acostumbradas. Observó el techo sobre sus ojos, sumido en una paz que no recordaba haber tenido desde... Quizá desde nunca.

Lentamente se recostó y abrió la ventana, dejando que el gélido viento de aquella zona entrara en su habitación. Y poco a poco una sonrisa se dibujó en su rostro. Definitivamente, si era una manipulación, era muy buena. Tanto que merecía tener éxito. Recogió su fardo, vistió las ropas que la mujer había dejado para él y descendió a la zona común.

-Dadme algo de carne seca y pan para el camino; partiré de inmediato -ordenó al posadero. Pensó en alimentarse con la sangre de la mujer del hombre, pero echando la vista atrás recordó que nunca es aconsejable cazar en poblaciones pequeñas. Y en menos de un día estaría en una ciudad: Ystad-. Habéis hecho buen negocio, posadero. 

Recogió sus 'provisiones' y salió en busca de su compañero lobo. De camino a su encuentro, asegurándose de que no era observado, atravesó su muñeca con los colmillos y vertió sangre sobre la caza del día anterior. Hasta tres raciones hacían falta para hacer irrompible el vínculo, pero tenía tiempo más que de sobra.

Notas de juego

Gracias man, se me había olvidado lo de la forma de lobo.

En caso de que encuentre al lobo sin percance alguno, le dará de comer y partirá de inmediato hacia Ystad.

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21/11/2013, 14:12
El Narrador

El lobo estaba allí. Francesco vertió la Sangre sobre la carne y el animal la devoró con gusto. Después ambos partieron rumbo al sur. La senda era estrecha y oscura, pero el poder de Protean le permitía seguir el camino como si caminara a pleno Sol. No obstante, durante todo el trayecto se sintió observado y algunos aullidos los sobresaltaron a su paso.

En noviembre, en aquél paraje la noche era muy larga, lo que le permitió alcanzar Ystad en una sola jornada de viaje. Frente a él se descubría una pequeña ciudad amurallada, con pequeñas casuelas de piedra y techos de teja. Sin duda la influencia europea se seguía notando y pese a su tamaño, mucho menos al de otras grandes urbes, daba la sensación de ser una villa próspera.

Notas de juego

Te observan los Garou. Da gracia a tener Humanidad 7 y que no puedan Sentir el Wyrm en ti.

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21/11/2013, 15:38
Håkan den Svarta

Conforme se acercaba a las murallas de Ystad, Francesco echó mano de sus conocimientos de la Estirpe y, sobre todo, del clan Ventrue, los Reyes. En toda aquella zona, eran famosos antaño por ser líderes guerreros, gobernantes no siempre justos pero sí temidos y respetados. Cada pueblo tenía un jarl que, en ocasiones, respondía ante un rey. Su asamblea gobernante era llamada Thingrad, un consejo habitualmente formado por 6 miembros. La sociedad vampírica, así, era un reflejo perfecto de dicha realidad, pues los 7 clanes llamados Mayores tenían su representación en dichas asambleas.

Francesco, ahora, escupía sobre los clanes Mayores y sobre casi todos los demás. Se habían descubierto como unos hipócritas, corruptos y desleales. Darles la consideración de 'basura' sería casi como insultar a la propia basura. Sea como fuere, lejos quedaban los tiempos (al parecer) en que los vampiros nórdicos o Einherjar se reunían en grandes hall y debatían bajo la atenta mirada del Matusalén Odín, figura de la que Francesco no había oído más que leyendas y rumores. Los tiempos cambiaban, y la Estirpe con ellos. Al menos algunas veces.

Pero las viejas tradiciones nunca mueren entre los Malditos. Los viejos lugares de reunión mantienen ciertos patrones, las tradiciones son sólidas pese al paso de los años. Su obligación era presentarse ante el Príncipe de Ystad bajo su nueva identidad. Quizá entre los locales descubriera algo más sobre el pasado de su nuevo yo. Y, de cualquier forma, pronto podría tomar un navío hasta la Alemania natal de su madre y regresar, así, al continente. Esto le acercaría, probablemente, a sus viejos camaradas.

Si la gran persecución que había sufrido no le había vuelto más sabio, su segunda muerte y posterior resurrección habían obrado un curioso efecto en Francesco. Sabía que no podía fiarse (y no se fiaría) ni de su propia sombra. Evitaría los repugnantes juegos de poder que tanto gustaban a los suyos y, si la oportunidad así lo permitía, derramaría sangre Tremere. Brujo bueno, Brujo muerto. Pero la cautela es fundamental, primero y antes que nada. No cometería los errores del pasado.

-Mantente alejado de la ciudad, muchacho -dijo a su fiel compañero-. Volveré para descansar durante el día, pero tú debes mantenerte a salvo. Si te descubren te verás en problemas.

Se acuclilló junto al animal y acarició su maravilloso pelaje. Sonrió y se puso en pie para entrar en la ciudad como el hombre libre que era.

- Tiradas (1)

Notas de juego

¡Olé, olé! Mola esto de ser buena gente, xDDDD.

He tirado, sobre todo, para intentar dilucidar dónde puede haber un Eliseo o el palacio del Príncipe. Ya sea porque alguna vez lo haya oído o ya sea porque ya son muchos años como vampiro y conozco los lugares más habituales en que establecer estos refugios. Y con 6 éxitos imagino que sabré hasta quién es la amante del Príncipe, xDDDDD

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21/11/2013, 21:27
El Narrador

Francesco nunca había oído hablar de Ystad. Era posible que la ciudad ni siquiera que existiera en los tiempos en los que él recorrió aquellas zonas. No obstante el diseño de la ciudad sí recordaba a los tradicionales asentamiento vikingos. Tras pasar un tiempo callejeando por una ciudad enmudecida, dio con un lugar de similar aspecto a los salones de los Thingrad que él conocía. Las puestas estaban cerradas pero había luz en su interior. Merecía la pena intentarlo.

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21/11/2013, 22:22
Håkan den Svarta

Una oportunidad. Era curioso cómo con los años, las costumbres de uno iban adaptándose a las disciplinas aprendidas. Por ejemplo, en el pasado cuando entraba en una ciudad desconocida deambulaba sin cesar, esperando que la Providencia pusiera frente a él a otro vampiro más antiguo que pudiera indicarle cómo presentar al Príncipe de turno sus respetos. 

Ahora, menos preocupado por tales menesteres, también sabía reconocer ciertos patrones. No obstante, la prudencia llamó de nuevo a su puerta. El cuerpo que era ahora suyo era de un diabolista, y estos son los peores criminales de todos, capaces de consumir almas que no les son propias. El mismo pecado del que culpaban a su clan, por cierto. Cubrió todo lo que pudo el rostro con la capucha* y llamó a la puerta vigorosamente. 

Un vistazo a uno y otro lado para asegurar algo de privacidad. A buen seguro un guardián le escrutaría desde el otro lado antes de abrir. Tenía que pensar en alguna clase de código que no despertara sospechas entre los mortales. Y, de hecho, se le ocurrió uno. Nada sutil, pero sí con doble sentido para los vivos. 

-Quisiera presentar mis respetos al Jarl

Notas de juego

Pensaba que con el tiempo Paquito comprara Enochiano como lengua, pero como de momento dejamos el tema de la experiencia en suspenso consideraré que aún no lo tengo. 

*Sí, me he inventado que tengo capucha con las ropas que me han dado, xDDDD. Me parece lógico por lo frío de las tierras. 

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22/11/2013, 09:29
El Narrador

Conforme Francesco sospechaba, alguién descorrió un ventanuco al otro lado la de puerta y dos ojos aparecieron para mirarle muy muy fijamente. Entonces Francesco supo que ese que estaba al otro lado escrutaba directamente su aura. Si el guardián llegaba a entrever las vetas negras que podían flotar entre el pálido reflejo tendría un problema.

-¿Cuál es tu nombre?

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22/11/2013, 10:16
Håkan den Svarta

El antiguo Salubri ni siquiera había considerado la posibilidad de que su aura pudiera tener trazas de diabolista. Esto le inquietó súbitamente. Por un lado, si la percepción era del aura y el aura es una característica del alma, no tenía nada que temer. Por el otro, nada le aseguraba que esto tuviera que ser un axioma, y quizá algo del alma de su asesino se había quedado impregnado en la suya propia.

Ya no había vuelta de hoja, y lo peor sería mostrar indecisión o inquietud. Al menos había dado con el lugar adecuado, lo que facilitaría las cosas. Pero en ausencia de un nombre, debía idear algo acorde con su nueva personalidad que le granjeara el acceso a los misterios de la Estirpe en Ystad.

-Abre la puerta para que me reciba. A buen seguro me reconocerá -ordenó con tono imperativo y un brillo en la mirada que no admitía réplica. Por lo demás, estaba lanzándose un peligroso farol. Pero si el jarl de una ciudad cercana a su refugio no le reconocía, entonces aduciría que había perdido la memoria de algún modo. Y, claro, siempre cabía la posibilidad de que estuviera enemistado con él... En cuyo caso empezaría a saber más sobre su nueva vida, aunque de un modo un poco abrupto para su gusto.

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22/11/2013, 10:47
El Narrador

El guardián de la puerta murmuró antes de abrir.

-Pasad al salón principal y no hagais ninguna tontería. Os tenemos vigilado