Partida Rol por web

La Larga Búsqueda: In Vitae Veritas

La Oscuridad de Håkan

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11/12/2013, 17:15
Håkan den Svarta

Con una sonrisa satisfecha, Francesco mantuvo silencio y observó cómo Astrid se alejaba para refugiarse de las inclemencias del sol. Astrid no comprendía que un hombre podía cambiarse a sí mismo con mucha más facilidad que a otros. Y si no lo comprendía era precisamente porque nunca había estado interesada en cambiar. ¿Había aprendido algo en todos sus años de no-vida? Quizá, pero a un nivel pedagógico, más que moral o psicológico. Al menos así lo veía el lombardo. 

Había cambiado, y lo notaba, pero tampoco podía negar a Astrid la verdad tras sus palabras. Las causas justas y sus amigos... Sin duda eran buenos motivos por los que sangrar, arrastrarse y sufrir. Podía haber cambiado, pero había cosas que nunca cambiaban, esto era algo seguro. Francesco se puso en pie y observó el horizonte conforme el sol, poco a poco, se desperezaba y se dejaba ver. Echó de menos a Yurev, a Rosalía y a Thomas. Maldita sea, les echaba de menos por su compañía, por todas sus virtudes... Y también por sus muchos defectos. 

Lo último en lo que pensó antes de refugiarse en las entrañas de la Tierra fue en lo que había dicho Astrid. "Eso es lo que te hace grande". 

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11/12/2013, 17:41
El Narrador

Franceso emergió a la noche siguiente, con el frío del norte abránzolo en una gélida bienvenida a la superficie. A su lado, jarl terminaba de devorar los restos de un conejo. Astrid todavía no había despertado.

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12/12/2013, 10:10
Håkan den Svarta

Astrid tardaría en despertar. Francesco ya se había acostumbrado a lo largo del tiempo a ser de los primeros en despertarse, y había terminado por relacionar este hecho con algunas otras particularidades que le distinguían de sus congéneres. En primer lugar, tenía más cosas en común (gestos y costumbres, principalmente) más propios de neonatos que de alguien de su antigüedad. Los demás, con el paso del tiempo, se volvían más fríos, más inhumanos, en algunos casos a un nivel monstruoso...

Él seguía manteniendo su calidez, su inquietud moral, sus gestos, sus costumbres, sus pasiones... Luchaba por sentirse más humano, aun sabiendo que no lo era. Abrazaba celosamente su humanidad perdida como un tesoro escaso, mal valorado por otros. Se aferraba a ella, en la creencia de que sólo así se mantendría siempre fiel a sí mismo, fueran cuales fueran las circunstancias. Con el tiempo, decimos, Francesco había terminado por relacionar esta faceta suya a la facilidad con la que despertaba.

Y lo cierto era que lo agradecía profundamente, pues lo que el resto se perdían sin saberlo era el hermoso espectáculo del sol ocultándose para descansar, dando paso a una noche más. Recordó al ver a jarl un hermoso pasaje de la mitología nórdica del que Astrid le había hablado cuando ambos aún eran jóvenes. Representaba al Sol y la Luna como dos deidades: Sól y Mani. Curiosamente, y al contrario que ocurre en la mayoría de tradiciones, Sól era hembre y Mani su hermano varón.

Ambos cabalgaban sobre majestuosos corceles. La Edda era más extensa, pero la parte central de la cuestión versaba en que ambos hermanos eran perseguidos incansablemente por dos lobos, Sköll y Hati, que intentaban dar con Sól y Mani respectivamente. Cada día y cada noche, ambos hermanos eran cazados por su lobo y reemplazados por la siguiente pareja. Así explicaban el ciclo eterno del día y la noche los vikingos, ya extintos salvo entre la Estirpe.

Sonrió una vez más, antes de hacerse plenamente consciente de que, antes que preocuparse por bestias ficticias, había una muy real a la que debía atender antes que nada. Su rostro quedó demudado cuando sintió su cuerpo demasiado ligero, la piel quizá demasiado pálida para lo que era en él habitual. Sangre. Apenas sentía sangre. El despertar y el descanso bajo tierra habían terminado por casi agotar sus reservas, explotadas innecesariamente en la frenética e inconsciente búsqueda de su amada y el terrible combate que había librado.

-Diablos -masculló, observando su mano. Casi podía ver las venas bajo la piel, temblando y palpitando hambrientas. Sus colmillos salieron de sus fundas sin que él los controlara. La Bestia acechaba. Y sin poder alimentarse de la sangre de los animales, Francesco se encontraba de pronto en un serio aprieto. Estuvo esperando a que Astrid se levantara, presa de la ansiedad-. Astrid, necesito sangre... He llevado al límite mis capacidades y necesito alimentarme o sucumbiré a la Bestia... Llévame a la ciudad más próxima, por favor.

Notas de juego

Me quedan 2 de sangre T___T

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12/12/2013, 14:29
Astrid

Astrid se desperezó emergiendo de la tierra y estirando sus músculos como un gato.

-Lomma es la opción más cercana, sobretodo si quieres seguir hacia el estrecho para llegar al continente. Ahora bien, sabe que eso nos acerca hacia Ystad y no me llevo muy bien con el Príncipe que allí gobierna. Si tu situación es desesperada de camino podemos parar en Lund, pero llegar a Lomma no nos llevarás más de media noche.

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12/12/2013, 14:59
Håkan den Svarta

-¿No me digas? -preguntó Francesco, divertido, ante la mención de Ystad y la relación de Astrid con su Príncipe-. No lo había notado, pero procuraré recordarlo.

Vistió sus ropas y, por tercera noche consecutiva, virtió sangre sobre la comida que degustaba Jarl, para cerrar de una vez por todas el vínculo entre ellos. Durante un instante sintió una punzada de remordimiento. ¿No estaría arrebatando a tan noble animal su libertad con un acto semejante? Su sangre le daría una fuerza y unos dones que le colocarían por encima de cualquier otro ser de su especie... ¿Pero no sería el acto una vil traición, sometiéndole a su voluntad?

Decidió que no trataría al lobo como a un esclavo, sino como a un compañero. Un fiel amigo con el que podría contar, tanto como el animal podría contar con él. Acarició una vez más su lomo y miró sus hermosos ojos de depredador. Sólo podía hallar nobleza en un ser como aquél. Observándolo ahora, se preguntó cómo o por qué todos los humanos temían a dichas criaturas.

Pero no era tiempo para reflexiones.

-Puedo aguantar, desde luego. Sobre todo después de anoche... -se sonrió de nuevo, rememorando. Aquello habría sido suficiente para, de ser mortal, abalanzarse de nuevo sobre Astrid. Pero como vampiro, mal que le pesara, tenía otras prioridades-. Prefiero no arriesgarnos inútilmente. Si evitamos peligros y riesgos innecesarios, podré aplacar el hambre al menos dos noches más, antes de que me resulte insoportable. Llévame a un puerto seguro para ambos. Debo ir a...

¿A dónde debía ir, en realidad? Unos vampiros como Rosalía, Thomas o Yurev ya gozarían de cierta fama. No sólo por su avanzadísima edad, sino también por sus 'gestas'. Al menos así sería entre los poderosos, no le cabía duda de ello. Pero determinar su destino era asunto delicado y complejo. De no hallar pistas pronto, bien podía vagar por Europa sin un rumbo concreto hasta el fin de sus días, y aún así nunca jamás toparse con ellos. Así que debía pensar con lógica, con astucia.

Si habían decidido separarse para evadir a sus enemigos, como Francesco había ya deducido, entonces muy probablemente, tal y como él había hecho, habrían ido a lugares seguros dentro de sus tierras natales. No hay lugar que uno conozca mejor que su casa, al fin y al cabo. En su caso era diferente, porque Francesco ahora era Hakan, y por ello se había refugiado en uno de los territorios del asesino.

Siguiendo esta lógica, ir en busca de sus compañeros en sus diferentes lugares de origen parecía el método apropiado. Bien podía pedir un favor a un maestro del Auspex, pues sabía que ellos podían viajar largas distancias y buscar a otros sin precisar un medio físico (su Maestro Jeliel así lo había hecho con él para que se encontraran en Constantinopla), pero quería evitar todo lo posible volver a endeudarse inútilmente si no tenía un motivo para hacerlo.

Así pues, tres posibles destinos: Castilla, Inglaterra o... ¿De dónde diablos era Yurev, exactamente? Castilla o Inglaterra, entonces. Inglaterra estaba más cerca, desde luego. Y la vieja Londinium, amén de desconocida, se le antojaba un lugar desde el que poder operar con facilidad. Un lugar tan antiguo y grande bien podía ser un centro de información importante, como lo fue la vieja Constantinopla.

Y, si bien no tenía por qué hallar a sus camaradas fácilmente... Bien podía dar con el enemigo, bajo su fachada de asesino.

-Londres -decidió, por fin-. Debo ir a Londres. Cruzaré el estrecho hasta Dinamarca y viajaré hacia el sur hasta el norte de Francia. De ahí a Caen y embarcaré rumbo a Inglaterra.

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13/12/2013, 10:05
Astrid

-¿A Londres? -protestó-. ¿Y se puede saber por qué debes viajar a esa tierra de sangres mezcladas? ¿Vas a llorar la tumbar del sajón al que mataste?

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16/12/2013, 22:45
Håkan den Svarta

-No lo maté, Astrid -negó Francesco, vistiendo sus ropas y acomodando la espada al cinto-. Y eso es lo que voy a resolver. Pero es algo de lo que no debes hablar jamás con nadie. Ni sobre lo que te acabo de decir ni, por encima de todo, sobre mi verdadera identidad. Son muchos los misterios en torno a mi actual situación. No debiera estar vivo, y sin embargo así es. Apuesto a que los taimados Usurpadores me perseguirían de nuevo con tal de desentrañar un secreto como el que albergo, máxime cuando fui un hijo de Saulot.  

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17/12/2013, 09:34
Astrid

Astrid se vistió con aparente lentitud, disfrutando, inasequible de la adeverdidad, de cada movimiento.

-Sobrestimas a ese sajón. Hakan pudo haberlo matado perfectamente -dijo mientras acariciaba al lobdo sin dar la menor importancia a sus palabras.

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17/12/2013, 09:54
Håkan den Svarta

-Y ahora eres tú quien subestima a mi buen amigo -respondió con una sonrisa, disfrutando sin tapujos del espectáculo que le ofrecían-. Ya he visto de lo que era capaz Hakan den Svarta, y confieso que estoy más que impresionado. Mi antiguo yo no habría tenido ninguna posibilidad contra él (de hecho, soy la prueba de ello). Y si yo no la tenía, Thomas tampoco. Al menos en un combate directo, claro está... Pero él tiene recursos que van mucho más allá del uso de la fuerza. De cualquier forma, no es algo de lo que debas preocuparte, Astrid.

Se echó sobre los hombros la sencilla capa de viaje que le habían entregado en la posada y observó cómo la Gauta acariciaba a Jarl. Y sobre todo se sorprendió de que el animal no la rehuyera, lo que le provocó otra sonrisa.

-Y ahora, antes de emprender el viaje, respóndeme a una pregunta: ¿compartisteis lecho él y tú?

En ocasiones, Francesco odiaba la capacidad que tenía de buscar su propio dolor.

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17/12/2013, 12:48
Astrid

-¿El sajón y yo? -preguntó sorprendida y riendo-. No. Reconozco que pudo llegar a mirarme con esos ojos y su hablar era cautivador, pero más allá de eso no lo intentó. Más me pareció que estaba prendado de la princesita castellana que lo acompañaba. Cosa difícil de entender, pues ella apenas podría sostener un puñal... 

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17/12/2013, 13:22
Håkan den Svarta

-Puede que te sorprenda, Astrid, pero en el continente los cánones de belleza y lo que se considera normal en una dama son muy distintos a los de estas tierras. Baste decir que una skjaldmö como tú es algo tan extraño de encontrar como de apreciar. Digamos que yo tengo una 'visión' más amplia que la habitual.

Por otro lado, se confirmaba lo que Francesco siempre había sabido. Pero, por lo que sabía, se preguntó a dónde le llevaría aquella situación a Thomas. Amar y no ser correspondido puede ser una enfermedad para el alma difícil de sobrellevar. En opinión del lombardo, Daister lo compensaba con sus constantes ardides, manipulaciones y ambiciones. Pero, del mismo modo, había sido testigo de los cambios que había obrado en él aquella senda.

No era su sino obrar cambios en Astrid o en ningún otro allegado, pero si podía velar por los últimos resquicios de humanidad de sus camaradas a buen seguro lo haría. Ya lo había hecho con el sajón, y creía que había ejercido un efecto positivo en su hacer. O quizá no. Quizá sólo era una ilusión que sólo a él contentaba.

-Pongámonos en marcha, amada Astrid -zanjó finalmente.

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17/12/2013, 19:51
Astrid

-Hacia Lomma entonces, pero hemos de ser precavidos -dijo Astrid antes de volverse hacia él-. ¿Sabes? A pesar de llevar el rostro de otro todas tus tribulaciones siguen manifestándose en tus gestos y tus ojos. No importa que hombros gobiernes. Siempre cargas en ellos el peso del mundo.

Notas de juego

Postea en Mago :´´(((((

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18/12/2013, 16:21
Håkan den Svarta

-Y tú que dudabas de que fuera yo... -sonrió sin demasiado entusiasmo. Tal y como ya sabía, hay cosas que no cambian tan fácilmente.

Su siguiente parada, entonces, sería Lomma. Y, desde ahí, de vuelta al continente.

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26/12/2013, 10:50
El Narrador

El viaje hacia Lomma transcurrió sin incidencias. Cuando divisaron a lo lejos el asentamiento costero de pequeñas casas con tejados de dos vertientes los olores del mar y sus gentes inundaron los sentidos de Francesco... pero de entre todos ellos, el olor de la Sangre se hizo más presente, disparando su apetito.

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26/12/2013, 12:22
Håkan den Svarta

A duras penas podía contenerse. Era algo nuevo que acababa de descubrir de su nuevo cuerpo: las ansias que sentía eran mucho más poderosas. Quizá era algo propio de un ser que, al parecer, se había caracterizado por no desear tener control de ninguna clase sobre sus propios deseos. Francesco, así pues, no sólo se sentía sediento: también se sentía glotón.

Enfrentarse a este hallazgo le aviolentó sobremanera. Se trataba de un acto que chocaba directamente con su carácter y personalidad, y esto era problemático. Debía andarse con cuidado si no quería sucumbir a los primitivos deseos del cuerpo de Hakan.

-Vamos allá. Haré día aquí y prepararé el viaje para la noche siguiente. Aunque no es algo que haría de forma habitual, creo que evitar las formalidades y no presentarse ante el Príncipe puede ser beneficioso, dada tu reputación y la del Negro.

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26/12/2013, 13:22
Astrid

- No tengo por costumbre rendir pleitesía a Príncipe alguno, así que me parece bien. Deberíamos pensar un refugio para cobijarnos del sol y después reunirnos allí. Creo que deberías atender ciertos asuntos... alimentarios.

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27/12/2013, 12:23
Håkan den Svarta

Negó con la cabeza, divertido, la declaración de Astrid. En verdad no iba con ella seguir costumbres que no fueran exactamente las que ella misma se impusiera. 

-Tú conoces Lomma mucho mejor que yo. Determina un lugar en el que poder descansar y yo acudiré tan pronto haya saciado mis apetitos. Jarl, quédate por los alrededores. Mañana volveré por ti, amigo mío. 

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27/12/2013, 12:34
Astrid

-Hay una posada a las afueras, al norte de la Villa. El saco de fortuna, se llama. Es discreta. Nos veremos allí -dijo Astrid antes de alejarse.

Notas de juego

Para Cazar, según cómo quieras hacerlo y qué tipo de presa haremos unas tiradas u otras para encontrar a la presa y a partir de ahí interpretaremos. 

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27/12/2013, 13:01
Håkan den Svarta

Francesco asintió y tomó su propio camino hacia el interior de la ciudad. Tuvo a bien volver a colocarse la capucha de su tabardo para cubrir el rostro lo máximo posible. No se sentiría tranquilo, debido a la reputación del miserable Hakan, hasta que no pisara suelo alemán o francés. 

La hora era avanzada. Por su experiencia, sabía que en tales momentos hallar borrachos (que siempre habían sido su presa más común, por una cuestión de facilidades) era complicado. Lo más probable es que encontrara algún guardia realizando una ronda (una clase de presas que prefería evitar, pues solían estar alerta); y algún sereno realizando sus nocturnos quehaceres de mantenimiento de las luces de la ciudad. 

Decidido, pues, a encontrar a alguien que se ajustara a estos intereses, el Gangrel se sumergió en las calles de Lomma. 

Notas de juego

Tú dirás. 

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27/12/2013, 13:41
Director

Notas de juego

Tira Percepción+Callejeo a Dificultad 5. Cada tirada es una hora que pasas Cazando.