Motivo: per+aler (Especialidad)
Dificultad: 6
Tirada (6 dados): 1, 8, 7, 3, 4, 8
Éxitos: 2
Yurev se acercó hasta lo que parecían ser los restos de un altar que estaba desplazado de su posición orginal. Al aproximarse sintió una corriente que parecía venir de la base del mismo altar. Efectivamente, había un resquici hueco. El Ravnos empujó el altar por completo, revelando así la entrada a un túnel. La apertura era bastante estrecha, pero tenía el espació suficiente para permitir el paso de un hombre.
Acuclillado junto a la abertura sacudiéndose las manos, el ravnos se quedó unos instantes atento a los sonidos que pudieran venir de la oscuridad del túnel, y casi sin querer, llamó a su sangre inmortal para agudizar sus sentidos. Sin embargo, ni siquiera el paso de los siglos habían domeñado su natural impaciencia, por lo que siempre con su oído atento a lo que había delante, se internó en la angostura.
El túnel lo guió, casi arrastrándolo, hasta una suerte de pasaje subteráneo. A medida que avanzaba, su vista, potenciada por los dones de Caín captaba las irregulares formas de la piedra si bien, llegado a cierto punto, tuvo la sensación de que las paredes palpitaban a su alrededor.
Yurev apretó los dientes cuando todas sus sospechas se confirmaron; en realidad se agravaron. Todo parecía indicar que el monstruo de aquella cueva era poderoso. Por un momento pasó por su mente la idea de volver sobre sus pasos, pero no había sobrevivido tanto tiempo siendo cobarde. Había sobrevivido tanto tiempo pese a su curiosidad no echándose a atrás y pensando con la cabeza.
El ravnos siguió adelante al tiempo que su mente comenzaba ya a idear excusas, disculpas y propuestas.
Yurev continuó, con el viscoso sonido de las paredes mordiendo sus aumentados sentidos. Al cabo de trecho, el caminó se ensanchó, dando lugar a una muy amplia estancia, adornada por una cúpula abierta que, a través de un membrana rojiza, dejaba pasar la luz de la luna teñida de carmesí. Justo al entrar, alcanzó a ver como dos pequeñas figuras gateaban por la pared abandonando la estancia por unos conductos situado en lo alto.
Pero no fue eso lo que captó su mayor atención. Rodeando la base de la cúpula, como si de bustos ornamentales se trataran, una sería de rostros emergían de la pared... y en el centro de la sale, cual inmóvil escultura de carne, la figura de una mujer, una a la que Yurev conoció hacía ya varias vidas... Lumitsa...
Entonces el gitano sintió peligro.
Tirada oculta
Motivo: Auspex (Especialidad)
Dificultad: 6
Tirada (2 dados): 3, 6
Éxitos: 1
Yurev ladeó la cabeza desconcertado y sintió una punzada en el pecho; no sabía si era sólo la sorpresa, el dolor por un recuerdo que parecía perdido o quizás también la tristeza al pensar en Lumitsa y el mundo que ella representaba, muerto hacía casi doscientos años. En ocasiones olvidaba que hubiera sido otra cosa que lo que era.
Pero el ravnos no se dejó distraer por aquella ilusión y, azuzado por la ira que sentía al ver así maltratados recuerdos y personas que eran sólo suyas, se giró alerta y desafiante hacia la terrorífica estancia. Sus sentidos estaban agudizados, y concentrándose en la abertura por la que él había accedido, se fue concentrando en el sonido y la sensación de botas avanzando sobre el suelo. En caso de que todo fuera mal daría rienda suelta a la ilusión y la criatura lo sentiría.
-¿Quién eres tú, anciano? ¿Con qué poder ha topado mi inocente curiosidad?
Pese a su enfado y nerviosismo intentó sonar inocente y solícito. Alguien capaz de obrar aquello sin duda había de ser poderoso.
-¿Quién eres tú y qué estás haciendo en mi morada? -exigió saber una aguda voz que provenía de todas las paredes-. Los Anarquistas te envían a acabar conmigo, ¿no es cierto? Pero mis pequeños espías te han visto venir y ahora estoy preparado...
Yurev no pudo evitar contraer el gesto con extrañeza y de nuevo sus ojos se volvieron hacia Lumitsa; pocas veces había enfrentado una ilusión que no fuera suya, y de no ser por el horrendo entorno que le rodeaba, debía reconocer que era hasta agradable.
-Sinceramente, no entiendo de qué me estáis hablando... -respondió Yurev llevándose una mano al pecho-. No hace mucho que me he despertado, y me estoy reencontrando con el mundo... Y mucho me temo, caballero, que si he venido es para tratar cuestiones que sin que vos lo sepáis nos enfrentan ahora mismo; y no hablo de los anarquistas, que no sé quiénes son, sino de los míos, los roma, que si tengo bien entendido, esclavizáis para vuestros fines -Yurev se paseó fingiendo desaire por la sala y sus ojos volvieron sobre Lumitsa-. Vengo voluntariamente a hablar con vos, ¡y no dudáis en tratar de engañarme y atacarme con recuerdos! -dijo apuntando la imagen de la joven-. Eso, lo podía esperar de clanes menos ilustres que el vuestro -Yurev se concentró; sabía que jugar aquella carta era algo arriesgado.
Pensaba poner algo de los Tremer, pero me he cortado porque no sé si la guerra Tremere-Tzimisce es de dominio público.
-Eso es lo que dices... Veamos qué es lo que piensas. -dijo la voz. El Ravnos sintió como alguien penetraba en su mente-. Sííííí...., tus pensamientos están con los niños, estás preocupado... Pero también están con.... Lumitsa... Oooh... Así que conociste a la una vez fue mi huesped. Sí, la conociste en tus día de mortal... ¿Te gustaría saber qué pasó con ella? -preguntó la voz dejando oír una risa aguda-. ¿Y cuáles son tus más oscuros secretos? ¿Una búsqueda? Vaya, parece que alguien ha borrado gran parte de tus recuerdos... ¿Qué escondes, Yurev?
Motivo: Auspex (Especialidad)
Dificultad: 8
Tirada (9 dados): 10, 7, 8, 9, 4, 10, 9, 7, 1
Dados repetidos: 10, 4
Éxitos: 5
Yurev sintió una punzada de preocupación al verse así asaltado por el poder de demonio y decidió ignorar su comentario sobre Lumitsa: además de que no importaba por llevar décadas muerta, era un vano intento por tratar de aterrarle. Polvo y huesos es lo que ella sería ahora.
Léeme la mente, bastardo.
Trajo a su mente la borrosa imagen de Etrius Tremere hablando con ellos en la mazmorra de los usurpadores; y después se esforzó por recordar a Dracón engullido por las llamas junto a Narses en Roma. Se esforzó por imaginar para arrojarle esos recuerdos al que entraba así en sus recuerdos.
Que entraran en su mente no le importaba tanto ahora que no podía disponer libremente de su memoria.
-¿Polvo y huesos? Eso piensas que será ahora ella. Y si te dijera que te equivocas... Y si te dijera que alguien se la llevó... Alguien que conoces...
Ahn los Tremere, malditos, ¿Estás con ellos? Y un hermano abrasado. ¿Tratas de amenazarme? Yo te ofrezco un trato...
Tira Fuerza de Voluntad
Motivo: fv (Especialidad)
Dificultad: 6
Tirada (8 dados): 4, 3, 10, 2, 6, 8, 9, 4
Dados repetidos: 6
Éxitos: 5
-Un trato... -dijo algo más serio-. Eso ya me suena a algo más conocido para mí... Antes me gustaría que me dijeras si sabías que era yo cuando he entrado aquí o antes, porque pareces saber bastante sobre mí y has preparado a mis ojos ganchos muy tentadores. Parece preparado...
Yurev dejó se sentir la presencia en su mente.
Después de que el Ravnos hablara escuchó una voz envuelta en eco.
-¿Ganchos? No te conocía antes de que perturbaras la tranquilidad de mi morada. Pero sabía que vendrías -Las palabras iban de una pared a otra como si fueran una ola-. Todo lo que sé de tí lo he sacado de tu torturada mente. Y no te confundas. Yo amé a Lumitsa. Su belleza salvaje, su carácter indómito... Y ahora sé que me la arrebataron por tu culpa.
Motivo: Fuerza de Voluntad (Especialidad)
Dificultad: 6
Tirada (8 dados): 9, 1, 9, 3, 5, 3, 2, 9
Éxitos: 2
-¡Mientes! -contestó imprudentemente perdida ya la paciencia-. Eres un mentiroso que ha encontrado en mi cabeza las piezas necesarias para montar una historia con la que manipularme, ¿crees que me voy a creer lo que dices? ¿Crees que me voy a creer que conoces personas de un pasado olvidado porque una voz me lo diga desde lo alto de una cueva que he encontrado casi de casualidad tras despertar tras ni sé el tiempo dormido en una cueva? -apuntó desafiante a las paredes sin importarle las represalias-. Tendrás que jugar mejor, viejo, no soy un neonato al que le vayas a colar cualquier historia improvisada. Empieza por decirme quién demonios eres.
-El amor no es casual. Es el destino... Y ahora lo veo más claro que nunca. Mi nombre el Blasku. -Blasku, Blasku repetía el eco-. Del orgulloso Clan Tzmisce. Y tú has entrado en esta cueva para arrebatarme lo que es mío. Mis pequeños espías... a los que necesito para estar a salvo de los Anarquistas, que rompieron los sagrados Lazos de la Sangre... Traeme más niños para mi ejército y diré lo que ansías saber... Desafíame y muere como tantos otros...
-La muerte también forma parte del destino, más aún cuando uno mismo la elige -sentenció Yurev rememorando el momento de su propia elección. Ese día dejó todo un mundo atrás-. Pero de acuerdo, me acercaré a los roma, pero deberías decirme algo antes para que sepa que hay algo de verdad en tus palabras, porque sigo sin creerte.