La Entrada a las Catacumbas.

                Casi un día de camino les costó dar con el lugar, porque era un terreno oculto en medio de una especie de cenagal, y las partes en las que asomaba la tierra se encontraban pobladas por esos árboles oscuros y retorcidos. Como bien había comentado el Elemental de Viento a su dueño, estaría el sitio protegido por una serie de fortalezas orcas. Además, Madera Oscura recordó algo, una cosa que dijo el dragón que visitó con su poder: el Cetro estaba en las Catacumbas, pero escondido. Así que si pasaban el sitio que tenían delante, sería posible encontrar la manera de liberar al dragón cautivo.

                Sin embargo, iba a ser una buena lucha. Cuatro torres vigilaban desde detrás de un muro de piedra que abarcaba muchos metros de alto, unos 40. La fortaleza estaba en medio de este cenagal.

                Desde la torre se observaban unos dos orcos, en cada una, armados con armas antiguas. Eran como unas ballestas pero hechas de hueso. Dentro habría un ejército completo aguardándoles. Recién después de vencerlo entrarían en la catacumba que hacía la prisión del dragón…

                Y allí, según la visión de Madera, habían Nigromantes.

                -Debemos tener cuidado –dijo Tempestad –aquí huele a muerte por todas partes.

Tras el comentario de Tempestad hice una fuerte inspiración por la nariz, pero no olía a nada, me encogí de hombros y aproveché la pausa para rebuscar en el petate cuantas provisiones me quedaban, la lucha con los orcos de las torres me había dado hambre y no podía aguardar.

Saqué un trozo de pan y un corte de queso que había quedado escondido en el fondo del petate, a juzgar por su aspecto, era uno de los trozos que me había guardado cuando estuvimos en casa de Ken por primera vez. "¡Rayos, este queso debe llevar aquí escondido más de un año!" Lo agarré con dos dedos y se lo lancé al tigre, si había podido digerir el orco, un trozo de queso mohoso no creo que le hiciera ningún daño.

Con la boca aún llena de pan y cimitarra en mano empecé a adentrarme en las catacumbas.

  Brégor estuvo un buen rato mirando la construcción en busca de puntos débiles, posibles caminos y demás.

  -Debemos tener cuidado de las torres, no nos pueden ver. Deberiamos dar un rodeo y tratar de buscar por si existiera algún pasaje secreto. Si alguno teneis alguna idea de como desacernos de los centinelas de las torres sigilosamente decidlo.-

  El semidemonio siguió a Khivit agazapado en busca de algún camino alternativo para adentrarse en la fortaleza.

-Viento, Mia o yo podríamos encargarnos, bajando a los de este lado desde aquí, subiendo a las torres y disparando desde ellas hacía los demás, son solo dos en cada uno, si queremos hacerlo espamentoso yo podría incendiar las 4 torres y usando tu fuerza podríamos hacer temblar los cimientos y que cayeran sobre el ejercito enemigo, que te parece Maderaoscura? De todos modos debemos de tener un plan B que no sea solo huir-

- Estoy con Fafnir, debemos enfrentarnos a ellos, los más peligrosos son los de las torres, podrían dar la voz de alerta, sobre el incendio no lo veo bien, quizas como opción B, pero no sabemos si provocando un incendio los cimientos caeran, de todas formas si las catacumbas están dentro, tendriamos que esperar a que el fuego se apage y estamos trabajando contrareloj- saqué mi arco- Disparemos a los de una torre, subamosnos y acabemos con los demás arqueros, después acabaremos con los de dentro, desde una posición elevada tendremos más visión- recordé mis poderes- Dejadme antes que intente algo, quizás pueda encontrar otra forma de entrar, así tenemos una segunda via de entrada o una de escape de ser necesario incendiar el lugar una vez dentro

Me concentré en mi poder creando una guia luminiscente, pidiendole que encontrase lugares para acceder al interior, pero pidiendole que tuviera cuidado de que no le vieran

- En cuanto sepamos las entradas y salidas, podemos empezar a disparar a los de la primera torre

- En realidad entrar en si no es un problema - dije de manera aclaratoria - Yo podria subir volando si alguno es capaz de darme algo de cobertura, supongo que si utilizamos nuestros poderes combinados podriamos crear niebla facilmente, pero tendriamos que esperar a que amaneciera para que no llamase en exceso la atención y una vez la niebla nos cubriese acabar con los enemigos de una torre y colarnos por arriba seria extremadamente sencillo, claro que todo esto es una hipotesis así que si teneis un plan mas fiable estoy mas que dispuesto -

-Esperar a que amanezca?!- pregunté incrédulo - para eso vamos a entregarnos ahora, menos mal que no eres el líder- le dije a Viento- atacaremos ahora, de noche y sin ser vistos por la misma razón tampoco Mia debería usar sus poderes, prender una luz en el medio de una ciénaga es plantarnos un blanco en la frente, matamos a los guardias de las torres con armas arrojadizas, algunos subimos a las mismas para matar a los de las otras torres y observar el terreno mientras otros se quedan aquí esperando alguna señal, si algo sale mal prenderé fuego todo y Maderaoscura hará surgir raíces tan fuertes de los cimientos de las torres que estas colapsarán, luego absorberé las llamas y nos metemos en las catacumbas. Creo que los mejores para hacerlo somos Viento, Mia y yo, somos los de mejor puntería si no me equivoco-

                Khibit eligió comer un poco para estar mejor de energía. El queso no le fue de su agrado y se lo dio a Tempestad que lo miró, arqueando una ceja, lo olió y emitió un gruñido. No le apeteció el sabor y además prefería la carne, así que dejó el queso donde está.

               Entretanto, Fafnir propuso lo del incendio y Madera Oscura habló de hallar entradas secretas. Finalmente Mía tuvo una propia idea, se concentró en su poder y convocó a una pequeña luz.  Era una luz diminuta pero que ellos podían ver sin dificultad. La joven le ordenó, mentalmente, que le encuentre una entrada. El brillo giró alrededor de ella un par de veces… y luego comenzó a acercarse al muro, despacio.

           La discusión se volvía acalorada: Viento decía de aguardar a la mañana y Fafnir de actuar ya mismo. Aparte no estaba de acuerdo con la decisión de Mía de formar la esfera de luz. Sin embargo, la chica ya lo había hecho. La luz era pequeña, azulina, y su diámetro no superaba los 10 cm. Así que en realidad los orcos de las torres no estaban viéndola. Además, respondiendo a la joven, el orbe se quedó quieto en un punto. Estaba aguardando si cumplía el mandato o si volvía y se apagaba. 

- Mi idea no era aguantar hasta el amanecer solo para atacar si no para aprobechar los momentos donde el clima puede ayudarnos, pero como dije estoy abierto a seguir vuestras ideas, si quieres puedo disparar, de hecho tendremos que unirnos para disparar todos simultaneamente y asegurarnos de matar a todos los orcos al mismo instante -

  El guerreró observó como avanzaba la luz que lanzó Mia hasta detenerse en lo que podría ser una posible entrada oculta.

  -Dejad de llamar la atención, parece que Mia ha podido encontrar una posible entrada. No tengais prisa por empezar la batalla, seguro que nos enfrentaremos a muchos dentro de poco, pero debemos aprovechar el factor sorpresa y avanzar lo máximo posible antes de que nos vean. Cuanto antes entremos, antes saldremos, si damos el aviso ya que estamos aquí les daremos demasiado tiempo para que puedan contraatacarnos, la cautela no significa cobardía. Yo soy el primero al que le gusta una buena pelea, pero hay demasiado en juego como para actuar precipitadamente.-

  Brégor se dirigio con cautela hacia la luz de Mia

Con la tripa llena, y viendo que de nuevo mis compañeros empezaban a discutir, me senté en el suelo procurando no embarrarme el trasero y saqué el laúd. Tras tomarme un largo rato para afinarlo comencé a tocar una suave melodía, había olvidado por completo quien me la había enseñado o dónde la habría oído por primera vez, pero aquellas notas tiernas y melancólicas evocaban un sentimiento de paz y calma como ninguna otra canción, pronto dejarían de regañarse los unos a los otros y con un poco de suerte los orcos hasta se dormirían, dejándonos vía libre para poder colarnos sin ser vistos.

- En esta ocasión estoy con Fafnir, deberíamos disparar, quitarnos unos orcos de encima, sobretodo los que están en las torres y pueden vernos con más facilidad, o dispararnos- mire la luz manteniendola y haciendo que siguiera buscando- Si disparamos y nadie nos ve nos habremos quitado a esos orcos de encima, si disparamos y nos ven, los que no tengan arcos podrían estar ya dentro y nosotros nos reuniriamos con ellos- mire hacia arriba y después a mis compañeros- Contamos con el factor sorpresa y con la oscuridad, si nos ven, mandaran a gente fuera, estaran pendiente de lo que pasa fuera, pero nosotros estaremos dentro, por lo que nuevamente tendremos ventaja. ¿Que os parece?

                Viento aclaró que él se refería a esperar al día para tener mejor chance. Madera Oscura creía que era preferible actúar ya mismo, seguir la luz de Mía y no preocuparse por ahora de los orcos de las torres. La chica, sin embargo, creía que en un punto Viento tenía razón: el unirse para flechar a los vigías y así estar seguros de no ser vistos.

                Estaban un poco emocionados sobre la mejor maniobra cuando Khivit sacó su laúd y comenzó a entonar una melodía baja, muy baja. Pese a ello, la misma ocupó un lugar en el corazón de los guerreros que vieron tranquilizar su nerviosismo. Era como si pensaran todos en una misma sintonía. Un posible plan fue llegando:

                Flechar a los guerreros orcos, luego seguir la luz para entrar en la fortaleza. ¿Sería posible? Hasta el tigre se había relajado y retozaba con serenidad entre los árboles nudosos, mirando a sus compañeros con un aire protector, pero sin nada de tensión en sus nervios. Eran cuatro guerreros orcos en las torres, uno en cada una, si actuaban al unísono podrían derribarlos antes de que alguno llegue a dar la voz de alarma.

Escuché la melodía y fruncí el ceño, por alguna razón no quería patear a Khivit por hacer algo que nos podría descubrir, pero no fue así por suerte y tras suspirar las ideas se aclararon.

Saqué una daga y miré a los demás mientras jugaba con ella en mi mano.

-Y bien? Los derribamos?-

De repente me sentia más calmada, era bueno, eramos un grupo y la decisión que tomaramos nos afectaría a todos

- Cuatro orcos, cuatro flechas, ¿quienes más tienen arcos? Si no somos capaces de derribar a los cuatro uno de ellos podría dar la voz de alarma, si podemos disparar a los cuatro, sigo con el plan de antes, dispararles y entrar

- Yo puedo encargarme de uno de ellos facilmente puede que con un disparo multiple de dos aunque tendria que hacer uso de mis poderes para lograr que las flechas tuvieran algo mas de impulso y no araran el tiro, supongo que seria factible -

La musica me animaba a seguir y era extraño por que de normal me abria irritado escuchar musica en un momento critico como aquel.

-También puedo usar dos dagas- dije sacando la otra de abajo de la manga- elijan su blanco y yo me quedo con los otros, si es que les parece bien, solo no me la compliquen demasiado, quieren?- comenté sonriendo de costado.

Dejé de tocar y me incorporé de nuevo. Lamentaba que la canción no hubiese llegado a dormir a los orcos, pero al menos había cumplido su otro objetivo, calmar las cosas y que nos organizáramos.

- Yo también puedo encargarme de uno. - Dije montando una flecha en el arco. - Aunque no lo parezca tengo muy buena puntería. Cuatro blancos para cuatro arqueros, está bien.

Alcé el arco y apunté hacia una de las torres esperando para atacar al unisono.

- En ese caso uno para cada uno -

Saque mi arco y coloque una flecha en el, no era un disparo complicado pero habia que tener cuidado, un fallo odia significar grandes problemas.

- Muy bien, haya vamos- dije apuntando al orco que estaba al lado del que apuntaba Viento

Apunte hasta que dieran la orden, después solté la flecha y observe su trayecto, sacando una segunda rápidamente por lo que pudiera pasar