Partida Rol por web

Si era por solo una pero duele, respecto a los tuneles que es lo importante, ellos volvieron para atras a pasar para otro tunel y mientras tu investigabas, antes de poder ir a un tunel es cuando sucede la acción.

No podía que estar admirado al ir viendo esos extraños seres que recolectaban basura electronica, por llamarlo de alguna manera. Extrañas plantas nos saludaban por el camino, pero yo solo podía que mirar timidamente y mantenerme callado. Tras una llegada un tanto turbulenta, no quería problemas por ahora.

Llegamos a un castillo enorme por el que accedimos por una rampa. El interior era llamativo, pero desconcertante para mi. Era como estar en un cuento, pero extraño. Siguiendo los pasos de Gatomon, le pregunto: Quien vive en este castillo? No podia parar de fijarme en cada detalle.

--- Mi nombre es Asad Sadat, creo que no tengo nada mes que decir, mis acompañantes lo han dicho todo ya- digo observando a la perqueña criatura sin poder disimular hasta que caigo en algo- ¿ Que es un Digimon?

Ezio se acercó ligeramente a Asad para susurrarle -Según he podido suponer, estamos como en otra dimension, o en otro mundo, no lo tengo claro- hizo una pequeña pausa -Si se refiere a nosotros como digimons, creo que es porque ellos son los digimons, y nunca antes habrán visto humanos como nosotros-

Dio un paso adelante para dirigirse al digimon -¿Y bien?-

El el camino por el que los llevaba Gatomon, Jaime pudo ver a más criaturas extrañas. Incluso más raras que un gato parlanchín. Primero vio con cierto temor a una especie de cangrejos gigantes que parecían trabajar con ahínco. Después unos seres que no pudo identificar más que como algún tipo de planta viviente que los saludaban alegres al pasar. En cualquier otra situación la visión de alguno de aquellos seres supondría un buen susto con su correspondiente llamada a la policía. Pero, de una manera inexplicable, al ver cómo los saludaban y la naturalidad con la que lo hacían, ninguna clase de miedo brotó de él. Más bien ocurrió lo contrario. Jaime no pudo evitar devolver un vago saludo con una ligera sonrisa en su rostro.

Tras ese último encuentro, no tardaron mucho el alcanzar una rampa que llevaba hasta un castillo que asombró bastante al joven estudiante. Por fuera era de un blanco impoluto pero por dentro parecía contener elementos de vivos colores. La pregunta de Keitaro lo sacó momentáneamente de su asombro. Realmente tenía curiosidad por conocer al dueño del castillo. Pero una nueva eventualidad pareció irrumpir en la escena sin preguntar. Uno de sus bolsillos comenzó a brillar intensamente. Durante un segundo que pareció eterno, Jaime esperó sentir el dolor de alguna quemadura por el fuerte brillo pero eso no llegó a suceder. Así que metió la mano para sacar la fuente de tan repentina luz. -Mi móvil... ¿Qué le pasa?- Lanzó la pregunta al aire sin dejar de observar el curioso fenómeno. El brillo se fue apagando hasta revelar una forma diferente a la que tenía antes. Ya no era un teléfono. -¿Qué está ocurriendo? Mi teléfono se ha transformado en... No sé en qué exactamente. Pero se ha transformado.- Le dice enseñándole el dispositivo a Gatomon.

La admiracion por el diseño del castillo no me hizo percatar por la transformación del movil. Al escuchar las palabras de Jaime alterado, saco el mio de mi bolsillo, y exclamo tambien: Pero que es esto? Ahora como se lo voy a explicar a mi hermana?!

Sin duda aquello no era un movil, sino un dispositivo bien extraño.

-Eso es un digi-dispositivo, sin él aqui estariais muy perdidos, el móvil como lo llamas, sólo ha digi-evolucionado, ha mejorado, se ha transformado lo que implica que cambia en tamaño y color, pero no debeis quejaros por eso, si es mejor, ¿acaso vosotros no habeis evolucionado de una forma inferior?...

-¿como que y bien?...¿que estais haciendo en mi explotación, sin identificar?...y diciendo vete a saber que de que somos digimons, asi que humanomons, o como habeis dicho llamaros salid fuera de la mina, o me veo en la obligación...¡de llamar a las fuerzas de seguridad competentes a la fuerza de ya!, ¡hay mucho trabajo que hacer y los obreros no pueden distraerse, ni por asomo, por nada, ni un solo segundo, ¿entendido?!...(dijo el mamemon muy enfadado).

[Explotación minera de las montañas rojas]

(Según la información del Óraculo, tres chicos humanos debían estar en la explotación minera que dirigida Mamemon, era una montaña que se hallaba al final de un valle lateral, por lo que el único camino estaba entre rocas y arboles, hasta llegar a una entrada ovalada hacia la cueva, tu misión era econtrar y cuidar de los chicos hasta nuevas ordenes de la dama Elbafmon).

Ante la informacion me quede pasmado ante el aparato que tenia entre manos y hice caso omiso de las palabras de Gatomon. Pero como podemos usar esto aqui? Nos servira para comunicarnos a distancia? Hablas mucho de evolucion.

El sujeto bajito sin duda no estaba de humor para perder el tiempo, no había respondido ni una sola pregunta y parecía no haberles escuchado en lo mas mínimo

- sabe podriamos ayudarle en algo si es que nos da trabajo, tenemos tiempo libre y no estamos seguros de a donde ir desde este lugar

Thea iba por detrás de todos, estaba cada vez mas asustada por la situación aunque prefirió guardar silencio. Todas aquellas criaturas le parecian extrañas, como si estuviese viviendo un sueño o estuviera en un parque de diversiones... si era eso, era un parque de diversiones del futuro.

-Si debe ser esto, son muy lindos animalitos.

Al llegar al palacio se sorprendió al ver la inmensidad de este, miró y sonrió olvidándose por un momento de la situacion en la cual se encontraba.

-Guau! Este es el castillo de tu señora? Debe ser millonaria, me encanta.

Thea corrió por las escaleras y revisó el lugar con los ojos. Cuando se dió cuenta que algo brillaba en su pantalón se sintió extraña, su celular habia cambiado de color y forma.

-¿Y esto?- se preguntó extrañada.

Allí fue cuando escuchó lo que el gato decía, lo volvió a mirar pero seguía sin entender lo que queria decir.

-Un digi-dispositivo?

Thea se quedó algo muda, sin saber que responder... hasta que volvió en sí y le dijo a Gatomon.

-Señor gato, ¿Que se supone que hace esto?

Jaime miró con una mezcla de asombro y curiosidad el aparato en el que se había convertido su teléfono móvil. Aunque al parecer ya no se llamaba así. -¿Digidispositivo?- Preguntó por si no había oído bien. Era la primera vez que oía esa palabra y, aunque el dispositivo no era para nada de un aspecto extraño, sí lo fue la manera de la que lo obtuvo. "Cada vez entiendo menos lo que está ocurriendo." Pensó de nuevo confuso. Había llegado, más o menos, a acostumbrarse a encontrar criaturas extrañas pero ver con sus propios ojos cómo algo se transformaba de aquella manera... -¿Dices que ha evolucionado? Pero... ¿para qué nos sirve esto aquí?- Realmente quería saber qué podía hacer el dispositivo que ahora tenía en sus manos. Pero luego se percató de la última pregunta que les hizo Gatomon. -Y no, nosotros no evolucionamos. Quiero decir, el ser humano evolucionó a lo que es ahora hace mucho... pero durante millones de años... Esto ha ocurrido en un segundo.- Le dice no muy seguro de saber si realmente tiene algo que decir al respecto. Por lo que finalmente decidió quedarse callado y dejar que su guía les desvele el misterio.

No me fue difícil encontrar la cuevecilla que me había mencionado el oráculo. Y, en cuanto entré, vi que allí estaban los humanos de los que me habían hablado junto a Mamemon. ¿Así que esos iban a ser los salvadores que iban a liberar el mundo digimon de la amenaza que se cernía sobre nosotros? Pues anda, parecían bien blandengues... como todos los humanos en realidad.

—Hola, hola — dije mientras me acercaba a ellos y ponía cara de mafioso, con una sonrisilla de diablillo (nunca mejor dicho) y mirándolos por encima del hombro —. Soy Impmon, pero vosotro' podéi' llamarme "Don Impmon" y deberéis dirigiros a mí como señó', ¿entendío?

Marcando territorio y dejando las cositas claras, como debía ser.

—Yo os ayudaré a guiaro' por el mundo digital. Así que tratadme con respeto y como a un superior, ¿eh? Bueno, presentaros para que os conozca. Por cierto, ¡hola, Bolindre!

Bolindre, así era el apodo que había elegido para Mamemon. No sabía lo que era un bolindre, pero bueno... mi tamer siempre me había dicho que la familia de los mamemon le recordaban a los bolindres, así que...

---Son Humanos- digo al extraño ser, al parecer se habia mosqueado por el simple echo de estar por la zona - Es facil decirlo, pero no tenemos ni idea de como salir de aqui ¿sabes?

Por fin alguien que podrá responder mis preguntas, ya estoy algo cansado de tratar con estos digimons que no saben nada... pensó mientras se dirigía a Impmon. Ha dicho mundo digital, asi que como pensaba, estamos en otra especie de dimensión...

Su forma de dirigirse a ellos no le importaba mucho, no se dejaba llevar por provocaciones ni formas de actuar, simplemente le siguió la corriente. -Yo soy Ezio, Ezio Honda- le dijo sin mostrar sentimiento alguno -¿Qué es lo que hacemos aquí?- Le preguntó directamente, pues ya sabía donde estaba y cómo había llegado.

El hecho de que ese enano se dirigiera de esa forma al otro enano (impmon y mamenon respectivamente) no le dio buena espina, uno parecia un diablito y el otro estar hecho de metal... no queria estar en el camino del metalico asi que alexander se hacia a un lado dejando linea recta hacia impmon por si mamemon tenia algo que decir o hacer

mundo digital?... sabes donde hay una terminal de comandos?

si este lugar se supone que era una computadora o algo parecido habia oportunidad de sacar informacion o una salida, el conocia bastante de computadoras, esto empezaba a tener sentido, estas criaturas terminaban las referencias a otras criaturas diciendo "mon" era como referirse a las extenciones de los programas, empece a caminar pegado a la pared hacia la salida por el mismo camino que usamos al entrar, tratando de no hacer movimientos bruscos