Partida Rol por web

Caminando con suavidad y cuidado para no hacer ruído, Methgar sigue a los demás hacia el interior de la herrería. Avanza atenta a cualquier sonido que pudiese indicar que hay alguien dentro mientras piensa en lo sucedido, intentando aclararlo

Tanta sangre... si el hombre al que mataron en la posada era el herrero, esta sangre debe ser de otra persona.. Racalin.. o puede que alguno de los guardias de Fiura, sino encontramos a nadie habrá que seguir el rastro..

Abro los ojos de par en par con sorpresa y temiéndome lo peor tras notar cómo el semiorco me elige como su siguiente víctima lanzándose con furia hacia mi, hacha ensangrentada en mano.

Intento esquivar el golpe pero en cuanto noto un fuerte pinchazo que recorre todo mi cuerpo me doy cuenta de que no he sido capaz. Sin embargo, mi vida está en juego, y también la de mis compañeros. Ninguno de nosotros debemos caer, no permitiré que me lleven frente a Lhaeo, al menos no con vida... pienso mientras, todo lo rápido que puedo, saco la espada para tratar de contraatacar ahora que tengo a mi contrincante pegado a mi, o al menos poder parar su siguiente ataque sin depender solamente de mi agilidad.

Racalín reune la suficiente concentración para sacudir al pierl verdosa con un potente proyectil mágico. El hechizo impacta con precisión en la espalda, y la verdad que el pobre semiorco está en las últimas. A continuación, es la elfa quién trata de quitarle la vida al furioso enemigo con un desenvainado rápido de arma que no llega a impactar. Entre Maprilla, y Gárret terminan el trabajo.

El cuerpo del semiorco en primer lugar deja caer su gigantesca hacha, quue con la forma que cae al suelo, debe de ser muy pesada. Clava un par de rodillas en el suelo, y finalmente su cuerpo sin vida cae de lado. Todo ha terminado.

La multitud de cuerpos muertos llega a la media docena, todo ha quedado destrozado y el dueño de la taberna tendrá que dar una obligada mano de obra si quiere que todo vuelva a estar como antes. En cualquier caso, no habéis recibido demasiada información como os pidió Fiura. Pero lo importante es que estáis todos con vida.

Se queda muy cerca del cuerpo del semiorco, como protegiéndo también a Miya. Su bastón queda enganchado detrás de su espalda al asegurarse de que el piel verdosa ha perdido la vida.

-Al fin ha terminado. Deberíamos registrar los cuerpos y marcharnos. Me resulta tremendamente sospechoso que se pueda librar una dura pelea y no vengan guardias a controlar la situación. Y a decir verdad, no me interesa lo que le pase a esta ciudad...

¿Cómo estáis todos?- Se preocupa, mientras mágicamente deja aparecer a su can; Gordo. El cúal empieza a olisquear los cadáveres, cómo si estuviera buscando algo para su ama.

Asiente al joven valletano. Decide quedarse en la retaguardia, indicándole a Methgar y a Leia que sean ellas las que sigan al hombre de piel oscura.

-Yo me quedaré atrás.

Hábilmente, Querelar, se mueve por las penumbras hasta llegar de pleno en la entrada e iluminar un poco la estancia a su antojo. Methgar le sigue, y a poca distancia cierran la marcha Leian, y Aslan sin alertar demasiado con sus pasos.

Las dos cristaleras que formaban parte del escaparate han sido derruidas, al igual que la puerta, que se mantiene colgada por una de sus bisagras con la suficiente apertura como para poder ver hacia el interior. El interior se encuentra tenuémente iluminado por dos grandes cirios colgados, a unos cinco metros de vuestra posición, iluminando una gran puerta cerrada justo en frente.

El resto del mobiliario, armarios, mostrador, y algunas armas, están completamente esparcidos por el suelo. Todos percibís pequeños advertimientos de sonidos en el piso superior de la Herrería, como si fueran pequeños pasos que avanzan sobre un suelo de madera...

 Al percibir el movimientoen el piso superior, el valletano mira a Methgar, que está cerca, para comprobar de que ella también está atenta de los sonidos.

 Al ver la puerta abierta más allá del umbral, Querelar hace avanzar las esferas de luz por delante, por si da la casualidad de que destrás de la puerta rota hay alguien acechando, quizas el movimiento de las esferas le haga delatar.

 Al comprobar de que no hay peligro, avanza hacia el interior de la habitación que se ve, para asegurar el perímetro y brindar el paso a Methgar para que de un vistazo a la puerta cerrada, no vaya a ser que haya algún 'dispositivo ante visitas inesperadas'.

Acababan de entrar en la tienda cuando escuchan pasos en el piso superior Al menos hay alguien vivo... espero que nos sea de ayuda..

Querelar avanza hacia el interior y en un momento dado se hace a un lado dejándole sitio. Al ver la puerta cerrada, entiende el motivo y, sin perder tiempo, se acerca a ella para examinarla cuidadosamente para comprobar si realmente está cerrada y si hay algún tipo de trampa en ella.

Sería muy raro que la puerta de una posada tuviese trampas, pero visto lo de hoy... mejor ser precavidos..

Vuelvo a mi forma natural.

Fiiuuuuu...por poco.Digo susprando.Yo estoy bién,pero por poco no lo cuento.Menos mal que tenía un par de viales,digo mientras tomo el último y me tomo su contenido.

Todavía sigo herido,pero sobreviviré....por cierto,¿dónde están los otros?,pregunto refiriéndome a Metghar y Querelar y,sin esperar la respuesta comienza a biscar entre las ropas de los cadáveres.

Leia parece ser la única que no se ha percatado de esos sonidos, o quizá es que hace caso omiso de ellos y prefiere investigar los alrededores sin separarse demasiado del reducido grupo. Gracias a las luces del valletano y a la habilidad de Methgar para explorar parece que simplemente se llevó a cabo un robo a sangre fría, no obstante, no parece haber signos de un combate en el interior de la tienda de armas.

El pequeño charco de sangre cercano a la misma entrada indica que, probablemente, si hubo alguna pelea, se llevó en las calles. Las luces siguen las ordenes de Querelar hasta la puerta que da al final. Gracias a ellas Methgar, junto a Aslan comprueban que no hay atisbo de mecanismos peligrosos.

Sin embargo, parece que alguien, un hombre asustado, espera al otro lado de la puerta.

Quién... quién... ¿¡QUIÉN DEMONIOS SOIS!? ¿¡¡POR QUÉ ESTÁIS EN MI PROPIEDAD!!? El pobre hombre al pirncipio parece titubear pero luego consigue alzar la voz. Aunque realmente no os entra nada de pánico, incluso Aslan esboza una sonrisilla al escucharle y aparta su mano del arma.

Si habéis venido a robarme, ya lo han hecho. Así que no tengo nada más de valor.- El desconocido calla, y espera alguna respuesta desde el otro lado.

No es nuestra intención robarle, se lo aseguro, al ver la sangre del exterior y los desperfectos nos preocupamos por lo que había sucedido en el interior contesta amable y tranquila en un intento de tranquilizar al hombre.

Comprenderé si no quiere hablar con nosotros cara a cara continúa y le prometo que no abriremos la puerta, pero quisiera hacerle unas preguntas pues estamos buscando a unos amigos que pueden estar en peligro... En este momento calla a la espera de la respuesta del hombre y vuelve a poner el arco al hombro como muestra de sus buenas intenciones por si les estuviese observando

 Querelar guarda silencio mientras su actitud se torna más relajada ante la aparente falta de peligro. Viendo que Methgar a tomado la iniciativa para tratar con el alterado hombre tras la puerta, deja que continúe portando la voz cantante, estando de acuerdo con todo.

Por más que intento hacerlo rápido, el sacar la espada de su vaina me lleva demasiado tiempo y no logro hacerlo a tiempo de poder devolverle el fuerte ataque a mi contrincante. Sin embargo, mientras la espada aún se pelea por salir de su "envoltorio", puedo ver la cara de dolor en el semiorco, ahora justo delante mío. No tarda ni dos segundos en dejar caer su descomunal hacha al suelo, lo cual me llama poderosamente la atención, pero cuando veo que todo él cae al suelo provocando un fuerte estruendo n puedo evitar abrir la boca sorprendida. No he podido ver qué ha pasado al final, pero veo a Gárret cuando el semiorco no me tapa la vista y doy por sentado que ha sido gracias a él.

Con la alegria que la caracteriza incluso ahora, que no es momento de alegrías, la gnoma decide que lo que llevasen esos aliados de Lhaeo puede ser útil, tanto para la misión como para su propio provecho, así que ni corta ni perrezosa comienza a rebuscar entre los aún calientes cadáveres. Miro con un poco de repelús la escena pero decido que tal vez lleven algo importante, y de ser así lo más conveniente es encontrarlo antes de que la gente vuelva o llegue la guardia de la ciudad que, ahora que lo pensaba, debería haber llegado ya.
Así pues me dedico yo también a curiosear en concreto el cadáver de Jala, los bolsillos de su ropaje, que para algo era el cabecilla.

Lástima que no dejamos vivo al cobarde de Jala.. ya quisiera yo haberle sacado información... bueno, será que su bolsa y sus objetos hablen por él.

Busco en el cuerpo del mediano.

Tras un corto periodo de tiempo en silencio finalmente se esucha un sonido que indica que alguien está abriendo el pestillo desde el otro lado. Aparece un hombre cubierto con una manta, lleva un pequeño roedor encima de su hombro como is fuera su único protector, y en una de sus manos una pequeña vela que utiliza como improvisada antorcha.

El hombre es casi calcado al cadáver que vistéis en la Estrella Negra, por lo que hay dos opciones, o tenía un hermano gemelo o simplemente los hombres de Fiura son tan estúpidos que se equivocaron de hombre creyendo que era el herrero que estaban buscando.

Su ancha y cubierta barba cubre por completo su boca.

-Fué... snif... todo muy deprisa. Entraron unos bandidos, y cogieron todo lo que pudieron. Inlcuso mis preciadas monedas de plata. Ahora todo se ha ido al garete... ¿qué le voy a decir a mi mujer ahora?.Hace tiempo que no tengo clientes por aquí. Estoy en la ruina...

No sé a quién pretendo engañar, sólo soy un cobarde...

Con pocas esperanzas de que se solucione la cosa, el Herrero alza la cabeza con un pregunta mientras trata de recordar.

¿Cómo eran vuestros amigos?-

-Da igual... Dice acariciando a Gordo por su buen trabajo, respondiendo a Gárret. Gordo ha encontrado esto para todos nosotros, será mejor que la guardéis y la toméis con precaución. Amablemente y uno por uno os entrega un víal.

Los otros deben de estar en la Estrella Negra, esperando nuestra información. Pero parece que hemos fracasado. Se encoge de hombros. Vayamos a ver si han descubierto algo.-

Sin querer volver a mirar todos los cadáveres, los sortea con la mirada al frente y encara sus pasos a la puerta que da al exterior, que permanece abierta.

Tras ver que Jala no lleva nada interesante en los bolsillos de la ropa y que Gárret se acerca a saquear también el cuerpo, me levanto y me alejo del mismo. Poco después Marpilla anuncia que Gordo ha encontrado algo, tiendo la mano para coger la poción que me ofrece a mi también, una para cada uno, y después me acerco al perro para acariciarlo. Hacía mucho que no lo veía y, a pesar de haberle visto en pocas ocasiones, le tengo un cariño especial pues siempre me ha intentado ayudar como ha podido.

- Buen perro, muy buen perrito. - le digo con alegría acariciándole detrás de las orejas con cariño.

Una vez curioseado todos los cuerpos presentes, la gnoma sugiere que nos vayamos marchando y, dadas las circunstancias... es lo mejor que podríamos hacer.
- Sí, lo mejor será que volvamos cuanto antes a la posada. Solo espero que no queden muchos más simpatizantes de Jala y Lhaeo en este lugar, será un alivio para los ciudadanos. - comento dispuesta a coger lo justo y necesario y salir de allí.

 Que no les moleste si me quedo con la poción de armadura.. no pienso volver a arriesgar el pellejo ante un arma como la de ese bruto. Gárret toma el resto de cosas de Jala, excepto la armadura, era muy vistosa y cualquiera podría reconocerlo, sin embargo el estoque sería útil para alguien con la habilidad de manejarlo. Toma el estoque, abrojo, las botellas de aceite, la cuerda , el cinturón con bolsillos, las flechas y las ramitas yesqueras.

Marpilla! toma esto, te lo has ganado! Le pasa la daga del fallecido líder mediano.  En caso de emergencia.

Vamos pues a la taberna... aqui ya no hay nada que hacer.

Que lástima que la mayoría de objetos no sean de mi talla,aunque...digo con la mirada perdida en la nada,podría transformarme en un humano...jijijijijiji....rio,mientras recojo el vial.Lo abro y lo huelo*.

Tras recoger algunos de los objetos que encontró Gordo,me pongo en marcha con el grupo hacia la taberna.

 El joven de las rastas saluda al temeroso hombre.

 - Los compañeros de los que hablamos eran dos medianos, una gnoma y una mujer élfica.- Tras una pausa prgunta.- Vos soy el herrero, uno de nuestros compañeros medianos dijo que tenía un encargo y que venía en su busca... al tardar, el resto de los compañeros acudieron en su búsqueda...