Partida Rol por web

El Orco se sobrentía del hombro, justo donde aún permanecía la flecha lanzada por el Valletano. Con una mano asía su maza, con la otra coge sus riendas. De abajo a arriba, dibuja un ataque que el Humano tan solo tiene que hacerse a un lado para evitar ser golpeado.

Tras este fallo, el Orco se vuelve a sobresentir, y queda a merced de Querelar. -Maldito mocoso.. ¿cómo puedes vencerme?-

 Parece que el ataque le ha debilitado bastante, Querelar aprovecha la oporunidad, pues otro golpe como el de antes y me reuno con mis ancestros...

 Sumido en sus pensamientos el humano pierde el ímpetu del combate, dando evidentemente la iniciativa al enorme orco montado.

Por increíble que parezca, está siendo un combate en el que nadie quiere vencer. Primero es el Orco quien falla estrepitosamente su ataque, quedándose a merced del Valletano, sin embargo, las manos de Querelar deben de estar tan sudadas, que el mango de su arma se le debió de resbalar en un último instante. Acto seguido se prepara para el mas que supuesto ataque del Orco.

Minsk, se vió sorprendido por la actuación del Goblin. -Ahh. Maldita mocoso. ¡Sufre!- A pesar de que lanza una gran estocada, su enemigo la esquiva facilmente mientras se ríe.

Se relame, paseando su bifida lenga por sus labios, y no daje de reírse. -Hiajajaja Esquiva el acero del elfo, y por si fuera poco se escabulle y lanza un mazao sobre el pecho de Minsk. Vamos, orejas picudas.. -

El orco, sigue perdiendo bastante sangre, y cada vez se encuentra mas débil. -¿Todo eso es lo que sabes hacer? Demasiado rídiculo para un humano como tú ¿no crees?- El gran Orco, intenta despistar a su adversario, cuando ve el momento justo levanta su arma y la deja caer con fuerza.

Pero la pericia en combate del humano, le está siendo de mucha ayuda. -Maldito. ¡Juro que la próxima no fallaré!-

 Fintando tanto como puede, el joven escurre el bulto ante los ataques del orco, buscando eludir, y atacando para mantenerlo en guardia. Pero con falta de determinación no puede superar las defensas del orco.

 Querelar, no vas bien, tienes que despacharlo pronto o cualquier impacto puede ser terrible...

 El guerero se mantiene en silencio, luchando contra su rival con la mandíbula apretada ante la concentración.

De nuevo los ataques no encuentran al adversario, ambos esquivan las armas y se miran uno a otro con miradas amenazantes, sabdiendo que uno de los dos caerá. Al otro lado de este combate, se enfrentaban Minsk, contra un hueso duro de roer.

Minsk se sobresiente de la reciente herida, se lleva la mano libre a la herida para presionarla y que no pierda tanta sangre. Esta vez no habla, su rostro es amenazante y ahora solo busca al mismo triunfo.

Su estocada es buena, parece que acaba de sentirse comodo el espadachín.

Esta vez el Goblin, siente el frió metal como le traspasa la carne por el costado. Le hiere de gravedad, y eso se nota en la forma que tiene de moverse a la hora de contraatacar. -¡Vamosshhh!- Sus labios están cortados por sus mismo colmillos.

Sigue incitando al elfo.

Al ver que el humano también está malherido, al fin encuentra su punto débil. -¡Muere ahora! Rarhhh- Su maza cae empicado hacia la cabeza del Valletano, dejándole prácticamente incosciente y a tan solo un paso de la muerte. Sin embargo, aún siente esperanzas, pues mientra hay vida, hay esperanza.

-Vamos, ven aquí, gusano. No tienes nada que hacer contra mi..-

 - Aaaargghh.- Otro fuerte golpe impacta en Querelar, haciendole esupir grumos de sangre.

 Pero lejos de amedrantarse se lanza en un fuerte ataque frontal contra su enemigo, lanzando un tajo descendente. Jugándose el todo por el todo.

El Valletano sacó fuerzas de flaqueza, se jugó el todo por el todo. Su espada empezaba a ser invadida por una reflejo verdoso, ese reflejo se convirtió en pequeñas virutas, y cuando su acero golpeó al Orco, esas virutas se expandieron por el cuerpo de la criatura, debilitándola.

Tras un grito de furia, el Orco cayó muerto al suelo. Su montura asustada, dió vueltas a su alrededor se le veía algo nerviosa, y a paso de trote, empezaba a pasearse.  Esta pelea había terminado, pero al otro lado, el elfo, aún mantenía una dura pelea también.

El elfo hizo un quiebor primero hacia la derecha, después hacia la izquierda, y finalmente ataca por al derecha. Clavando su estoque en la criatura. -Quizá ahora desees no haber nacido- Susurra a escasos centímetros del rostro del Goblin.

Luego saca su acero del interior de su adversario.

Querelar, escuchó también el último grito del Goblin. Minsk, extrajo el acero del recién muerto, mientras observaba como su compañero había dado muerte al gran Orco.

El combate había terminado, dejándoles un tiempo precioso para poder descansar y rebuscar entre los cadáveres, entre el campamento y el Torreón. Pero deberán darse prisa, o Valerio, no podrá servir el excelente vino a sus comensales. La tarde ya había caído, y el Sol empezaba a esconderse, tan rojizo el, por el horizonte. Contando que os costará alrededor de un par de horas hasta llegar a la cabaña del ermitaño, no hay tiempo que perder. Por lo que ese tiempo precioso para descansar, se consume a nada. Hay que seguir..

 Limpiando la hoja de la cimitarra, cansado por el dolor y la angustia de este combate a muerte Querelar mira a su compañero. Viendo como despachaba casi a mismo tiempo al trasgo contra el que se enfrentaba.

 - Lo hems logrado, gracias a Tymora o quien sea, estamos vivos.- Dice acercano una mano a su maltrecho hombro, con una mueca de dolor en el rostro.- Cojamos lo que tnemos que cojer y partamos, no quisiera tener que pasar la noche al raso. No me encuentro bien.

 Acercándose al caballo con paciencia y palabras calmosas, intentade apaciguar al animal.

 - Miremos dónde está el cargamento de vino. Las cosas del viejo y partamos.

Minsk se dirije a toda prisa a registrar los cuerpos de los orcos desvalijando todo lo que encuentra a su paso, oro, riquezas, armas...; una vez todos los cuerpos han sido desvalijados y despojados de sus cosas. se adentra hacia la torre con su estoque desenvainado.

Sus pasos son pesados tras de el combate, pero sin embargo anda con prestaza, como si ya estubiera desdeando acabar con esto. Vamos Querelar, el tiempo apremia, tenemos que volver antes de que anochezca.

Estúpidos orcos ¡asi aprendereis!

 Querelar, mientras su compñero rebusca en los cadáveres y en la torre el mal trecho valletano se dirige hacia el ampamento, buscando especialmente alfala o cereales o abena. Imagino que el orco tendrá algo para la bestia, viendo como la trataba... mucho mejor que a los trasgos!!ndo en cuetra un saco con

 Cuando encuentra un saco con los cereales se acerca con precaución al corcel con calmoso ritmo, ofreciendo la comida a la montura, mientras susurra palabras.

 - Si logramos hacernos con este caballo recorreremos el camino en mucho menos tiempo, hacia el ermitaño primero y hacia la posada después.- Susurra para no espantar al caballo.

Los pequeños Gobinoides no portan mas que sus pequeñas armas, junto a sus cota de mallas. Por lo que decidís dejarlas donde están, ya que no podéis sacarle mejor provecho que a vuestras propias armas. Sin embargo, el cuerpo del Ogro, lleva varias ganzúas, una cuerda con garfio, antorchas, yesca y pedernal, manta y demás equipo de campamento y por último una poción de curación.

Mientras el elfo ya ha visto todo lo que portan los cadáveres se dirige hacia el Torreón, Querelar, aprovecha ese momento para intentar calmar al animal. El animal desconoce por completo esa voz, por lo que en vez de calmarse y tranquilizarse, relincha alzando sus patas delanteras y con pasos nerviosos se aleja hacia el sendero en dirección hacia la casa del ermitaño.

Minsk, acaba de adentrarse en el Torreón..