Partida Rol por web

La taberna está ambientada en luz tenue pero aquella tranquilidad de la que os habían informado no era tal. Cuatro jóvenes están en la barra gritando toda clase de vulgaridades a la posadera detrás de la barra.

Un joven de cabello negro parece enfadado con estos cuatro que para esta altura uno de ellos ya ha tomado del brazo a la mujer. Cuando entráis se distraen y suelta a la chica que da un paso hacia atrás. Otra mujer que estaba sentada en una de las mesas se levantaba sacándose de encima a un joven que intentaba abrazarla. Os llega un abrumador hedor a alcohol y el humo inunda esta taberna. Endurecidos estibadores y pescadores beben y se apuestan su paga. Ancianos marchitos beben su cerveza en silencio. Por lo general no es de muy buen ver esta taberna, pero parece ser que es la única que queda en la Villa.

Una voz se escucha desde el lado contrario a la barra. Es un joven mediano que está encima de una de las mesas, tratando de incitar a la gente para que gasten sus ahorros en el azar:

-¡Hagan sus apuestas!. ¡Jueguen a mayor o menor!..-

Cuando dejas caer el tótem de tus manos dejas de sentir esa sensación de ser más fuerte..

Al sostener el tótem que te tiende Caesar, hace que te sientas más fuerte y capaz de enfrentarte incluso a enemigos de un tamaño formidable...

 AL observar tremendo espectáculo,quedo perplejo:

QUizá no sea mala idea,llamar a los guardias,como se puede permitir esto...

DIgo señalando hacia la mesa,en la que se encuentran los 4 maleantes que intentan beneficiarse,de la joven.Sin temor alguno,me acerco hacia la mesa.

Hola!,se puede saber qué estáis haciendo!?

Les digo a los borrachos,me acerco lo suficiente,como para estar adyacente.*

El hechicero se suelta del brazo de la mujer atraído como esta por algo que le agrada mucho mas, los juegos de Azar, de inmediato se olvida del grupo y de lo demás que sucede en la taberna y se encamina directo a los que apuestan. Y...Esto... A que juegan y como se apuesta...

Inmediatamente me siento atraída por la voz del mediano invitando al juego, pero oigo a Racalín y, tras mirar lo que señala, me resisto y lo acompaño hacia la barra.

Paseo mi mirada por los rostros de los muchachos, y después me fijo en la de aquel otro que los mira enfadado. Dirijo una última mirada a la posadera y vuelvo a los muchachos.

...¿Por qué siempre parece que no puede acabar bien?

-Tranquilizaos, amigo, seguro que los muchachos sólo bromeaban. -digo, sin dejar de mirarlos- Es más, seguro que ya se iban... -añado, dejando descansar mi mano sobre la empuñadura del espadón.

Los cuatro individuos que molestaban a la posadera parece que solo estaban bromeando con ella, aunque este tipo de bromas está claro que no suelen gustar a nadie. Sin embargo, la mujer parece estar acostumbrada a estos meneos y sabe defenderse sola. Propina una patada en al zona más dolorosa de un hombre y se coloca el escote, orgullosa por su azaña.

Rápidamente y a la carrera se coloca detrás de la barra y se dirige a vosotros. -¡Hola!, tranquilos no os preocupéis por estos holgazanes, siempre hay que educarles con mano dura o se te suben a ciertas partes.. Termina de colocarse el escote, la verdad es que destaca por sus grandes pechos. Guiña el ojo al mediano. Decidme, ¿qué se les puede servir a unos aventureros como vosotros?..- Pregunta con un grandiosa sonrisa mientras aclara una parte de la barra para que os acomodéis si deseáis tomar algo.

Los cuatro indiviudos os miran mal, como si buscaran pelea por haberles aguado la fiesta con la posadera. Pero lo único que hacen es volver a sentarse en la mesa que anterioramente estaban. Uno de ellos, es un humano de cabeza rapada y tatuajes en forma de tribal por todo el cuerpo. No os quita el ojo de encima y está fumando en pipa.

Un mediano con aspecto de ladronzuelo permanece encima de la mesa, incitando a la gente a que prueben su juego, cuando ve acercarse a Caesar, con agilidad baja de la mesa y se sienta en un taburete que está detrás de él. Justo enfrente tiene varias monedas de oro desperdigadas junto a una daga en muy buen estado.

Sus ropas son una camisa marrón, también lleva dos brazales y una anillo en forma de calavera. -Miren damas y caballeros, el señor parece que se anima. ¿Se atreve a probar el gran juego de Kyos?. Dice animado mientras baraja con sutileza una baraja de cartas sin apartar la mirada de los ojos de Caesar. Primero digáme su nombre si es tan amable para dirijirme a vos..-

Apoya los codos en la mesa y le mira picaronamente, esperando escuchar el nombre del clérigo para continuar con el juego.

El hechicero toma cierto aire de grandeza mientras dice. Caesar... En su hombro su fiel Argus picotea levemente su hombro, al parecer sabedor de lo que se acerca...

Al entrar, se había dirigido junto con Racalin y Sejmet hacia la barra por si fuese necesario intervenir. Aliviada, una vez la situación se ha tranquilizado, apoya su arco contra la barra y se sienta en uno de los taburetes al tiempo que se dirige a la posadera con amabilidad

Una copa de vino sería un buen modo, si es tan amable

Observo cómo los muchachos se marchan y después atiendo a las palabras de la posadera.

...Es inevitable atender a algo más que a sus palabras...

Entonces veo el guiño a Racalín y no puedo evitar levantar una ceja.

Vaya...

Trato de disimular rápidamente el gesto y me dirijo a la posadera, tomando asiento en uno de los taburetes, al ver las mesas llenas.

-Buenas noches. En realidad nos gustaría cenar aquí. -digo- Pero yo aún no he decidido qué... ¿Tenéis alguna recomendación?

AL ver como reacciona la tabernera,sonrio.

A mi me gustaría tomar la mejor de las cenas,tengo tanta hambre que me comería un toro,jeje.!! 

 Cita :

De pronto tira del hombro del mediano. El hombre lleva una camiseta negra rota por los hombros, para enseñar sus formados y grandes musculos, guantes de cuero negro, y coraza por encima de la camiseta, pantalones de cuero negro, y botas negras. Espadón a la espalda y su arco con un cárcaj de flechas.

-¡Acaso queréis que os maten!. Susurra entre dientes, mientras lo lleva hacia uno de los taburetes donde esperan dos damas. -Methgar y Sejmet-. Será mejor que os mantengáis aquí sentado. Ese de ahí es Zark, un chiflado, un tirano.. se habla muy mal de él por estas tierras. Mantenéos alejados de él..-

Le advierte al mediano y después se retira para no dar mucho el cante si es que no lo ha dado ya.

-Ah, por cierto. Esto me lo dió alguien para vosotros..- En la mano escondía un papel doblado en cuatrpo partes, sin dar ni siquiera su nombre, el hombre se retira dejandóos el amarillento papel sobre la barra..

La posadera se ata un trapo detrás de su espalda y escucha la petición de las mujeres. Cuando ve el númerito de Racalín, esta se mantiene a la espera, esuchando. No se entera muy bien de lo que dice el recién aparecido, tampoco parece importarle ya que está de espaldas descorchando una botella de vino.

-Bueno, esta botella es un vino berduskano oscuro cosecha de 1385 CV. No probareis nada mejor por aquí. Dice sirviendo tres copas y dejando la botella encima de la barra. Os recomendaria sopa de ajo y de segundo una buena pieza de ciervo, acompañado con nuestra exquisito postre. Trufas con hidromiel. Claro que tenemos de todo, y siempre se puede hacer menú al gusto..-

Os deja una copa de vino enfrente de cada uno y espera a que solicitéis algo con lo que os podáis llenar los estómagos.

-Caesar, excellente. ¡Miren, damas y caballeros!, Caesar junto a su fiel ave se atreven a probar fortuna. El juego es muy simple. Si vos acertáis si la carta es mayor o menor yo os pagaré el doble de lo que tengáis en ese momento, en cambio si fallas yo me llevaré todo. ¿Sí?, Apuesta mínima 5 monedas de plata, máxima veinte piezas de oro. ¿Está dispuesto a jugar el Sr. Caesar?. No se lo pierdan damas y caballeros.. todo el mundo puede apostar-

El trilero levanta la primera carta. Un 11.

Apoya los codos en la mesa de nuevo y espera tu respuesta. -¿Mayor o menor?-

Qué..cómo...Ah! 

Mi reación es un tanto absurda,a penas entiende lo que sucede.Pero,en cuanto deja el pergamino,lo agarro,me siento en la mesa,correspondiente,a la espera de la cena,y comienzo a leerlo,detenidamente.

Será de Curuvar...

Nota:

<<Queridos, sé que habéis conseguido recuperar el tótem y que me lo traeréis. Os vi cruzar por el Muelle mientras llegabáis pero tenía cosas que hacer y os envíé a un mensajero en vuestra búsqueda. Buscadme en el Templo a medianoche. Allí estaré.

C.>>

Una vez leo el pergamino,quedo dubitativo un instante.

Creo que  trasnocharé,bueno,antes cenaré,de forma abundante...jaja! 

Me guardo el pergamino,y me dirigo hacia la tabernera:

Perdón,por tardar,estaba leyendo una carta.Ejem!,digo sonriente,Me gustaría cenar ciervo con patatas,y si puede ser dame una jarra de vino.

Inmediatamente le doy un sorbo al vaso de vino,que recien sirvió.

Glub!...ah!,y que no falten esas trufas,si saben tan bién,como las que cultivaba,mi tio Bill,te daré algo de propina...

Si algo gustaba al Clérigo eran precisamente los juegos de azar, no por nada había elegido como uno de sus dominios el de la suerte, durante varios años había estudiado los extraños secretos de la fortuna y ahora como en otras ocasiones estaba listo para practicarlos...

Muy bien, veamos, me parece que voy por la mas alta, osea que será mayor.

-Está bien, veamos qué tal está esa sopa y ese ciervo -contesto a la posadera, sonriendo ante la perspectiva de una buena comida.

Luego veo que Racalín guarda la carta, y no puedo evitar pensar si será de Curuvar.

Sea lo que sea, Racalín nos informará cuando sea preciso, asi que disfrutemos de la cena... Qué cansancio...

Reprimo un bostezo y observo a Caesar apostando con aquel mediano, mientras trato de relajarme. Tomo la copa de vino y lo pruebo. Después lo sigo bebiendo con parsimonia, saciando mi sed lentamente.

-¿Vos no queréis comer nada, Methgar?