Partida Rol por web

Ya llevaban un par de dias después de la parada obligatoria en la isla de la Calavrea y llevar a Ogú en la nave era como tener un noño pequeño. Preguntaba por todo, comía como cinco veces al día, le gustaba hacer competencias de fuerza con Frankenstein y Yañez le enseñó a jugar a las cartas. No obstante, esa noche sales a tomar aire a cubierta y ves al cavernicola parado mirando las estrellas con cara de tristesa.

Aquel hombre me caía bastante bien, bueno, más bien casi hacía que mi instinto maternal aflorara y que tuviera que estar pendiente como cuando Quincy jugaba siendo más pequeño, cuando aún podía disfrutar de él y estaba con todos los sentidos puestos para que no pudiera hacerse daño.

Muchas noches me costaba dormir pensando en él, pensando en todo lo que sucedía y aquella, fue una de esas que necesitaba tomar un poco de aire, pues el camarote de me antojaba asfixiante y mi cabeza no paraba de dar vueltas a las cosas, sobretodo porque donde yo hubiera querido estar era montada en un barco volviendo junto a él. También me preocupaba que pensara que no lo quería, que su padre lo pusiera en mi contra... demasiadas cosas que me mantenían intranquila pero no que no quería esteriozar.

Salí del camarote y lo que no esperaba encontrarme allí era a Ogú, a quien apenas entendía nada cuando hablaba pero no decir nada sería descortés por mi parte así que me acerqué a él y levanté la vista hacia las estrellas, con una bata bastante abrigada encima del camisón y el cabello suelto y quizás hasta un poco despeinado, sin parecer demasiado la " yo " de siempre.

- Veo que no soy la única que no puede dormir.. - Dije seria para luego mirarle.

Ogú te mira y te sonríe, aunque sus ojos están llenos de tristeza. Entonces el te dice:

- Mí está un poko tristo. Mi echa de menos a kompañera y chikoko. Mí gusta mucho nuevo amikos, pero igual kerer volver.

Era increible, pero una mujer del siglo XIX y un cavernicola tenían mucho más en común de lo que cualquiera pudiera creer.

Suspiré ante aquellas palabras y asentí, dejando que toda mi tristeza se reflejara en mi rostro y que pudiera ver, que yo también cargaba con mi soledad a cuestas.

- Yo también deseo volver a mi hogar, pero ahora mismo no puedo. Bueno, ni siquiera tengo un hogar como tal, pues he pasado bastante tiempo fuera de Londres, pero tengo un hijo con el que me gustaría pasar todo el tiempo posible..

Ogú no tenía por qué saber que yo tenía familia o al menos, lo normal era imaginarse que una mujer joven que viaja sin pareja, era porque no tenía descendencia.

- Se llama Quincy y es un encanto..

Mi sonrisa de tornótan orgullosa como tan sólo puede ser la sonrisa de una madre cuando habla de su hijo.

El cavernícola te sonríe y agrega:

- Ceguro chikoko bunito komo tú.

Entonces Ogú se pone de rodillas y pide que te acerques; desùés saca un pedazo de carbón y se pone a dibujar en el suelo de la cubierta mientras te explica:

- Aka bibe mí - dibuja unas montañas y gente con círculo para las cabezas y cuerpo de palitos - mijente ser gola-gola, mi kompañera llamar Tinalin y chikoko mio Agú. Mí ser kefe gola-gola porke mi konose sekreto de rojotios -  Ogú dibuja al lado del hombrecito que lo representa una hoguera -. Pazado agüita ke korre - dibuja un río - bibir amiko de gola-gola, los kili-kili - Ahora dibuja gente más pequeña, pero lo interesante es que todos tienen cola -. Kili-kili ser chikito verde kon kolita.

Ogú completo el dibujo con animales y sin darte cuenta tienes en el piso las mismas pinturas rupestres que cientificos han encontrado en varias cuevas alrededor del mundo. Pero eso no fue lo que te tomo por sorpresa, pues al terminar Ogú te mira y te hace una extraña pregunta:

- ¿Papá de tu chikoko ser Artuito?.

Ahora más o menos ya había entendido lo que quería decirme y sus dibujos, aunque bastante simples, ayudaban bastante a que le pudiera seguir con sus explicaciones, aunque nos abía qué sería eso con cola que había dibujado, no lo comprendía demasiado bien, pero tampoco necesitaba tantos detalles de un lugar que jamás vería.

Lo que sí que consiguió fue descolocarme totalmente con aquella pregunta, pues no podía entender como había creído que entre Pendragon y yo había algo, pero a parte de ponerme levemente colorada no sucedió nada, simplemente en mis labios apareció una sonrisa triste.

- ¿ Debía contarle lo sucedido o quién era el padre de mi hijo...?

- Prendragon y yo sólo somos amigos. Y digamos que el padre de mi hijo me dejó embarazada sin importarle demasiado su descendencia y otro hombre le dio su apellido y lo ha cuidado como si fuera suyo. Ese hombre y yo ya no estamos juntos, el amor desapareció hace mucho tiempo y creo que me odia, pero mi hijo sigue creyendo que es su padre y necesita que esté a su lado.

Estaba segura de que todo aquello sería demasiado para Ogú, que quizás no entendería la mitad de lo que había dicho, pero...

Ogú se rasca la cabeza y te dice:

- Perdón. Mi cree ke tú kompañera de Artuito porke el mira tú kon kara de tonto.

En cuanto a lo que le explicas de tu vida amorosa y la historia de tu hijo, Ogú te dice:

- Mi no entender - te entrega el trocito de carbón con que dibujó en el suelo - Kerer acer dibujo.

Me quedé un poco cortada ante aquella explicación de Ogú de cómo me miraba Jack y mis mejillas se encendieron, quizás porque no sabía si aquello era cierto por no haberme dado cuenta, quizás pensando que simplemente que se había convertido en un buen amigo o quizás porque no creía que un hombre como él pudiera fijarse en mí, pero de todas formas no dije nada más al respecto.

- ¿ Qué quieres que lo dibuje? Vale, pero luego si sigues sin entender nada no será mi culpa..

Me arrodillé en el suelo, dejando de lado todo lo de señorita de lo que solía hacer gala e intenté que me comprendiera. Hice el dibujo de dos personas palito, una con el pelo largo y otra con él corto y señalando a la de pelo largo le dije que esa era yo y la otra persona el que era mi pareja.

Hice otro dibujo, un hombre palito con boca y colmillos y unas mujeres igual.

- Ellos nos engañaron - o no - nos sedujeron, eran vampiros y yo acabé con él y mi marido con ellas. - Hice rallas de unos a otros y yo me quedé embarazada.

Puse un igual y luego me dibujé a mí con tripa para que lo entendiera.

Volví a dibujar a Jonathan a mi lado y luego a mí sin tripa y un niño pequeño.

- Él hace de padre de mi hijo, pero en realidad no es su padre y nunca me perdonó esto, así que nos separamos. - iba señalándole los dibujos para que me siguiera. Entre Jonathan y yo hice un corazon con una ralla en medio como diciéndole que ya no había amor entre nosotros, sino casi más bien odio..

- Mi hijo está con él y lo hecho muchísimo de menos.

Ogu se rasca la cabeza y pone cara de concentrado frente a tu explicación. Después, cuando has terminado, se queda un rato más mirando y te dice:

- Mí entiende... maomeno. Pero tú tar trankila porke ya bolber kon chikoko tuyo.

Y te da unos golpecitos en el hombro como si intentara reconfortarte. En verdad, habia cierta ternura un  poco bruta en ese cavernícola. Era como un niño grande y la mayor parte de las veces se mostraba inocente, lo cual, a pesar de su apariencia ruda, lo hacía adorable.

No obstante, en ese momento ven una sombra que se mueve al otro lado de la cubierta y eso los pone alerta, debido a todo eso de alguien intentaba impedir que llegaran a destino.

Suspiré pues sabía que tan pronto no volvería con mi pequeño y que en estas misiones a las que acudíamos, cabía la posibilidad de que nunca volviera, pero al menos, mi hijo no estaría sólo pues Jonathan por mucho que me odiara a mí nunca dejaría al pequeño solo.

Asentí con una triste sonrisa, agradeciéndole el gesto, pero para mí era muy difícil estar lejos de él, sobretodo después de haberlo tenido en mis brazos tan sólo unos días antes.

- Volveré junto a ti mi pequeño, no lo dudes..

Me quedé mirando hacia delante, hacia ningún punto en concreto cuando me pareció ver cómo una sombra se movía y recordé dónde estaba y qué estaba sucediendo. Le hice un gesto a Ogú para que estuviera en silencio y luego me puse en pie, con cuidado, para dirigirme al lugar hacia el que iba el que fuera que andaba por ahí.

Ogú va detras de ti con su garrote en la mano - la verdad es que nunca se alejaba de esa cosa -. Entonces, al llegar al otro extremo de la cubierta, Ogú te detiene un moemtno y te dice bajito:

- Mí primero. Mí kuida tú pa volver kon chikoko bunito.

Entonces el pasa al frente para protegerte frente a cualquier cosa que pase. Avanzan con cuidado y ven, alo lejos a uno de los tripulantes con un rifle en las manos estaba de rodillas manipulando algo. Desde tu posición es fácil distingir que son cartuchos de dinamita con un reloj adosado.

Me paré cuando Ogú me lo pidió, pero ahora tenía una enormísima duda de no saber si aquel hombre se acababa de encontrar eso así y estaba tratando de quitarlo o era quien estaba tratando de sabotearnos, aunque lo que sí que sabía era que aquello podía explotar.

- Eso explota Ogú, que no encienda la mecha ni dispare.. es dinamita..

Como siempre, en los momentos más difícil había que mantenerse fría. Mis palabras fueron poco más que un susurro.

- Acerquémonos en silencio... aunque yo suelo hacer algo de ruido, así que intenta llegar primero a él.. hay que deterlo.

Sabía lo que podía pasar después de lo que ya había sucedido, así que en el bolsillo de la bata llevaba el arma, la cual se había convertido en algo sin lo que no iba ni al baño, por si acaso. Saqué el arma y esperé a que Ogú intentara noquearle.

Ogú asiente a lo que le dices y se acerca con cuidado y sin hacer ni el más mínimo ruido. Era sorprendente que ese ruidoso cavernícola fuera tan sigiloso. De seguro que había aprendido eso cazando algún animal prehistorico en su tierra. No obstante, gracias a la claridad a la claridad que da la luna, puedes ver una sombra que se muevo por sobre sus cabezas y que se avalanza sobre el tripulante, que al verlo intenta defenderse con su arma. Los disparos no detienen a la sombra que cae sobre el tripulante y forsejean. Escuchas la voz de Erik decir:

- ¡No, maldito!¡Dime quién te envió y para quein trabajas!

Y el tripulante cae al suelo con convulciones mientras Erik esta parado junto a él y lo mira con frialdad.

Al ver al supuesto Fantasma, Ogú deja escapar un bufido y te dice:

- ¿Mí puede sakar la ñoña a maskarado? No kaerme bien.

No tenía ni idea de qué era lo que podía hacer Erik, pues no se lo había preguntado y él no es que fuera demasiado dado a hablar, pero que no era una persona normal y corriente ya lo suponía, sobretodo por el lugar en el que lo habíamos encontrado y que ni siquiera los vampiros le pusieran una mano encima.

- No Ogú, Erik está aquí para ayudar, como tú y yo.

Asentí como cuando se regaña a un niño, aunque sin esperar que lo entendiera pues sabía que lo haría y sabiendo que seguramente el tripulante ya no respondería a las preguntas miré lo que había montado a ver si había alguna forma de desmontarlos in que diera problemas.

- Ve a buscar al capitán Ogú.

Ogú se va refunfuñando y mirando de reojo a Erik, pues la verdad parecía no contar con simpatia. Por su lado, el Fantasma ignora al cavernícola y le dice a Mina:

- Había salido a tomar aire cuando vi a ese tripulante rondando por este sector. Luego la vi a usted y a ese mono parlante y me di cuenta de que el tripulante llevaba dinamita. Mientras peleavamos y al verse perdido, mordió una capsula que llevaba en su boca. Seguramente estaba siendo controlado como la mujer que intento atacarla.

Asentí tras sus palabras, pues yo también había supuesto eso, pero antes de nada quise dejar claro que no iba a dejar que se insutaran todo el tiempo.

- Puedo entender que haya gente que no nos caiga bien, pero por favor, delante mío haced el favor de no insultaros.. para mí es tan compañero él como tú o cualquier otro..

No solía reprender a la gente, pero aquella noche empezaba a parecerme a la madre de todos.

- Yo también había salido a tomar el aire, porque estaba desvelada y charlaba con Ogú cuando vi una sombra y me acerqué a ver qué sucedía..

Guardé el arma que aún llevaba en la mano.

Al rato de que has enviado a Ogú por el capitán, éste llega acompañado por Ogú, Robur y Pendragon. Por un momento, no puedes evitar en lo mque te dijo Ogu, como te miraba con cara de tonto, pero pronto volviste a pensar en lo que les apremiaba en ese momento. Jack Estudía por un momrnto el explosivo y les dice:

- Es una bomba de tiempo y parece que ya ha sido activada. Tenemos 10 minutos para detener el reloj.

Pero fue Eric quien actua, pues toma la bomba, la examina por un instante y luego arranca un cable y esta se detiene. Después de eso, Jack les dice:

- Esta bomba tiene sellos de fabricación que indica que fue hecha en la ciudad de Stahlstad. Hace unos años, una mujer noble y millonaria avencidada en la India murió sin herederos directos y buscaron hasta que dieron con dos familiares lejanos; el doctor francés Sarrasin y su colega alemán Schultze. Ambos construyeron ciudades en Oregon, Estados Unidos. Sarrasia construyó France-Ville, la ciudad mas moderna en el mundo, mientras que Schulze construyó Stahlstad, una fortaleza que fabrica armas. No cre que sea coincidencia que nuastros adversarios hayan usado armas de esa procedencia.

Erik parecía aburrido por la explicación de Jack y dijo que ya había hecho su trabajo y que se retiraba. Entonces Ogu lo mira con enojo y te dice:

- Es un tonto pesao. Mi kiere sakar tanto mucho la ñoña.

A mí el resto de cosas que sucedieron allí ya me quedaban grandes. Me gustaba creer que era una persona inteligente, pero estaba visto que como mucho era una mujer astuta, puesto que en momentos como aquel debía de poner la misma cara que pone una vaca cuando ve pasar al tren.

Había entendido sus palabras y lo que quería decir, pero de lo que me hablaba no. Es decir, comprendía que no tenía mucho sentido que todo fuera hindú y que Jack estaba tratando de asociarlo todo con alguien de la India, pero aún no debía de haber dado con quién y yo, ya me había perdido con tanto nombre.

La facilidad con la Erik desactivo la bomba tampoco me pasó desapercibida, pero como no le gustaba demasiado la compañía no tardó en desaparecer así que no dije nada por ello, aunque hubiera sido un " gracias " seguramente lo que se habría escuchado salir de mi boca.

- Ogú! - Puse los brazos en jarra y le miré mal ante sus palabras, que aunque no las había comprendido enteras sí lo suficiente para saber que debía regañarle como a un niño.

Ogú te queda mirando y luego agacha la cabeza, refunfuñando en lo que seguramente era su lengua nativa:

- Makalele muñuño konchatu. Papalapapiri mañaña.

Luego, ante tu mirada severa dice:

- Perdon. Mí se va a dormir.

Y Ogú se retira algo cabizbajo, arrastrando su garrote como niño al que reprenden. Jack en ese momento se acerca a ti y dice divertido:

- Creo que nuestro amigo la respeta mucho, Mina.

Luego con cara de preocupado te dice:

- He estado pensando que si los intentos de sabotaje siguen, no podremos llegar al Kilimanjaro en el Albatros. Quizá debamos bajarnos antes y continuar por tierra. De todas maneras nuestros enlacers nos esperan en territorio del Congo Belga. Quizá ellos puedan ayudarnos.

Me sentí un poco culpable al ver cómo se marchaba Ogú, pero se había pasado un poco con Erik y Erik con él, y si comenzaban así al final tendríamos una desgracia. De todas formas, por la mañana hablaría con él, seguro que ya se le habría olvidado como le pasaba a los niños.

- Tenemos mucho en común. - Dije mirando al hombre marcharse. - Los dos queremos volver a ver a nuestros seres queridos y ninguno de los dos podemos hacerlo.. - Jack ya era consciente de la situación en la que me encontraba así que no tenía que volver a explicarle lo que ya sabía.

Tratando de centrarme en lo que decía asentí pensativa.

- Sí, yo también creo que en este navío somos demasiado vulnerables, pues si por algún motivo consiguen que deje de volar moriremos la mayoría..

Pendragon no lo haría, pues contaba con su inmortalidad, pero el resto no lo contaríamos.