Partida Rol por web

Varios años después de que Némesis abandonara su puesto como comandante en La Liga, se vieron afectados porque ya muchos de los contrabandistas y empresas privadas, comenzaban a no respetar a la organización tanto como antes. Esto fue afectando en varias galaxias y empresas ya que desconfiaban que tuvieran el mismo poder después de que uno de sus comandantes mayormente conocidos les abandonara. 

Todos sabían que Némesis era uno de los mayores asesinos de La Liga y nadie sabía donde estaba ni siquiera había hecho ninguna aparición pública o al menos que se sepa. Algunos rumorean que encontró su origen y fue atraído por el hacia algún lugar al borde de la galaxia. Sea como sea La Liga tenía que ponerse manos a la obra para recobrar el respeto, otros lo llamarían temor, que hasta ese momento se habían ganado.

Encima con La Sentella pisándole los talones, cada vez adquirían más poder y aunque todos sabían que tenían informantes en todos lados se seguían manteniendo en las sombras. Nadie sabía donde se encontraba su base y por qué motivo hacían sus encargos, algunos les decían que eran tiranos, contrabandistas o de la peor calaña posible.

Sea como fuese, mucha gente temía por las represalias de la Liga, de que La Sentella solo trabajaba y ayudaba para si misma y que poco a poco todos los gobiernos estaban armándose hasta las cejas por temor a otra guerra intergaláctica. Si eso sucedía lo único que podía pasar era que todo desapareciera, infraestructuras, planetas, e incluso alguna raza. Todos se centraban en la próxima guerra pero ¿habría alguna forma de detenerla? 

Seth pasa sus días en su nave, seguramente con ella pueda viajar de planeta en planeta con facilidad para encontrar trabajos y estar en contacto con La Sentella desde cualquier, se entrena día a día con niveles de gravedad pesados y a veces va a algún puerto espacial a visitar cantinas, bares o lugares de pelea donde poder pasarlo bien, según su criterio.

También tendrá algún que otro rollo de una sola noche típico de un picaflores como él pero nada serio, de cara a los eventos que están por acontecer seguramente esté emocionado ya que la guerra da dinero a mercenarios como él.

De momento mientras no estalle nada, acepta trabajos de La Sentella que tengan que ver con su perfil, protección, asesinato, recuperación de objetos, etc. No le gustaría dormirse en los laureles.

Elex aspiró de nuevo para llenarse de aire sus pulmones. No podía considerarse aquella calle maloliente de esa gran urbe un lugar "limpio" para respirar, pero era mejor que el aire viciado de la celda. 

Estaba allí parado, escondido entre varios puestos de un abarrotado mercado. El audio de una pantalla dentro del puesto repasaba las últimas noticias. Se avecinaba guerra. Una sucesión de imágenes invitaban a ser miradas, pero el muchacho intentaba no quitar ojo a la puerta que le había indicado el Chiller. Era joven y curioso, así que no tardó en dejar la puerta de lado.

En las imágenes se mostraba como preparaban su armamento, sus piezas mas mortíferas y desfilaban sus soldados tratando de intimidar a otros gobiernos.

Dexton grito. -¡Jodido Trizani! ¡Se escapa!

El trizani no alcanzó a mirar a la puerta cuando apareció a toda velocidad una chica, llevándose a todos por delante. Dexton disparo aun a riesgo de que alguna bala perdida hiera o mate a alguien. Algo muy propio de él.

-Tranquilo amo. Yo me ocupo. Todo serenidad y sumisión, Elex se colocó cerrando el paso a la chica. Con un gesto de su mano ella pareció elevarse. Sus piernas pataleaban en el aire, pero ya no avanzaba. El muchacho la tenia a su merced, la escuchaba suplicar, pero no podía permitirse dudar. Cerró los ojos y la lanzó contra una pared.

Cuando los abrió el chiller ya estaba sobre su presa golpeándola. Otro trabajo terminado. Pensó Elex. Pronto volvería a su celda.

Desde hace años, la rutina de Ted permanece constante en su día a día. Levantarse antes del amanecer, desayuno rápido y dos horas de entrenamiento variopinto: desde ejercicio físico para mantenerse en forma hasta prácticas de combate, tanto cuerpo a cuerpo como a larga distancia. Incluso conducción, orientación en lugares desconocidos y supervivencia en parajes extremos, como desiertos o selvas. Todo sea por permanecer preparado para cualquier noticia que le acerque a restablecer el equilibrio en el Universo. La Liga lleva demasiado tiempo ejerciendo el control a su antojo, asegurándose de que todo permanezca en orden, en orden para los más fuertes, no para todos. 

Por ello, el horario laboral, tras el entrenamiento, puede consistir en estar en una misión o, lo más habitual, buscar una que encaje para sus intereses.  Normalmente, observa todas las noticias, habla con sus contactos y frecuenta bares en los que sabe que se mueve información interesante. Últimamente, con la desaparición de Némesis, cada vez se escucha más que la Liga está en las últimas. Así, surgen frecuentemente trabajos en los que Ted intenta socavar, poco a poco, su poder. Le da igual qué tipo de trabajo le puedan encargar, mientras dinamite los intereses de la Liga.

Despierto un día mas, un día en el que ya terminé un trabajo por mis andaduras en territorio de la Liga que culminó con una fiesta de las grandes. Lo primero que hago es encender las noticias para estar informado de cualquier imprevisto que pueda surgir a la vez que hago que hago una hora de entrenamiento para mantener la forma y concluir el entrenamiento con media hora de puntería en una diana colgada y con pistolas de balines de goma para no causar daños a mi hogar.

No se cuando me volverá a llamar Arthur para designarme una nueva misión o por el contrario me llamará algún cliente pidiendo mis servicios en mi tapadera como mercenario de este territorio enemigo en el que me encuentro.

Cuando terminen las noticias de la mañana llamaré a Arthur para ponerle al día de la misión concluida y de como se encuentra la situación por aquí, por suerte tenemos una línea segura de comunicación y para que mentir, me gusta hablar con ese hombre, me hace sentir que no estoy totalmente solo en esta ida.

No es que fuera precisamente lo habitual pero esa mañana me despertaría el ruido fuera de la nave, no porque fuera especialmente alto si no mas bien porque la fiesta de anoche me estaba pasando algo de factura. Me llevaría una mano a la cara tratando de calmar mi cerebro al menos lo suficiente como para levantarme de la cama y darme una ducha fría.

Pese a la gran cantidad de locales para pasar la noche que solía haber en torno a los puertos prefería siempre dormir en la nave para evitarme problemas, incluso pese a que era habitual verme pilotando diversas naves por el "contrato" que este cumpliendo en cada momento siempre sentía que era el lugar que mas se podría llamar hogar de toda la galaxia sin ni siquiera dudarlo por un instante. La conexión que existía entre yo y lo que pilotaba era algo tremendamente profundo... pero bueno, eso no venía al caso ahora... Y es que estaba saliendo de la ducha con bastante mejor estado. Como cada mañana me hacía el desayuno y me lo comía casi desnudo, no tenía razón alguna para vestirme en mi propia nave.

Hoy no tenía trabajo, ni tenía pensado buscarlo de forma inmediata, por lo que dedicaría toda la mañana a revisar que toda la nave estuviera en perfectas condiciones para poder volar en cualquier momento. No era una tarea diaria pero si semanal como mínimo y que me ayudaba a relajarme. Y precisamente mientras hacía eso es que escuchaba las noticias. Otra vez hablando de Némesis, ese tipo no va a volver... Deberían dejar de seguir esperando algo imposible y aceptar de una vez que habrá muerto en alguna galaxia y que La Liga solo lo esta ocultando para no perder presión. La disputa entre las dos organizaciones no me importaba excesivamente incluso cuando estaba metido hasta el cuello en ellas al formar parte de Sentella, como tal llevaba el tatuaje en las costillas bajo el pectoral izquierdo. Solo buscaba mi propio beneficio personal, vivir la vida de la mejor forma y ganar todo el dinero que pudiera por el camino, esa era mi filosofía y la iba a mantener hasta el final.

Una vez acabe con la nave saldría por ahí a dar una vuelta, hablaría un poco con mis amigos del puerto que como buen "transportista" tenía amigos en muchos puertos que frecuentaba. Y luego me iría a comer algo en cuanto me entrara hambre por algún local de la zona antes de reunirme con informantes de Sentella por si me enteraba de algo interesante si no era el caso siempre podría encontrar mi propia diversión en el planeta.

Aquel día despertó con la idea de recorrer un poco las instalaciones, necesitaba pensar en todo esto y consideró prudente el hacerlo a solas. Estaba esperando por alguna misión, es que de alguna manera se había esforzado en demasía durante los entrenamientos y ahora mismo, su cuerpo le pedía ir a más. Así que por ello decidió ir directamente a la sala de entrenamiento para correr un poco en la cinta y descargar tensiones, no le apetecía hacer algo mecánico y creyó que era mejor mantener la mente ocupada con algo de desfogue físico. 

Y mientras entrenaba corriendo a una velocidad acorde, se colocó los auriculares para que la misma música inunde sus oídos al punto de abstraerse un rato de todo el entorno. Quizás más tarde vería a Samath o simplemente aparecería por el mero hecho de buscarla. 

El saco de entrenamiento se sacudió con fuerza buscando desesperado soltarse del gancho que lo unía al techo ante los furiosos golpes que estaba recibiendo. Kaia, con las manos casi desnudas apenas cubiertas por unas finas vendas, golpeaba una y otra vez con rabia el duro cuero que se movía bamboleante ante ella.

Apenas había dormido, aunque eso no era algo extraño en ella. Pero últimamente sus pensamientos, ya de por sí negativos, no la habían dejado descansar lo suficiente. Y eso era algo que no se podía permitir.

Cada día le resultaba más difícil aceptar las órdenes que La Liga le daba. Desde su punto de vista estaban perdiendo el rumbo, obsesionados con recuperar un estatus que La Sentella les había usurpado. Y lo peor de todo era que Kaia empezaba a tener demasiadas dudas, demasiados planteamientos sobre lo correcto de cada una de sus actuaciones.

Un nuevo golpe, más violento aún que los anteriores, hizo que el saco se moviera en una peligrosa parábola hasta casi alcanzar el techo. La sangre empezaba a teñir de rojo la blanca venda sobre sus nudillos; pero Kaia no sentía dolor. 

La fina camiseta de tirantes estaba empapada por el sudor y la coleta con la que había atado su negro pelo se movía bamboleante con cada uno de los movimientos que hacía. Tan bamboleante como Kaia sentía su estado de ánimo.

Desde hacía ya un tiempo se preguntaba hasta qué punto La Sentella era tan terrible como la pintaban, pues al fin y al cabo no dejaban de hacer el mismo tipo de trabajo que hacía ella; salvo que La Liga no actuaba al margen de la ley.

Un nuevo golpe puso fin a su sesión de entrenamiento matutina. Se sentía cansada, no físicamente ya que estaba demasiado acostumbrada a llevar su cuerpo al límite, pero sí anímicamente. Eran ya demasiados años tentando a la suerte; demasiados años rehuyendo a la muerte y a la locura. Necesitaba descansar…

Mientras se dirigía al aséptico baño del gran piso que ocupaba, Kaia pensó en su hermano y, por un instante, se imaginó llevar una vida normal como la que él tenía. Una vida con un trabajo mundano, con una mujer a la que amar y de la cual recibir el mismo amor, un hijo querido que perpetuara su linaje…

Pero todos esos pensamientos resbalaron de su mente al igual que el sudor y la sangre resbalaba de su cuerpo gracias al agua fría de la ducha, perdiéndose por el desagüe junto a los restos de jabón. Aquel era un sueño imposible… Ella no podría amar jamás y mucho menos ser amada; eso era algo que había aprendido por las malas a lo largo de su vida. 

Para muchos no dejaba de ser un monstruo; su sangre andarion pesaba demasiado. Eso sin contar con que nadie se atrevería a amar a una asesina.

Agitó la cabeza con violencia para alejar esas ilusiones a las que ella jamás podría aspirar y, con el movimiento de su pelo, múltiples gotas salpicaron el espejo de la pared donde unos ojos azules, fríos y sin alma le devolvieron la mirada.

Lanzó un bufido enfadada con ella misma por tener esos instantes, por pequeños que fueran, de ensoñación mientras se enfundaba el el traje de cuero negro tan característico de los asesinos.

Tras un desayuno que tragó sin demasiadas ganas, hizo acopio de todas las armas que solía llevar encima y se colocó el largo y pesado abrigo reforzado. Un nuevo día había dado comienzo y el trabajo, uno que empezaba a resultar cada vez más frustrante, la requería.

Me encontraba en la sala de entrenamiento, todas las mañanas me sometía a un intenso entrenamiento para ponerme en forma, había escuchado lo de la desaparición de Némesis, mi torso estaba bañado en sudor,  pues me movía rápido cuando aquellas cuchillas mortales pasaban, y es que a nosotros los asesinos se nos exigian entrenamientos rigurosos y aunque yo ya era un asesino de la liga aun continuaba entrenando para estar en forma.

Sentía como mis musculos se flexionaban y doblaban para esquivar aquellas portales cuchillas mientras lugego después saltaba, un holograma salió entonces de un enemigo creado de energía azulada, lo atravesé con la daga y salte evitando unas pesadas bolas que podrían haberme destrozado.

luego con una acrobacia aterricé en el suelo y salí de alli después de recoger mis cosas, ahora me daría una ducha, pues tenía aun mucho en que pensar.

El sonido de la alarma empezó a pitar, era temprano, aún así Edward llevaba ya un rato despierto. Se levantó de la cama y empezó su rutina diaria: aseo, higiene y revisar las subidas y bajadas del mercado de valores. El sistema se encargaba de darle un resumen de los movimientos importantes durante sus horas de sueño, también le lanzaba pequeños titulares medio codificados acerca de cualquier novedad relevante para el negocio. Finalmente revisaba sus mensajes personales.

— Todo en orden — se dijo a si mismo.

Llegó a sus oficinas de Precision Shipping donde su asistente le puso al día de lo que le interesaba: el seguimiento de todos los pedidos, un overview de las rutas de transporte usadas y posiciones exactas de la mercancía fletada. Silvya también le puso al día de su agenda, reuniones y compromisos lo cual aprovechó para hacer unos cambios de última hora y cancelar otros.

Silvya era una androide competente y completamente funcional en sus tareas. Confiaba plenamente en ella por eso le dijo a viva voz (nunca dejando rastro) que le hiciera un reporte sobre los últimos movimientos de La Liga y la Sentella, pues últimamente había habido movimiento y todo el mundo sabía que esos sucesos afectaban al negocio.

Finalmente revisó en otro dispositivo las ultimas posiciones relevantes de su hermano, por mera curiosidad. Sabía que si salía de la zona que él mismo había designado como "segura" el sistema se encargaría de lanzarle una alerta.

Bien, todas las comprobaciones hechas: podía empezar el dia.

Por algún motivo La Sentella llevaba un tiempo sin ofrecer tantos trabajos como antes y cada vez escaseaba más la forma de vida de los mercenarios. Normalmente y alrededor de toda la galaxia siempre se necesitaban para un trabajo u otro pero desde que apareció La Sentella muchos novatos del mundillo comenzaron a realizar encargos para ellos y el trabajo cada vez era más solicitado pero con gente mas burda y que tenía menos ''delicadeza'' para cumplir con los objetivos. 

Por eso el hecho de que estallara una guerra era algo bastante atractivo para algunos interesados, no solo mercenarios, gobiernos que querían ampliar sus territorios, organizaciones sin ánimo de lucro que necesitaban alguna que otra novedad en sus campañas. Fuera como fuese a más de uno le interesaba pero lo que no sabían era hasta que punto les iba a afectar.

Mientras hacías tu rutina en la nave tranquilamente como en cualquier otro momento, saltaron las alarmas, el color rojo intermitente apareció por toda la nave y el control remoto, comenzó a dar el aviso de que le estaban apuntando con armas de gran calibre, posiblemente de otra nave. En cuanto revisaras desde la cubierta principal quien demonios estaba intentando atacar, no pudiste creer quienes eran... tres naves de la Liga te apuntaban hacia las zonas sensibles de la nave y solicitando a través del intercomunicador queriendo hablar con el capitán de la nave.

En el momento en que acabaste con la chica que había intentado acabar con tu amo, pensaste que sería otro día más. No pensabas más allá, ni siquiera la oportunidad de escapar, ya te cansaste de intentarlo inútilmente a parte de que, aunque consiguieras a donde escapar, ¿a donde irías?¿qué pasaría con tu madre?

Ambas preguntas solo tenían una respuesta y era seguir bajo las órdenes de tu amo. Esperando que un día los liberara, aunque no era para nada realista y lo sabías pues sabías que sin ti, tu amo no tenía ninguna oportunidad con los enemigos que le acechaban. Sea como fuese, ese era el cuento de nunca acabar y no encontrabas ninguna salida...

- Muchacho, si deseas salvarte confía en mi... - una voz se oyó en tu cabeza y sabías que no era la tuya.- ...te guiaré y te diré lo que tienes que hacer, a no ser que quieras seguir sirviendo a ese maloliente ser...- esperó tu contestación mientras intentabas averiguar si esa voz te sonaba de algo pero ¿a quien podías conocer? si llevabas toda la vida de forma solitaria. Había algo en su voz que te guiaba a obedecerle casi como si del canto de una sincera se tratara. En ese momento caíste que la voz en tu cabeza venía de otro trizani y no tenía que estar muy lejos para poder realizar una conexión neuronal tan potente como para dar las frases de manera tan fluida.

Aquel día parecía uno como otro cualquiera, donde ibas a encontrarte con una intermediario de un posible cliente que quería contratar tus servicios. El bar que había escogido era uno de mala muerte, en la zona central del universo. El bar en cuestión se encontraba hasta los topes, habían todo tipo de especies, ya sean como clientes, camareras o prostitutas, era pleno día y aún así era tan fácil chocarse con cualquier ser que quisiera aprovecharse. 

Fuiste hasta la barra donde te habían indicado que te encontrarías con tu informador. Como siempre habías buscado información de la zona, por si acaso te tendieran una emboscada. Aunque aquella ocasión no parecía un pedido muy extraño, excepto por el cuál no sabías de qué se trataba. Siempre aparecía un trabajo así aquí o allí donde solo querían que llevaras o hicieras un trabajo pequeño para algún cliente que normalmente no solían utilizar ese tipo de servicios. Aunque así fuera, por costumbre no solías bajar la guardia.

Entró un ser con capucha era de tu misma estatura excepto que sobresalía casi el doble que tu por su musculatura, se acercó y se sentó en la butaca que había al lado. Te pasó una tarjeta holográfica por la barra y sin decir palabra esperó a que revisaras la información que había dentro. ¿De qué se trataba aquello?¿Le daba una tarjeta sin decir nada mas?¿Eso era todo? A lo mejor podía ser una trampa pero te parecía extraño ya que la tarjeta era transparente y no parecía tener ningún tipo de explosivo.

Seth estaría en una de las habitaciones de la nave mirando en un monitor una y otra vez las noticias de empleos y trabajos de comerciantes, ricachones y gente que suele necesitar mercenarios.

Cuando empezó a sonar la alarma de la nave miró hacia arriba con gesto sorpresivo. ¿Qué cojones?.. Y fue hasta la cabina del piloto para mirar las naves que estaban apuntando y el intercomunicador pitando, acercándose a él y comenzando una video-llamada para mostrarse y de paso ver si se mostraba el que estuviera pidiendo hablar.

- Aquí Seth Rylek, capitán de esta, mi nave. ¿Hay algún motivo para estar en vuestro punto de mira?.. risueño.

Como cada día se había despertado temprano en la mañana, apagando el despertador una hora antes de que sonara y bajado de la cama en silencio para comenzar a estirarse de forma profunda y constante cada parte de su cuerpo por unos 20 minutos. Se daría una ducha y vestiría para ir a entrenar por la mañana un par de horas.

- . . . 9:00 am

Volviendo a su recamara se ducha y viste para subirse al sofá y acostarse al no tener ninguna misión en este momento tomando el celular y revisandolo a ver si había algún mensaje pendiente.

Ted se dirige hacia el bar en que el que se ha citado con un posible cliente. Se trata de un lugar que ya ha utilizado más veces para cosas así, es uno de sus garitos habituales. Nada más entrar, otea a su alrededor para ver si encuentra algo raro. A pesar de no sentirse en peligro, se trata de un mecanismo de defensa que realiza de manera automática. 

Tras no ver nada fuera de lo común, se dirige a la barra y se sienta esperando que llegue su interlocutor. Este, a primera vista, se trata de un humano enorme. Fuerte y lento. Al menos, eso parece. Nunca se subestima un peligro potencial por su tamaño. Ted ha visto moles moverse a velocidades endiabladas. 

La verdad es que la curiosidad le pica a Ted, ya que le han citado aquí, pero no tiene ni idea de quién. Esta intriga se acrecenta cuando el gigantón se sienta a su lado y le pasa una tarjeta holográfica sin decir palabra, esperando que sea él el que rompa el silencio. Ciertamente, la situación empieza a escamarle. ¿Puede ser que sea una trampa? Ha oído de mercenarios cazados por La Liga por contravenir sus intereses. ¿Será este el caso?

Elex miró a su alrededor. Tardó un poco en asimilar que esa voz venía de su cabeza. - ¿Puedes ayudarme?¿puedes salvar a mi madre?... - Preguntó a la voz. Trataba de no mirar a Dexton, que seguía a lo suyo, pero en cualquier momento regresaría con su captura.

... -¿Que debo hacer? El chico estaba nervioso, sudaba. No se esperaba aquello, pero estaba listo para seguir las indicaciones del que había deducido era alguien como él, un Trizani. Esperaba que no fueran solo imaginaciones. Un juego de su propia mente. Esperaba que aquello no pusiera en peligro a su madre.

Mientras realizabas la llamada rutinaria a Arthur, podías ver las últimas noticias sobre La Liga y que La Sentella cada vez tenía menos trabajos para los contrabandistas. Fueron pasando los segundos y los minutos y extrañamente Arthur no contestaba a tu llamada. ¿A lo mejor estaría en alguna misión? No podía ser... aquello daba muy mala espina.

En cuanto saliste de la nave a pasear, pudiste notar como alguien en el muelle de carga te estaba observando. Cualquiera podría haber pensado que era una coincidencia hasta que después de recorrer varias calles caíste en la cuenta de que alguien te estaba siguiendo. Su apariencia no se distinguía ya que llevaba puesto una gran túnica negra y no podías ver su uniforme, ¿podía ser de La Liga por su vestimenta negra?¿u otro enemigo que podría haber generado en una misión anterior? Sea como fuese, aquel ser te estaba siguiendo y no parecía tener buenas intenciones. 

Tenías que actuar y te encontrabas alrededor de un mercado, podrías intentar despistarle o incluso llevarle a algún callejón sin salida y preguntarle directamente pero tenías que decidir rápidamente ya que el encapuchado comenzó a acelerar el paso y en unos segundos te alcanzaría. No se cortaba en empujar a la gente para no perder tu pista por lo que una cosa tenías clara y era que necesitaba cogerte fuera como fuera.

La gran nave central de La Liga se encontraba camuflada en algún punto desconocido para todos los tripulantes o para los que estaban encarcelados, pues esta nave llevaba un sotisficado escudo de camuflaje y al estar siempre en movimiento se desconocía su posición exacta. En la nave se encontraban un total de 1000 tripulantes y 300 prisioneros prácticamente podía pasar desapercibido como un satélite o un planeta pequeño. Sea como fuese todos los presentes en la nave se encontraban nerviosos por los últimos rumores que recorrían debido a la credibilidad de La Liga y que algunos de los mandamases querían desistir de sus puestos, si eso sucedía era claro que La Liga se desmantelaría. 

Habían pasado algunos años desde que Némesis había dejado La Liga y aún seguía afectando a la estructura el que uno de sus mejores asesinos hubiera abandonado el puesto y encima siguiera con vida en algún lugar del universo por que lo que más rabia le daba a la organización no era que Némesis abandonara su puesto si no que no hubiera recibido el castigo adecuado. Lo cuál significaba y daba a entender a muchos gobiernos y otras organizaciones que La Liga estaba perdiendo su capacidad de actuación.

Una alarma comenzó a sonar dentro de la gran nave, una alarma sonora y de color amarilla comenzó a aparecer por las paredes, en señales en el suelo solicitando a todo el personal que se reunieran en el hangar principal. Desde hacía mucho tiempo, no se había convocado una reunión tan grande y con todos los cargos de La Liga que estaban presentes. En el Hangar todos se ubicaban según sus posiciones se distinguían sus uniformes aunque el color negro bajo el suelo plateado del hangar daba mucho contraste. A ninguno de los presentes se les ocurrió abrir la boca en ningún momento, ya que algunos de los asesinos mayormente conocidos y con mayor poder en La Liga se pusieron alrededor de los tripulantes casi como si estuvieran yendo al patíbulo y querían evitar que escaparan.

Una gran pantalla se iluminó en la parte alta del hangar y todos levantaron su cabeza casi como si estuvieran programados para hacer ese movimiento al unísono. En la pantalla apareció el logo de La Liga y una voz muy distintiva y única comenzó a hablar dirigiéndose a todos los presentes.- Hasta el día de hoy...- se oyó claramente la voz del líder de La Liga.- ...hemos luchado por enfrentar a todos aquellos que amenazan la paz en todo el universo pero parece ser que los esfuerzos que hemos hecho hasta día de hoy no han sido suficientes y no han sabido recompensarnos adecuadamente por nuestros sacrificios. Por ello se activa de manera inmediata y en todas las delegaciones el comando Gamma...- a más de uno de los presentes se les escapó alguna expresión de incredulidad ante tal orden. El comando Gamma era una estrategia que había establecida como último recurso por La Liga y que estaban en los contratos que tenía La Liga con el resto de gobiernos y organizaciones por si ocurría un desastre sin precedentes.- como bien sabéis, es hora de que La Liga unifique el universo de una vez por todas y se establezca como el único gobierno viable....- era cierto que La Liga tenía suficiente poder, ya que la mayoría de gobiernos tenían contratos con ellos pero ¿lo aceptaría así nada mas? En los manuales de iniciación en los que aparecían los diferentes comandos y órdenes que podían recibir este era el peor de todos. Básicamente se establecía la ley marcial en todo el universo, no se podían hacer operaciones de transporte, política, viajes, etc. Los gobiernos que se sometan a esta ley marcial entrarían en conflicto y aquello significaría otra guerra intergaláctica, razas exterminadas, economías destrozadas, hambruna, miedo y sobre todo muerte...

- ¡Eso es una locura...! - grita un hombre desde su puesto. Lo que había gritado era lo que todos pensaban, era convertirse no en justicieros sino en terroristas que amenazan la vida en el universo. Las órdenes de este comando era que los gobiernos que no aceptaran esta condición, serían destruidos y abolidos sin ningún tipo de piedad. El hombre no tuvo tiempo de decir nada más para cuando su cuerpo se cayó al suelo y su cabeza salió disparada hacia otro extremo.

Scarlet era una de las mejores asesinas de La Liga, su cabello rojo como la sangre la delataba y la daga ensangrentada como siempre solía aparecer después de todos sus escenarios.- Ahora volved todos a sus puestos y si alguien se opone, ya sabe a lo que le espera...