Partida Rol por web

Heinrich reflexionó toda aquella noche, mientras no le daba el sueño, sobre las palabras del profesor y de Laurien, al mismo tiempo que divagó sobre sus propios pensamientos. Le dio muchas vueltas. Muchas.

Tras levantarse y empacar, reanudaron camino, y aprovechó la frescura que otorga la mañana al cuerpo y a la mente para plantear sus divagaciones en alto al resto del grupo.

-He estado dándole vueltas a toda la información que tenemos. Hay dos posibles escenarios. El primero que la situación en Novokovo sea resultado de la mente humana: una serie de desdichas naturales que los habitantes del pueblo no son capaces de asimilar o explicar y buscan la cabeza de turco en lo maligno, o bien que realmente estemos ante una bruja realmente poderosa.

El explorador dejó unos segundos la opinión en el aire, como para que asentara en el grupo.

-Dicho esto, saber esos nombres que aparecen en su libro, puede ayudarnos bastante de entrada. Lo que no tengo tan claro, es si anunciar de primeras nuestra identidad de inquisidores es beneficioso o contraproducente. Descubrirnos nos facilitaría la ayuda de quienes nos reclaman, pero nos pondría como objetivo de la bruja de haberla, y obviamente, se cuidarían mucho de dejarnos pistas. No hacerlo, quizá nos de uno o dos días de margen para observar como si fuéramos gentes de paso. Para lo segundo, sugeriría que la Señorita Laurien fuera una dama de buena familia acompañada por su tutor, el profesor, su guardaespaldas, rostro de plata, y un guía, que sería un servidor. Quizá incluso las dos juntas. Presentarnos los hombres de armas como inquisidores y tanto Laurien como Cornelius como viajeros. Eso si, tendríamos que llegar separados de tiempo. Al menos medio día. 

Todo esto he estado pensándolo pero no consigo esclarecer nada como mejor opción. Todas me parecen buenas. Todas me parecen malas.

-¿Qué opináis, compañeros?