Partida Rol por web

Respondiendo a la invitación, sube al escenario con un ágil salto, poniéndose de pie junto a Kevin.

A pesar de algunas similitudes, es importante la diferencie entre el porte de los dos líderes. El uno atrae con un suave encanto. El otro se impone con una fuerza más salvaje.

-Buenas noches a todos. Antes que nada, agradezco a Kaos por aportar el lugar, y a ustedes en general, por asistir.

Hace una pausa, mirando a las tres tribunas tras su gesto algo demagógico.

-No necesito recordárselo, pero muchas veces estamos divididos, por ideas o metodologías diferentes en lo que predicamos. Igualmente cuando es necesario, nos plantamos juntos. Hoy es una de esas veces.

-Voy a ir rápido al punto, hoy no vine a hacer patria. Como algunos de ustedes sabrán, desde hace poco tiempo en el interior ha habido desapariciones. No me refiero a las de siempre… la típica deprimida que sale a tomar el sol, o el boludo que duerme al raso. No. Hablo de grupos y bandas enteras que una noche estaban… y a la siguiente nada. Lo sé porque me ha tocado, con amigos cercanos. He investigado por mi cuenta, y al parecer, la Camarilla está detrás de todo esto. No sé cómo, no sé por qué, y no sé QUE planean. He ahí el motivo de la reunión.

-Algo que si se, es que muchos de ustedes todavía están en contacto con los hijos de puta que nos hicieron. No los culpo. Cada quien tiene sus razones. Pero capaz en eso hoy gracias a eso, tengamos la respuesta al misterio. Algo, incluso un rumor, sobre lo que en verdad está pasando. Porque una cosa si es segura.

Alza el índice derecho, como señalando al cielo, o más bien, un punto importante.

-Ellos se creen los que mandan. Y mueven las cuerdas, como un pendejo jugando con la guitarra de papa. Pero lo que sea que tengan en mente, nos afecta a todos.

Muchas veces he conocido la incómoda sensación que sigue a unas palabras bien dadas y al silencio que se propaga después de ellas, y lo mismo que viví en esos momentos lo vivo ahora tras el discurso del Che. Ciertamente lo que había dicho iba dirigido, si se podía decir así, a los corazones de todos los cainitas presentes. Era claro el mensaje de "cualquier información que ocultes podrá costarte el culo". Después de todo era cierto, todos estamos en el mismo saco. Como mi manada, y muchas otras, podríamos desaparecer de la noche a la mañana sin hacer nada para interponernos ante los hijos de puta que están detrás de esto.

¿Quién será el primero en levantarse y hablar? Es más, ¿habría algún valiente entre los presentes que se atreviera a dar la cara? Contento una risa sarcástica: ¿podría considerar la valentía una característica vampírica cuando nos pasamos ocultando hasta del más nimio rayo de sol como unos bebés de pecho? A ver qué pasa...

Murmullos se levantan aquí y allá por todo el recinto. Pero nadie parece juntar valor para responder a la consigna de Ernesto.

Bien por miedo, bien por ignorancia, bien por sus propios designios. Ustedes saben que algunos de aquí tienen claves que pueden ayudar, quizás. Pero no parecen juntar lo necesario para alzar su voz.

Dentro de la misma tribuna que se encuentran, notan que los más observados son los mismos compañeros de grada… es decir, la barra de Ramiro.  ¿Acaso los “chetitos” son más importantes? ...

Miró el cuchilleo sin poder evitar fruncir el ceño. ¿No podían ser más obvios? No sabría decir que tan visibles estarían para los demás, o incluso para el Che, pero cualquiera con dos dedos de frente podría darse perfecta cuenta de que estos tarados están ocultando algo. Mis manos se hacen puños sobre mis rodillas, con rabia. De buena gana me levantaría y les partiría a esos malditos la cara hasta que sacarán letra por letra su secreto.

Estaba claro que algunos de aquellos vampiros se estaban callando información importante. Lo que no quedaba tan claro era si se callaban por temor a la reacción del resto o porque no estaban totalmente seguros de que su información fuese fiable.
De cualquiera de las dos formas Selina tuvo claro qeu si determinadas actitudes le habían llamado la atención a ella era totalmente imposible que Ernesto lo hubiese pasado por alto.
No obstante tampoco ella se atrevió a reaccionar, no estaba segura de como debían desarrolarse las cosas a partir de este punto, pero tenía claro que no quería volver a enfrentarse a Ernesto, y actuar de forma inadecuada podía desatar su ira.
 

La mayoría de los miembros de la barra de Yum no parecen más o menos alarmados que el resto, aunque conservan una calma y modales que sin duda otros más novatos (o sencillamente menos educados) no tienen.

De hecho, en ese momento comienza una peleíta en la tribuna autarca, donde un par intercambian empujones. Pero asimismo ven a uno de los muchachones que Lucas y Selina conocieran, caminando hacia allí con paso pesado y toda la pinta de poner orden.

También notan un movimiento curioso a su lado. Una chica se inclina, como agarrándose el vientre. A su lado está un morocho vestido de negro, de aspecto vigoroso, que ya ayuda a sostenerse. Como si estuviera debilitada o herida. Tiene un celular en la mano.

Es la misma mujer que vino con el tal Ramiro, se percatan, la última en llegar......

Sí, realmente el Che no se había equivado al decir que alguno, o varios, de los de aquí tenían una información importante sobre lo que está sucediendo. Las miradas lanzadas de reojo y las peleas son claros signos de ello. Pero más que prestarle atención a los murmullos o vigilar como termina dicha peleita, mi mirada se desvía por esta mujer. ¿Qué le sucede? ¿No estará acaso fingiendo? No lo sé, pero su comportamiento me causa mala espina, como si esta estuviera ocultando algo.

Era evidente que algo raro pasaba. Ernesto no se había equivocado, los últimos movimientos en las gradas cercanas delataban a más de uno de los presentes.
Y esa mujer, ¿acaso estaba herida?.¿y porqué? tal vez la hubiesen atacado.O puede que se hubiera enfrentado a alguien para sacarle información.
No entendía muy bien porque había tanto secretismo. Si todos estaban en peligro...¿ no era mejor que todos dijesen lo que sabían?, Selina no entendía muy bien todo aquello a si que decidió esperar a que alguien con más experiencia que ella actuase.
 

De pie en el escenario, Ernesto aguarda con paciencia, cruzado de brazos, evaluando a la población. A sus ojos es mucho más sencillo para separar los que están sorprendidos de los que lucen nerviosos, o peor aún, tranquilos. 

Resulta obvio que nadie sería tan estúpido de pararse y hablar, llamando toda la atención sobre sí. Lo único que quería era crear el ambiente. Ahora es el momento.

-Cálmense. +ordena suavemente, sin muchas ganas en verdad, solo para imponerse por la voz+ Sé que sin duda les debe costar expresar estas cosas. Les propongo algo. Ahora, Ramiro, Kevin y yo estamos acá arriba. Que los encargados apaguen las luces. El que quiera hablar, solo tiene que arrimarse al escenario y comentarlo en la oscuridad con nosotros. Nadie tiene porque verlo o saber quién es.

Tras aguardar unos segundos que la idea cale, hace una seña, y los reflectores se apagan con un mecánico chasquido. La luz se torna amarillenta un segundo y rápidamente se desvanece, dejando todo sumido en las sombras...

¿Alguien se movera?

Tan pronto como las luces se apagan me pongo en tensión, con todos mis sentidos alerta. Cualquier chasquido, roce de tela, incluso el más leve suspiro, quiero captarlo todo. Tal vez no pueda ver, pero sí intuir, adivinar el rostro de aquel - o aquella - que sabe lo que está sucediendo, que tiene alguna pista de donde está mi manada y muchas otras. Y si notó algo, a alguien que a pesar de toda la "buena voluntad" que se desprende de los mayores, ni se acerca a contar su versión de los hechos, ¡tanto peor! ¡Se las tendrá que ver conmigo!  

Se apagaron las luces y algo en el cerebro de Selina se encendió casi al instante. Sabía lo que era, era aquella curiosidad insaciable que habitaba en su interior y que habitualmente le metía en problemas.Sin embargo no podía escapar de ella, se dejó seducir por aquella voz en su interior.Sabía que no estaba permitido pero no podía resistirse, agudizó cuanto pudo sus sentidos intentando escuchar algo, era seguro que algunos de los presentes tenían más información de la que compartían con el resto.

Sebas tras la actuación de Kevin se había quedado extasiado escuchando los bibratos y la melodía, tardó en recuperar la consciencia pero poco a poco fué recuperandose y percatándose que había caído en el embrujo de la música de aquel tipo.

Luego todo se vuelve normal, los gritos y aplausos por la actuación sacan a Sebas de estado catatónico en el que se encontraba para escuchar la pequeña introducción a su lider Ernesto. Las palabras de éste vienen a animar a la revelación de los conocimientos de los presentes, lamentablemente estas palabras no parecen tener el efecto deseado y lo que provoca es que todos miren a un lado y a otro observando espectantes a que alguién eleve la voz, pero no parece que nadie esté por la labor.

Sebas observa a una chica que aguanta el móvil a pesar de estar sufriendo los efectos de alguna herida, curioso que asista a la reunión estando en ese estado y encima es del grupito del tal Ramiro pero no sabe a que se puede deber

Ernesto propone el anonimato para favorecer las revelaciones por lo que solicita que apaguen las luces. En el preciso momento que esto sucede Sebas activa Auspex y comienza a moverse hacia la otra bancada donde se encuentran los anarcas. para poder ver si alguién se motiva en la oscuridad pero los movimientos de la gente confirman su suposición de que si cualquiera que haya decidido ser prudente cuente con que en la reunión muchos posean sentidos que les permitan ignorar la oscuridad.

Los dos tienen sus razones diferentes y también actúan así. Mientras uno permanece en la tribuna en guardia, el otro se mueve hacia donde está la banda de Kevin. Uno confía en sus sentidos y el otro recurre a una ayuda sobrenatural. Pero lo notan.

Ahí en el espacio vacío, caminando hacia la tribuna donde están los grupos de Ramiro y el propio, el del Che.

Un par de brillantes ojos verdes que se aproximan. 

La oscuridad apenas mejora un tanto al agudizar tus sentidos. Los murmullos todavia son predominantes, incluso aunque ahora se oigan mejor, pero todavia demasiado bajos para captarlos. Aparte, tus compañeros cercanos son de los pocos que guardan un gran silencio.

Lo que si notas es a Sebas separandose y alejandose hacia el sur. ¿Que esta planeando el loquito?

Ante la visión de aquellos ojos verdes mis nervios se tensan. ¡Si tan sólo tuviera la capacidad para escuchar, para dilucidar lo que este o esta le contará al Che! Pero solamente puedo imaginar los términos de la conversación, entrever lo que se dirá, y, en una actitud casi infantil, cruzar los dedos para que de la boca de este cainita salga la verdad que nos lleve a dilucidar este misterio, y que me ayude, sobre todas las cosas, a encontrar a mi manada.

Si tan sólo pudiera ver, pienso para mi capote, podría hacerme una idea de a quien debo dirigir mi atención...

Sebas contempló esos ojos verdes que se movían entre las gradas, "Que mierda era eso". Observando a los de un lado y a los del otro esperó a ver si alguien también lo veía y reaccionaba contra ello o al menos otros también los veían. No quería ser el boludo que lanzara el grito de alarma sin estar seguro de quien eran aquellos ojos.

A pesar de haber aumentado sus sentidos, la oscuridad es oscuridad, y Sebas solo tiene vagas sensaciones de los que le rodean. No puede decir con certeza si alguien más vio o noto aquellos ojos verdes. Pero ninguno otro de los presentes parece tener aquel rasgo.

De todos modos la inquietud que él y Lucas comparten (sin saberlo) pronto tiene motivos para aumentar. Los ojos no van hacia el escenario.

Se están moviendo hacia ésta tribuna. Concretamente, hacia donde estaban los chicos de Ramiro y su acompañante. Y lo hacen con una seguridad que no deja a dudas su habilidad para ver en las tinieblas como si nada. ¿A dónde está yendo? ¿O hacia quién?