Partida Rol por web

Selina estaba muy  confusa, su mente la dividía sin querer entre ayudar a Sebas y lanzarse contra el jaguar al que estaban atacando sus compañeros.
¿Y si no era capaz de decidirse?Su mirada brincaba, de Sebas a Pablo, de Pablo a Sebas...Tenía que hacer algo por ellos, lo que fuera; trató de organizar sus pensamientos buscando en su interior alguna idea que le diera la clave para ayudar a sus compañeros.
Sebas está muy mal, de momento los otros mantienen el tipo, pero...¿Cuanto más lo conseguiran?Una vez se encuentran en el quicio de la puerta deja a Sebas apoyado. -Tu puedes salir de esta...le susurra al oído.-Aún nos quedan muchos juegos por hacer.

Sebas se revuelve incómodo cuando ve la dirección a la que le llevan sus hermanos y comienza a balbucear:

-Pero boludos qué hacéis!, tenemos que dar chance a Lucrecia, Pablo y Ernesto... Volved o dejadme un arma y cerca de ellos así al menos entretendré a esos bichos! No podemos dejarles ahí...

Ernesto estaba ahí, no había oído, quizás ni la había escuchado, pero el muy cabrón lograba enfrentarse de igual a igual contra esas cosas, de todas formas, no podía cantar victoria respecto a él, esas cosas eran demasiado fuertes, demasiado, ¿pero, qué eran? Aún es pregunta la rondaba, pero esa idea debió irse de su cabeza, estaban todos ahí, rodeados por los jaguares, debía actuar lo más rápido posible, pero ahora el dolor se incrementaba, Tragó saliva, y empujó a los que estaban detrás de ella, abriendose paso, usando toda la voluntad posible para escapar, y además, usar sangre para acelerar, debía moverse lejos de ellos, buscar a Ulises, o simplemente escapar.

-Sebas, quédate aquí. Voy por la furgo y voy a arrasar con todo esto. La voy a meter hasta el fondo...dicho esto se dirige al esterios, va corriendo hacia la furgoneta.

Tan pronto como llego al lado de Sebas lo ayudo a conducirse hacia la salida, a la que hasta hace un momento intentaba abrir. ¡Espero que los tarados esos hayan abierto la puerta! Mientras ayudo a mi compañero, me fijo en su heridas, y una mueca de disgusto returce mi boca. Una parte de mí se siente miserable: si hubiera seguido mis instintos de compañerismo y no los de supervivencia, quizá hubiera podido evitar el ataque.

Cuando llegamos a la puerta, ayudo a apoyar a Sebas contra ella. Al comentario de mi compañero me rió, a la vez que levantó mis manos:

- ¡Las únicas armas que tengo son estas! - digo, mirando a mis puños. - ¡Pero si te los doy, no tendré con qué defenderme! Lo mejor será es que te quedes aquí.

Y dicho esto, me largo de allí a la carrera, en busca de Agustín y de los demás.

A duras penas logras abrirte paso entre los anarcas que se aglomeran, aunque poco a poco van quedando menos… Los jaguares no los destruyen a todos de una vez, pero sus garras los incapacitan, y como bien sabes la vitae es inútil para curarlas sin un inmenso esfuerzo y tiempo… cosas que no poseen.

Pero gracias a tu voluntad consigues escapar e interponer a varios en tu camino. ¿Ahora por donde diablos salir?

-JAVIERA!!

El grito de tu nombre llama tu atención hacia la izquierda… y ves a Ulises, con la camisa rasgada y las marcas del jaguar en su pecho velludo. Herido pero todavía vivo (en sentido figurativo), quien te llama con la voz y las manos en su direccion… Solo que su imprudencia también atrae la atención de los jaguares! 

Selina sale por el pasillo detrás del galpón a buscar la furgoneta, aunque desgraciadamente tendrá que dar toda la vuelta al recinto. Delante de ella a unos metros, van otros que lograron abrirse paso por esa puerta.

El corredor es muy estrecho, apenas de metro y medio,  y cuesta avanzar por el en su oscura penumbra, solo vagamente iluminada por los ocasionales rayos y las nubes purpuras.. Desechos de toda clase se apilan, antiguos y nuevos, en este pequeño muladar improvisado, estorbando a cada paso. Hacia su izquierda se encuentra el muro limítrofe con los terrenos circundantes, una pared de ladrillo sin revocar, de unos 3 metros de alto, coronada con botellas rotas. Se podría intentar treparla de alguna forma, aunque quien sabe a dónde dé.

La lluvia que cae no mejora las cosas. Su cuerpo se empapa, y muy pronto estará hecha sopa. Vamos… que una noche magnifica para ambientar cualquier peli de terror. Monstruos incluidos. 

Mientras Selina se adentra en la oscura penumbra del pasillo trasero y la tormenta que se bate afuera, Sebas queda en la puerta a la espera. Lamentablemente no tienen nada que dejarlo para ayudarse, pero al menos ya sabe que no está solo.

Lucas revisa entorno pero no encuentra nada viable que usar de arma. Las botellas de plástico y los barriles o no hacen daño o son demasiado. Quizás podría tomar algún fierro del escenario, pero no hay tiempo para desatornillarlos, y no será fácil sacarlos a pulso.

Son sus manos o nada. Las mismas que puliera en largas noches norteñas con David… 

La pelea continua, pero tanto el que lucha con Ernesto y los suyos, como el otro, escuchan el grito de Ulises. Un nombre. Justo el que venían buscando.

Dos pares de ojos verdes y felinos se apartan de la lucha, buscando con la mirada tanto el origen de la llamada como a su destinataria. La verdad las cosas están saliendo de maravilla esta noche. Ni una baja y ya han acabado con tantos… Pero la cabeza de esa será el premio de la victoria completa.

La prueba definitiva, de que al igual que las otras, nadie escapa de ellos al final. 

Aquel grito, el dolor, las ganas de huir, y aquel grito, nada se podía hacer contra esas criaturas, ni un numero de vampiros considerable le pudieron hacer frente, aunque claro, la mayoria intentó escapar, ella quizás si hubiera intentado luchar, que va, ya estaría muerta. Pero escucha ese grito, así como todos los demás, pero había una esperanza.

Ya había consumido sangre, su cuerpo estaba acelerado, una sensación de ligereza, la vampiresa corrió desde su posición hacia Ulises que había ido por ella, "bastardo, te dije que te fueras", le diría si se salvan, pero agradecía que así fuerza, pero aún estaba sufriendo, herida, así como él.

Nadie saldría incólume de ese ataque, ataque que desatará la guerra, porque los Brujah no se quedarán sin responder, aunque hayan sido mermados de esta manera. Javiera sujetó su vientre, algo le decía que iban detrás de ella, un sentido yoista que ahora era desagradable.

- co...corre...- fue un grito entrecortado, mientras avanzaba usando la celeridad hacia él, tomaría su mano, y de ahí lo seguiría, pero seguramente los jaguares también. La sensación de que sería una linda noche para morir, se le hizo presente, lástima que no había vuelto a pisar su amada tierra.

Sintiendo aún la llamada del vínculo que comparte con sus compañeros Selina se siente alentada a ayudarles sea como sea.
De su cabeza no se va la idea de empotrar la furgo contra la nave y abrir brecha, tal vez vió demasiadas pelis de acción cuando era humana, tal vez estuviera sobrepasada por la gravedad de la situación en la que se encontraba o tal vez, simple y llanamente sentía miedo.
Maira le había prometido una vida de juergas, sangre, dolor y diversión sin límites. Y ahora el telón había caído de forma trágica presentando frente a ella la terrible realidad. Todo había sido un engaño, incluída la inmortalidad y ahora tenía que luchar por sobrevivir y por ayudar a sus amigos.
Continuó como pudo caminando por el estrecho callejón, ¿que cojones era toda esa mierda?Necesitaba llegar cuanto antes a la furgo, trató de recordar si había visto al Che guardarse las llaves en el bolsillo o si las había dejado puestas, ¿ y si no podía arrancar? demasiado tarde para plantearse semajante cuestión...

Los jaguares fijan su mirada en vos y el que venía tras de ti abandona el cerco para perseguirte. Una pobre rubiecita que rodeaba se cruza en su camino… y el felino intenta apartarla de un manotón.

Pero la chica es más resistente de lo que pareciera y se ataja con los brazos! Un gesto vano de una desconocida, pero que te gana segundos valiosos para aproximarte a la salida…

También ha pasado otra cosa que cambia el panorama. Al abrirse el cuádruple cerco, muchos de los jóvenes quedan aprovechan y corren a la parte posterior, aunque por el otro lado. Un grito agudo les llama.

-¡POR ACA, A LA PUERTA AL PATIO! +en un tono levemente femenino pero animoso. Kaos probablemente, el grito tiene su deje. Al parecer hallaron otra salida! Aunque no algo que podas aprovechar en tu estado, o quizás si…...

La oscuridad frente a vos se rompe de improviso y la pared del costado se ilumina, cuando otra puerta se abre unos cuantos metros más allá. Alguien sale, pero apenas le ves, ya que de inmediato dobla la esquina para encarar el segundo pasillo, el que da a la calle.

Tus predecesores continúan y siguen ese camino, para encarar hacia la calle, salvo uno de los vástagos que se asoma dentro. Entre la lluvia, lo oyes animar adentro..

-VENGAN POR ACA!! KEVIN, LLAMALOS!!

En un principio parecía muy sensato fugarme, pero ahora estoy más lejos de la salida que nunca. Ese vínculo que me ha unido a los demás se ha apoderado de mí en el momento quizá más propicio; y ahora, cuando tan dispuesto estaba a fugarme, me acercó a la carrera a eso de lo que trataba de huir. Y lo peor - ¿o lo mejor? - de la situación es que sólo cuento con mis puños contra estas bestias para salvar a mi compañero. No quiero terminar como Sebas, así que lo mejor será que mantenga la guardia, o un perfil bajo, o lo que sea mejor. Más le vale a Agustin estar entero.

Un rápido trote te lleva de vuelta hacia el escenario, y a ver el panorama. En unos escasos segundos, las cosas parecen haber cambiado.

Abandonando el intento por salir  del frente, los anarcas corren mayormente hacia la parte derecha del local. Pasando por detrás de donde el Che y su gente están peleando, hacia alguna salida… Cubriéndose cobardemente tras los valientes que si pelean.

Pero no todos son así. Cerca de ti viene una parejita,  una mujer atractiva aunque de aspecto más maduro que lo normal, con un muchacho elegante. Los dos tienen sendas heridas en sus cuerpos, sin duda del jaguar, y cojean lastimosamente. Pero se ve que ya estuvieron haciendo lo suyo.

Más allá, ves porque escapan hacia este lado en vez de con los demás. Dos de las bestias están encaradas en esta dirección. Pero algo las detiene. Son Agustín y Fabiana!! La tetona no parece hacerlo adrede, es más un bollito frente a la enorme figura, que se taja de su furia en tanto le estorba el paso. Pero Agustín está plantando cara muy a lo guapo, el solo contra uno, junto a la tribuna Sur…

Selina no sabía muy bien que estaba pasando. Alguien salió y les dijo que volvieran a entrar.
De nuevo sintió como la sangre le llamaba hacia el interior de la nave, hacia sus compañeros; pero su cabeza le gritó de nuevo.Estaba claro que en el cuerpo a cuerpo no tenían nada que hacer, el único que podía hacerles frente era Ernesto, tal vez alguno más, pero en general lo tenían todo perdido.
La furgo, necesitaba entrar ahí con algo nuevo, si volvía a entrar sin nada más no habría servido de nada haberse alejado de ellos.Tenía que hacer algo para ayudarles, algo que mereciese la pena el riesgo.
Continuó caminando por el callejón, no tenía intención de volver a entrar.No sin un plan b, no sin algo que ayudase al equipo.

Muchas veces he parecido estúpido ante los demás, y hasta a veces me lo he parecido a mí mismo. Lo que me propongo hacer es una estupidez, una muy grande, pero heme aquí, corriendo en dirección a una muerte segura, llevado sólo por el deseo de ayudar a un compañero, por el que siento gran afinidad. En mi camino me encuentro con muchos cainitas que, como yo una vez, trataban de huir de aquel escenario de muerte, y verlos me hace pensar por un momento si no debería sacar la parte cobarde en mí y huir como ellos. Pero ver a la pareja herida que les sigue me devuelve a mis cabales. Este no es el momento de dejar a los amigos a sus expensas.

Cuando repentinamente me encuentro con Agustín me quedó con la boca abierta de par en par. ¡Hay que ver con este! ¡Peleando como si fuera algún semidiós a esos dos jaguares! No, definitivamente no puedo dejarle pelear solo.

Me acercó a mi compañero, y apoyando la mano sobre su hombro le digo:

- Vamos a acabarlos, amigo.

Ya había llegado a ese punto, pero se daba cuenta que estaban detrás de ella, querían acallarla, Javiera de dio cuenta que lo que sabía importante, y claro,tan importante que le costaría la cabeza. El conocimiento es peligroso, ¿cuanto conocimiento es necesario para estar a salvo?. Llegó al lado de Ulises,el que estaba lastimado como ella.

- a...apenas...puedo caminar - le dice con ojos suplicantes,y se tomó de su mano para avanzar lo más rápido que pudiera a la salida que se abría, pero una vez fuera ¿qué?, ella seguía herida,los jaguares seguirían detrás, Javiera se mordió el labio inferior y volvió a usar sus habilidades para avanzar lo más rápido posible, pero en su caso solo era caminar más rápido- ¿me... me cargas? - le alcanza a preguntar a Ulises, mientras logran avanzar hacia la salida que se estaba abriendo.

Pasas la salida y vez de reojo que hay un pelotón viniendo hacia esa puerta… Como van a arreglarse en el estrechito callejón delante, ni puta idea. Por suerte vos estarás primero.

El que sigue no es mejor que el anterior, todo lleno de basura que hay que sortear, estorbando la marcha. Y entonces para peor, ves que los que están delante aminoran el paso. Alguien grita… Todavía falta un buen trecho para volver a la calle.

¿Qué mierda ahora?