Partida Rol por web

¿¡En que puedo servirte, amigo!?...

-"Os dejaré la lista de precios... ¡Hey!.. ¡Spyrius!... ¡Viejo amigo!... Ustedes disculpen enseguida vuelvo..."-

El fornido tabernero se disculpa brevemente y se dirige hacia una de las mesas donde un anciano parroquiano se sienta a platicar pidiendo vino puro.

Phaedrus deja la lista de la comida y bebida sobre la mesa de madera tallada burdamente.

Comida

Maza (Tostada de centeno cocida)....................... 5 Dracmas
Pan .................................................................7 Dracmas
Queso .............................................................10 Dracmas/kg
Fruta ...............................................................8 Dracmas/kg
Frutos secos .....................................................10 Dracmas/kg
Verduras ..........................................................15 Dracmas/kg
Aceitunas .........................................................10 Dracmas/kg
Carne de cerdo .................................................13 Dracmas/kg
Cordero ...........................................................20 Dracmas/kg
Pescado ...........................................................13 Dracmas/kg
Caldo negro (en Esparta).................................... 10 Dracmas/kg
Miel ..................................................................18 Dracmas/kg

Bebida

Kykeón (Bebida espirituosa).................................. 6 Dracmas/litro
Agua ..................................................................2 Dracmas/litro
Leche de cabra ....................................................4 Dracmas/litro
Hidromiel ............................................................5 Dracmas/litro
Vino ...................................................................8 Dracmas/litro

-¡¡¡Vaya Phaedrus!!!... !De cuando acá dejas entrar a prostitutas al lugar jajajajaja!... Gritonea burlón el obeso comerciante al ver entrar a una mujer a la taberna, mientras un chiquillo rubio, de ojos azules y hollín en las mejillas asoma la cabeza temeroso debajo de la cortina de juncos secos entretejidos a la entrada de la posada.

-Ese es el tipo que te comenté Malco...- Dice Axys en voz baja mientras toma el vaso de vino rebajado con agua dandole un pequeño sorbo y luego le da una mordida al pan con queso servido a la mitad de la mesa. -Estaba con Ahirom por la mañana vendiendole varios animales en su tienda, 10 cabras si no mal conté...- agrega con la boca llena de pan mientras finge voltear hacia otro lado...

El casco corintio brilla a un lado del enorme trozo de cordero asado con aceitunas y una hogaza de pan de trigo con una rebanada de queso y un enorme vaso de vino puro.

El hoplita no se inmuta al escuchar el grito del ebrio comerciante y sigue comiendo sin prestar atención al altercado que está por suscitarse.

Colocando algo de atención a lo que dice ese gordo... "¿Y es que no se incluyen en el menú?"

-¿Espera, que me dices? Hago sinapsis eso es un buen dinero. Digo manteniendo atención a que alguien indeseado nos esté escuchando.

-No hables con la boca llena, que casi no se te entiende. Actuaremos en cuanto nos den la oportunidad, sea cual sea el momento nos mantendremos atentos, ¿actuamos de noche? durante la mañana no es algo usual, no todos se atreven a algo así.

-Oye oye, tu no vas a ningún lado, y mas te vale que vuelvas aquí en este momento, o te juro ...vuelve aquí insensato.- Tomé al niño una vez mas por el brazo, y tras un breve forcejeo, le dije mientras se debatía por salir corriendo, le había prometido una comida al chiquillo y no lo iba a dejar irse sin pagarle. -Que demonios tienes miedo, estás conmigo chiquillo tonto, además ya estás en edad de hacerte hombre.- lo metí de un tirón conmigo a la taberna, y entonces escuché un comentario bastante ...un momento...me acaba de llamar prostituta?...he hecho de todo en mi vida menos prostituirme, por que para eso se necesita cobrar, y yo no cobro, lo hago por gusto...o bueno casi siempre por gusto.

Miré de donde habia salido la voz, un hombre gordo e inmenso comenzó a reirse, tomé la mano del chiquillo entre las mias y musité muy quedamente. -Al menos no tan hombre como ese gordo.- Caminé enderezandome y sacudiendo mi larga cabellera negra que caía hasta la altura de mi espalda, con el aire digno y elegante que todas las sacerdotisas de Hestia teniamos, y no me digne siquiera a voltear a verlo, le indiqué al chiquillo que se sentara en una mesa cerca de donde el tabernero entraba y salia con los platillos y las bebidas, parecía que no iba a decir nada, me senté lentamente en la silla, y entonces me puse de pie de un salto, encarandome con el hombre obeso, extendí mi mano hacia el, y lo apunte con el dedo índice mientras le gritaba.

-DESDE EL MOMENTO EN QUE LA PROSTITUTA QUE TENÍAS POR MADRE TUVO QUE PARIRTE AQUÍ EN MEDIO DE LOS BORRACHOS QUE LA FOLLABAN Y LA PREÑARON COMO A UNA PERRA DE ARRABAL, SACO DE ESTIERCOL, REZA A AFRODITA POR QUE NO PERMITA QUE TU ENORME PANZA DESAPAREZCA EL DIMINUTO PENE QUE TE CUELGA ENTRE LAS PIERNAS- Tomé la silla de madera por el respaldo, la levante unos centimetros del suelo, y la azoté con violencia, produciendo un ruido sordo y seco. Busqué al tabernero con la mirada, y sin prestar atención al sujeto obeso, le ordené, haciendo un elegante movimiento con mi mano.

-Cerdo y leche de cabra para el niño, y para mi una maza y una jarra de Hidromiel.- Miré al chiquillo unos momentos, abandonando todo rastro de violencia, y dandole una palmadita en la cabeza le dije. -Espero que tengas hambre...por que yo estoy que vomito las tripas por comer.- me acomodé el cabello juntandolo completamente entre mis manos, y lo puse de lado sobre mi hombro, habia otro mas en la taberna que me llamó la atención, un soldado de casco brillante que comía en silencio sin inmutarse de las personas y lo que acababa de responderle al hombre gordo.

¡¡¿QUÉ HAZ DICHO RAMERA?!!... Caillas le da un enorme trago al vaso de vino puro y se lo acaba dejando chorrear el líquido tinto por las comisuras de los labios manchando su clamide color mostaza, se limpia los labios con el dorso de la mano y se levanta tambaleante de la mesa donde se encontraba, Phaedrus inmediatamente se acerca a tratar de calmar los ánimos con una enorme y fingida sonrisa. -Caillas... amigo.. ¡Por favor, regresa a tu asiento!... mira... te traeré otra ronda de mi mejor cosecha de vinos atenienses... pero por favor, deja a mi clientela en paz...- Phaedrus aplaude a uno de sus siervos que nervioso asiente con la mirada y desaparece inmediatamente en la trastienda en busca del vino.

Caillas empuja al tabernero y tambaleante pasa a un lado de la mesa más alejada de la taberna donde dos tipos con facha de pícaros tratan de pasar desapercibidos, uno de ellos con un gran trozo de pan en la boca observa a su compañero que se encuentra recargado en la silla desenfadado y muy tranquilo, sujetando el vaso de vino con la mano derecha, Caillas tambaleandose señala a la singular pareja de mujer y niño comiendo en una de las mesas de la entrada, se sujeta del respaldo donde se encuentra sentado el tipo misterioso con facha de ladrón mientras que el que come el pan abre los ojos desmesuradamente esperando la reacción de su amigo ante el ebrio comerciante.
 

La cortina de juncos secos de la taberna se recorrió con un fuerte jalón y por ella se pudo dislumbrar un figura alta y fuerte, con una espada a su espalda. Solo cuando dio un paso dentro descubrió su auténtica identidad. Era una mujer, bella y fuerte, una amazona. De rostro simétrico y unos ropajes brillantes y extraños. Incluso para aquella localización tan al este. 

Las miradas cayeron un instante en ella. El mismo instante que tardó ella en encaminarse directamente hacia la barra.

—Vino puro— le informó en voz alta desde su lugar, sin importarle demasiado qué estaba haciendo el pobre hombre. 

Escuche de nuevo un grito del hombre, y di un golpe con mi copa de Hidromiel en la mesa, mientras ponía una de mis manos sobre la pequeña manita del niño, maternalmente, por que parecía asustado y le dije tranquilizadora.

-Sigue comiendo y no te pongas nervioso...la regla número uno que debes aprender es nunca demostrarles miedo...lo huelen, y a no ser que sea una jodida quimera que escupa mantícoras por la boca, no pueden hacer mucho daño.- le dije susurrando y clavando mis ojos con una mirada determinada en los de el, para intentar infundirle valor, me dí media vuelta, cruzando la pierna con un movimiento sensual y elegante, y miré al gordo tambaleándose y gritandole al dueño de la taberna.

Parte de mis blancas piernas quedó visible por debajo del sucio y harapiento vestido blanco que llevaba, alzé la ceja y le respondí bruscamente al hombre.

-No creo que seas un hombre que valore poco su vida, ahora deberías ser muy valiente o muy estúpido para atreverte a discutir con Cassandra de Corinto, hija de Hécate. Pero puedes venir, y apostar que si me pones una mano encima o a este pequeño, te voy a arrancar los testiculos y te los enterraré en las cuencas vacías de tus ojos, y como dudo que quieres que eso pase VUELVE A PONER TU INMENSO GORDO Y FEO TRASERO EN ESA PUTA SILLA Y CONECTA MAS TU BOCA CON EL CEREBRO, Y NO CON TU TRASERO, CERDO INMUNDO.- bueno estaba segura que si mi madre me escuchara en este momento caería al suelo desmayada y convulsa por estar discutiendo con un hombre. Eso y que realmente había hablado como todo un Espartano Ebrio.

Menos mal que habia dejado el templo de Hestia hace mucho, de lo contrario el castigo que me hubiera llevado por faltar asi a la orden hubiera sido ejemplar. Me rasque distraidamente un pecho pues me habia dado una ligera comenzón, voltee a ver al niño a mi lado levantando una ceja, espero que este pequeño no tenga pulgas o liendres, por que tendré que darme un jodido baño despues de esto.

La puerta de la taberna se abrió , en el momento en que yo le gritaba al tabernero y una mujer de aspecto guerrero se introdujo a la taberna, no levantó demasiado la atención por que desafortunadamente, el show se lo estaba robando el obeso comerciante y yo, su servidora.

Y se armó la gorda, una mujer muy... audaz, algo raro en verdad. Yo quiero una más dócil. Suspiro... -¿Y, como lo vez, como quieres actuar?

Esta mujer es bastante intensa, pero puede servir para distraer, mala suerte para ese niño, creo que está más asustado por ella que por el gordo. -Axys, podríamos sacar algo de esta situación, siempre hay oportunidades que aprovechar y quienes las aprovechan y creo que en este caso podemos ser nosotros.

Axys al escuchar a  Malco se atraganta con el pan y manotea tratando de beber del vaso que tiene en la mesa, logra tragar el trozo de pan y le da un enorme trago al vino rebajado, mientras Malco se le queda observando entrecerrando los ojos sin mover un sólo dedo.

Axys pasa el trago y se agacha por encima de la mesa tratando de bajar más la voz. -Acaba de salir corriendo por la parte de atrás el esclavo del gordo, de seguro fué a pedir ayuda... no me extrañaría que la guardia personal del rey Eurístides apareciera de un momento a otro...-

-Pensé que seguías con eso de defender al más débil y más aún siendo mujeres y niños... pero desde lo de Alena...- Axys se retira y con la vista señala el medallón que cuelga medio oculto entre sus ropas.

Los gritos comienzan a subir de tono entre la mujer y el obeso comerciante que sigue tambaleandose a espaldas de Malco sujetandose del respaldo de su silla.

Un buen lío se arma gracias a este gordo bocón, no hay insulto mas efectivo para una mujer que sea medianamente... ¿decente? en fin es una oportunidad.

-Sería buen momento para actuar, creo que una oportunidad así no la tendremos fácilmente ¿Vamos?

Miro a Axys y oculto lo mejor que puedo el medallón -No hay comparación.

Phaedrus voltea a la entrada de la taberna y observa la esbelta y fuerte figura de la amazona en el portal de "El Olivo de Oro".

-¡¡¡Dioses... otra más!!!... ¡POR FAVOR... Caillas regresa a tu lugar... no quiero a la guardia personal del rey en mi establecimiento!...-

El tabernero se limpia la frente sudorosa con un pañuelo mientras alisa su abundante barba nerviosamente.

-¡CLIÓMEDES!... ¿¡PORQUE TARDAS TANTO CON ESA BEBIDA Y ESOS PLATILLOS!?...- Apresura al esclavo que sale corriendo con una jarra de vino ateniense puro y un vaso de barro lijado.

-¡Por el divino Hermes, Malco eres más lento que una cabra con las patas amarradas lista para el sacrificio!...- Le dice en voz baja Axys a Malco mientras se levanta dandole un último trago al vaso con vino rebajado, lo deja en la mesa de madera y se levanta chirriando las patas de madera de su silla.

Se acerca velozmente y abraza al obeso comerciante mientras le dice.

-¡¡¡POR LOS TALONES DEL MISMÍSIMO MENSAJERO... AMIGO, TE ASEGURO QUE TU DELICADO PALADAR SE DELEITARÁ CON ESTE MAGNÍFICO VINO PURO TRAÍDO DESDE LA LEJANA TIERRA DE ESOS AMANTES DE JOVENZUELOS... ATENAS!!!- Axys le quita el vaso al esclavo que lo está sirviendo, sin dejar de abrazar al comerciante, luego le ofrece a Caillas el vaso desbordante de espumoso vino fresco, este lo toma y de un jalón lo bebe ante la mirada complacida del ladronzuelo, Caillas se limpia la boca con el antebrazo y tambaleante se quita del hombro delicadamente la mano de Axys.

Sin previo aviso Caillas le propina un tremendo puñetazo en el rostro a Axys quién cae totalmente noqueado a los pies del mareado comerciante.

Malco se lleva la mano a la frente y trata de ocultar su rostro, -más por vergüenza que por seguridad de su identidad- al ver que toda la taberna dirige su atención ante tal situación.

El hoplita del casco dorado sigue comiendo sin inmutarse y toma un vaso del vino ateniense.

El chico sentado a un lado de Cassandra cierra un ojo por instinto al escuchar el sonido seco del golpazo en el rostro del infortunado ladrón que yace desmayado en el suelo de "El Olivo de Oro".

Caillas viejo bufón!! pero que haces??? Dice Ahirom que estaba desde hacia un rato en la entrada y que se había quedado viendo si era necesario intervenir o no... Cada día más chistoso.. jejejjeje Dice caminando con calma y cuidado metiéndose entre medio de todas las personas que están peleandose y brincando al ladronzuelo desmayado despacio y con una sonrisa de oreja a oreja como si nada hubiese pasado.. Perdonad hermosa dama a mi amigo, es que Dionisio le juega malas pasadas y turba su mente de la que brotan palabras sin sentido cuando liba del dulce nectar de la vid fermentada... lo que habrá querido decir, es que una dama como vos tiene una belleza digna de una cortesana del mismísimo Darío el Grande y que sin duda no habría dinero en el mundo para pagar una belleza tan colosal... Diciendo esto cojo a Caillas fuertemente y le susurro al oído sin dejar de sonreir -si quieres que te pague las cabras me acompañas calladito afuera... si no te dejo aquí que te metan un palo por el culo y te tiren al puerto... para mi mejor, que no te pago... Mientras camino miro a los parroquianos y digo... No hay por que agobiarse... Phaedrus una ronda para todos y lo que pida aquí la dama también a mi cuenta... Dedicándole la mejor de mis sonrisas saco a Caillas de la taberna y le doy a un chico de los recados una moneda para que se lo lleve  a su casa y que avise a su mujer para que le dé un escarmiento... vuelvo a la posada sacudiendome las manos mientras pienso -Esto lo descontaré de lo que le voy a pagar por las cabras...-

Que mala intervención Axys, pero que has hecho. Sin pensarlo dos veces voy a recoger a mi torpe compañero, aunque no debería.

Lo traigo hasta la mesa y lo acomodo como puedo. -Eres más pesado de lo que pensaba.

¿Por qué hiciste eso? no era lo que tenía pensado, ledoy una cachetadas a Axys por si logro despertarlo -Hey, Axys...

Se nota la gran labia que tiene el comerciante, esperar que funciones con la... ¿Cortesana? vaya manera de arreglarlo, espero eso sirva con esta mujer, aunque sea un poco. Me gustaría un poco de la presencia de Hermes en este momento y salir inmediatamente de aquí.

Nuevamente se vuelve a recorrer de un jalón la cortinilla de juncos secos justo después de que Ahirom regresa a la taberna.

El hombre va directo a donde se encuentra sentado el hoplita y sin ser invitado a sentarse acerca una silla para acomodarse cerca del corpulento hombre e intercambian algunas palabras en voz baja, la amazona voltea discretamente hacia la mesa, se levanta de la barra con el vaso de vino en la mano y acerca otra silla a un lado del misterioso hombre con aspecto de esclavo liberado, el hombre intercambia algunas palabras también en voz baja y luego levanta la mirada dando un vistazo por toda la taberna hasta encontrarse con los ojos de Cassandra quién no le ha quitado la vista de encima desde que entró a la posada.

El pequeño termina ávidamente el enorme plato de comida y bebe la leche de un sólo sorbo viendo a Cassandra con esos enormes ojos azules, toma una servilleta de tela y se limpia los labios, se levanta y le da un beso en la mejilla a la bruja. -¡Gracias Cassandra!...- sin decir más, le obsequia una enorme sonrisa y sale corriendo por debajo de la cortinilla de juncos. -¡Adios Zéfiro!...- se escucha a lo lejos la voz del chiquillo y un chillido pareciera responderle desde lo alto del letrero de la taberna.

Visiblemente nervioso y con la mirada directa en los ojos de Cassandra el hombre asiente con la cabeza invitandola a sentarse con ellos en la misma mesa.

La cortina una vez más se recorre entrando Aeneas con un macuto al hombro, el hombre  voltea a la entrada y lo reconoce  inmediatamente haciendole una seña con la mano para que acerque otra silla.

Un hombre corpulento y con la cabeza rapada habla con Phaedrus y este asiente con la cabeza, se alisa su enorme y ensortijada barba y se para enmedio de la taberna. ¡SEÑORES ESTE EVENTO ES PRIVADO!... ¡EL OLIVO DE ORO SE CIERRA HASTA NUEVO AVISO!... Una rechifla comienza a escucharse por todo el lugar y los parroquianos comienzan a levantarse, Phaedrus se disculpa con algunos y enseguida se mete a la trastienda a preparar las mejores vajillas y algunos aderezos para los invitados que le han pagado por adelantado.

Malco reconoce a los tres tipos que acaban de llegar a cerrar el establecimiento, cómo la guardia personal de Ibykos y uno de sus esclavos.

Ahirom también reconoce a los que recién entraron y se queda pensativo cerca de la barra intrigado por tanto misterio y el por que han cerrado de esa manera a media tarde-noche  "El Olivo de Oro".

-A ti pequeño.- sonreí ligeramente cuando el niño me dio un beso y salió corriendo, escuché el chillido de mi halcón que se habia quedado fuera, y entonces un hombre entro a la taberna, me bastó un segundo para reconocerlo, era el mensajero que habia partido a buscarme en Corinto y que me habia dado aquellos dracmas.

Todo paso derepente muy rapido, otras de las personas que se encontraban en la taberna y con las cuales habia tenido tiempo de reparar, se acercaron al hombre, sin duda alguna ya debían conocerlo, me volteó a ver y sonreí de lado dando a entender que habia comprendido su mirada y el mensaje que me dio.

Me levanté y cargué la silla en la que estaba sentada, colocandola en medio del soldado Hoplita y uno que habia ayudado a levantarse al chico al cual el comerciante gordo que me habia llamado ramera habia golpeado, quedé en medio de los dos dedicandoles una mirada mitad curiosa, mitad analítica.

-Mira nada más, no pensé volver a encontrarte tan pronto...te fuiste tan rápido de Corinto que apenas y me dio tiempo de ...agradecerte.- me deslizé la yema del dedo suavemente alredor de mi cuello, atrapé un mechon de mi cabello oscuro y lo enrede como si fuera una serpiente.

-Pero debo reconocer que me agrada verte, en un principio creí que me tomabas el pelo, pero tras ver la reaccion que un par de comediantes...perdon, comerciantes tomó al preguntar por el nombre de tu señor me hizo darle mas valía a tus palabras...y por supuesto el relato del chiquillo que estuvo conmigo...en verdad?...En verdad es cierto que a tu señor Ibykos le ha salido una cola enroscada como la de un cerdito?...JAJAJAJAJAJAJA...perdonadme, pero deben admitir que es una situación bastante graciosa.- me recargué en el respaldo, cruzando distraidamente la pierna, llevandome ahora el mechon que tenia enrollado en el dedo a los labios, donde comenzé a mordisquearlo suavemente.

Axys despierta un poco antes de que aparezcan estos personajes. -Momento de irnos amigo, espero que puedas caminar bien. Me levanto y me dirijo con Axys hacia la salida del olivo, intentando mezclarme con el resto de la gente con Axys por delante asegurándome que tenga equilibrio y apurándolo. Si alguien me da opción en el proceso de salida... dinero extra.

Es suficiente multitud para poder pasar desapercibidos. Luego a los techos para intentar volver para escuchar lo que sucede, no está demás tener algo de información extra, el conocimiento es costoso y vale la pena tenerlo.