Partida Rol por web

 Wilson se concentraba en contener a la pobre muchacha. Su poca experiencia a la hora de tratar con estas situaciones delicadas hubiera quedado en evidencia en unos momentos de no ser porque la chica parecía estar recuperando la conciencia. Se agacho ligeramente para ver mejor el rostro de Alicia y chasqueo dos veces sus dedos cerca de los oídos de la joven. Verificar que la chica tuviera los mínimos reflejos de una persona consciente se podría haber hecho de una forma menos brusca, pero el alcalde no las conocía o en ese momento no las tenía en cuenta.

- Alicia... ¿estás bien? ¿Sabes quién soy?

- ¡Chicos! - grité - Waffle está aquí. Quizás pueda ayudarnos con el árbol. Ya sabéis, tiene hachas y herramientas de ese tipo- me dirigí hacia la camioneta agitando los brazos. Incluso podríamos enganchar el árbol a la camioneta y sacarlo tirando de el.

- ¡Eh! ¡Waffe!- lo llamé - ¿Puedes ayudarnos? Ellen está atrapada dentro, Eric se ha colado para intentar ayudarla a salir... Pero en su estado no se si es lo mejor. - expliqué rápidamente la situación señalando la casa.

No creía caerle demasiado bien a aquel hombre, pero tampoco creía que se negara a ayudar a una joven embarazada.

-¿Se refiere a la morgue?- preguntó, pero casi al instante asintió y se levantó rebuscando en su bolsillo. Sacó un pequeño llavero y localizó la que necesitaba-. Vamos.

Salió primero, dejando que le siguieran, pasaron frente a una de las salas, en donde Olivia atendía al granjero vendándole la cabeza. Ambos parecían estar atentos al trabajo, por lo que no les prestaron la menor atención. Continuaron por el pasillo hasta llegar al final del mismo, la última puerta era simple, sin ventana y con un cartel que rezaba MORGUE en letras negras. Korper, llave en mano, abrió la puerta sin necesidad de esta. Había otro pasillo, pero este se internaba profundamente y parecía bajar. Bien abajo había otra puerta, esta vez de metal y esta si cerrada con llave.

El lugar no era muy grande, pero estaba bien iluminado y seco. Destacaba solo un pequeño escritorio, dos camas y en una pared se veían como tapas de metal cuadradas. Una de ellas, abierta. Timothy señaló la pequeña puerta abierta con un dedo huesudo.

-Ahí estaba Harold…

Siguió el movimiento y sonido de tus manos, moviendo su cabeza de forma algo errática. La mujer te observó unos segundos, pestañeando varias veces, como si tuviera un velo sobre los ojos que le impidiera ver bien. Una luz de reconocimiento inundó su semblante.

-¿Alcalde? ¿Qué está haciendo en mi…?- entonces pareció sentir el frio del aire, pues bajó su mirada hacia su cuerpo notando por primera vez su desnudez. Con rapidez intentó cubrirse-. ¿Qué está pasando? ¿Dónde estoy?

La camioneta frenó en cuanto notó que le hacías señas. Trevor bajó del vehículo con cierta lentitud, observando los alrededores como si esperara alguna clase de emboscada. Incluso cuando hablabas levantaba su barbilla con suspicacia. Solo lanzó un gruñido por lo bajo en un famélico.

-Me ganaré el premio al ciudadano ilustre- no sabías si lo decía como broma o por puro fastidio-. ¿Qué pretendes que haga?

De reojo miras la caja de la camioneta, esperando ver alguna de las muchas herramientas que siempre lleva, pero algo mas te llama la atencion. Debajo de una lona, te pareció notar la culata de un arma larga. Tambien algo rojizo oscuro manchaba uno de los laterales, justo a la altura de la rueda trasera.

-No te preocupes por las reparaciones -le dije a Ellen, esbozando una ligera sonrisa-. Mi casa está prácticamente casi igual, y supongo que estará así todo el pueblo...

Escucho entonces los gritos de Luana, indicando que había llegado Waffe. Probablemente él pudiera echarnos una mano para ayudar a Ellen a salir de la vivienda. Decidí asomarme para comprobar dónde se encontraban Waffe y mi compañera.

-¿Alguna idea de cómo retirar este árbol? -pregunté, intrigado.

La joven embarazada llevaba un hacha entre las manos, aunque no creía que fuera suficiente para cortar las ramas, y mucho iba a dejarla hacer esfuerzos en su estado.

 Viendo que ya estaba recuperando la compostura y el raciocinio, Wilson suelta a la muchacha esperando que pudiera incorporarse sola. Además, veía que el pudor de la joven ya estaba volviendo, por lo que no quiso que la escena fuera más incomoda entre la ciudadana y el alcalde.

- Estaba yendo en mi auto desde la presa hacia la alcaldía... hay bastantes cosas cosas que hacer luego de esta horrible tormenta. Y en el momento que pase en frente de esta residencia- señala la casa de la que surgió Alicia -te vi desorientada y perdida; por lo que me acerque a ver que sucedía... ¿No recuerdas salir de tu casa... con tan pocas prendas de ropa?

 Wilson bajo casi inconscientemente la mirada hacia las piernas de la muchacha, aunque rápidamente redirigió la mirada. Se notaba algo de rubor en sus mejillas. Siempre fue un hombre muy pudoroso...

-¿Todo el pueblo esta así?- la joven lanzó una risa nasal al terminar esa frase, aun recorriendo con la mirada el cuarto de su futuro hijo.

Desde la ventana pudiste ver a Luana hablando con Waffe. El hombre estaba algo tenso, como si esperara alguna maniobra rara. Destacaba bastante al lado de la joven periodista, aunque no por ser más grande, sino por tener un aura peligrosa y obscura que contrastaba con la de Luana.

Estaban al lado de la camioneta del mecánico, un vehículo algo maltratado pero fuerte. En la caja había muchas herramientas, aunque era difícil distinguirlas bien a esa distancia, pues una lona cubría la mayoría.

Al oír a Eric, Trevor dirigió su gélida mirada hacia arriba. Pareció masticar algo, solo Luana oyó como sus dientes crujían con ese gesto. Pero al instante solo asintió lentamente. Se inclinó sobre la caja de su camioneta y sacó un grueso cable metálico. Tapó con rapidez todo lo demás que contenía la caja del vehículo con la lona y se giró a al periodista

-Pasa esto firmemente alrededor del árbol- le tendió el cable sin cambiar de expresión.

Acercarse le confirmó en cierta medida lo que temía, sintiendo crecer en su interior una mezcla de rabia y preocupación a partes iguales. No puedes hacer nada, tiene que ser ella.- Intentó sonreír a la respuesta del hombre aunque su mirada no se desviara de la mujer, delatando sus movimientos rígidos el miedo que sentía.

Colocó una mano en su hombro, símbolo de apoyo y para mostrar que estaba con ella.- ¿Le importaría volver a acompañarme? Como comenté, me olvidé recetarle una pomada y tiene que rellenar un formulario previo.- Desvió su mirada hacia el marido.- No tardaremos más de unos minutos, puede esperar mientras tanto.

Lara entendió al momento lo que quería hacer su enfermera y no pudo menos que sentirse orgullosa, así que decidió echarle una mano llevandose al marido por otro lado

- Uy si. Además me parece que usted tiene un pequeño sarpullido en la cara - cabeceó con el entrecejo arrugado de "preocupación" mientras le pasaba los dedos por la cara para evitar que él se echara mano - Parece ser una reacción alergica - le cogió del brazo con suavidad y tiró de él hacia su consulta

- Dejeme hacerle unas pruebas y nos curamos en salud ¿le parece? No vaya a ser que esto vaya a más y se arrepienta de no haber tomado medidas antes... -

La joven se incorporó, notando ahora la manta que le había dejado Lee, se arrebujó en ella siguiendo tus palabras sin cerrar su boca. Miró hacia la casa y los alrededores, como notando por primera vez el estado general de destrozo imperante.

-Esa… es mi casa- dijo al fin volviendo sus ojos hacia la casa. Se frotó la frente-. Yo… lo último que recuerdo es estar preparándome para bañarme- te dio la espalda unos segundos y abrió la manta para verificar algo-. Tengo la misma ropa… No recuerdo que pasó después… ¿Hubo una tormenta?

Otra vez miró a su alrededor, mostrando mucha angustia en sus ojos. Podías imaginar que intentaba recordar o buscarle un sentido lógico a lo ocurrido.

El hombre intentó decir algo, quizás acompañar a su mujer para realizar esa última revisión, pero la oportuna intervención de Lara le hizo desistir. Le dedicó una última mirada preocupada a su mujer, como si esta fuera a realizarse alguna peligrosa operación y caminó con la doctora hasta otra sala.

Mira solo asintió con una débil sonrisa y se dejó llevar por Evelyn de vuelta al consultorio que acababa de dejar. Parecia algo pensativa, pero no se resistió o emitió palabra alguna. 

Una vez los dos solos en la sala, notaste algunas cosas que antes no te percataste. Como por ejemplo que te sacaba una cabeza, tenía las manos grandes y descuidadas, propias de alguien que se pasa la mayor parte del tiempo trabajando. Sus hombros eran anchos y fuertes. Pero esbozaba una sonrisa simplona que le hacía parecer bastante más inocente y bonachón de lo que cabría de alguien del cual se sospecha que golpea a su mujer.

-No suelo tener alergias de nada- dijo levantando una mano hacia la zona donde le habías indicado que tenía su alergia, pero sin atreverse a tocarla-. Olivia no me dijo nada de esto.

Una vez las dos dentro del consultorio, tuviste la previsión de cerrar la puerta y Mira solo se quedó en un rincón mirando la nada. Su mente estaba perdida en algo.

-¿Para qué es la pomada?- dijo al fin alzando la mirada y apretando el abrigo contra su cuerpo y obligándose a sonreír-. Tengo que volver a casa y empezar los arreglos.

No parecía estar dispuesta a decir otra cosa y por como movía su cuerpo, solo quería largarse de allí cuanto antes. Alternaba el peso de su cuerpo de una pierna a otra y sus manos apretaban con fuerza el abrigo.

 Wilson veía que la chica no podía ser dejada sola. No solo estaba recuperándose de un evidente episodio de falta de memoria, sino que además el alcalde no era la persona más capacitada para tratar con el mismo. El corpulento hombre se acerca a su auto y abre la puerta del acompañante, para luego dirigirse a la muchacha.

- Si, hubo una tormenta... y pasaron un par de cosas más. Pareciese que no estabas consciente cuando dijiste algunas cosas... inquietantes. Alicia... ¿Alicia, no es así? ¿Me permites llevarte hasta el hospital? Creo que allí te podremos ayudar mejor...

 El alcalde la mira con una mirada tensa pero confiada. Como si la situación lo tuviera nervioso, pero haría todo lo posible para mantener el orden en la situación. Esperaba poder transmitirle esa sensación a Alicia.

- Claro - respondí de forma alegre tomando el cable. - Por cierto - dije, en un tono más sugerente - ¿Has salido de Caza Waffe? Tenías un arma en la camioneta. - dejé caer como si fuera algo casual.

Con rapidez, me dirigí al árbol donde sujeté con firmeza el cable al tronco. - ¡Ya está! - le dije al hombre para que comenzara a tirar.

Seguí a Harold hasta la morgue. Al llegar me fijé si había indicios de que la cerradura había sido forzada. Luego examiné el lugar por encima, en busca de algo inusual, prestando especial atención al cubículo metálico donde se suponía que debía estar el cadaver.

-No sé si todo el pueblo, pero mi casa no está mucho mejor... -le respondí a la embarazada, con una sonrisa, intentando buscar la forma de tranquilizarla.

Me fijé entonces en que Waffe le estaba indicando a Luana que rodease el tronco del árbol con un cable metálico. Suponía que lo engancharían al coche, y el hombre haría presión con el vehículo para que el árbol fuera arrastrado y retirado de la puerta de la vivienda.

-Tranquila, Waffe parece saber lo que se hace -le dije a Ellen.

Resoplando tras la comunicación con el Sheriff y lo encontrado en la casa Harry se encontraba realmente aturdido por lo misterioso que le parecía todo. No sabía como enfocarlo. Pero antes debía volver a comunicar al Sheriff el nuevo hallazgo.

Jefe. La casa estaba llena de libros y muy desordenada aunque creo que nadie había entrado. Me ha llamado la atención que en el WC había escrito en el espejo varias veces y de diferentes tamaños y posiciones la siguiente palabra: Verkoruvalec. ¿Tiene alguna idea de lo que quiere decir?. En fin continúo investigando. ¿Quiere que traiga la chica a la comisaría y la interrogamos, o mejor la llevo al hospital para que le echen una ojeada y la interrogamos allí?. Ya me dirá.