Partida Rol por web

En efecto, tal y como había presagiado el hechicero una sombra se asomó a la ventana, apartando levemente la cortina. Un ojo y un rostro humano apenas observan la calle un instante para luego cerrar de nuevo la cortina.

La noche se encuentra en su apogeo, y la helada que recorre la calle sin llegar a formar niebla en ella se hace más intensa por momentos. La oscuridad sólo se ve menguada por las numerosas lámparas de aceite que hay cada ciertos pasos (muy abundantes en las zonas acomodadas, aunque sin llegar a la intensidad del centro, junto la torre de hechiceros).

En efecto, y tal como acabas de decirle a Geizzo, Rudriguer se había mostrado muy interesado en vuestro siguiente paso. Cuando estabais todos juntos en tu casa él quería saber con quién vos encontraríais, aunque fuisteis lo suficientemente sutiles como para que desconociese vuestros planes. Por lo cual no ves una relación clara entre ambos personajes. Desconoces si Rudriguer tiene (o tenía) algún interés en deshacerse del semiorco, lo que está claro es que no sabía nada de vuestra falsa emboscada y el intento de captura.

Al menos es lo poco que sabes del cotilla hechicero.

Bajo el engañoso manto ilusorio de un común mendigo el astuto hechicero del Gremio de Rivallano, Geizzo Dragma hijo fiel de la gran Itaca, observa como su semejante, Rudiguer la rata desagradecida, corre de nuevo la cortina tras cercionarse de disponer de suficiente intimidad. El falso mendigo prosigue su camino. Maldito seas tú también, al igual que lo es tu Maestro Argos... el traidor. Sos ojos azules brillaron encerrando la furia que azotaba su alma... un alma rencorosa que no olvida.

El mordaz elfo permanece oculto entre las sombras siguiendo la advertencia del propio Dragma cuya presencia se va alejando lentamente ante sus ojos. Súbitamente, en lo alto, en el oscuro cielo estrellado de Rivallano, una sombra más oscura que incluso la noche misma cruza el cielo velózmente... y desciende cubriendo con su aleteo el trayecto que lo separa de un hombro familiar... un hombro hermano que, sin inmutarse, lo recibe en la solitaria calleja.

-. Hermano.....- Susurra aliviado el falso mendigo al recien llegado cuervo negro, Graz. Su mano, de apariencia bien distinta, se despega del cuerpo para acariciar el pico de la criatura que lo recibe sin desconfianza... ajeno al arcano engaño. -. El aprendiz de rata nos ha traicionado... Sé ahora, hermano mío, mis ojos y mis oídos en aquella ventana dónde se fragua la traición y florece lo sembrado... Ve allí hermano cuervo... y cuidaos de no ser visto por la rata hasta que os reclame nuevamente.- Inverosímil si fuese contado por un juglar pero cierto, pongo mi mano en el fuego. El cuervo negro pareció comprender lo que su hermano le había pedido. Alzose en vuelo nuevamente en dirección la mencionada ventana. Una vez allí, se aposentó bien cerca en dónde poder ser testigo de aquello que tramaban las ratas... conspiraciones hilvanadas en tiempo... pecados consumados.

El falso mendigo encuentra un refugio en dónde acomodarse como si pretendiese pasar la fresca noche a la intemperie. -. Nada más podemos hacer que esperar elfo. Lo que aquí está sucediendo supera con creces tus competencias y tu incumbencia. Ni tu palabra ni la mía tienen peso para inculpar al hermano Rudiguer... y más que de sobra para alertarlo y, por ende, silenciarlo.- Odiaba tener que dar explicaciones de sus actos pero dadas las circunstancias era preciso gastar algo de saliva en eso. -. Necesito evidencias objetivas y más palpables que la palabra antes de dar el primer paso ante mi Gremio. Así es la Ley y así está relatado en nuestro código. No pretendo que entiendas las leyes internas que me rigen... pero sí que nada de esto debe salir de aquí. Tú y yo. Mi única baza es que siga creyendo en su clandestinidad. Si pones esto en peligro elfo ten por seguro que tus turbios asuntos en esta ciudad serán el menor de tus problemas...- Todos tenemos secretos que callar... incluído el cínico elfo. -. El raciocinio me dice que nuestro amigo Bruegar morirá y no importa si es en nuestras manos... Lo más importante que tenía que confesar no lo ha hecho finalmente sino que, mejor aún, ha optado por llevarnos hasta él. Si no es así, si el hermano Rudiguer le perdona vivir, sería un estupidez por su parte y una gran oportunidad para nosotros... un cabo suelto del que tirar. Mantente tranquilo y oculto elfo... tendrás tu momento. Todo llega...- Terminó por decir el falso mendigo, antes de que la silenciosa espera cobrase protagonismo de nuevo.

El gentil cuervo se alza del hombro de Geizzo y aletea suavemente hasta alcanzar la ventana en dónde están Rudriguer y Bruegar. Se posa en el bordillo de madera ennegrecida y aguarda, con los ojos fijos en lo que sucede en el interior.

Miro hacia Geizzo y contemplo la rabia acumulada por el mago vaya disputas de magos...en lo último que queria estar envuelto...

Se apoya tranquilamente en la pared levantando la cabeza suspirando
¿Ningún plan mago?
Se sienta en el suelo sosteniendo en su rostro una clara mueca de aburrimiento
Estar aquí esperando no me gusta. Escupe al suelo Mierda, tendríamos que haber cogido a bruegar cuando tuvimos la oportunidad Se vuelve a levantar nervioso
Por cierto mago...cambiando de tema...¿y el resto del grupo? Quizás también te sean de utilidad no crees?

El cuervo camina nerviosamente en la ventana sin hacer el menor ruído. Se agita y sa saltos. Está nervioso.

ves como el cuervo se agita y revolotea en la ventana, aunque silenciosamente.

Rudriguer y Bruegar deben estar discutiendo.

Apostado en su refugio nocturno, cual miserable sin techo que busca cobijo en la fría noche, un falso mendigo cubre su enmascarado rostro bajo un ilusorio manto. Sus manos pacientes reposan sobre sus rodillas… sin prisas. La espera no le desespera… pues tiene certeza de lo que va a acontecer. Sin embargo otro ser oculto, éste sí enterrado bajo las sombras de la noche, da muestras de una imprudente inquietud.

-. Calma elfo… calma.- Dice la ilusión a la sombra con un surruro transportado por el aire… un susurro perteneciente a una voz fría y sosegada como el témpano. Sin embargo, dichas palabras no parecen surgir el efecto deseado en el inquieto rufián que se empeña en ejercitar su mordaz lengua. -. El resto del grupo dices…- Las palabras resbalan siseantes por el tobogán conformado en su boca. -. Lo que llamas “el resto del grupo” tienen un cometido bien definido, un corrompido Cetro de Poder de las tierras baldías de Tantria, con el que pretenden salvar el miserable mundo que conocen del mal herrumbroso que despertaron negligentemente. El mio y el de mi Gremio, sin ser diferente en el contenido sí difiere en las motivaciones y, sobre todo, va algo más allá… Una pausa que dura lo que tarda una bocanada de aire en hacer un viaje de ida y vuelta por el interior del hechicero. Mi Gremio se hace cargo de sus propios asuntos y purga su propia escoria siguiendo las ordenanzas internas. Entiéndelo… o no, me tiene sin cuidado, pero respecto a lo de guardar silencio no te dejo elección… Su discurso se interrumpe pues algo está sucediendo tras esa ventana… puede sentir la inquietud de su hermano cuervo a través del vínculo empático que les une. Tu hastío llega a su fin… algo va a acontecer. No hagas nada hasta mi aviso… dejemos que las ratas solventen sus diferencias…

El cuervo aguarda paciente…

Bosteza perezosamente
esto de esperar me mata...aunque en mi oficio debería ser más prudente...pero me puede, aunque más odio ser el socio de un mago
Se sienta de cuclillas apoyando la espalda a la pared y afirmando con la cabeza las palabras del mago, manteniendo en todo momento el estado de alerta para entrar en movimiento cuando el mago lo necesite

Va pasando el tiempo y parece que todavía siguen hablando. El cuervo ya no está agitado y se limita a observar con atención el interior de la vivienda.

Han dejado de discutir.

Tienen mucho de lo que hablar las ratas... mucho que conspirar Pensó con desprecio el falso mendigo, otrora hechicero, mientras observaba con sus ojos azules la ventana de la discordia. Cerca de la cual, reposaba su hermano cuervo que no perdía detalle de lo que dentro estaba ocurriendo. La tempestad parecía haberse calmado por el momento... aunque amenazaban vientos fuertes de poniente.

El tiempo pasa... y es siempre mentira que nada ocurre, pues ahí arriba están sucediendo cosas relevantes ajenas a los sentidos de nuestra peculiar sociedad.

El mordaz elfo parece haber sucumbido al hastío ahogado en sus propios bostezos... o simplemente ha acallado sus gritos de protesta.

-. Las ratas han dejado de morderse... Seguiremos esperando.- Dijo al hastiado elfo en tono seco... frío... innegociable.

El cuervo se agita abruptamente en el marco de la ventana, se mueve de un lado a otro dando leves saltos y justo cuando se disponía a realizar otro movimiento una fuerte luz azulada ilumina la habitación, como un flash y se desvanece. Apenas un suspiro. El cuervo alza el vuelo y se mantiene en el aire dando vueltas agitado, hasta que finalmente va a posarse en el tejano de enfrente, desde dónde puede continuar viendo la habitación.

Rudriguer acaba de usar magia en la habitación, contra Bruegar. Magia del elemento agua.

Bruegar ha muerto.

El cuervo se mueve agitadamente en el alfeizar de la ventana... algo le inquieta... algo que está por acontecer. Una cegador resplandor de tono azulado, de duración similar a un parpadeo, anuncia que el fatídico acontecimiento ha sucedido... la venganza se ha consumado de forma macabra y retorcida. Bruegar, y su imperio de ratas, pagó con la vida la osadía de conspirar contra el Gremio de hechiceros de Rivallano... una lección que no olvidarán sus opositores. Una vida cobrada, curiosamente, a manos de otro traidor cuyos días estaban contados a partir de este momento. Podeis dar Fe de eso... en el nombre del cuervo.

El cuervo negro alzó el vuelo hasta posarse en un tejado enfrente de la ventana en dónde el vaticinio conjurado por Dragma se cumplió... El mismo Dragma que, enmascarado, no perdía detalle desde su privilegiada posición. Sólo aquellos que conocían bien su mirada azul podrían disponer de la oportunidad de reconocerlo en un atisbo de lucidez.

Un gesto brusco con su brazo dando a entender a su hermano cuervo que se ocultase mejor de los recelosos ojos de la siempre cobarde y precavida rata. Graz ocúltate!!!! Una rata que asomaría las veces que hiciese falta su sucio hocico antes de salir del mugriento refugio en el que se encontraba.

-. Una muerte anunciada... La rata grande se come a la pequeña...- Le dice al oculto elfo. -. Mantente oculto Kaleth, el hermano Rudiguer tendrá que salir de un momento a otro. Dejemos que se marche en paz... confiado de haber cerrado bien el círculo hilvanado por su mentor. Sus pies le llevarán de nuevo a la madre Torre... el Mayor Argos desea unos ojos y unos oídos allí y así será... por el momento. Por otro lado no hay nada que supiese Bruegar y que desconozca el traidor... así que su muerte simplemente nos ha ahorrado molestias.- Susurro ocultando sus labios con el dorso de su mano, con aseveridad y frialdad, unas palabras que sólamente serían oídas por el mordaz elfo... que hasta el momento había sido juicioso. -. Cuándo esto ocurra te diré lo que vamos a hacer...- Terminó por susurrar. Si los ojos del elfos pudiese alcanzar a observar los del hechicero vislumbraría un brillo astuto en ellos.

El cuervo obedece a su amo, ocultándose más allá de dónde unos ojos avispados pudiesen verlo desde la ventana. Sin embargo no veis asomarse el rostro de Rudriguer a ésta. Simplemente la luz se apaga, y tras medio minuto la puerta de la calle se abre lentamente.

Aparece por ella el joven hechicero, con una capucha azul desplegada sobre su espalda, y una chaqueta marrón clara bajo ella. Los pantalones son de cuero ennegrecido y lleva unas botas altas castañas. Mira hacia los lados, y luego durante un instante al mendigo, frunciendo el ceño hacia el aunque descartando luego sus temores. Le da la espalda y cierra la puerta con llave. Luego comienza a caminar calle arriba tapando su rostro con la capucha. Su dirección es hacia la torre de hechiceros..

Cuervo y rata, rata y cuervo. Ambos cruzan sus miradas de forma desigual, pues el cuervo sabe de la rata pero ésta no percibe al cuervo. Oculto bajo un manto ilusorio y sus ojos bajo la sombra de éste, el cuervo grazna en su interior clamando venganza. Teme al cuervo, rata. Témelo bien... traidor desagradecido... te arrancará los ojos. Sin intuir lo que se le avecina; la sucia rata, tras dar la espalda y cerrar la puerta, se encamina calle arriba en dirección al hogar que, tras haberle acogido e instruído durante su miserable vida, había vendido... escupido... y traicionado. Oculta su rostro bajo una capucha... pero no la vergüenza de sus actos, demasiado repudiables, graves y evidentes...

La rata se pierde finalmente de vista. Tras unos minutos más. -. Se acabó la espera... ¿Estás listo?... No concebía menos de ti.- Sin esperar respuesta alguna del mordaz elfo. -. Debemos deshacernos del cuerpo de Bruegar... y su cabeza ha de reinar en el barrio en donde obraba impunemente. A la vista de todos por la mañana... Confío en ti para tal proposito.-

El falso mendigo se incorpora notando, con el movimiento, el entumecimiento de su cuerpo. Unos pasos y la puerta recientemente cerrada bajo llave... un hecho que no había pasado desapercibido para el hechicero. ¿Acaso hay algo que ocultar.? Espera la llegada del elfo.

Al ver salir al mago se acomoda aun más en la pared para que no lo pueda ver. Se fija con atención en lo que esta sucediendo en geizzo, en el otro mago, en la casa...
Al oir las palabras del mago sale de su pequeño sopor

Te crees que soy un recadero? lo que me pides es una guarrada escupe al suelo
deshacernos de un cuerpo? lo mira fijamente señalando su cabeza
¿tanta acción te dejo tocado? La ciudad esta llena de guardias, además ahí esta bien no nos deberiamos entrometer...y en cuanto a la cabeza suelta una carcajada tendrías que haberte traído a uno de esos enanos babaros, eso es una carniceria!

La figura del hechicero dobla la esquina más adelante y desaparece de vuestro campo de visión, aunque sus pasos continúan pareciendo dirigirse hacia la torre.