Partida Rol por web

Mierda y mil veces mierda, estúpida gente reservada, canadienses del carajo.

-Tengo entendido que Donna leía mucho. ¿Qué solía leer?

Pero si hablaron de sus historias de amor, ¿sabés de algúna promesa que él le halla hecho a ella? como irse a vivir juntos a otro lado, o algo parecido.

Quizás con eso tendrémos una buena idea de que es lo que planea Bhule. Y si mezclamos eso con las lecturas podríamos hacernos un buen perfil de Donna, y quizás entender porque terminó con un tipo como Bhule.

La mujer niega con la cabeza

- No nos dijo nada acerca de irse a ningún sitio, simplemente un día, no vino. Donna leía libros de aventuras y libros de ciencias, de animales y de especies perdidas. No presté mucha atención a los títulos, pero siempre estaba con el libro en la mano.

No sé nada más sobre Donna, espero haberle sido de ayuda - dice dándose la vuelta.

Léon espera que la mujer se aleje, y le susurra a sus compañeros.

¿Especies perdidas? Entonces ella debe ser consiente de lo que está haciendo, o Bhule le hace ver como si el peligro fuese mucho menor, pero por lo menos ahora sabemos que no se la llevó por la fuerza.

Al alejarse la mujer, respondió a Leon y dijo:

-La verdad, creo que esta visita no nos ha aportado demasiado... Debemos intentar seguir a Bhule, o encontrar algo más en algún otro lugar. 

-Lo único que nos queda es entrevistarnos con el profesor Petrie mañana por la mañana. Si no sacamos nada en claro habrá que partir tras Bhule.

Suspiro, estas investigaciones infructuosas me desaniman.

-No se preocupe, Marlowe, algo podremos sacar... Ya pillaremos a Bhule-dijo en voz baja, mientras se dirigían hacia la salida. 

Los cuatro hombres dejaron la fábrica de enlatado y se dirigieron al hotel. Como se les había pasado la hora del almuerzo, dieron un paseo por los alrededores hasta la hora de la cena, la cual tuvo lugar en un restaurante cercano. Posteriormente fueron a un bar a tomar unas cervezas y charlar.

Los ánimos no estaban por las nubes, pero el día no se podía decir que hubiese sido infructuoso, sino más bien habían descubierto cosas interesantes sobre Donna fundamentalmente.

Tras las cervezas (y alguna copa) se recluyeron en el hotel pues en verdad merecían algo de descanso.

Al día siguiente a primerísima hora tomaron un taxi a la universidad, una vez allí, dieron bastantes vueltas hasta encontrar por fin el Departamento de Antropología de la Universidad, en un edificio algo alejado , junto al ampo de fútbol.

No había secretaria ni nada parecido y pudieron entrar directamente hasta quedar frente a la puerta del despacho del profesor Petrie.

Al llamar a la puerta del despacho, sorprendentemente, se escuchó a alguien que se levantaba de una silla y que caminaba hasta la puerta para abrirla.

Eso ya hablaba del profesor Petrie, quien no dejaba para los demás lo que podía hacer él mismo.

- Buenos días. ¿Alguno de ustedes es el señor Marlowe? uno de los becarios tengo entendido que le concertó una cita ayer.

Le tiendo la mano de manera afable.

—Buenos días, doctor Petrie, le llamé por recomendación de Abner Bhule, el padre de Terrence, su antiguo alumno. Necesito saber de las últimas investigaciones de Bhule.

León se acercó al hombre una vez que Marlowe lo saludo, haciendo lo mismo él.

Encantado doctor, mi nombre es León McGregor.

Y luego se aparto dejando lugar a que Marlowe use sus habilidades como bien sabe hacerlo.

- Bien, por fin un colega de profesión.

Me acerco a él resueltamente y le estrecho la mano con alegría.

- Saludos, profesor. Mi nombre es Gregor Palance, soy zoólogo en la universidad de Boston.

Después de las últimas experiencias, especialmente en la fábrica de conservas, considero que en esta ocasión voy a estar muy a gusto.

-John Collins-saludó, tendiendo su mano.

-Como ha dicho mi compañero, nos hemos citado con usted para hablar de Terrence Bhule.

El periodista esperó pacientemente a que el hombre les dejara pasar al despacho, esperando sacar algo en claro de allí. 

- Encantado de conocerles señores palance, Marlowe , McGregor y Collins - dice estrechando las manos de los cuatro tres, y  responde a las preguntas -¿así que vienen de parte de Abner? ¡ qué gran hombre! ¿cómo está? hace tiempo que no le veo... en efecto su hijo Terrence fue alumno mío y después compañero en la Universidad. Uno de los mejores que he conocido he de decirles. Experto en esquimales, a decir verdad, no conozco a otro que sepa tanto de esa amalgama de culturas que es la cultura esquimal. ¿Qué quieren saber de él exactamente?

—Abner se encuentra bien, aunque añora a Terrence. Ya sabe cómo son los hijos, sobre todo los que contraen compromiso con la ciencia. Aunque tengo entendido que recientemente Terrence se ha casado con la joven Donna Lester.
En cualquier caso, estamos interesados en sus últimas investigaciones, sobre todo lo tocante a culturas antiguas, al género homo y antropoides. Sé que recientemente ha vuelto de una expedición a Groenlandia donde estuvo copiando texto de un viejo muro. Quisiera saber si ha escrito sobre el tema y si ha ampliado sus conocimientos iniciales.
Hemos intentado contactar con él personalmente, pero se halla ausente.

Realmente sorprendido

- ¿casado? ¡ vaya cuesta creer! no sé quién es la afortunada. Y respecto de la expedición...- duda un par de segundos -poca cosa sé , excepto que estuvo por ahí en el norte. ¿Estuvo en Groenlandia?

Le miro a los ojos. Su rostro no me dice que mienta, pero sería tonto perdido si me creyese por las buenas que este capullo no sabe nada de Bhule. Un respetado académico que debe estar al día de todas las investigaciones relacionadas con su especialidad, mentor del propio Bhule, compañero de trabajo, amigo estimo, conoce al padre, y no sabe nada de nada.
Calma Marlowe, estás teniendo unos días nefastos y estos canadienses del carajo te lo están poniendo difícil.
Empecemos desde el principio. Me enciendo un cigarrillo con calma. Le vuelvo a mirar a los ojos y hablo con tranquilidad.

—Profesor Petrie, si le contara lo que Bhule, el señor que está a mi lado y yo vimos en Groenlandia no podría volver a dormir. Terrence está jugando con fuego ahora mismo y quisiera evitar que se quemase. Sería de gran ayuda que recordase cualquier cosa sobre el caso. Seguramente debido a la carga de trabajo a la que está sometido con la labor diaria de la universidad puede que haya olvidado algo.

-Es cierto, señor Petrie... Tanto el señor Marlowe como yo estuvimos allí. Y no, no me venga con alucinaciones o espejismos por el hielo. Sé lo que ambos vimos, y algunos hombres perdieron su vida por ello. Y tememos que Bhule siga detrás de ésa clase de cosas. 

- Disculpe profesor... interrumpo el diálogo que mantiene con Marlowe.... el señor Bhule también puede ser clave en un descubrimiento zoológico de primera magnitud. Como ve formamos un equipo multidisciplinar y cualquier información nos será de gran ayuda.

Aprovecho mi altura para mirarle duramente desde arriba, con cara de muy pocos amigos.