Partida Rol por web

El libro no contiene nada sospechoso a los ojos de Emiliani.

Emilio sonríe.

- Confio en vuestra palabra, hijo mío. Tomad vuestros papeles.

- Muchas gracias una vez más - cojo los legajos y le hablo con sinceridad - ¿Teneis la necesidad de que os ayude en alguna tarea? Es lo mínimo que os debo...

Despues de ayudar a levantarse a Teodoro y sacudirle un poco el polvo, veo como habla Victor con uno de los perseguidores. Me acerco para presentarme y al ver que estan en conversación espero educadamente a que terminen o tengan a bien presentarme.

Victor se toca la cabeza calva pensativo.

- Esos ladronzuelos era gitanos ... y estos caballeros y yo mismo estamos intrigados por la implicación de los rufianes del pequeño Egipto en una muerte, un asunto algo turbio, con una marca en el cadaver ... una persona instruida en Latines y con buenas siempre puede ser útil. No os puedo garantizar mucho más que algunas comidas calientes ... sabed que soy un sencillo servidor de la Iglesia. Victor Emiliani. Me acompañan maese Guillermo de Moncada y maese Teodoro Oliva. ¿Vuestra Gracia, maese ... ?

- Pues os ayudaré encantado - reparando en ls últimas palabras de Víctor - Me llamo Román, Román Alcántara, y soy escritor. Si en algo os sirven mis conocimientos será un placer hacerlo. Lo siento por el difunto... ¿era una personalidad conocida por algún casual? - hago una pausa e intrigado con sus palabras sobre el cadáver - Me decís que tenía unas marcas, ¿podría verlas por si me suenan de alguna cosa? - Al tiempo que me giro a Guillermo - Buenas noches tengais

- Nadie relevante. Os podría describir la marca si os place.

Esbozo en la tierra la marca.

- Ah, ya veo ya... - mientras pienso si me suena de algo

Teología: Fallo -> No alcanzas a saber que es.

Latines: Éxito -> Te suena de una vieja historia relacionada con la maldición del gitano.

Hace mucho tiempo en la lejana Constantinopla unos zingaros se asentaron temporalmente en uno de los barrios pobres de la ciudad. Para ello hicieron un pacto con los guardias,  los zongaros no saldrían del barrio y a cambio los guardias no les molestarían siempre y cuando no se salieran de la ley. Pero no sentó bien a uno de los vencínos del lugar y una noche asesinó a un guardia de la ciudad e incriminó a los gitanos. Estos fueron expulsados de la ciudad. Y si, se marcharon de Constantinopla pero no sin antes maldecir tanto al asesino como a los guardias que no investigaron y rompieron su trato.

Pasada una semana desde la expulsión gitana, a la mayoría de los guardias y al asesino les salieron unas marcas, a los pocos días murieron tanto justos como injustos.

- Ahora que la veo me suena una historia... - se para un momento a pensar - Dicha historia dice que hace mucho tiempo,  en la lejana Constantinopla, unos zingaros se asentaron temporalmente en uno de los barrios pobres de la ciudad, tras pactar con los guardias que ellos no saldrían del barrio y a cambio los guardias no les molestarían mientras no se saltaran  la ley. Un vecino, no contento con dicho pacto, asesinó una noche a un guardia de la ciudad e incriminó a los gitanos. Los gitanos fueron expulsados de la ciudad pero no sin antes maldecir tanto al asesino como a los guardias que no investigaron y rompieron su trato - Hago una pausa y continúo - Una semana después de la expulsión gitana, a la mayoría de los guardias y al asesino les salieron unas marcas, muriendo a los pocos días murieron tanto justos como pecadores. - Mirando a Víctor - Normalmente las historias son historias, pero casi siempre se basan en algún hecho real... Yo, de caminar por las calles, he escuchado rumores, a los no he dado mayor crédito. Dicen que un joven de la casa Allué tuvo relaciones con una gitana en los establos de su propia casa, y después la echó a la calle en una ría y tormentosa noche sin ni siquiera pagarle el servicio. ¿Qué os parece si vamos a preguntarle? Ante vos imagino que no dará falso testimonio

El inquisidor sonríe.

- En verdad la providencia os ha guiado amigo mío. Vamos caballeros, maese Alcántara nos ha dado una pista interesante.

Escucho con atención la conversación del pater y el escribano.

- Si, Don Emiliani, pero ya estuvimos en la casa de los Allué y recordará que no fuimos muy bien tratados. Quizas si buscasemos al joven Allué fuera de sus dominios... - Una vez dicho esto al pater aprovecho para presentarme al nuevo compañero. - Soy Guillermo de Moncada, médico y este joven es Teodoro de Oliva.

- Me acerco a estrecharles la mano a ambos y les sonrío - Encantado, un placer. Pues no se, pero sino es posible hablar con él, podríamos intentarlo con alguien del servicio, pues una situación así no sucede entre susurros que digamos y tal vez escucharon alguna cosa... Cuando menos el nombre de la joven y que nos cuente su versión mientras buscamos al joven Allué

- Teneis razón Don Guillermo. No me he expresado con claridad. Quería decir que maese Alcantará el ingenio rápido y sin duda nos ayudará a dar con algunas pistas interesantes.

-Entonces, a donde debemos ir para encontrar a dicho mozo. Si en la casa no le pudisteis ver. ¿Tendrá alguna casa amiga donde refugiarse?. También, os recuerdo, que deberíamos encontrar a Malatesta, el podría darnos una pista, sobre el hombre que murió. 

Tras darse cuenta de su mala educación.

-Disculpe por no presentarme yo mismo, este tema nos esta trastornado.

- No os preocupeis, que yo hasta hace poco también tuve mis quebraderos de cabeza - y sonrío - Pues tal vez en su casa sepan donde anda, o tal vez buscando a los zíngaros para conocer su historia al respecto. Por cierto, los críos andaban por aquí no hace tanto, así que imaino que sus progenitores no deberían estar muy lejos...