Partida Rol por web

Un alarido de mujer interrumpe la agradable cena junto con el sonido de vajillas quebrándose al estrellarse contra el suelo, al parecer proveniente de una de las estancias contiguas, los comensales se miran unos a otros, algunos apenas y empezaban a degustar los deliciosos manjares que Sir Lloyd les tenía preparados.

¡AMO HEBERT!... ¡AMOOO HEBEEERT!... ¡ALGO MONSTRUOSO A DESTROZADO AL POBRE SEBASTIAN!... ¡EN LA COCINA!!!!...

El mayordomo llega corriendo hasta el lugar del anfitrión a punto de desfallecer, ya sea por la prisa ó por el miedo que le embarga puesto que el rostro lo tiene pálido y los labios blancos del susto.

El ambiente se enrarece en el comedor, mientras los dientes de los comensales desgarraban finos manjares algo extraño ha pasado muy cerca, el aroma de aquellas delicias ahora se halla contaminado con aquello que parece olor a sangre y miedo. El forzudo conocía ese olor, era el inconfundible olor de la violencia. Todos sus músculos están tensos y con una clara postura defensiva mientras los observa a todos en la mesa, pero 'El hombre fuerte' no ha dejado de comer, desprender la carne de aquellos delicados y tiernos huesos era algo de lo que más le gustaba hacer.

Но что здесь происходит?- *¡Que demonios está pasando aquí! Mikael se levanta de su asiento sorprendido y se lleva la mano al cinturón a donde siempre carga su sable -que en esta ocasión lo ha dejado con los sirvientes.- -¡SIRR HEBERRT!... ¿¡QUE ESTÁ SUCEDIENDO!?

Pese a mi sorpresa, permanecí en mi asiento, y mis manos se aferraron de nuevo con rapidez a mi preciado bastón. "Un accidente es una casualidad" me dije, recordando que Sir Lloyd había mencionado la muerte de uno de los actores invitados, el señor Allen. "Pero, ¿dos? Esto empieza a resultar de lo más extraño".

-Quizá debiéramos acudir raudos a la cocina -murmuré, con un gruñido, poniéndome en pie con cierta lentitud-. Señor Warp, señor Itchvenko, mantengan sus armas a mano. Tal vez ese algo monstruoso del que habla el mayordomo sea la bestia que trajo Sir Robert, en cuyo caso sería mejor no separarnos demasiado.
 

Aquel hombre era todo un payaso. Mantenía su personaje a pesar de que estaba lejos del circo y aun así a Judd no pareció importarle, sabia que aquel payaso, ese tal Oscar, seria interesante conocerle, pero antes debía de cenar. Como reprochar a aquel hombre el ofrecerle comida y bebida ha rebosar. -Bon appetit. -El menudo hombre se relamió una sola vez el labio inferior, mientras cogía cubiertos mas propios de adultos que de niños y afilaba el cuchillo con el tenedor, cuando un grito interrumpió su cena y a punto estuvo de tirar la copa por el sobresalto. -Vaya, esta casa esta llena de molestias.

-O llamar al cazador y que el vaya primero. ¿Donde esta Sir Robert? -Si pensaban que seria el primero en ofrecerse para una bestia desconocida es que no sabían nada sobre él. -Hubiera sido mejor quedarme en casa.

Jonathan asintió levemente cuando su señor le dirigió la palabra. ​Por fin. Algo de normalidad en este caos.-​ Aunque fuera por algo funesto, le encantaba volver a su zona de comfort.

Casi se atraganta del susto que le dio el mayordomo. Estaba obnubilado pensando en la estrategia para defender los intereses de su cliente y de repente llega el gritando esa tan funesta noticia. De una manera patética, tosió hasta que consiguió tragar el pedazo. Tras el alivio inicial, llego la angustia por la segunda muerte, luego el miedo, por que no quería que le pasara nada, después de esto se lleno de paranoia por la rareza del asunto y luego para finalizar, la morbosidad después de todo uno no podia ver una escena como esa todos los días. Con esa mezcla de sentimientos, el abogado hablo por primera vez desde que se sentó.

-Apoyo la idea del señor Bradley, deberíamos no separarnos demasiado. Sir Lloyd, quizás debiera reunir también al servicio, por seguridad, hasta que se resuelva todo, ya sabe. - ​Dijo con miedo en la voz

Al escuchar los gritos del mayordomo y lo que decían sobre un hombre destrozado, rapidamente me levanté de la mesa y como agente de la ley que soy cumpliendo con mi deber me dirigí hacia aquel mayordomo que parecía se desmallaria en cualquier momento -Trate de mantener la compostura y explique ¿que ha pasado?, ¿exactamente que vio? y ¿donde fue?

No había entrado inmediatamente al comedor debido a un momento en el que me... extravié y al pasar por las puertas para entrar al comedor fue el instante en que volví por completo en sí. También pasé por la otra puerta, pero las "personas" con las que estaba caminando no están conmigo ahora. Se quedaron al otro lado de la puerta y comprendo la razón. -Espero que su puerta les permita salir de allí.

Los presentes notan que me he quedado observando el otro lado de la puerta, absorto por un instante, y tras un suspiro la cierro. Paso mi mirada por los presentes, hago sinapsis tras notar la composición de todos los elementos en esta habitación, no sabía dónde estaba, y me digo a mi mismo que estoy en el comedor. Busco con tranquilidad, aparente, una silla (16) libre y la que está próxima a la mujer barbuda me parece idónea, pero al ver que el mimo estaría frente a mí cambio de opinión.

-Disculpen si me he retrasado. -Sigo con mi pensamiento de no querer un mudo con necesidad de atención moviéndose en todo momento y por lo tanto me dirijo una silla cercana, pero que no sufriré por tener que verlo y puede que la mujer que quedará a mi lado (-Trapecista- Valery Oddeline) quiera hablar, ya que el mimo muy seguramente no dirá nada. -No es necesario que sea mudo, pero hay algunos que se toman muy a pecho su profesión.

-¿Qué tal ha transcurrido la velada? Señorita... -Me dirijo a Valery con un tono bastante respetuoso mientras me siento.

El grito de terror me hizo girar la cabeza tan rápidamente que temí quebrarme el cuello, el mayordomo balbuceaba algo sobre un tipo destrozado y un monstruo. El único monstruo que conocía era el que estaba en la jaula y si había escapado ya estaba buscando donde esconderme. Me gustaría tener el tamaño de mi compañero de asiento, de esa forma podía colarme en cualquier escondrijo.

-Es un buen momento para que todos los caballeros muestren su hombría- le susurré a Milton, olvidando que no debo dejar salir lo que pasar por mi mente, pero todos parecían tan caballerosos cuando había polleras de por medio, que quería ver que harían ahora que un supuesto monstruo andaba destrozando al personal de la mansión.

No pensaba ir de cabeza hacia donde todos señalaban, incluso algunos afirmaban que había que ir en manada porque era más seguro. Claro, así el monstruo nos tendría a todos cerca para el banquete. Que vaya alguno de ellos, si escuchamos gritos correremos hacia el lado contrario.

-Oscar, ¿Bromas? Tengo amigos payasos y he escuchado muchas bromas, ¿Quieres ver hombria? Tengo dos hombrias, hombrio derecho y hombrio izquierdo, "dijo un borracho", "borracho pero cauteloso", "al peligro le esquiva con agilidad como gato al agua".-
-Pero si han destrozado al cocinero, pongamos serios, ¿Quien llenara nuestras barrigas? Mas aun, ya tengo entre cejas a los sospechos, o sospechosAs deberia decir, es lo único en mi no tan breve experiencia, capaz de destrozar a un hombre sin misericordia alguna, pobre aquel que sobrevive, con un corazon marchito y un alma apenada.-
-Con las disculpas de las Damas presentes. Que no tienen culpa alguna, hasta que se demuestre lo contrario.-
Parlamentó efimero y fugaz, sin prestar atención a si lo que ocurría era de bromas o era en serio. Tenian que estar bromeando con los invitados. ¿Dos muertes consecutivas?¿Una abominacion enjaulada? ¿Gente de circo reunida? Tenia que ser todo una gran broma.
-Vamos, vamos, vamos a la cocina si eso quieren. Tal ves nos tienen alli una sorpresa. Algun manjar de dimensiones descomunles que no pueden trasladar hasta aqui. Algo muy exótico. Y estan bromeando con nosotros.-

Antes de que Valery pretenda responderme, o puede que ni tuviera intención, me veo intrigado por Sir William, no sé el por qué de lo que está diciendo. -¿Qué ocurrió en mi ausen...? -En mi mente no se completa la pregunta y recuerdo al segundo hombre. -¿Ese era el cocinero? -Muevo mecánicamente mi mano derecha y cavilo. -Entonces si estaba muerto y ese era su espíritu. Como odio el limbo, solo espero que la puerta que ellos vieron... (Aquí solo estoy colocando esto porque asumo que ellos también vieron una puerta que para ellos lleva a un destino diferente) ...les lleve a su destino.

Podría confirmar la duda de Sir William, pero no sería oportuno y por el contrario sería una complicación para mi. -Eran dos hombres y uno de ellos era el tal cocinero, pero el otro... -Dejo mis cavilaciones y me concentro en el domador de leones observando cómo procede a salir de la estancia.

¿Una nueva muerte? - la mujer barbuda se revolvió inquieta. Su mecanismo de defensa estaba funcionando tan bien que nadie se quería sentar cerca de ella, tampoco la trapecista o el mimo atendieron a sus palabras, así que simplemente se dedicó a cenar con tranquilidad, pero aquel grito había perturbado su paz y la advertencia recibida se hacía cada vez más latente.

Pero, ¿Qué lugar es este?

           - Buenas noches damas y caballeros!     Si me permiten un lugar tomare asiento ... aquí que parece despejado!   Buenas noches!       Por favor pedonen mi retraso pero tuve que salir un momento de la casa para tomar aire fresco tras haber visto a la criatura enjaulada!! -     Dijo Samara antes de sentarse en el asiento 5, de preferencia dejando que algún caballero le arrimara la silla correspondiendo con una sonrisa cálida mientras que cruzaba fugazmente su mirada con la del anfitrión sin hacer expresión alguna.     Cuando iba a acomodarse para comenzar a cenar la acróbata escucha los ruidos provenientes de la cocina se pone de pie asustada calla su propio grito; tras escuchar a otros de los comensales pronto comienza a hilar la mujer y pregunta en voz alta:

           - ¿Quien más a muerto aquí?  ¿Estamos seguros en este lugar?  ¿Acaso habrá sido debido la criatura presa que trajo Sir Robert? ¿O debido al "tierno" cachorro que trajo Sir William?  -   

-Pero señor no vaya usted solo. ¿No ve que es peligroso? Acompáñenme señores, dejar solo a Sir William podría ser peligroso.

​Sin disculparse siquiera por levantarse de la mesa Jonathan salió con un torpe correteo hacia la cocina.
 

      - Esperen señores!   Si lo creen necesario yo les iré a acompañar con algún cuchillo de la cocina! -    Dijo la mujer mientras que recogía un par de cuchillos de la mesa y caminó detrás d eambos caballeros que han salido del comedor

La situación me parece cada vez más inverosímil. -Un abogado pretendiendo tomar acción en algo fuera de su trabajo, pero... ¿Hasta una dama se piensa inmiscuir en esto? -Lo poco coherente de la situación me choca un poco. -¿Acaso son morbosos? hay personas más apropiadas para que intervengan, no pretendan hacer un espectáculo de una situación así. -Mi voz tiene un tono de molestia bastante notorio y me imagino que solo faltaría que el payaso, el mimo y el enano pretendan intervenir. -Eso sería la gota que rebose el vaso.

         - No crea señor ... ¿Regulus?   que me agrada la idea de arriesgarme a ver lo que sucedió en la cocina !    Pero tal vez sea mas peligroso para todos que nos quedemos aquí comiendo desinteresados de lo que pasa afuera mientras que el par de hombres se asoman solos ... pero si usted galantemente se ofrece a acompañar a los caballeros y a avisarnos se lo agradecería muchísimo -    Respondió Samara mientras que regresaba a la mesa y se acercaba a la silla del médium con un caminar ligeramente provocativo para buscar un asiento disponible, antes de regresar los cuchillos a la mesa, esperando que él u otro caballero se ofrecieran a acomodar le el asiento de acuerdo a la etiqueta

La impertinente voz de la mujer denota que puede ser una de esas libertinas, una desfachatez y no pretendo siquiera mirarla. (Creo que estamos en una época en que la mujer es poco considerada en el ámbito intelectual y laboral, entre otras cosas) -Entiendo que entre nosotros hay alguien de la policía y un médico, que en esta situación son las personas pertinentes. -Una muerte no es algo que me alarme y es algo que se puede percibir en mi voz, aparte de un tono de desdén hacia Samara, para mí hay cosas mucho peores que simplemente morir.

Al ver que el mayordomo no dice nada y que como siempre hay gente que se creen héroes, decidí que es tiempo de visitar el lugar de los hechos.-Muy bien será mejor que revise lo que ha sucedido- le informo a nuestro anfitrión y a los invitados -Doctor, me gustaría que me acompañe si no es una petición difícil para usted, me gustaría que me ayudará a determinar la las causas de muerte si es verdad lo que se ha dicho aqui-