Partida Rol por web

1372 Año de la magia Salvaje, Alturiak, día 8 de la tercera Dekhana.... Noche:

El peor invierno de todos, tu mente no podía recordar uno peor en toda tu vida, ni siquiera aquél de hace 14 nevadas, en el año de las sombras cando los dioses caminaron sobre la tierra podría compararse con el actual, la nieve cubría totalmente las patas de los caballos en algunas partes; y el viento helado encontraba su camino a travéz de los mantos y abrigos para apuñalar las pieles de los que se atrevían a ingresar en las tierras salvajes, en las noches no había fuego capaz de mantener caliente a un hombre ala interperie.

Y ahí se encontraba Ser Mirkos Bensvleksthyr, capitán de la liga argenteada, liderando 40 espadas en dirección a la ciudadela enana de felbarr; por ordenes del gran mariscal de la liga argenteada Mézhramar Erasumé para reforzar un poco mas las defensas de la ciudadela, sus órdenes eran claras: llevar a salvo las 40 cabezas y devolverse únicamente con su equipo de guardia personal.

30 martillos enanos, 10 espadas humanas y su guardia de confianza marchaba bajo las órdenes del caballero y capitán de la liga. El lugarteniente y amigo, el enano Dredek, un experto explorador introvertido y malgeniado, experto en la supervivencia, el rastreo y la caza de orcos; Sylvia, una humana exiliada de una tribu de bárbaros Uzhgart, algo idisciplinada en combate y poco inteligente, pero que lo compensaba con su gran manejo en la mandoble y Selevas, una bella y sugerente semielfa apasionada por su arco y por vestir siempre bien (provocativamente), la escudera personal del caballero, quién pasaba el mayor tiempo a su lado. formaban la guardia de confianza del capitán Mirkos.

En su camino, tenían que rodear las montañas Nezher por el norte, tomar el sendero y luego seguir el río cursograna corriente abajo para llegar a la ciudadela felbarr, el camino habitual era por el paso de Argluna, pero la insaciable nieve había hecho que el paso permaneciera cerrado.
Dredek guiaba el camino y a menudo se alejaba de la compañia haciendo el rol de batidor y explorador, no le gustaba los fuegos que la compañia encendia en las noches para calentarse, llamaba mucho la atención, pero eso eran solo suposiciones, el enano no hablaba ni manifestaba su desacuerdo, pero Mirkos podía percibirlo, conocía al viejo hacía bastante tiempo ya.

El campamento estaba alzado y los fuegos totalmente encendidos, las guardias ya estaban designadas y solo restaba comer y dormir y esperar el sol del siguiente día, una sombra pequeña y robusta aparece silenciosa, como sombra en la oscuridad tras el capitan y líder de la compañia, era su fiel amigo Dredek.

Ser Benkesthyr -Siempre decía mal su apellido, cosa que irritaba a Mirkos, siempre le reclamaba, pero luego de tantos años sin poder, terminaba en risas y una anécdota mas para contar -Estamos a punto de entrar en la zona de peligro, adentarnos en el valle de Sundabar, entre las montañas de Rauvin plagadas de orcos y el campamento Wolmad de bárbaros sanguinarios Uzhgart de los ponies celestes; vengo de observar su campamento y hay mucho movimiento esta noche, quizá una celebración sagrada, se preparan para la guerra diría yo. Hay que andar con pasos aplomados y redoblar la guardia nocturna a partir de este momento y hasta llegar a la Ciudadela felbarr, entramos en un territorio plagado de ratas orcas.

Dredek dejar de llorar, orcos venir y mi espada recibir -Interrumpía la bárbara sentada cerca del fuego, a unos metros del caballero, su voz ronca, semejante a la de un semiorco -Si Dredek llorar, Sylvia cuidar!! Una carcajada sale de su garganta, una carcajada que inspiraba mas miedo que risa.

Sin lugar a dudas, la mujer exiliada era la mas ruda de toda la compañia, solía burlarse de los demás cuando podía sin que nadie le replicara algo.

Mirkos meditaba la situación mirando en simbolo de su dios que su madre le dió.

- Es una situación poco agradable -dijo Mirkos- Por un lado los orcos y por otro los barbaros, prefiero evitar la lucha innecesaria y llevar el máximo numero posible de hombres sanos y salvos a su destino. Deberemos estar muy alerta, siguiendo el consejo de Dredek redoblaremos las guardias y viajaremos de forma cauta con las armas a mano por si nos emboscán. Si no podemos evitar el combate...Sylvia ya sabe lo que tendremos que hacer. Sylvia, necesito todos los consejos que puedas darme para evitar ataques por parte de barbaros...o defendernos de forma efectiva si atacan.

Barbaros ponies celestes cobardes, Sylvia pensar en que no atacar a nosotros, ellos interesados siempre en pillaje y robo a pobres enanos, creerse dueños del valle solo porqué matar pocos orcos, pero no atacar a nosotros.

La bárbara podría ser muy torpe y lenta de mente, pero algo que le apasionaba aparte de su espadón, era las tribus Uzgarth, su antigua gente, sabía algo de todas las tribus y prestaba peculiar atención a cualquier historia o noticia acerca de ellos, incluso había entablado una relación de amistad -muy raro en ella- con el escudero de Ser Erazumé para poder tener acceso a reportes de los bárbaros, las otras noticias, aún siendo muy importantes, les prestaba poca y nada de atención.

Facción de Wolmad, en campamento Wolmad, él odiar enanos de todo tipo, pero no ser estúpido para atacar muchos de ellos -Dice mientras señala con la mano a toda la compañia.

1372 Año de la magia Salvaje, Alturiak, día 8 de la tercera Dekhana.... Noche:

De repente un grito interrumpe a silvia, uno de los enanos soldados -FUEGO!! gritaba mientras señalaba el flanco de la montaña.
Evidentemente, el fuego emanaba de la montaña a unas millas de la posición actual.

En esos momentos se devuelve el lugarteniente corriendo hacia su capitán.

-Capitán, ese es el campamento Wolmad, justamente el que estaba espiando, el fuego que observé no era tan alto, eso ya no es un ritual, el campamento se está quemano...... o lo están quemando!!

- Dredek, organiza a la tropa y llevala hasta mi, yo ire a ver que ha pasado ahí, Sylvia y Selevas, -dijo encaminando su caballo en dirección al campamento barbaro- venid conmigo, vamos a averiguar que ocurre.

1372 Año de la magia Salvaje, Alturiak, día 8 de la tercera Dekhana.... Noche:

El enano obedece y se retira a organizar las tropas.

Montado en su caballo pesado, el caballero emprende el trote, junto a Silvya que iba a pie (no le gustaba montar y se movía a la misma velocidad que el caballo de su capitán) y montada en un caballo ligero iba a su otro flanco Selevas, con el arco listo para ser disparado.
Unos 15 minutos a trote de caballo bastaban para acercarse lo suficiente y determinar lo que ocurría, el ardiente fuego lograba iluminar la zona lo suficiente para darse cuenta que había una batalla a lo alto del pico, en el campamento, una batalla que ya estaba sellada; una oleada de humanoides bajaba corriendo del campamento, huyendo, los derrotados se dirigían en dirección al capitán y sus 2 guardias. No tardó mucho en llegar el Lugarteniente montado en el lomo del caballo de un soldado que lo conducía, junto a las 40 espadas detrás de él; los enanos montados en ponys de guerra y los humanos en caballos pesados.

Tras la oleada de los que huían, venía otra oleada de humanoides persiguiéndolos, masacrando a los que lograban alcanzar....

Orcos -Mucitó el enano mientras desmontaba el caballo y caminaba junto a su capitán y a Silvya -Puedo oler su apestoso sudor y podrido aliento desde esta distancia, orcos de Rauvin, la tribu de los colmillos rojos es la mas cercana a la zona, quizá sean ellos.

Desenfunda sus dos hachas, una mas grande e intimidante que la otra, adornada con un cráneo de orco esculpido en acero -Esperamos sus órdenes capitán, que hacemos?

Mirkos da señal a los suyos de que le sigan mientras se acerca a los que huyen y grita bien alto blandiendo su escudo y su mangual.

- ¡QUIETOS TODO EL MUNDO!-dijo bien alto en comun para que los perseguidores le oyesen tambien y dando la señal a las tropas para que atacasen si no estaban dispuestos a hablar- SOY SIR MIRKOS BENSVELKSTHYR, LO QUE ESTOY VIENDO ME PARECE UNA ABERRACIÓN, OS DARE LA OPCIÓN A AMBOS BANDOS DE EXPLICAR SU VERSIÓN DE LOS HECHOS, QUIEN OSE ATACAR O HUIR SERA TOMADO POR INSTIGADOR Y SERA DISPARADO POR MIS TROPAS.

1372 Año de la magia Salvaje, Alturiak, día 8 de la tercera Dekhana.... Noche:

Los perseguidos, humanos todos, bárbaros, su número no superaba la mitad de los dirigidos por el devoto de Bahamut,  ignoran las palabras del caballero y siguen corriendo, la cara palidecía ante el miedo que sentían, en su expresión se les notaba su intención de huir; doblaron en ángulo y cruzaron el umbral del ejército de la legión argenteada.

Por su parte, los orcos que los perseguían quedaron estupefactos al ver tantas armaduras con brillo de plata bajo la luna llena, por un momento pensaron que se iban a rendir, pero seguían llegando y llegando mas, hasta que hubo suficientes para hacer vacilar al buen Mirkos, los orcos los superaban con creces, pero él era un hombre valiente y sus hombres obedientes y fieles, no iba a huir, no iba a correr, su honor estaba en juego.

El mas feroz de los orcos, un tuerto que portaba un espadón, escupió al suelo ante las palabras de Mirkos, alzo su espada y se dirigió a sus súbditos -Ughnath deurn Deizhlag!! -sus hombres respondieron ante el grito de batalla y empezaron la carga en contra de la legión argenteada.

Mirkos lanzo un desafio al lider mientras cargaba con sus tropas

- Soldados,permaneced unidos, guardia, cubridme. -dijo ahorrando las palabras que pudo para atacar al lider enemigo.

1372 Año de la magia Salvaje, Alturiak, día 8 de la tercera Dekhana.... Noche:

Como si se tratase de una sola persona, el ejército perfectamente sincronizado formó dos hileras, con las lanzas ergidas a la espera de la carga de las criaturas, los tres amigos de Mirkos se cerraban para formar un triángulo de seguridad sobre el capitán.

"La carga de los orcos" cuantas baladas no las mencionaban?, y se sabía porqué; una carga agresiva y sin piedad, avanzando con la fuerza de las olas del mar sobre los montados guerreros, la batalla había iniciado.

El caos de los orcos hacía que los defensores también sufrieran algo de caos, Mirkos luchaba con su espada larga, el colmillo de Bahamut, y su anillo de seguridad poco a poco se iba dispersando mientras luchaban contra otros orcos, el caballero se había separado de su posición inicial varios metros mientras combatía ferozmente, luchando hombro a hombro con su tropa.

Uno de los orcos lanza una estocada con su alfajón al caballo de Mirkos, y le proporciona una fea herida, haciuéndolo levantarse en sus dos pata traseras, haciéndo tambalear de su silla al caballero.

Mirkos logro controlar a su caballo ante el ataque, cambió su aura a la temible aura de escudo de energia, de forma que los ataques enemigos se volvieran en contra de estos meintras daba cera a los orcos de su alrededor.

1372 Año de la magia Salvaje, Alturiak, día 8 de la tercera Dekhana.... Noche:

El Caballero estaba pendiente de permanecer en su silla y combatir como para estar fijándose en el campo de batalla y en el estado de ella, solamente veía gran mayoría de cadáveres Orcos, pero eso no excluía ver cadáveres con armadura del símbolo que portaba en su hombro derecho, el de la legión argenteada, una luna y dos lanzas entrecruzadas, así mismo, la estratégia de los orcos era sencilla, despiadada, pero efectiva: Derribar los caballos; varios cadáveres de ellos se esparcían por el suelo. Por fortuna, los propios sobrevivientes bárbaros se habían unido a la refriega, atacando a los pielesverdes que recién habían destrozado su campamento.

Mirkos, para el momento de haber controlado su montura, se encontraba rodeado de 3 orcos, atacando a la vez con sus grandes alfajones, uno de ellos hace otra fea herida al caballo de guerra y otro alcanza a abrir una fea herida en un costado del capitán, haciéndolo gritar de dolor; pero a su vez, el orco se lleva una descarga que lo lleva al suelo y lo deja fuera de combate, retorciéndose y aullando de dolor

Una flecha atraviesa el cuello de uno de ellos, una rápida mirada revela el origen: Selavas se encontraba arrojando flechas a diestra y siniestra.

El último orco se preparaba para atacar, pero justo detrás de él, un gran Ogro había matado a un enano de un potente mazaso, y ahora había clavado su vista en el líder del ejército, con pasos pesados se acercaba cada vez mas ante el herido caballero, su respiración se sentía, jadeante pero con sed de sangre expresado en sus ojos, porqué no lo había visto antes?, en el fulgor de la batalla había ignorado que mas orcos se habían unido a la batalla y con ellos el ogro....

Ser Mirkos lanzo su desafio de caballero al nuevo combatiente, el ogro, pocos hombres podian sobrevivir a un golpe propinado por un ogro y debia eliminar esa amenaza antes de que matara a mas de sus hombres.

Dirigi mi caballo hacia él espada en mano dispuesto a eliminar a mi enemigo.

1372 Año de la magia Salvaje, Alturiak, día 8 de la tercera Dekhana.... Noche:

El caballero sale al galope contra el Ogro, lanzando maldiciones sobre él y provocándolo para que se concentrara únicamente en él..... Con éxito.

Una gran cortada en el hombro del Ogro lo hace tambalearse y casi caerse, la rabia se desprendía en sus ojos rojos como rubís opacos, la sangre salpicaba la impecable armadura del caballero y su sedosa capa.

El gran mazo del Ogro golpea el aire, cuando ágilmente el caballero hace una maniobra con su montura y logra esquivarlo, la rabia en el ogro únicamente aumenta, y suelta un rugido que intimida a algunos de los presentes cercanos.

Mirkos desvia el mazo del ogro con el escudo para abrir su guardia y asestarle un segundo ataque en el pecho con la esperanza que sea el ultimo ataque necesario para tumbarlo.

El Caballero seguía golpeando y esquivando al Ogro, pero su concentración es tal que ignora por completo al Orco que había dejado atrás, este, con su alfajón, logra hacer un corte en la espalda de Mirkos, pero no se salva de recibir una descarga que lo hace chillar, vacila para atacar de nuevo; la posción del Ogro y del orco ahora es mas ventajosa, flanqueando al rival.