Partida Rol por web

1372 Año de la magia Salvaje, Khes, día 2 de la primera Dekhana.... Mañana:

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El Elfo abre finalmente sus ojos, recuperando la conciencia, se encontraba en un saliente del flanco de la montaña, muy malherido, todo el cuerpo le dolía, la sangre aún brotaba de todas sus partes, hematomas cubrían todo su cuerpo y cualquier movimiento que intentara le dolía como nunca.

Se arrastra como puede al interior de una caverna natural y enciende un fuego como puede, para calentarse del frío inminente que lo ataca desde todos los ángulos.

Pronto cae dormido, aunque en un sueño intranquilo ya que cada movimiento lo despertaba con un agudo dolor, hasta que finalmente amanece, un amanecer extremadamente frío y con una ventísca de gran fuerza, según tus conocimientos del clima, así será todo el resto del día.

El despertar era trágico, los huesos dolían como nunca, su mano, brazo y pierna sobretodo, opacando el gran dolor que también sufría en su cabeza y demás partes del cuerpo.

Con su mano menos herida y ayudado por su pie menos magullado, consigue arrastrarse al interior de una caverna, encender un fuego con unas pequeñas ramas y sobrevivir como puede hasta el otro día.

El nuevo día llega dándole la espalda al Montaraz, el viento soplante y el frío intenso, sumado al dolor general del cuerpo, impiden que el elfo se levante, únicamente lo hace cuando la ventisca habría mermado durante un instánte para conseguir algo mas de leña que mantuviera su fuego ardiendoy conseguir algunas ramas flexibles que le sirvieran para mantener su brazo lo mas quieto posible; un par de tablas amarradas con lianas servían la misma función para su pierna.

El resto de día racionó el agua que le quedaba en su odre y bebio de a pequeños sorbos durante el día, prefiriendo calentarse bajo el fuego, durmiendo todo el día y toda la noche.

1372 Año de la magia Salvaje, Khes, día 4 de la primera Dekhana.... Mañana:

El clima no amainaba en absoluto, la esperanza de un nuevo día con un clima mas calmado, se perdía cuando el sol allegaba un nuevo dia frío y oscuro, el viento no mermaba y la nieve empezaba a caer desde lo alto del cielo.

Por fortuna, Dargun la cueva solamente tenía una pequeña abertura por donde el viento apenas alcanzaba a ingresar y el fuego mantenía la pequeña caverna tibia, el frío de afuera solo se sentía cuanto tenía que salir al árbol seco de la saliente por ramas que permitan el fuego mantenerse vivo.

Su estómago empezaba a mendigar por algo para sí, sufriendo de retorcijones y fuertes dolores de estómago.

Si el día pasado no quiso salir de la caverna, lso vientos y la nieve lo imposibilitan en este nuevo día

Maldito plan!!, maldito Druida!! Si tan solo me hubiera plantado firme en mi plan original, pero no, confié en la sabiduría que suelen tener los Duidas de esa orden, de la orden de la hoja verde, Demonios y diablos caigan sobre ese traidor que me dejó a mi suerte y se marchó nada mas con su invisibilidad!!

La mañana y la tarde pasaba envenenando sus pensamientos en contra del mediano, bebiendo de a sorbos de su odre hecho de cuero de rozhé, un regalo de los agradecidos ciudadanos de fuerte Nuevo, su segundo hogar, después de la espesura.

Finalmente sale a exponerse al frío para seguir su rutina de recolectar las ramas, su cuerpo aún estaba muy adolorido y no se sentía mejor con el paso de los días, sumándole a eso el dolor de estómago y el hambre que empezaba a sentir cada vez mas con cada hora pasada.
Una vez termina su odre de agua, aprovecha la nieve y lo llena de ella, la pone junto al fuego para derretirla un poco y poder beberla -Al menos tengo suministros de agua de sobra, es mas peligrosa la deshidratación que la hambruna Pensaba a medida que intentaba aplacar -sin éxito- el hambre con agua de nieve.

1372 Año de la magia Salvaje, Khes, día 5 de la primera Dekhana.... Mañana:

El día llega de nuevo tras una fría y amargada noche, el frío parece penetrar la piel y entrar a los huesos, incrementando el dolor de las terribles heridas de hace algunos días que aún no empiezana a mejorar, la comida aún escasea y la barriga la pide cada vez con gritos mayores.

El sol brilla después de unos días que parecieron Dekhanas; la nieve aún se acumulaba en la saliente de la montaña y el frío aún golpea afuera, pero la neblina y la ventisca habían desaparecido casi por completo; un hecho que hace que los ánimos aumenten, así sea un poco.

Al fin el clima daba tregua al infeliz montaraz, quien había permanecido demasiado tiempo en una cueva, esperando recuperarse, pero esperando podría morir de inanición y prefería morir a su manera, a la manera salvaje la cual había soportado el paso de sus muchos años en la tierra del norte; si un caballero moría dignamente bajo la espada de un excepcional luchador, él también podría buscar un fin bajo las garras de un animal salvaje.....

Se levanta suavemente, toma su odre de agua y se lo amarra al cinto, conservándolo bien asegurado, al parecer era en estos momentos un arma que podría salvarle la vida mas que sus propias espadas.

Mi arco.... Mataorcos!! Maldita sea, se ha quedado arriba!!, los orcos probablemente deban habérselo robado ya!! maldita sea!!, maldito mediano, malditos orcos, malditos todos!!.

Se incorpora con gran esfuerzo, apoyando sus sucios y desgastados guantes sobre la pared de la caverna e impulsándose con su pierna izquierda, la otra dolía con tan solo apoyarse, pero debía hacer un esfuerzo sobrehumano si quería salir con vida de la situación en la que se encontraba......

En su pasado se había enfrentado muchas veces a la muerte, muchos combates con orcos, a veces demasiados de ellos o a veces muy poderosos, no le causaba verguenza haber huido de esos engendros para sobrevivir y matar muchos mas, pero sin duda, en este instánte encaraba la peor de las situaciones cercanas a la muerte, debía recurrir a la reserva de sus pocas fuerzas que aún tenía y encarar frente a frente el destino, arrebatarle su alma de las manos de Kelemvor, quizá otro día podría juzgarlo, pero no este día, no iba a permitirlo.

Cogeando se despide con una mirada del fuego que lo había mantenido caliente durante estos últimos días, sabía que se enfrentaría al crudo frío, toma la manta de invierno y la viste, con la capucha cubriéndole el rostro. Toma la capa élfica y se la pone encima de la mata, con la esperanza de que esta le ayudara a camuflarlo allá afuera, no deseaba encontrarse con una criatura diferente de una liebre o un ratón de campo o alguna pequeña criatura que pudiera servirle de alimento.

Siente el frío golpear su cuerpo al salir de la cueva, haciéndolo estremecer de pies a cabeza, se acerca al risco y mira al vacío y hacia arriba Mejor bajar que subir, la caida sería menos.... dolorosa apoya su pie en una roca saliente y empieza su descenso sobre el risco, adolorido de piernas y brazos, pero con la voluntad plena de seguir su marcha hacia el flanco de la montaña. Una vez abajo, intentaría conseguir algo para su estómago.

1372 Año de la magia Salvaje, Khes, día 5 de la primera Dekhana.... Tarde:

El descenso resulta dificultoso, el brazo, la mano y la pierna duelen por sobre las demás heridas del cuerpo, cada vez se volvian mas frecuentes las paradas en alguna saliente para descansar, recuperar el aliento y beber algo de agua.

Casi todo el día se pasó en escalar poco y descansar mucho; el sol ya se marchaba a las espaldas de las montañas, cuando llegas al punto bajo, donde un riachuelo con una corriente corría montaña abajo.

No fue muy difícil conseguir una trucha cazada con una de la flechas que aún conservaba el montaraz, comida cruda y sin cocinar, parecía un manjar a la lengua del hambriento herido; casi de un solo bocado se la traga para satisfacer el pedido inclemente de su estómago.

La oscuridad empezaba a caer rápidamente en las altas montañas, cuando a la vista una cueva podría servir de refugio.

Quieto........ Quieto como una roca......

Así permanecía el montaraz, concentrado únicamente en el riachuelo, como si su mundo se hubiera reducido a un solo lugar y un solo instánte, esperando a que pase desprevenidamente su víctima.

PLASHH...!! suena el agua al agitarla con su mano fuertemente, aturdiendo momentáneamente una trucha que pasaba desprevenida, un pobre pez que el destino lo puso a su suerte y a su fin ante la flecha clavada en su cuerpo.
COn su daga, el Ranger abre en dos al pescado, sacándole las tripas que no son comestibles; como un tigre rojo hambriento, como la bestia salvaje que era, empieza a comer desmesuradamente la carne del pescado recién cazado, su estómago lo obligaba y su educación le impedía tener ciertos 'modales' en la mesa!!.

El mas agradecido por la comida era su barriga que ahora estaba satisfecha, listo para seguir su camino, con la capa élfica cubriéndole el cuerpo y la manta debajo calentandolo; cojo y a media velocidad, empieza a deambular en dirección al riachuelo durante el resto del día, escondiéndose y haciendo frecuentes pausas para beber del arroyo.

Cuando el sol mermaba, Dargun logró encontrar una cueva donde podría meterse a pasar la noche, pero no se atrevería a prender un fuego y llamar la atención de criaturas indeseables; no contaba con el intenso frío que haría durante su momento de descanso............

1372 Año de la magia Salvaje, Khes, día 6 de la primera Dekhana....Solana:

El frío penetraba en la cueva salvajemente, y acurrucado se encontraba el montaraz para calentarse con su propio calor corporal, ayudado por el fuego de la fogata, pero esta noche, parecía que el fuego no ayudaría....

El frío helado no parecía desvanecerse de Dargun, y su cuerpo poco a poco empezó a dormirse completamente por el extremo frío, perdiendo completamente el conocimiento......

Por fortuna, el fuego era suficiente para arder toda la noche, y parte de la mañana.... para entonces, el frío ya no era tan intenso y la conciencia volvió al montaraz, pcoo a poco, pero su cuerpo aún estaba helado, donde quisiera que lo tocara, frío y rígido, pero había vuelto a abrir los ojos.................. afortunadamente.

El Montaraz empezaba a perder sus esperanzas..... poco a poco sigue avanzando a través del riachuelo, buscando algo que comer mientras lo hacía.

Intentaba mantenerse contra la pared del risco o del flanco de la montaña, para buscar apoyo a su maltratado cuerpo, siempre que esto no lo alejara demasiado del riachuelo, sabía que el exito de la supervivencia consistía en mantenerse hidratado todo el tiempo y no iba a dejar escapar la oportunidad de seguir el río, finalmente, el riachuelo debería llevar a algún lugar mas abajo, hacia la salida de las montañas.

1372 Año de la magia Salvaje, Khes, día 6 de la primera Dekhana....Tarde:

El día transcurría igual que el anterior, con un montaraz molido por las heridas y debilitado por el frío; seguía el cauce del río intentando hallar la salida, apoyándose en las paredes de la montaña y avnzando a un ritmo muy lento, haciéndo multiples y largas paradas para comer alguna baya, algun pescado o algun animalejo que se cruzara en su camino.

En una de sus paradas, el montaraz lograba visualizar una figura que salía de una de las cuevas, muy cerca de su posición; una figura grande y fornida, una criatura a la que ya había enfrentado en algún pasado, un Troll..... parecía pasar desapercibida la presencia del hombre por el momento, pero sus pasos lo llevaban en su dirección.

Dargun se paralizaba durante unos instántes al ver venir a semejante criatura, no podría combatirla, al menos no en el estado en el que se encontraba, pensaba que su fin había llegado y que terminaría siendo alimento de Troll.

Pero la fortuna estaba de su lado, y el Troll no se había percatado de él aún, con movimientos suaves se aparte del río, en dirección al risco, donde se agazapa detrás de una roca y se mete bajo su capa éfica que lo ayuda a mimetizarse en su entorno.

1372 Año de la magia Salvaje, Khes, día 6 de la primera Dekhana....Tarde:

El enorme Troll pasaba lentamente a unos pocos metros de Dargun, olisqueando el aire con su ancha nariz deforme, sus ojos parecían desboirdarse de sus cuencas cuando por un instánte observó la posición del malherido ranger, pero siguió derecho, sin parar ni mirar atrás.

Fue cuando ya estaba fuera de toda vista, que el Dargun decidió quitarse la capa de encima y volver a salir, el sol poc a poco se ocultaba tras las montañas y ya venía siendo hora de buscar otro refugio en el cual pasar la noche.