Partida Rol por web

Mirkos estaba en aprietos por el orco que tenia detras,pero sabia que su enemigo mas peligroso era el ogro que tenia delante, el ogro estaba herido y no debia quedarle mucho para caer asi que decicido propinarle un golpe menos arriesgado.

1372 Año de la magia Salvaje, Alturiak, día 8 de la tercera Dekhana.... Noche:

El "colmillo de Bahamut" atravesaba como mantequilla la dura piel del Ogro, a la altura de su gargánta, cortándola y dejándo su cabeza descolgada; pesadamente el cuerpo del Ogro cae al suelo, levantando polvo bajo sí.

Al voltear para enfrentar al orco, este tenía sus manos sobre su gargánta, intentando sacarse una flecha que la atravesaba, pero al intentar gritar, salía un chorro de sangre que bañaba las espuelas y las botas de Mirkos, de nuevo, una flecha de Selavas penetraba un orco.

Sin darse cuenta en que momento; los orcos se habían desvanecido, huyendo hacia las montañas los pocos sobrevivientes de la batalla, los gritos de regocijo de los aliados se escuchaba sonoramente haciendo eco sobre las montañas, enanos, humanos y bárbaros por igual esbozaban sonrisas de alegría y alzaban sus armas al aire...

La Bella semielfa gracilmente se baja de la roca en la que se encontraba, intenta recuperar flechas que no se encuentren rotas, las limpia sobre las ropas de los enemigos; tras recoger un par de ellas, se dirige hacia su capitán..

-Señor -Dice arrodillándose cortesmente sobre el capitán -Conté 8 bajas de los nuestros, y otros tantos heridos, pero logramos ahuyentar un número que nos superaba por mucho, la victoria es tuya señor...

La bárbara aún jadeaba, respirando muy fuertemente, su pecho se inflaba y se desinflaba de manera abrupta y sus ojos aún estaban rojos e inyectados en sangre, su espada estaba bañada en purulenta sangre de orco, escurriendo y dejándo un rastro rojo/marrón a medida que Sylvia se acercaba a la semielfa y a Mirkos.

-Lucha dura, orcos muertos, victoria nuestra -Decía con un amague de sonrisa en su cara, sus ojos se clavaban ahora en la semielfa -Tu y tu débil arco..... Intentar entrar mas en batalla, atrás no sentirse placer de sangre salpicando en cara!!, no regocijarte del grito de los que claman piedad!! ser lo divertido de la batalla, sino, que haces tú en la legión??.

Mirkos se saco el yelmo tras la batalla, liberando su ufana melena negra, aun con gotas de sudor en su frente.

- Gracias por el reporte -dijo sonriendo calidamente a Selavas- Lo has hecho muy bien.

Mirkos se lamentaba por los 8 caidos, no podria entregar los 40 hombres a su destino,era una lastima,pero podria haber sido peor. Sacando el simbolo de Bahamut se dirigio a Sylvia.

- Tanto el arco como la espada son necesarios Sylvia, si todos lucharamos cuerpo a cuerpo podriamos no tener espacio suficiente como para luchar de forma efectiva.-dijo para luego dirigirse a Selavas- Selavas, llama a los heridos a mi presencia,usare el poder de mi dios para curarlos un poco, ya sabes, con heridas serias.

Una vez dadas las instrucciones Mirkos entono una pregaria mentalmente a Bahamut para dedicarle la victoria a él y a Azuria mientras se bebia una poción.

El calvo y barbudo enano, mas alejado del resto, trotaba en zancadas que sus cortas piernas le permitían, para agruparse con sus compañeros de más confianza.

-Señor, son nueve los caídos -Dice quitándose el casco, enfundando su hacha y agachando la mirada -siete son de nuestra raza y otros dos los de la tuya. varios heridos, pero pocos de gravedad, solo un par de orcos quedaron vivos, apenas con fuerzas para alzar su pesado cuerpo, sin duda podría ser un regalo mas que bienvenido para el rey Emerus CoronadeGuerra, para sacárles información de los movimientos de los orcos....... Ahh se me olvidaba, que torpe soy; los orcos no son de la tribu de los colmillos rojos como lo pensaba en un principio; son orcos de la tribu vecina "Los cráneos rotos", extraño acontecimiento verlos tan lejos de su territorio....

Su mirada queda perdida en el horizonte oscuro, negro como el abismo mas profundo, sus ojos reflejaban una nostálgia rara vez vista en el recio Enano.

Los Orcos Cráneos Rotos......

Entre sus filas se cuentan cerca de cincomil cabezas de pieles verdes, liderados por una triada de líderes que ahora luchan hombro a hombro en torno a un fin común, volviéndolos sumamente peligrosos.
Sin duda es el mayor y mas poderoso peligro del valle de Rauvin y la horda mas organizada, las ciudadelas enanas de Felbarr y Adbar reportan un aumento sustancial de las actividades de esta tribu en los alrededores de sus territorios y ahora, con sus hachas combatiendo como una sola, hacen que incluso los martillos de los reyes Emerus CoronadeGuerra y Járbromm tiemblen de solo pensar en el alcance de estos infames orcos.
Los reportes indican que no solo luchan para un fin común, sino que sus líderes son expertos tácticos y han ideado la estrategia de dividirse en "Garras", un contingente de unos 80 orcos; a su vez, las "Garras" se dividen en "Zarpas", organizadas en unos diez orcos cada una.
No mucho mas se puede decir de esta tribu, salvo que su momento se acerca...........
 

1372 Año de la magia Salvaje, Alturiak, día 8 de la tercera Dekhana.... Noche:

El cansado pelotón se sienta formando un círculo alrededor de su líder, escuchando uno de los influyentes discursos de Mirkos, sin duda la moral se elevaba aún mas, y las heridas ya no dolian tanto, un líder innato sin duda alguna, generando inspiración entre sus hombres.

Los hombres descansaban unos instántes y recordaban anécdotas de los caídos, ignorándo por completo a la decena de tímidos Bárbaros Uzhgardth que reposaban un poco alejados del ala principal del grupo.

Finalmente, uno a uno se fueron levantando los legionarios, a cavar tumbas para los caídos y para hacer vigilancia, esperando las ordenes del caballero de Bahamut.

Un gran bárbaro, se levanta de su grupo y se acerca tímidamente, con cautelosos pasos; Sylvia y Dredek saltan apresuradamente con las manos en sus armas, interponiéndose entre el bárbaro y Mirkos...

un Bárbaro de gran contextura física, pelo rubio opaco, decorado con adornos rústicos, propios de los bárbaros Uzhgardt, sus ojos son azules claros, como arroyos primaverales que descienden de las montañas; porta orgullosamente cicatrices en su cara y en su cuerpo como trofeos de batallas luchadas.

Con cara de soberbia, mirando por encima del hombro al enano que impedía su paso abre su boca -Yo no quiero problemas, solo quiero hablar con su líder...!!

El enano y la bárbara permanecían en su posición, como torreones de grandes castillos.

Ser Mirkos meditaba sobre su posición, los orcos del craneo rojo parecian una gran amenzada, tenia que llevar a los prisioneros a la ciudad para sacarles la máxima información posible.

Aun centrado en sus pensamientos oyo como un bárbaro se acercaba

- Dejadlo pasar -dijo Mirkos activando su aura de presencia,evocando el respeto que imponia un dragón- Estoy interesado en lo que tenga que decir.

El enano y la guardaespaldas se miraron un instánte y vacilaron en cumplir las órdenes de su capitán; pero antes que este lo repitiera, se hicieron a un lado.

-Oh señor plateado, mi nombre es Wolmad, soy el señor del valle y soy el líder del campamento que ha quedado destruído allá arriba, si no os molesta mi intervención, hay gente nuestra aún escondida en los hogares o en los alrededores del campamento y también hay orcos aún merodeando los alrededores -Mientras hablaba elocuentemente, se percibía algo de educación en este bárbaro, algo muy raro entre los Uzghardth quienes hablan sin conjugar los verbos, como su fiel Sylvia -agradezco enormemente vuestra ayuda, hubieramos perecido si no hubierais aparecido, pero debo volver allá arriba y buscar mas sobrevivientes de los mios, pero temo que no somos suficientes y necesitaré ayuda vuestra, si es posible allegar a vuestra compasión y misericordia.

-Pero como te atreves a pedir aún mas salvaje -Dice la escudera de Mirkos, con gesto arrogante -Suficiente hemos hecho para salvarte el pellejo a tí y a unos cuantos mas!!. Agradece ofreciendo obediencia a Ser Mirkos Bensvleksthyr, sangre del dragón, fiel ciervo de Bahamut y capitán de la legión argenteada!!, ahora tenemos que cumplir órdenes aún mas importantes que no te conciernen, pero son infinitamente mas importantes que perder el tiempo y mas vidas con tus insignificantes peticiones -finaliza lanzándole al bárbaro una fiera y desconfiada mirada, con su arco largo apoyado en el suelo y sostenido con su mano derecha, mientras con la izquierda acaricia las plumas de una flecha de su carcaj que colgaba de una de sus seductoras y destapadas piernas.

Mirkos medito seriamente las palabras del bárbaro y las palabras de su escudera. Estaba debatiendose entre dos deberes, como decia su escudera, no podia perder mas vidas y tiempo a la ligera pero tampoco podia dejar a necesitados de lado.Por otro lado tenia un mal presentimiento.

- Hablas de una forma muy culta ¿Donde habeis aprendido a hablar asi? Por otra parte, estoy considerando tu  petición, pero necesito su opinion sobre el tema -dijo Mirkos señalando a Sylvia- antes de tomar una decisión.

El bárbaro devuelve la mirada con fiereza a la semielfa, lanzando un ligero rugido y mostrando sus amarillentos dientes.

-No fui criado por los bárbaros, crecí en el seno de una familia de buena fortuna de la lejana ciudad de Athkatla, en Amn, familia inmiscuida en la política y el mercadeo, con ansias de poder y yo iba a ser el único heredero de un creciente imperio, hasta que mi padre decidió dar batalla abierta a las sombras del concejo de los seis, jurando desmantelarlos y derrocándolos......... Bueno, el hombre ni ninguno otro excepto yo, logró salir con vida de la ciudad tras un ataque de los ladrones de las sombras de Amn, viajé al norte y bueno, estos bárbaros me dieron cobijo cuando me rescataron de las sombras de la muerte..... El resto es solo palabrería, Ser Mirkos.... Ayudadme!!

-Yo tener vida mas dura que tuya, y yo no contar porque no querer recordar vida con bárbaros -Su sapiencia de los bárbaros Uzhgardt era reconocible, al igual que el rencor que albergaba su corazón contra ellos.

La bárbara escupe el suelo y masca un pedazo de cuero que arranca de su manga -Yo estar con Selavas, cosas mas importantes tener en mente que rescatar malos bárbaros, violadores incursores....

-Ser, disculpa meter la lengua donde no ha sido invocada, pero estoy deacuerdo con las mujeres, no tiene caso arriesgar mas vidas de la legión por salvar a unos insignificantes bárbaros, sobretodo cuando estos han hecho mal a este valle, asaltando caravanas inocentes, violando mujeres inofensivas y esclavizando niños para sus menesteres, creo, señor, que estos...... Salvajes no merecen una vida mas, y sinceramente señor, la victoria contra orcos aumenta la moral de los hombres, pero valió la pena perder siete vidas por salvar unos salvajes que de todas maneras ya están condenados?, vale la pena perder mas vidas??, creo que serían de mayor utilidad en la ciudadela felbarr, bajo el mando del paladín Yandal Filastro, combatiendo contra enemigos que en realidad amenazan a los señores enanos??. El Enano había adquirido un tono rojizo en su cara de tanto hablar, con algo de rabia en su tono, toma un gran sorbo de agua de su odre y espera la respuesta de su capitán, cuando el bárbaro interrumpe de nuevo.

-La bárbara habla con rabia y el enano sin conocimiento, dejarás que el rencor y la ignorancia guie tus desiciones?? -Lanza otra fiera mirada al enano, quien a su vez se pone mas rojo y pareciera que fuera a explotar; si su líder no estuviera presente, Dredek se hubiera lanzado a darle un merecido.

-Hay niños y mujeres inocentes allá arriba, merecen la pena morir solo porque un enano ignorante lo dice?, no somos malvados y nuestros enemigos no son mas que los orcos, y solo cobramos peajes a las caravanas por el servicio prestado, no asaltamos ni violamos ni esclavizamos, si quieren subir, verán que ningún cadaver o ser viviente es ajeno a la tribu de los ponis celestes.

Mirkos medito la situacion agarrandose un mechon de su obscuro pelo, le dio una vuelta y luego lo soltó.

- Vigila las palabras que usas para dirigirte a mis hombres de confianza -dijo Mirkos clavando su mirada en los ojos del bárbaro- Despues de todo eres tu el que pide ayuda...

Mirkos suspiró antes de continuar.

- Aun asi, no puedo arriesgarme a dejar morir a niños y mujeres inocentes por ello -dijo mirando a sus tres hombres de confianza- Lo siento, pero debo hacerlo, Wolmad, te concedo unas pocas horas de mi tiempo, tus hombres y tu encabezareis la marcha, y yo ire junto a las dos damas aqui presentes y 10 hombres en buen estado. Os ayudare a rescatar a los supervivientes que pueda rescatar ahora y me iré.

Luego se dirigio a Dredek

- Tu te quedaras con el resto, confio en ti para dirigirlas en mi ausencia si es preciso.

Finalmente se acercó a Selavas susurrandole al oido que no quitara ojo de Wolmad por si acaso y se volvio a poner el yelmo.

-Si esa es tu desición, Ser, la cumpliré con lo mejor de mi, reuniré las diez mejores espadas que tengamos a disposición, supongo que además irán Sylvia y Selavas? o me equivoco?.

El enano marcha a paso firme hacia el resto de los hombres, habla con unos y con otros, y en menos de nada, 10 hombres en fila y bien formados se encontraban a disposición de las órdenes del capitán.

-Nosotros, señor, volveremos al campamento que dejamos atrás, a tan solo unas millas lejos de aquí.

-Pero que decir enano tonto??, claro que yo ir con él.

Respondía la pregunta retórica que había hecho el enano, algo enojada por la insinuación de que tal vez podría quedarse atrás, el Enano simplemente la ignora y emprende su marcha en la búsqueda de los hombres, mientras Sylvia se queda maldiciendo -a juzgar por su lenguaje corporal- en un idioma que solamente ella conocía y que pronunciaba cada vez que se enojaba, era un idioma quizá inventado por ella, porqué ni los eruditos magos de Argluna sabían de que se trataba, pero captaban algo del antiguo idioma de Nezheril, un idioma antiquisimo.