Partida Rol por web

Entre las pertenencias de los orcos sólo encuentras, sus armas y armaduras, algo de comer con una pinta muy poco apetecible, y algunos objetos personales sin el menor valor. Entre todos los cadáveres consigues reunir 17 monedas de oro, 21 de plata y 34 de cobre.

Vuelvo a pediros disculpas. Os había confundido con un seguidor del dios de la guerra y las batallas.

Una vez seguro de que nadie va a ayudar a su compañero, él mismo se arrodilla a su lado y trata de parar la hemorragia.

viendo lo que hace el mago, me acerco a el y con buenas palabras le digo:

Gracias por la ayuda antes, pero los despojos se reparten entre todos los del grupo amigo mio.

-De nada. Y no esperaba otra cosa, amigo. +contesta en el mismo tono+ Aunque estos miserables tenian bien poco... Las armaduras y armas nos daran algunas monedas en la ciudad, si las llevamos y vendemos, pero por lo demas... eran unos mendigos.

Enseña las que ha juntado.

-17 piezas de oro, 21 de plata y 34 de cobre... a repartir entre 7. Eso nos da 2 piezas de oro, 7 de plata, y 7 de cobre para cada uno, quedando 5 de cobre sobrando. No creo que halla valido el esfuerzo...+comenta con sarcasmo. El dinero apenas alcanzaria para una comida decente o un dia de posada...

No, no me corresponden a mí una parte. – No Cynan yo no he abatido a nadie mi objetivo sigue vivo. Repartiroslas entre vosotros así como el resto de las cosas.

Encoje los hombros al oir esto de bruto Olaff y cierra los ojos un segundo, modificando las cuentas. Las matematicas son una sencillez para alguien de su calibre...

-Eso nos da ... 3 piezas de oro, 2 de plata y 4 de cobre por persona, entre 6. Que gran cambio eh? +sonrrie con sorna...

Me gustaría más rebañarle el cuello a este maldito elfito pero imagino que estas monedas podrán alimentarme en su lugar por varios días. Me aproximo a Cynan y le tiendo mi ensangrentada mano para que me entregue mi parte. Aunque esto no paga del todo su afrenta... además aun tiene que respondernos una serie de preguntas... como ... qué narices está haciendo aquí junto con sus colegas.

  Olaff no soy quien para pedirte que salves al elfo moribundo, pero sería una acción buena que facilitaría que el elfo, digo mirando a Caranthir, soltara la lengua.

 Y por cierto compañero, nuestro amigo Elessar seguro que agradecería que trataras sus heridas, digo intentado que las mías pareccan menso importantes de lo que son.

 Ademas debemos dejar este lugar cuanto antes no sabemos que el ruido del combate atraerá mas orcos.

Me quedo mirando de hito en hito a Auris. – O sea yo tengo que ser alguien desinteresado y salvar a uno de sus compañeros para que me siga pagando con mentiras.

Mirando los cadáveres de los orcos. – Y para compensar vosotros atacáis y después asesináis a quienes nada os habían hecho, ¿es eso lo que pretendes?

– Si queréis su vida, ¿Quién le ofrece la suya a mi hacha?¿Tú?

Mira loco de mierda, has actuado como un cobarde, has abandonado al grupo en el que estabas para actuar traicineramente, menos palabras grandilocuentes y mas actos, no vi que te lanzaras a la refriega al cuerpo a cuerpo, ¿así sierves a Tempus?.

 A esos orcos se les ha dado un final rápido algo que dudo que ellos hubieran hecho por ti o por cualquiera de nosotros, si alguna vez vuelves a amenazarme espero que lo respaldes con actos. Haz lo que quieras, pero no vuelvas dirigirme la palabra escoria.   

Tiende su parte a Klaktor, al tiempo que saca la suya y se la guarda en el cinturon. Mientras escucha el debate filosofico sobre salvar o no al elfo, no dice nada, pero ante el ultimo comentario sobre Tempus no puede evitar dar una acotacion.

-Ah!.. punto para Auris...+murmura al nivel justo para que se le oiga...

– Puede que seas mejor en teología pero no recuerdo en que pasaje Tempus es aliado de los elfos y enemigo de los orcos.

– Por otro lado tienes razón si fuera un verdadero servidor de Tempus no habría permitido una cosa tan cobarde como asesinar gente dormida. Pero para tu sistema de valores debe ser de lo más heroico.

No se sabe muy bien por qué pero Elessar cobra la consciencia. Le duele todo el cuerpo, se siente débil y mareado. Abre los ojos y no entiende lo que ve. El elfo con el que hablaron en el pueblo casi muerto rodeado de gente, Olaff y Auris encarados chillando como energúmenos... Con un quejido y apoyándose en su arco, se pone de rodillas.

--"Eh...Eh... ¿Os parece un buen sitio para discutir?, os recuerdo que..." se queda sin voz durante unos segundos "... es fácil que haya más orcos y somos presa fácil. Tomemos al elfo, ya me encargo yo de el, lo que queráis de los muertos y marchémonos a otro sitio más seguro."

Se calla y tras unos segundos mientras se incorpora con verdaderos gestos de dolor... --"¡Ah! y agradecería que me echaseis una mano con esto" dice mientras señala la fea herida de su torso.

Recojo mi parte de Cynan e ignorando la disputa me aparto unos metros, situandome en el perímetro del grupo. De espaldas al mismo oteo el bosque como olfateando al acechante enemigo a la espera de que termine la pequeña trifulca.

 Y después de jugarse la vida enfrentándose a guerreros orcos, los miembros del grupo han decidido gritarse entre sí. Maravilloso. Eso es lo que pasa cuando pones a varones musculosos y de cabeza hueca... La elfa diría algo, pero sólo conseguiría se atacada verbalmente a su vez o bien perder influencia entre unos u otros. Guerreros, da igual su raza, edad o dios, todos son unos pendencieros. Poco a poco se iba dando cuenta que la escuela de magia era un lugar excepcional, absolutamente excepcional.

El chamán orco, que había caído en un sopor mágico, es despertado por vuestras voces (o quizás no, pero es probable). Trata de ponerse en pie pero no puede, pues está bien atado. Mira a su alrededor confuso hasta que recuerda lo que ha pasado, entonces se resigna a su situación y deja de debatirse mientras os observa.

Master aun no me has dicho que tienen el elfo muerto, y antes de la discusión te dije que lo registraba, si veo que el otro muere tambien pues lo registro.

El elfo no tiene gran cosa. Su espada y escudo, su armadura, 8 monedas de plata y provisiones para un par de días.