El número de pergaminos y las prisas del ladrón me hacen sospechar sino serán, algunos por lo menos mágicos.
Me cuelgo de nuevo el hacha en la funda y dejo la lámpara en la mesa tras apartar algunos de los documentos para poder mover bien los dedos para lanzar un conjuro. – Klaxtor mientras abres la puerta intentare descubrir si al final en lugar de mapas estaba robando pergaminos con conjuros.
Lanzo el conjuro “detectar magia”
Le dedicaré todo el tiempo necesario.
Caranthir, un elfo herido al que traje yo misma al templo. Nos indicó que fuéramos a ese edificio... No, no entiendo nada... -dice confusa la joven elfa, desconcertada por lo que le acaban de decir. ¿Cómo es que nos ha enviado a un lugar así, si está deshabitado? ¿Puede ser algún tipo de conspiración o montaje? No tiene sentido y en todo caso sería algo muy elaborado. Ansiosa por obtener respuestas, mira anhelante a la sacerdotisa del templo.
Al primer intento la puerta no se abre, así que la derribas como las otras. Al hacerlo, te das cuenta de que la puerta no estaba cerrada con llave, sólo atascada por la humedad y años de desuso. La habitación al otro lado tiene, sobre todo, polvo, mucho polvo. Aparte de eso, sólo hay un armario destartalado que ha sido vaciado hace mucho tiempo, así como una ventana a la que han clavado varias tablas. Hace años que aquí no entra nadie.
Te concentras unos segundos mientras le pides a tu dios que te conceda la visión de lo arcano y te permita discernir la magia oculta en el lugar. Cuando vuelves a abrir los ojos examinas con detenimiento la habitación en busca de auras mágicas. Tras unos segundos compruebas que ninguno de los papeles de la habitación es mágico, sin embargo, sí que detectas un aura en la pared. Cuando apartas los papeles que hay en esa sección, revelando la pared desnuda, compruebas que hay algo mágico dentro de la pared. Aunque el aura no es muy intensa.
Triste por no poder ser de más ayuda, trato de aclarar las cosas con la joven.
Me temo que no se de quién habláis. No hay ningún herido en el templo y es la primera vez que oigo ese nombre. Me siento mal por no poder hacer nada más. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudaros?
Me sorprende el resultado ya que es inesperado.
Saco la daga del cinturón y comienzo a dar pequeños golpes en la zona de la pared que indicaba el conjuro. Busco sonidos que me permitan delimitar algún hueco en que este lo que debía buscar el que se me escapo.
- Klaxtor en esta pared hay alguna cosa magica que debía ser lo que buscaba el ladron.
-¿No es este acaso el prado de la estrella, el templo de Corelon Larezhian? No soy una anciana humana con demencia senil y recuerdo perfectamente haber traído a un elfo herido a este templo... -los ojos de la bella Naurnes se estrechan según su suspicacia crece. Y crece por momentos.
A las palabras de Olaff respondo con mi presencia junto a él dejando de lado la polvorienta habitación.
Interesante... continúa, puede que haya algo ..
Me entretengo revisando los pergaminos y el resto de la habitación a la espera de Naurnes. No es cuestión de destrozar una pared mientras teóricamente buscamos gente atacada por un ladrón.
Como imagino que tendré tiempo tomo 20 en buscar.
Hace poco que he vuelto al templo de hacer una visita, pero os aseguro de que aqui no hay ningún herido, ni elfo ni de otro pueblo. Abro más la puerta para permitirle el acceso a la joven. Podéis comprobarlo vos misma. ¿Donde estaba el herido cuando lo visteis por última vez?
Naurnes traspasa la puerta del templo con el ceño fruncido y la impertinencia y arrogancia propia de una joven recién llegada a la edad adulta. Sin dudar se dirigió al lugar donde había visto por última vez al elfo herido, Caranthir, que de ser cierto lo que dice la sacerdotisa no sólo no estaría en el edificio, sino que además se habría quedado con un anillo y una carta que no le pertenecerían. Pero no podía haber sido un engaño tan elaborado, ¿o sí? Elfo, capaz de hablar élfico y hacerse pasar por alguien de la compañía abatida... Fallaba algo, pero todavía no sabía qué.
Te diriges directamente a la habitación donde dejasteis al herido Caranthir pero allí no hay nadie. Ni el elfo, ni sus cosas, ni la carta ni el anillo. Es como si aquí no hubiera estado nadie. Pero estás segura de que fue aquí donde lo dejasteis.
Busco alguna vela o tea para intentar encender...
Elessar busca algo que poder encender por la habitación, pero no es fácil. Lo más que puede hacer es improvisar una antorcha.
Tirada: 1d20(+5)
Motivo: Buscar
Resultado: 8(+5)=13
Mientras esperáis, revisáis los papeles. Eso llevará tiempo, pero al menos estáis entretenidos mientras los demás aparecen. Lo que habéis visto hasta ahora no aclara demasiado. El texto os resulta indescifrable a ambos, y apenas tiene dibujos. Y los pocos que hay son muy esquemáticos y no entendéis las anotaciones que tienen, así que ni siquiera sabéis lo que estáis mirando... Lo único que sacáis en claro es que todos estos papeles son de diversa procedencia. Algunos parecen extremadamente antiguos y otros bastante nuevos. Y aunque no podéis entenderlos, os resulta evidente que algunos no están en el mismo idioma que los demás.
Ya me cansa esto... bajemos abajo. Si quieren que venga otro a mirar estos papelotes... sólo se que tengo hambre y aqui no hay nadie que me de viandas. arrg!
Y ese ladrón digo que eran mapas… Puede que ni entrara en esta habitación.
- También se me esta acabando la paciencia Klaxtor. Pero si marchamos puede que nos acusen de lo que haya echo ese bandido.
-¿Qué truco es este? -exclama la joven elfa, cada vez más nerviosa por toda la situación. El elfo no estaba y por tanto buena parte de su camino y sus intenciones en el viaje estaban en entredicho. No entendía lo que sucedía y ésto, para alguien de su intelecto, resultaba altamente desconcertante, además de frustrante. Uno de los dos ha mentido: o bien la sacerdotisa o bien Caranthir, ya no sabía qué pensar... El templo, desde luego, parecía muy real.
Perdón por mi retraso, no tenía el ordenador en condiciones :-(
No hay truco, os lo aseguro. Aquí no hay nadie más.