Partida Rol por web

- Los farasmitas me tienen sin cuidado, algunos son útiles para curar a los menos hábiles. Me interesa más lo del oro, esas 500 monedas me vendrían muy bien y es un placer negocios con vos. Mantendré los ojos y los oídos bien abiertos en nuestra próxima tumba pero... ¿cómo reconoceré el Ojo cuando lo vea?

(Saber (religión)) Los gules son no muertos que acechan en los cementerios y se alimentan de cadáveres. Las leyendas cuentan que los primeros gules eran o bien humanos caníbales cuya hambre blasfema les hizo volver de entre los muertos o bien humanos que en vida se alimentaron de los restos en descomposición de sus congéneres y murieron (y renacieron como gules) debido a las enfermedades derivadas de dicha dieta. La verdad es difícil de determinar.

Los gules acechan en los límites de la civilización (en o cerca de cementerios o alcantarillas de las ciudades) donde pueden encontrar amplios suministros de su comida predilecta. Aunque prefieren cuerpos en descomposición y a menudo entierran a sus víctimas para que el sabor mejore, aunque comen cadáveres recien fallecidos si tienen suficiente hambre. Los rumores de gules más inteligentes y sofisticados, que viven en reinos subterráneos compuestos por miles de estas criaturas no han sido confirmados.

-Buena pregunta. Los textos hablan de él pero ninguno de ellos dice exactamente qué es. Supongo que es ahí donde aquel que se merezca el dinero por encontrarlo comienza a ganarse el sueldo dice la mujer mientras golpea con el índice un par de veces el pecho de Jacen. -Vé y corre la voz, quizás salga algo bueno de esta estúpida lotería, después de todo sonríe de medio lado mientras toma otro pequeño sorbo de vino.

- Creo que ya ha salido algo bueno... estaré atento por el Ojo.

(Saber (local)) Jacen no tenía ni idea de qué podía ser el Ojo del Erudito. Pero tampoco es que la teología y los lugares sagrados en general fuesen su fuerte.

Tras un par de bebidas más, los Raiders hablan con Farhann para alquilar habitaciones por 4 días en el Diente y la Cachimba.

Exhaustos tras un largo día, los aventureros se retiran a descansar al piso superior, preguntándose qué nuevas aventuras les deparará el asignamiento de mañana.