Partida Rol por web

Antes de que existiera la taberna, e incluso antes de que existiera la ciudad, existía una mazmorra. Todos conocen esta historia, la han escuchado una y otra vez, por toda variedad de gente, cada noche, a cada nuevo visitante del Portal Bostezante o curioso. Ahí acuden aventureros de todos los rincones del mundo e inclusive de otros planos.

Hace mucho, mucho tiempo, un mago poderoso llamado Halaster construyó una torre junto al monte de Aguas Profundas y escarbó en las profundidades que habían empezado a construir los enanos y los drows para buscar un poder mágico todavía mayor, que al parecer no es al Mago Loco al único en llamar.
Halaster y sus aprendices expandieron los túneles que encontraron y con el tiempo crearon un laberinto tan basto que hoy se conoce como Bajo Montaña.

Durante muchísimo tiempo los secretos de Bajo Montaña permanecieron ocultos, muchos aventureros buscaron descubrirlo sin éxito, en un sitio donde eran dejados los más peligrosos criminales a su suerte. Todo cambió cuando llegaron dos Hombres, un guerrero llamado Durnan y un zacandil llamado Mirt.
Fue el primero, que tras regresar de la mazmorra cargado de riquezas y tesoros abrió la taberna que hoy es conocida como el Portal Bostezante, nombrado así por los ruidos silbantes provenientes de la profundidad de la tierra que hacen honor a su nombre. Han pasado varios siglos desde eso.

Pero todo esto ya lo saben y muy bien. Llevan semanas mirando como grupos, envalentonados por la cerveza y los vitoreos se han introducido en la mazmorra para no volver. Ustedes no planean ser parte de ellos, cada uno, son aventureros experimentados con sus propios propósitos que van más allá de la fama y la fortuna.
Sin embargo, siempre se puede aprender algo nuevo de Bajo Montaña.

El Portal Bostezante se había convertido en un lugar habitual para Asheara. Casi que se podría decir que la mujer se había convertido en una de sus habituales. Casi. Era cierto que la aventurera acudía allí casi cada noche que tenía libre, pero no lo hacía para relacionarse con los parroquianos. Se trataba de un lugar mucho más bueno que cualquier otro para encontrar trabajo y el ambiente era agradable. Además, desde que recibió aquella carta de Lorwyn sentía como el pozo central la iba atrayendo. Era una sensación casi física.

Por eso en los últimos días se había afanado en buscar a un grupo de aventureros que se uniera a ella para bajar de una vez Bajomontaña. Cada día que pasaba era un día perdido. Tenía que bajar ya. Necesitaba comenzar de una vez su expeidicón por los dominios del infame Halaster Capanegra. Su tiempo se acababa y su única esperanza se encontraba ahí.

Seguramente por eso cuando Asheara llegó, se limitó a pedir una copa de vino y buscó una mesa apartada donde sentarse y esperar con cara de pocos amigos. Esperaba que sus compañeros no llegaran tarde o tendrían que aguantarla de un humor insufrible.

 - ¡Eh, Asheara! No pongas esa cara tan mustia que espantas a los pretendientes -dijo una voz acompañada de una sonora carcajada.

Provenía de la planta superior de la taberna, donde se encontraban las habitaciones. Allí arriba estaba Tandora mirando a Asheara. La robusta enana pelirroja dio un salto sobre la barandilla y se precipitó hasta el suelo... más o menos.

En plena caída, Tandora alzó el enorme martillo por encima de su cabeza (como un paraguas). Éste empezó a brillar con tono azulado y durante unos instantes el tiempo parecía ir más despacio en torno a la enana¹. Exageradamente despacio, inusualmente grácil y con cara de satisfacción, Tandora ''cayó'' junto a la mesa de la humana².

Para Asheara aquello no era ninguna sorpresa, pues aquel numerito de caer flotando Tandora lo hacía continuamente. Le divertía ver las caras de los demás.

 - ¿Todos los preparativos listos?

Tandora llevaba pocos días en Aguas Profundas, y los había invertido en encontrar gente capaz y dispuesta para ir Bajomontaña y en prepararse para lo que pudieran encontrar allí abajo. Su mochila desbordada, el mandil abarrotado y varias bolsitas de cuero enganchadas en los muslos daban fe de aquello.

Sin sentarse, olisqueó el aire.

 - Qué raro, no detecto el olor a hierbas del druida, dónde se habrá metido.

Un sonoro gruñido seguido de una retahíla incoherente de murmullos casi pudieron sobresaltar a ambas cuando justo desde la mesa contigua a la que estas hablaban, la voz del druida se dirigió en concreto a la enana.

- Confiar en los sentidos te hace incapaz de percibir lo que realmente existe... - un aro de humo salió directamente de la boca de Drünegar hacia las dos mujeres antes de concluir su frase - ...lo que realmente ES - dijo enfatizando de forma algo siniestra la última palabra.

Salvo por la pequeña ascua que emanaba de su pipa, el aspecto del enano parecía estar envuelto en oscuridad, pero esto sólo era una ilusión de las sombras que proyectaba parte de la escalera bajo la que se encontraba su asiento. Aunque para sus compañeros estas apariciones y rarezas ya empezaban a resultarles habituales, todavía había muchas ocasiones en las que su comportamiento aún les hacía recorrer un pequeño calambre en la nuca. 

El viejo druida tenía sus ojos fijos en un punto en concreto de la taberna en el que aparentemente no parecía haber nadie, pero del que no podía dejar de apartar su vista como si realmente este estuviera contemplando algo que le hacía centrar toda su atención. Su amplia frente era recorrida por un par de moscas sin que su incesante vaivén pareciera importunar lo más mínimo al enano. Un breve ataque de tos hizo que girara su la cabeza hasta terminar escupiendo sobre la mesa, acto que hizo que automáticamente las moscas salieran volando trazando círculos alrededor de su cabeza hasta se perdieron de la vista, aterrizando en cualquier otro lugar de la taberna lejos del grupo.

La tenue y lúgubre luz de la taberna cambió cuando la puerta se abrió de par en par, con ella un chorro de aire fresco con un agradable aroma a hierba recién cortada inundó el ya cargado ambiente de la misma.

Una silueta recortó la deslumbrante luz que se colaba del exterior, una silueta perfecta, pero con donde debía estar la cabeza se alargaba hasta acabar en una alta punta.

Cuando se cerró la puerta, sonó una música celestial que nadie sabía de dónde provenía, unos brillantes ojos verdes asomaban debajo de un capuchón alto y puntiagudo. Era la silueta de un cuerpo atlético y perfectamente formado. Una cota de malla se delataba con su brillo metálico debajo de un tabardo con un símbolo desconocido para los pocos que ya estaban en el interior. Una espada colgaba del cinto y varias puntas de jabalinas asomaban junto una mochila de viaje que llevaba a la espalda.

La música seguía sonando, era tranquilizadora y evocadora, que junto al olor a hierba recién cortada hacía que el personal se trasladase por un momento a lugares de paz y de armonía.

Luego esta persona miró alrededor y pronto se dirigió a la mesa de Asheara y Tandora.

• Saludos- se inclinó hacia ellas- mi nombre es Eferalgan de Unah y busco quien me acompañe a ese pozo de mísera magia para cumplir mi venganza- y con esa frase, se quedó mirando con ojos inexpresivos pero inevitablemente bellos…

Un bardo se dispone a practicar, afinando su laud, con eso el sitio poco a poco comienza a cobrar vida. Una camarera, una ya bien conocida comienza a recorrer las mesas. Generalmente los primeros en llegar eran los que preferian la calma al caos que vendria despues. Podia verse nobles en su mayoria, gente que hablaba de negocios o tambien un grupo de jovenes aventureros de no mas de 18 años reunidos en otra mesa y señalando con el dedo todos aquellos tesoros que relucian en cada rincon de la posada, como muestra permanente y tentacion de lo que se podia conseguir debajo. A las notas las acompañan otras, otro bardo que se le une, sentandose a su lado. Detrás de la barra, Durnan prepara las bebidas, sirve platos, una pequeña preparacion y calentamiento para lo que vendria despues. 

Algunos huéspedes de las habitaciones superiores se acercon a la barandilla a observar a la enana y su extraño artefacto tras lanzarse. Una mujer en especial, llena de joyas y una tunica exotica, destacaba entre las personas que miraban hacia abajo. Desde ese punto se podía observar perfectamente la amplitud y profundidad del pozo, un agujero iluminado por antorchas colocadas en línea recta hacia su interior, perdiéndose a muchos metros de profundidad, hasta el fondo, nada más ni nada menos que 140 pies. Encima de esta, una sencilla cuerda que bajaba hasta el interior. 

Con Eferalgan, creando efectos ilusorios a su paso con prestidigitación, el grupo esta completo. Asheara fue la primera en reconocerlo, pues fue Lorwyn, quien estando al tanto de que estaba buscando un grupo, le puso en contacto con él como otro conocedor de la magia. Pues este paladin segun Lorwyn decia ser aprendiz de un mago importante, uno que estaba relacionado con otro incluso por encima de un arcano y lo estaba buscando. 

A diferencia de los demás, este extraño paladin se acababa de presentar. Sabian que pese a sus exentricidades, o tal vez debido a ellas, Drunegar estaba mas que dispuesto a bajar, aunque no sabian para que. Lo importante es que parecia estar capacidado...o tal vez no tenian otra opcion, lo necesitaban.

Tandora por otro lado sabian que buscaba a su hermano y considerando lo que habia alli debajo, pudo haberle pasado lo que sea con el,  pero gracias a rumores aqui y alla saben que tal vez los zentharim podrian saber algo y que puede seguir con vida. Asi fue como dio con Asheara, quien ha trabajado para ellos mas de una vez. 

director...¿tu crees? Que para darle realismo a la narración, es necesario que les informes que mi personaje ha realizado trucos.

A ver... teóricamente. ¿Por que ellos lo iban a saber? No veo la forma. 

Otra cosa, que un jugador lo diga como parte del rol, porque se le ha ocurrido... pero que lo digas tu, pues le quita realismo a la narración y a la situación.

Vamos, que en este momento, realmente es algo tonto, pero a mi me has chafado el aire misterioso que pretendía dar.

Después de este comentario. Y tu narración, ¿qué es lo que esperas que hagamos? Que por cierto tampoco he entendido muy bien lo que querías decir.

Por cierto, ¿quíen es Lorwyn?

Y que me aclare. Pensaba que esta escena era para crear la historia del motivo de conocernos, no que tu la pusieras. Por lo que yo me había preparado mi propia historia... Ahora, no se si me conocen, o no, o que...

Teóricamente, yo pensaba que no conocía a nadie, pero al acabar de abrir la taberna, como tu dijiste, los que estaban, eran los que estaban, por eso podría dirigirme a los únicos que había... No tendría que conocerlos de antemano, ni tendrían que saber mi historia. Ahora no se que hacer ni decir ni que pensar...

Es narración, no dije que los personajes lo supieran, a menos que lo ponga específicamente. Esta bien descrita la escena por tu parte, solo quiero que este claro.

Y que me aclare. Pensaba que esta escena era para crear la historia del motivo de conocernos, no que tu la pusieras. Por lo que yo me había preparado mi propia historia... Ahora, no se si me conocen, o no, o que...

Solo me adapté a la situación, entendi que querías rolear que no los conocías, pero había dicho antes que el grupo ya se conocía. Nadie me propuso lo contrario asi que asumí era así. Pero no tengo problema con que sea de otra manera, solo improvisé.

Lo de Lorwyn, es un vinculo, es un medio elfo mago. No te lo había dicho pero pensaba hacértelo. En si, nadie te conoce, solo Asheara ha escuchado sobre ti, luego que le hablaran de ti como recomendación para la misión.

como tu dijiste, los que estaban, eran los que estaban, por eso podría dirigirme a los únicos que había...

 Dije que varios grupos estaban dentro, y seguían entrando más

 No tendría que conocerlos de antemano, ni tendrían que saber mi historia. Ahora no se que hacer ni decir ni que pensar...

No te conocen ni saben tu historia.

Ahora no se que hacer ni decir ni que pensar... ¿qué es lo que esperas que hagamos?

 Nada en particular, solo que conversen y se conozcan

Ah por cierto, aun tenemos pendiente definir tu pasado. Si tienes algo en mente sería conveniente que me lo hicieras saber

Si, por supuesto.. Claro k tengo algo en mente, por eso el comentario.. Esta tarde te lo pongo a ver que te parece. 

Asheara ignoró el comentario de Taldora. No porque le preocupase espantar a los pretendientes, sino porque tenía otras preocupaciones en marcha. Además ver a la enana haciendo payasadas cuando ya estaba de un humor regulinchi, tampoco ayudaba.

Por suerte para la humana¹ sus compañeros no se demoraron en demasía. No sabía mucho de ellosy eso era algo bueno. Meterse con un zentharim en un lugar como Bajomontaña era una idea pésima. Así que la mujer había tanteado sus contactos en los bajos fondos para saber sobre ellos. Y si no había información, significaba que eran mejores personas que ella. Y lo mismo podía decir por el recién llegado elfo. Un último regalo de Lorwyn. Estaba claro que su antiguo compañero todavía sentía algo por ella.

Ojalá fuera recíproco.

—Yo soy Asheara—se presentó al elfo, luego hizo lo mismo con los enanos—. Ellos son Taldora y Drünegar. Lorwyn me dijo que vendrías.

La mujer pensó en decirle algo ácido a Eferlgan sobre lo que pensaba de ir con su propia banda sonora, pero se contuvo. Los necesitaba y eso significaba que tenía que llevarse bien con ellos. Así que en lugar de decir nada, le dio un sorbo a su copa de vino y examinó a sus tres compañeros una última vez. No podía perder más tiempo, así que le iban a tener que valer. Cada día que pasaba sin bajar a ese pozo era un día menos que le quedaba por delante.

—Bueno pues ya estamos todos. Si queréis comer o beber algo antes de bajar hacedlo antes de que esto se convierta en un gallinero.

Tandora se giró hacia Drünegar al escucharlo a su lado. Había conseguido pillarla desprevenida. Sonrió de medio lado.

 - ¡Já! Si algo realmente existe debe tener un efecto perceptib... -la enana se disponía a empezar otro ''debate filosófico'' con el enano, una práctica habitual entre ambos, cada uno con su visión del mundo.

Pero algo llamó su atención e hizo que mirara hacia la puerta. Eferalgan se acercó a ellos acompañado de aromas y sonidos, y Asheara, que al parecer estaba al tanto de su asistencia, hizo las presentaciones.

 - Tienes estilo, elfo -dijo la guerrera saludando con la cabeza y con mirada de aprobación; al parecer ella no era la única que le gustaba hacer apariciones llamativas- Drünegar, quién nos iba a decir que acabaríamos compartiendo misión con un orejas picudas, ¿eh?

Por todos era conocido el pique ancestral entre enanos y elfos, sin embargo, en las palabras de Tandora no había malicia. 

 - No sabía que seríamos cuatro -añadió mirando a Asheara- pero es bueno saberlo, toda ayuda es bienvenida.

Tandora por fin se sentó en una silla de la mesa de su compañera, y con las manos hizo gestos al druida y al paladín para que tomaran asiento.

 - Pues eso, al lío -frotó las manos enérgicamente- he estado haciendo acopio de cosas, y tengo todavía oro disponible. ¿Necesitáis algo antes de bajar?