Partida Rol por web

La taberna es pequeña y por dentro es sucia y poco iluminada, hay un malhumorado enano en la barra de la taberna y un par de viejos borrachos hablando de cuando Neverwinter era una ciudad tranquila y sobre como los viejos tiempo eran mejores ... sin ninguna duda si Gundren quería pasar desapercibido aquel lugar era perfecto, nadie en su sano juicio entraría alli si no estuviera loco o quisiera no ser observado por ojos curiosos.

Solo hay 3 mesas en la taberna, una cerca de la puerta con los dos borrachos que aprovechan la luz del sol que entra desde las mugrientas ventanas, otra esta rota por la mitad, parece de un hachazo y solo queda otra mesa a parte de la barra para beber o sentarse.

Isildel avanzó con la mirada ausente, acariciando la puerta de entrada y dejándose llevar por el cartel ¿Cuantas historias había visto esa taberna? ¿Cuantos aventureros y cuanta sangre habían vertido sus reyertas? ¿Cuanta cerveza habían derramado sus celebraciones? Sus pasos apenas despertaron los crujidos del suelo de madera, como si la propia taberna aceptara su entrada sin rechistar. Con paso vacilante paseó la mirada por los parroquianos, no había poder en ellos, no había gloria ni heroísmo, no había magia, ni fuego en sus corazones.

¿Porque Gundren le había citado allí? Quizás el incorregible enano prefería un lugar triste anodino y solitario para los secretos de su misión, la verdad es que la paranoia de su viejo amigo le había sorprendido. Y sin embargo sus sueños y visiones despertaron caminos en la niebla, guiados por los hilos del destino. Algo en lo hondo de su ser le advertía que esa era una misión crucial para el servicio a Mystra, la diosa a la que había consagrado su juventud y su vida entera.

Con solemnidad ausente se acercó a la barra y se dirigió al posadero.

- Un vino élfico y algo de fruta fresca, por favor.

Sin esperar respuesta se sentó en la única mesa que quedaba disponible y sacó el pesado volumen de plegarias a la diosa de la magia y la hechicería que guardaba en su petate, recitando en voz baja algunos de sus salmos. Ausente a su alrededor, abstarido en los caminos del sublime tapiz que conectaba la magia y el destino en su intrincada urdimbre.

El posadero te pone el ojo nada mas entrara por la puerta, y los dos borrachos ni te hacen caso cuando entras, su mirada es de todo menos amigable como suelen ser los enanos si no te conocen, pero solo sigue tu movimiento hasta la barra cuando le pides. 

- Un vino élfico y algo de fruta fresca, por favor.

Te escucha abriendo mucho los ojos, estaba claro que no esperaba alquien como tu entrara en su establecimiento - Un elfo ... como no ... aquí solo hay Cerveza Enana y estofado de caza ... si lo quieres siéntate, y si no lárgate de mi taberna elfo. - dijo de manera brusca mientras comenzó a rellenar una jarra de cerveza . - Y mira el cartel ... se que tu raza es muy de conjuros, como en algún momento me parezca que haces algo raro, te corto la mano con Lirio - dijo mientras señalaba la enorme hacha de batalla. Estaba claro que no te iba a echar, pero no era del agrado del posadero

Isilden levanta la mirada vacía de expresión, tras los comentarios maleducados  tuerce los labios con desaprobación.

- Está bien, estoy esperando a alguien importante así que, aunque me pese, no puedo abandonar su local. Tomaré una cerveza enana en ese caso, gracias.

Dijo dirigiendo una leve inclinación de cabeza al enano y devolviendo su mirada y pensamientos al libro de plegarias. La verdad es que esa reunión con Gundren estaba suponiendo toda una prueba de fe. Hojeó el pesado volumen encuadernado en cuero púrpura y recitó en un susurro cuando encontró una de sus páginas de pergamino.

- La fe debe ser forjada, puesta a prueba bajo el fuego y el martillo y enfriada con el hielo de una disciplina férrea y una convicción inquebrantable.

El enano no dijo ni una sola palabra más, al poco tiempo aparece en la mesa y deja caer una generosa jarra de cerveza que salpica la mesa del golpe y un cuenco de madera con un estofado oscuro y denso con una cuchara o algo parecudo. Mira el libro que ojeras y chasquea la lengua cuando ve letras y símbolos raros ... - Te estoy vigilando ...- dijo mientras se aleja de tu mesa para que disfrutes de las viandas.

Freyr entró en la taberna con paso decidido, echó una rápida ojeada al lugar y no le sorprendió en absoluto lo que se encontró. Conocía bien a Gundren y sabía que si lo que iba a tratar era importante lo haría en un lugar tan poco agradable como este para evitar orejas indiscretas.

Freyr no dudó ni un instante en acercarse al tabernero. Era un enano típico, se le veía a la legua, afortunadamente él no iba tener problemas por ello. - Buenos días camarada. Le dijo en el más cerrado posible idioma enano. He venido para encontrarme con otro de los nuestros, ¿puedes ponerme una deliciosa cerveza enana como la de ese elfo de ahí? Freyr esperaba que el elfo no entendiera su idioma.

Le había sorprendido que un elfo se encontrara en un sitio así, pero no tanto que estuviera bebiendo cerveza en vez de vino o hidromiel, probablemente en un lugar así no hubiera mayor variedad. Qué raro... ¿estará esperando a Gundren también? Pensó el enano mientras esperaba a que el tabernero le sirviera la cerveza.

la cara del enano fue inespresiva cuando entro Freyr, ya era raro que entrara tantos clientes en tan poco tiempo, pero al menos era un enano el que se acercaba a la barra

 - Buenos días camarada. Le dijo en el más cerrado posible idioma enano. He venido para encontrarme con otro de los nuestros, ¿puedes ponerme una deliciosa cerveza enana como la de ese elfo de ahí?

El enano comenzó a servirte la cerveza mientras que en un Enano perfecto de las montañas comenzó a conversar con Freyr. - el que buscas no será un elfo ..., pues uno entró hace un rato y esta ahi sentado ... te puedes creer pidiendo vino elfico y fruta fresca que broger *, parece que también espera a alquién ... - golpeo con fuerza la jarra de cerveza la barra dejándola delante del Enano, y aun en enano le dice - Ponte donde quieras ... - dejandolo solo para entrar en la cocina en busca de algo

Tras una larga caminata a través de la espesura del bosque y bordeando alguna que otra aldea, por fin había conseguido llegar al sitio indicado.

Elowanher, de pie y frente a la poco pintoresca taberna levanta la mirada, observa con atención la fachada del lugar, luego, vuelve sus ojos hacia el pergamino que lleva en las manos, asienta con  alivio y, sin más, se dirige a la entrada. Al llegar, ingresa con decisión, avanza a través del interior apenas unos cuantos pasos y detiene su marcha, entonces con su aguda mirada se dispone a observar cada rincón del recinto para encontrar el familiar y característico rostro que hacia tiempo no ha visto. El rostro de Gundren.

Todo esfuerzo fue vano pues no parecía haber rastro alguno de ese enano, pero al menos algo de información inmediata si que fue conseguida. Pues pudo percatarse de la presencia de otro elfo que inmediato llamó su atención y, con quién decidió dirigirse al instante.

-Saludos hermano elfo agrega acercándose con profunda reverencia hacia Isildel, luego sigue: -Mi nombre es Elowanher, y, me preguntaba si podríais ofrecer vuestra ayuda, estoy buscando a un enano y, no precisamente es el tabernero sino alguien aún más aguerrido, es  posible que durante vuestra estadía en este lugar habréis visto alguien así....?termina apelando creer que por compartir mismo tipo de raza alguna oportunidad existiría.

Isildel levantó la mirada con gesto ausente, evaluando silenciosamente al acompañante que acababa de sentarse a su mesa. devolvió su mirada al libro y habló con tono educado y distante.

- A no ser que seais hijo de Finedel viento salvaje y Earendel siento tener que corregir su afirmación, no somos hermanos. 

Pasó lentamente una de las paginas acariciando el diagrama y repasando mentalemnte varios esquemas.

- Y en cuanto a vuestra petición.. Si no aportais más rasgos distintivos a parte de ser un enano aguerrido que no es tabernero temo no poder ser de mucha ayuda. 

Levantó por un momento la mirada y realizó una respetuosa inclinación de cabeza en dirección a Elowanher.

Ni yo ni nadie de hecho.

Añadió entre dientes absorto en su lectura.

- Si quereis puedo invitaros a estofado.

Dijo apartando el cuenco humeante en dirección a su acompañante.

¿El elfo? Preguntó Freyr sorprendido en respuesta al tabernero. ¡No! Agregó aún en enano de las montañas. Freyr no pudo evitar carcajearse cuando el tabernero le contó todo lo del vino y la fruta. Ja, ja, ja, ja. Por último, agradeció al tabernero antes de que se marchara. Gracias por la cerveza y la información.

El corpulento enano se giro con su cerveza y tras dar un largo trago se dirigió a la mesa de los elfos. Para advertir de su presencia soltó una gran bocanada de humo de la pipa que estaba fumando. Sabía que a los refinados elfos no les agradaría, al igual que el lugar, la cerveza y el estofado que parecía no querer comerse uno de ellos, pero debían adaptarse y Freyr había decidido no ponérselo fácil. 

El enano dejó la jarra de cerveza en la mesa dando un golpetazo y se sentó antes de mediar palabra. Muy buenas amigos elfos. Dijo con la mayor amabilidad con la que había aprendido a hablar a sus clientes no enanos. Por lo me han dicho y les he escuchado desde la barra, los tres esperamos al mismo enano, ¿me equivoco? El enano preguntó sin mayores miramientos. 

Antes de que pudieran responder estiró el brazo para volver a acercar el cuenco de estofado a su legitimo dueño y con una amplia sonrisa, evidentemente muy forzada, le dijo. No creo que a nuestro amigo... Señaló con un leve gesto con la cabeza hacia la barra. ...le guste que no pruebe la comida que le ha servido. Si me permite el consejo, cómaselo. Freyr miró al elfo directamente a los ojos y se mostró muy contundente en sus palabras. Conozco a los de mi raza y créeme, la mayoría lo encontrarían irrespetuoso. Aclaró el enano suavizando el tono y devolviendo su brazo al asa de su jarra de cerveza para volver a dar otro largo trago.

Entré en la taberna con cautela, capucha echada para delante, tapando la parte superior de mi rostro. Los enanos no eran la raza mas conocida por su hospitalidad. Mi mirada se dividió entre el tabernero y los presentes. Parecía haber un grupo formándose. Elfos junto a un enano. Por su aspecto, parecían haber compartido su buena cantidad de camino.

Me dirigí al dueño de la taberna e hice una leve inclinación de cabeza y me levanté la capucha lo justo para que me viera el rostro. Era su casa y no quería que pensara que me estoy ocultando o que  le estoy intentando engañar mi raza.

-Cerveza y algo de comer, por favor.- Olfatée la taberna y el olor del estofado de la mesa de los elfos. -Estofado, si. Huele bien. 

Miré de soslayo la mesa de los aventureros. Mi padre me había descrito a Gudren muchas veces y ningún enano de los presentes se le parecía. Me volví al dueño y dejé una moneda en la barra.

-Perdone, jefe. ¿El nombre de Gudren le suena?

Justo cuando el elfo se dispuso a olfatear el estofado de aspecto  nada apetecibque, un enano que, aparentemente llegó de la nada inundando con su maloliente fumarola el ambiente y produciendo estrpituoso sonido en la mesa al estrellarla con su tarro, provocó una reacción inmediata y defensiva en él. Elowanher se levantó de un brinco de su banco echando su cuerpo para atrás, al tiempo que, desfundaba su daga... 

Sin embargo, no creía necesario utilizarla pues el estrpituoso enano continuó su charla que, por ahora, no sonaba ofensiva o peligrosa...el elfo entonces bajó lentamente la guardia y puso atención a las palabras de aquel enano, luego exclamó: -No estoy seguro de si buscamos o no, al mismo individuo, pero si sé que no me agrada tu tabaco, podrías evitarlo un momento o, por lo menos no arrojarlo a mi rostro, dice mientras intenta limpiar el aire con movimientos de mano abanicándolo cerca de su rostro, luego continua: Mi nombre es Elowanher, he venido en busca de un amigo pero parece que aún no llega, a quien has venido a buscar tu?.... termina preguntando esperando no escuchar lo que cree pues piensa que de ser así no podría ser un encomienda sencilla...

Luego dirige su mirada al elfo estudioso y dice: ​-es acaso, no hermano elfo que estáis en un lugar como éste por la misma razón que nosotros, en busca de un amigo o es que algo de obscuridad ha comenzado a forjar tu ser? exclama al tiempo que, entrecerrando sus ojos se acerca para mirar al elfo con mayor precisión, luego, aleja de si el estofado para regresar lo diciendo: ... y gracias por el estofado no me apetece aún cuando para los sentimentales enanos sea descortés huele espantoso... 

Isildel levantó la mirada de su pesado volumen cuando el enano pasó como un vendaval. Levantó levemente el libro al tiempo que evitaba las salpicaduras y volvió a apoyarlo seguidamente sobre la mesa. Escuchó las palabras de aquel desconocido, y eso empezaba a apestar a uno de los enredos de su viejo amigo. En el momento en que el enorme draconiano entró por la puerta sus sospechas quedaron disipadas casi por completo. Cuando este nombró a Gudren Isildel soltó un suspiro exasperado.

- Al parecer Gudren ha decidido montar una fiesta en este establecimiento. Y lo más probable es que acabe invitándonos a todos a participar de ella en algún sitio lejano y peligroso. Soy Isildel.

 Dijo con otra inclinación de cabeza hacia Elowanher

¿De que conocéis al aguerrido enano Gudren? Si es ese el sujeto por el que preguntabais hace unos instantes.

Dijo con educación ignorando las amenazas veladas del extraño y maleducado guerrero que ni siquiera había tenido a bien presentarse debidamente.

¡Bah! ¡Elfos! Siempre tan exquisitos... Dijo levantándose de la mesa, pero dejándoles de regalo otra gran bocanada de humo. 

El enano se acercó al gigantesco ser que había entrado a la taberna y había preguntado por su primo. Se plantó delante de él e inclinando la cabeza hacia arriba, le extendió la mano en la que no tenía la jarra de cerveza y le dijo. Mi nombre es Freyr. Por tus gustos culinarios, creo que me voy a llevar mejor contigo que con esos dos estirados. Ja, ja, ja, ja. Las sonoros carcajadas de Freyr resonaron por toda la taberna.

Tras saludarlo el enano dejo su jarra en la barra, se giro y se dirigió tanto al draconiano como a los elfos. Parece que mi primo está liando una buena sí. No nos queda más que esperar a que aparezca. ¡Bebamos! Freyr agarró su jarra bruscamente y se la llevo a la boca con ansia, derramándosele parte la cerveza por encima. Apuro la jarra y la volvió a dejar en la barra de un golpetazo. ¡Camarada! Gritó en enano de las montañas al tabernero y continuó hablando en común. ¡Otra jarra para mí y una ronda para mis nuevos amigos! El enano acababa de conocerlos y no es que congeniara con ese par de elfos estirados, pero si su primo los había elegido para lo que se traiga entre manos, para él ya eran sus amigos. ¡Y más estofado! Parece que a los elfos les ha gustado mucho. Ja, ja, ja, ja. Freyr volvió a carcajearse profundamente. Por un lado le hacía gracia, por otro los protegía del malhumorado tabernero y por el otro seguía burlándose de ellos. El enano estaba de buen humor y tenía hambre, por lo que varios platos de estofado no supondrían un problema y más con la ayuda del gigantón, que seguro que tenía buen apetito.

El enano volvio viendo como el grupo de elfos y el enano conversaban entre si, cuando de repente entro un hombre por la puerta, el habia sido aventurero y era grande y fuerte ... pero encapuchado ... instintivamente dirigio su mano hacia la empuñadura de Lirio su gran hacha, no era violento pero no temía a tener que luchar si era necesario. El hombre se paro delante de el y se destapo, y los ojos del enano pasaron de incredulidad a la máxima sorpresa ... - JODER ... un Draconido ... yo que pensaba estaba siendo raro de cojones tras ver a un elgo entrar en mi taberna, pero esto lo supera sin ninguna duda, hace décadas que no veia a uno de tu raza ... y algunos los mate claro, pero creo que eran cromáticos, de poco fiar ... - tras la gran sorpres del enano, retomo la compostura y su cara ruda de tabernero ... - Claro cerveza y Estofado ... aqui tienes - el enano de forma ruda sirvió la cerveza fuerte enana y un plato de estofado de caza ... con un aroma fuerte y especiado, posiblemente sea venado con algo de liebre o asi.

La sorpresa del enano no se fue del todo, ver un daconiano era muy raro, casi se podia contar con los dedos de las manos en la ciudad, y hacia tanto que no lo veia que le cojio de sorpresa ...

Perdone, jefe. ¿El nombre de Gudren le suena?

- Claro que lo conozco ... es cuñado de la prima de mi tio por parte paterna de la mujer de mi sobrino ... familia cercana vamos, hace tiempo que no se nada de el desde hace tiempo, ni de el ni de sus hermanos ... asi que de poco te puedo ayudar ..., sin embargo puede que venga pronto, si quieres esperar aqui ... tu mismo ... - 

Al rato llego el enano pidiendo mas bebida, como si invitara ... , el posadero ya veia demasiada gente ...- pon el oro en la mesa y servire toda la cerveza que quieras amigo - dijo en enano mientras comenzaba a servir las jarras solicitadas ...

Apenas emano de los labios de Isidel el nombre de Gundren, el explorador cayó  en cuenta de lo que ocurría, no podía creerlo, el enano amigo no ha enviado únicamente a por él con su mensaje sino que la invitación se había a extendido a unos cuantos más, era aquello el principio para una verdadera tertulia...

Así que, sin más, respondió sin secretos al elfo quien seguro es amigo de su amigo: Un placer Isidel, amigo de Gundren, claro que, le conozco y, lo reconozcon como amigo también, nos conocimos en los bosques de Nentir, en un mal día para mí, pues quedé atrapado en un pantanoso foso que me succionó hasta la mita del cuerpo, poco a poco comencé a hundirme más y más; las fuerzas me faltaban y el cansancio me abrazaba, cuando menos lo esperé sólo mi cabeza sobresalía, la muerte había alcanzado o al menos, eso creí, hasta que un silbido se escuchó y un enano descendió de las alturas colgado de los pies a una cuerda que pasaba entre las ramas de un árbol me cogió por el cuello y sin decir más, tiro y tiro hasta que consiguió librarme, ahora le debo la vida, así que eme aquí dispuesto a ofrecer mis servicios y por lo que veo y escuchó no somos los únicos.... Termina respondiendo al elfo de aspecto de ser conocedor de las artes arcanas...

Mientras respondía aquello no dejaba de ver las acciones del enano que nunca respondió a su pregunta y se retiro sin decir más hacia la barra donde un draconico aguardaba mediando palabras con el tabernero, luego, le ve volver sonriente y vociferante invitando bebida y comida para todos, comida nada agradable para el vegetariano elfo, pero que al ver el amistoso gesto de humeante enano o tuvo mas opción que aceptar y comer sólo las verduras que acompañan al estofado -Venga, enano fumarola, seguro sois amigo de Gundren y, por ello, amigo mío también, OS agradezco vuestra hospitalidad, comeré del estofado, no las carnes de los pobres seres que yacen inertes sobre la mesa pero si los vegetales..

Luego,se percata de la presencia del draconico a quién se queda mirando absorto, con los ojos parpadeantes pues nunca había visto a esa raza tan cecerca...

La carta me llegó un poco tarde e inmediatamente partí hacia Neverwinter, con la venia de mi maestro. Esperaba llegar a tiempo si apretaba el paso lo suficiente. Después de varias jornadas de incansable marcha llegué a mi destino, una destartalada taberna llamada 'El lirio marchito'. Era el día indicado, pero no se si la hora adecuada.

Nada más cruzar el umbral me llegó un tufo a tabaco, comida, cerveza fuerte, podredumbre... toda una mezcolanza de olores que saturaron un momento mis fosas nasales, haciendo que torciera la nariz en un gesto desagradable. Esperé un momento a que mis ojos se habituasen a luz de la posada y miré en derredor para ver la sala.

En el lado interior de la barra había un enano, seguramente el dueño de la tasca, y apoyados en ella otro de su raza junto a un dracónido.

-¡Pero qué ven mis ojos! Un dracónido aquí, fascinante. La primera vez que voy a ver uno y encima justo ante mis ojos...

En un lado, un par de hombres bebiendo y charlando. Y en una mesa sentados, un par de elfos. Uno parece un hijo de los bosques y el otro un estudioso del arte. Por lo demás, no hay nada reseñable por la sala. Parece que Gundren no ha llegado todavía.

-"Buenos días amigos, que la paz sea con vosotros."

Avanzo con paso firme hacia la barra y me pongo a un par de metros del dracónido, me fascina conocerle. Miro al camarero.

-"Muy buenas posadero, deme algo para quitar la sed de este pobre viajero. Llevo varias jornadas de caminata y estoy harto del agua de mi cantimplora. Pensándolo mejor, me puedo permitir un receso en mis obligaciones clericales, así que póngame una buena jarra de cerveza."

Me giro hacia el dracónido y el enano y me presento.

-"Hola amigos, me llamo Izmael y soy un clérigo de Lathánder."

Miro detenidamente al dracónido admirándolo.

-"Es un placer ver a un dracónido, nunca había visto a uno. La verdad es que estoy totalmente fascinado, en mi templo leí mucho acerca de su raza, sois increíbles."

Mirando ya a los dos, al enano y al dracónido, les digo:

-"Por cierto, ¿llevan tiempo en la posada? He venido expresamente a una reunión con un amigo y no se si he llegado pronto o tarde. ¿Saben si ha venido un enano bastante gruñón llamado Gundren por aquí?"

Isildel atendió con educación las palabras de Elowanher, relatando como el enano había salvado su vida en los bosques. tras reflexionar sobre la historia, mientras podían librarse de la presencia indeseada de aquel extraño, humeante y maloliente enano. Dividiendo su atención entre las pregarias de Mystra y las palabras de su acompañante sonrió.

- Gundren siempre tuvo la bendición de Tymora para llegar en el momento oportuno. Aunque no dice mucho en su favor que un experto montaraz acabara en medio de una ciénaga de arenas movedizas. Y si he de suponer que todo esto es una excursión montada por nuestro amigo común, lo más seguro es que seáis nuestro guía.

Entonces entró el clérigo humano, de brillante armadura y efusivos modales. Como todos los acólitos de Lathander pareció que un rayo de sol había entrado en la taberna. Si Grunden había invitado a más aventureros y conocidos pronto iban a tener un serio problema de espacio. Sería imprudente revelar más de lo necesario así que decidió seguir estudiando sus oraciones.

Dirigió una mirada de respeto ante el sacerdote y comentó en pocas palabras.

- Todos estamos esperando a Gundren, no creo que tarde mucho en llegar.

Si tenía que hacer gala a su fortuna y su leyenda, Grunder llegaría justo instantes antes que la situación se descontrolara.

Ladee la cabeza al venírseme encima el enano vocinglero. Entreabrí la boca, mostrando los colmillos puntiagudos y afilados y formulé una sonrisa abierta. Cogí su mano y la estreché con firmeza. -Con gusto te acompañaré.

Recogí mi plato y asentí con un gesto al tabernero para agradecerle sus palabras. Dos elfos, un enano y un draconiano. Un grupo extraño cuanto menos.Parecía que Gudren estaba reuniendo una pequeña plantilla para hacer algún trabajo. Me lo figuraba por su carta pero no sabía que tendría compañía. Mejor así. El trabajo será mas cómodo entre varios, o al menos mas ameno. El tabernero volvió con la comanda y la revelación de su parentesco con Gudren.

-Ya veo... Uña y carne.-Comenté sorprendido dando un sorbo a la cerveza enana, asintiendo ante el robusto sabor.- Las familias enanas son mas extensas que las draconianas.- Fruncí el ceño ante la mención de draconianos cromáticos. Podría indicarle que el color cromático de un draconiano no es mas indicativo de maldad que el tono de piel de los humanos o el pelo de los enanos, pero estaba cansado de repetirlo en el pueblo, así que dejé escapar un bufido.- Esperemos que se lo merecieran pues.

Me iba a buscar un sitio donde sentarme, jarra en una mano y cuenco de estofado en la otra cuando un clérigo entró en la taberna.- El gusto es mio. Soy Ardrian.

No pude evitar hincharme un poco ante las palabras del clerigo.- Bue-Bueno. Todas las razas tienen su lado bueno y malo, supongo. Pero me alegra que se aprecien las cosas agradables, Portador del alba.

Freyr saco su bolsita de monedas y seleccionó las justa para pagar lo que había pedida. Jugueteó con ellas unos segundos y cuando el enano gruñón miró le dijo en enano montañés. ¡Aquí te las dejo primo! Golpeó la barra con la palma de la mano haciendo un sonoro ruido metálico por las monedas que llevaba en la mano. La sonrisa de Freyr era enorme, le había hecho gracia que se considerara a Gundren familia cercana, por lo que se dispuso a seguir la broma.

Para explicar al tabernero la gracia antes de que contestara, el enano se giro al elfo y haciendo honor al mote que le había puesto respiró una gran fumarola de humo antes de responderle, está vez evitando que le molestara. ¡Claro que es mi amigo! Pero no sólo eso, Gundren es mi primo hermano, ¡familia cercana! Ja, ja, ja, ja. Las cortantes carcajadas de enano volvieron a resonar por toda la taberna. Como lo que te guste, para mi que comas ya es un logro. Freyr esbozó una gran sonrisa de satisfacción. Aunque no entendía muy bien hasta dónde iba a llegar la exquisitez de los elfos, no dijo anda, simplemente lo pensó. Habrase visto, no comer carne... ¿cómo va a tener luego energía para la batalla?

La entrada de un humano de reluciente armadura interrumpió las conversaciones y llevó toda la atención a él. Freyr lo observo detenidamente y le pareció un buen hombre, siendo clérigo no podía ser de otra manera, sin embargo, semejante beatería simplemente para saludar le enervaba.

Al enano le sorprendía que todos fascinaran con el Draconido, sabía que era una raza poco común, sin embargo, al ser fuertes guerreros, había visto a varios de ellos por su trabajo de herrero, por lo que no era tan sorprendente para él.