Partida Rol por web

- Concuerdo con Dastar y como había dicho antes les acompañaré hasta el lugar, antes de irme por mi cuenta-

Inspecciona el interior de su bolsa, la que antes había usado para soplar unos polvos y dormir a los goblins. Entonces mira al señor Barthe.

- Señor Barthe, no creo que posea algún tipo de cristal, bastón o varita...así que me gustaría reabastecer mi suministro de componentes alquímicos y adquirir unos cuantos más que no poseo. Sería de mucha amabilidad el vendérmelos. Necesito carbón vegetal, incienso, hierbas y un brasero de latón. Un poco de arena fina y pétalos de rosa.

- También necesitaría un poco de alcohol o licor destilado. Compañeros, ¿me podrían conseguir un poco de la posada? Si es que el señor barthe no me lo puede facilitar por supuesto...- 

Continúa haciendo peticiones de materiales raros como incluso un grillo muerto antes de arrepentirse y ver a rosco como pensando que este podría conseguírselo y tal.

- Ah...y una tienda de campaña personal sería de mucha ayuda.-

Efectivamente, Barthen no dispone de artículos relacionados con la magia, pero sí cuenta con la mayor parte de los componentes que precisas, excepto la arena y los pétalos de rosa. Sin embargo te indica que probablemente Garaele disponga del resto. Así pues, te abasteces con lo necesario para ejecutar los nuevos hechizos de tu libro de conjuros.

Dastar y el resto de la comitiva os dirigís a la posada Colina de Piedra. Laor se despide y sigue hacia la plaza del pueblo, donde se encuentra el Santuario de la Suerte.

La posada es una construcción de dos plantas hecha de mampostería de piedra y toscos maderos. La sala comunal está llena de parroquianos que acaban de cerrar sus negocios, empinando jarras de cerveza o sidra mientras os observan al pasar. Un humano de mediana edad y bajito se presenta como Toblen Piedracolina y toma nota de vuestras necesidades: comida, bebida y una habitación por cabeza.

Podéis hacer una tirada D20 a ver si escucháis algo de interés. También podéis preguntar al posadero.

El santuario es un pequeño templo toscamente construido con piedra que tiene un relieve de Tymora en la fachada. Cuando accedes ves a una elfa prendiendo unas velas que iluminan débilmente la estancia. Una hilera de bancos de madera en el centro de la sala aparecen encarados hacia una especie de altar. Sin volverse para ver quién ha entrado, la elfa rompe el apaciguador silencio.

- No esperaba encontrarme con un elfo en Phandalin. - y se vuelve sonriente.

- Y el elfo tampoco esperaba estar.- A su sonrisa asiente solemnemente cerrando los ojos en señal de respeto antes de volverle a ver. 

- Pero el señor del conocimiento así lo quiso... esperaba poder contar con su ayuda y la dama de la suerte en este sagrado lugar, Bienaventurada hermana Garaele- se acomoda la capa mientras da un vistazo al sitio.

- Debo encontrar el santuario profanado y al amigo que raptaron unos goblins. Oghma me habló sobre usted...supongo que no puedo ser tan afortunado para pensar que tymora le hablo sobre mi. En todo caso soy Laor Nairiel, acólito del conocimiento de la orden de nuncainvierno, espero la suerte de la diosa este de nuestro lado, la necesitaremos para el éxito de nuestra empresa y el bienestar de nuestro amigo-

-Tambien buscaba unos cuantos materiales pero eso puede esperar. Además de alojamiento lejos del alboroto mundano, pero entiendo que tal vez no pueda ser.- dió un último vistazo alrededor y volvió a asentir en respeto. 

- Intentaré soportar la posada en ese caso-

Rosco ha estado mas callado de lo habitual desde que llegaron a la aldea, pero en cuanto entran en la posada vuelve a soltarse la lengua, hacia tiempo que no sentía el olor a comida recién hecha, el vino y la cerveza corren de mano en mano.

-Vamos amigos, esto hay que celebrarlo. Ha sido una aventura bastante divertida ¿no creeis? - alza su jarra de cerveza - ¡esta ronda la pago yo! - el mediano apura una jarra de cerveza casi de un solo trago. - Que lastima que el mago tuviera tanta prisa, ¿por qué esta tan interesado en un templo religioso?, pensaba que eso era cosa de clerigos.

Sonrie mientras mira al resto de clientes de la taberna, relajandose un poco junto a sus compañeros, se siente a gusto de nuevo en su hogar, y tiene ganas de regresar a casa de tu tia.

-Un par de rondas mas y os dejare amigos, volveré a reunirme con vosotros aquí para retomar nuestra aventura y rescatar a ese gruñón.

Dwalin entro en la taberna junto al resto del grupo y tomo asiento. Habia bastante gente sentada a su alrededor. El clerigo dio un sorbo a su cerveza, estaba a temperatura  ambiente, justo como a el le gustaba.

Vaya, parece que todo el mundo tiene planes. No os culpo, id si teneis que ir. No si en esta taberna se celebra algun tipo de torneo de dardos o pulsos, pero seria interesante participar si el premio merece la pena. Que decis, os apuntais? 

Puedes apreciar en ella que parece estar exhausta. Probablemente sea más joven de lo que aparenta, teniendo en cuenta que es una elfa.

- No es necesario, Laor Nairiel. - contesta la sacerdotisa cuando insinúas volver a la posada - Tymora acoge a todos sus hijos por igual, sin excepción.

La Hermana Garaele te muestra una salita apartada con una manta en el suelo junto a una velita. 

- Aquí puedes descansar. Haré cuanto pueda para conseguir esos componentes de alquimia. Sin embargo, Tymora no me habló de ti, al menos no concretamente... Pero ya conocemos a los dioses, verdad? A veces pueden ser muy caprichosos. - te sonríe con complicidad.

- Mira este pueblo, por ejemplo. Tantos años de trabajo y esfuerzo por salir adelante... y ahora no hay esperanza de que Phandalin se libre de la Marca Roja. - un gesto apesadumbrado aparece en su rostro durante un instante.

- Pero dime, Laor Nairiel, qué te dijo Oghma que yo podría hacer por ti?

- Es una grata noticia, el lugar parece acogedor, pero más importante, silencioso... Será más que suficiente.- dicho eso busca un banco y le invita a sentarse notando su fatiga. 

- He venido aquí por ayuda, pero veo que se encuentra cansada... hábleme sobre esa marca roja que menciona, tal vez podamos ayudarnos mutuamente.-

- Por mi parte... buscaba que me aporte algo de conocimiento sobre lo que sepa del paradero o situación de un tal Castillo Dienteroto o bocapeñasco, tal vez sea el mismo. En cuyo caso es el lugar donde el altar a oghma fue profanado y mi amigo fue llevado.-

- Ah, una última cosa. ¿Sabe algo sobre un tal araña negra?-

Sentado junto a sus compañero comparte la comida y las bebidas que les ofrecen  en la posada Colina de Piedra. Dastar bebe y come e intenta relajarse escuchando a Rosco y a Dwalin. Pero también presta atención a los demás clientes, para saber si escucha algún comentario o señal que les sirva de ayuda para encontrar al enano.

La Hermana Garaele se sienta junto a ti en uno de los bancos de madera.

- Conozco los hechos del altar profanado de Oghma, pero desconozco su ubicación exacta, más allá de que se encuentra en algún punto al sur del bosque Nuncainvierno. - tras pensarlo unos instantes dice - Pero sé de alguien que podría saberlo.

Tras un breve silencio continúa.

- La Marca Roja es un grupo de bandidos y delincuentes que se ha instalado en Phandalin. Extorsionan a los ciudadanos y aprovechan la falta de seguridad para amedrentar y amenazar constantemente. La verdad es que tienen a la gente muy cabreada, pero son demasiados y deben tener algún líder, pues están bien organizados. Me suena haber oído el nombre de esa Araña Negra relacionado con la Marca, pero no podría asegurarlo.

Volviendo al tema del castillo.

- Creo que el druida de Nuncainvierno, Reidoth, podría ayudarte, Laor Nairiel. Desconozco su ubicación exacta pero pasa por Phandalin una vez a la semana. Podría concertar una cita con él, siempre viene al Santuario a solicitar Fortuna a Tymora. Es un hombre muy devoto.

En medio de la muchedumbre que abarrota la posada podéis llegar a escuchar algunos rumores de interés local.

Por ejemplo, oís algo de la Marca Roja. Algo sobre el hartazgo de los habitantes de Phandalin para con ese grupo de villanos que mantiene en jaque al pueblo.

También escucháis a un reducido grupo de hombres, sentados cerca de vuestra mesa, que aseguran haber visto una bandada de asaltantes orcos en alguna parte del Camino a Triboar (por el que habéis llegado a Phandalin). Parece ser que el burgomaestre del pueblo está buscando a quien se encargue de ellos.

El tema de la Marca Roja parece el más recurrente. Al parecer asesinaron a un tal Thel Dendrar y secuestraron a su mujer e hijos. "Unos rufianes, eso es lo que son." - sentencia la mujer que hablaba del tema.

Y poco más que hacer en la posada. Si queréis comentad algo sobre vuestros personajes antes de que se vayan a la habitación. Si no, me llevo a Rosco a la granja de su familiar.

- Entiendo lo que le preocupa hermana. Se lo mencionaré a mis compañeros, hay un par interesados en encargarse de ese asunto personalmente, seguro habrá algo que podamos hacer. 

- Sobre el Druida,. es una grata noticia, sería de mucha ayuda si puede concertar esa cita. ¿Pero está ya en el pueblo? Me temo no puedo esperar más que hasta mañana.

Entonces se levanta y se acerca al cubículo para sentarse en la manta.

- Descanse tranquila, nos encargaremos. Hasta el nuevo sol- 

Garaele asiente complaciente aunque no cree que el druida vaya a pasar por el pueblo pronto. 

- Siempre que viene hace una larga visita a la granja Hoja de Aliso. Qelline es una amable anfitriona y parece saber todo lo que pasa en Phandalin. Tal vez pueda proporcionar más información que yo, mi querido Laor Nairiel. Que Tymora te proteja.

La puerta desgastada de la salita se cierra tras Garaele con un breve crujido y el sueño no tarda en llegar. Tal vez Tymora os bendiga y tengáis una próspera búsqueda al amanecer.

Has sido bendecido por Tymora. Ganas temporalmente el estado Afortunado, que podrás usar hasta tres veces para añadir 1d6 a cualquiera de tus tiradas. 

Cuando llegas a la vieja granja de tu tía Qelline compruebas que está un poco cambiada. Su pelo, antes castaño, se ha vuelto blanco en los últimos años en los que has estado ausente. Sin embargo, sigue manteniendo la jovialidad, amabilidad y carácter de antaño.

- Rosco? Pequeño bribón, ven aquí!! - Qelline te abraza y zarandea - Déjame verte, te has convertido en un auténtico galán. Cuenta, cuéntame que has hecho todos estos años, mi querido chico.

Tras negar comida caliente, pues acabas de abastecerte adecuadamente, Qelline prepara un par de infusiones de hierbas aromáticas y pasáis un buen rato conversando del pasado y el presente, y tal vez algo del futuro respecto a Phandalin.

- Esos bandidos de la Marca Roja llevan de cabeza al pueblo. Con lo que le ha costado a esta buena gente levantar el asentamiento y dejarlo a buen recaudo!!

Tras haber escuchado algunos rumores que circulaban en aquella taverna, Dwalin miro a sus compañeros que tambien seguian atentos a aquellos rumores.

La Marca Roja... Nunca he oido hablar de ellos, pero no soporto que se cometan abusos sobre los mas debiles. No se si estara todo esto conectado con la desaparicion de Gundren, pero puede que sea una buena oportunidad para ganarnos el respeto y la confianza de la gente de este pueblo.

Dwalin dio un ultimo sorbo a su jarra de cerveza.

Estamos todos bastantes cansados, tal vez deberiamos discutir este plan mañana por la mañana. 

Tras asentir y agradecer a sus palabras y pasar su tiempo en meditación, se despierta o sale del trance temprano en la madrugada. Ya reconfortado, saca su libro y lo que había comprado, estudiando, quemando algunas cosas en el bracero de latón, pronunciando algunas palabras, mientras va esparciendo polvos y demás cosas en un ritmo ceremonioso hasta que del fuego sale un ave de llamas blancas que se materializa en un cuervo albino.

- Bienvenido al mundo...- dicho esto pasa una mano sobre él y hace que se vuelva a consumir en llamas plateadas.

En la mañana, tras el estudio y el ritual, se acerca a la entrada del santuario y pasa a convocar a la criatura nuevamente. La dea libre, volando por el pueblo, entonces está listo para partir hacia la taberna y comprobar si sus compañeros también lo están. 

Pero antes, le dice unas últimas palabras a Garaele.

- Gracias por todo, volveremos a vernos si los dioses así lo quieren.- inclina la cabeza con respeto y sale.

Rosco bebe unas rondas con sus compañeros, y tras quedar con ellos para retomar las aventuras se despide para ir a casa de su tia, hace mucho que no la ve y tiene ganas de volver a verla y darle un abrazo.

Rosco le da un abrazo a su querida tía, esta algo cambiada pero esos ojos siguen siendo los mismos, además ese olor a comida recien hecha le trae recuerdos de su añorada infancia. Aunque acaba de comer, no puede evitar dar cuenta de uno de los bollos de miel de su tia, recien hechos. Se le saltan las lagrimas cuando siente el sabor de esta delicia.

-!Tia! ¿Como estas? tenia muchas ganas de volver a verte, he estado ciertamente ocupado, el trabajo me ha tenido de un lado a otro, tengo mucho que contarte. - se deja zarandear y pellizcar, se siente confortado de volver a su hogar.

Le cuenta historias, de sus viajes, sus aventuras, algunas ciertas, otras inventadas, pero tia Quelline le escucha con una sonrisa en la boca, sin poner en duda ninguna de sus historias. Luego escucha con preocupación la historia de esa Marca Roja.

-No es la primera vez que escucho eso tia, en el pueblo también hablan de esos bandidos, cuentame lo que sepas, ¿se sabe quien es su lider? ¿Las autoridades no hacen nada? 

La verdad es que no ves o aprecias nada fuera de lo normal, más allá de la geografía circundante a Phandalin. Esta se encuentra sobre una pronunciada colina, y hay montones de ellas en derredor. Estas a su vez se hallan rodeadas de praderas verdes hasta sus límites, que al norte choca con el camino de Triboar, rodeada de maleza y más allá comienza el frondoso bosque de Nuncainvierno. Al sur tienes las altas escarpaduras y los cerros de las Montañas de la Espada, que se extienden por el oeste hasta casi lindar con la mar.  A las faldas de la montaña aprecias multitud de caminos naturales, formados con el paso del tiempo por carretas y caballos que van y vienen de las numerosas minas que abundan la zona. Al oeste, más allá de la tierra, puedes contemplar el infinito Mar de las Espadas, y diminutos puntos moviéndose por la Carretera Alta.