Partida Rol por web

Al alba cuando aún no ha amanecido y tan sólo un leve resplandor se ve en el horizonte con un poco de dolor de cabeza por las pocas horas de sueño y la ingesta de cerveza, os encontráis todos en la puerta de salida de la ciudad esperando a la llegada de todos los integrantes de la expedición. Cuando llegan los primeros aún no hya nadie, tan sólo los guardias que acaban su turno en unas horas y ya sufren el cansancio de la noche en vela. Algunos os empezáis a preguntar si Erik Hunar no va a aparecer y todo ha sido una fea broma del destino...

Cuando oís unos relinchos equinos y unas pisadas de varios animales fuera de las murallas de la ciudad, los guardias se enderezan y se asoman a mirar quien va o que sucede. El sargento levanta una mano hacia sus soldados que vuelven a suposición de descanso cuando este les dice:

- Tranquilos es Hunar que viene con sus pertrechos de viaje.

Al poco podéis ver a Erik Hunar montado en un pony de viaje seguido de tres animales más de esta especie y de tres caballos y un par de mulas cargadas con enseres para el viaje (tiendas, mantas, víveres, cerveza, etc).

Cuando llega a la puerta y os ve saluda con la mano.

- ¿Listos para el viaje, aventureros? Escoged montura y partamos cuanto antes. El camino es largo, cuanto antes salgamos, antes llegaremos.- sonríe, se le ve contento y más joven que la noche anterior, lleva guantes de cuero y el hacha de batalla a la espalda.

Estiro los brazos, desperezándome,´ufff estas noches pasan factura, con la boca reseca y la cabeza zumbándome, me echo agua y bebo algo, elijo uno de los ponys - Todo un detalle de vuestra parte, proporcionarnos monturas para el camino - preparo mi equipo, la espada a mano y el escudo a la espalda, miro al resto de acompañantes, viendo en todos la emoción ante el incierto camino que vamos a emprender. Espero que la suerte y todos los dioses nos sean propicios.

—Buenos equinos tines ahí Erik, si me permites creo que me quedaré con un poni— sabiendo que sería una estupidez total el intentar subir a un caballo y lo único que provocaría sería una carcajadas generales en el grupo. Escogí uno de los ponis el marrón con manchas blancas el cual remataba con una trenza en la cola.

Los primeros rayos del nuevo amanecer me ayudan a levantarme, con el alba, notando un leve dolor de cabeza fruto de la noche anterior. La velada se extendió más allá de la media noche mientras el grupo del que ahora formaba parte unía lazos a base de historias, anécdotas ... y cerveza. Apenas si había probado aquel espumoso mejunge pero mi organismo, poco acostumbrado a ello, ya aquejaba tal despropósito.

Me aseé en la jofaina con dedicación y esmero, púes no sabía cuando podría volver a disfrutar de los placeres de un lugar donde reposar los huesos y limpiarme como era debido. Tras aquello, aun con el rostro soñoliento, me arrodillé y entoné las oraciones matutinas orando por el bienestar de la pequeña comunidad que emprendería la marcha hacia las lejanas montañas de los enanos

Tras un frugal desayuno, con el establecimiento casi vacío a excepción de un par de parroquianos muy madrugadores y dos de los enanos, salí al exterior donde pasados unos minutos apareció nuestro guía y heredero de la corona de Mordin con una retahila de monturas y víveres más que destacables.

Buenos dias Erik. Glowny, Koraz- dije afablemente al trío de enanos - Bonitos animales, fuertes y saludables... creo que me quedaré con uno de estos robustos ponis en favor de evitar percances - dije pensando en que muy dificílmente Snivean, y mucho menos Danja, aceptarían montar en uno de aquellos mansos animales - Además, lo mío no es combatir a lomos de un equino y siempre es más fácil bajar de un poni- sonreí acercándome al animal y palmeandole cariñosamente el cuello

Aparezco desde un callejón y me acerco  saludando con la mano, sin mediar palabra me acerco a uno de los caballos y l o acaricio un poco; tras haber cargado mis cosas subo en él listo para partir.

Mi pelo desaliñado demostraba que no habia puesto demasiado interes en arreglarme, aun tenia un poco la cara de estar dormida aun que era normal, entre la excitacion de la nueva aventura y que sin darme cuenta habia bebido demasiadas cervezas cuando me habia levantado esta mañana tenia un dolor increible de cabeza, en realidad habia tenido de muy peores en competiciones de quien podia beber mas, en las cuales acostumbraba a ganar menos cuando me enfrentaba a algunos enanos, que parecian capaces de absorber mas alcohol que una esponja en un desierto.

Bostece pesadamente mientras me acaba de colocar bien mi armadura, me la habia puesto deprisa y corriendo al darme cuenta que me habia quedado un buen rato transpuesta en la cama, pero me gustaba demasiado dormir, siempre ha sido uno de mis grandes defectos, a causa de ello mi apariencia actual no era demasiado femenina, a veces parecia mas un chico de cabello largo que una chica con costumbres de hombre.

-Buenos dias a todos- Dije perezosa mientras me acercaba medio dormida a uno de los caballos que habia traido el enano y comenzaba a poner algunas de mis cosas de equipaje en el, era raro ya que a pesar de estar poco arreglada, mi Bastarda continuaba perfectamente puesta en mi cinto a pesar de su tamaño, como si fuera lo unico que me importara realmente que estuviera bien... En ese momento hacia falta destacar que era perfectamente visible mis armas, una ballesta ligera colgando del otro lado de mi cinto sin cargar junto con los virotes en un carcaj el lado y una lanza en mi espalda eran las principales armas de destacar, aun que aun tenia alguna oculta.

Cuando termine de aligerar mi equipaje en las alforjas del caballo me colgue de la espalda lo que quedaba quedando puesta de una forma extraña sobre la lanza, aun que ya estaba costumbrada y no era incomodo para mi.

Me despeje un poco y comence a intentar subir al caballo, tenia practica asi que no me costaria mucho mientras decia algo a los demas.

-Venga... Vamos... Que...- Volvi a bostezar pesadamente mientras me intentaba acabar de subir al caballo, cuando llegara alli me frotaria los ojos a ver si conseguia desvelarme un poco mas.

Buen dia para comenzar un viaje, preciosos animales, Durcan se acercó a los ponies y los acarició lentamente....escogio uno de los que aun estaban libres y montó sobre su lomo esperando a que la comitiva comenzara el viaje. Quizá deberiamos avanzar en formación, ya que somos un buen numero...tres delante, dos detras y uno en cada lado vigilando los flancos, no me gustaria ser sorprendido por un grupo de bandidos...

Erik os saluda a todos con una amplia sonrisa y tras las palabras de Durcan responde:

- No está mal, auqnue el camino no es peligroso por lo menos hasta el fuerte o cuando entremos en tierras más salvajes y abruptas. Pero nunca está de más prevenir, todo enano que se precie, debe hacerlo así si queire vivir lo suficiente.

Tal y como había previsto mis compañeros siquiera se habían molestado en mirar los ponis, dedicándose por entero a los caballos provocándome una medio sonrisa. En el fondo tomos éramos más o menos previsibles.

Asentí ante las palabras de Erik y Durcan y me coloqué en vanguardia a la espera que el resto se colocara en su posición; tenía ganas de dialogar con Erik y ver que entresijos escondía la famosa montaña mientras hubiera tiempo de dialogar con calma

Tras cinco días de viaje en el que habéis dejado a vuestra derecha el gran menhir de los Ancestros, rodeado las Quebradas del Este y ver la inmensa fortaleza del Castillo de Ermegar, para seguir el camino que cruza Llambría (un inmenso robledal) y el bosque entre Llambría y el Carcavón de los Druidas. Habéis llegado a la mitad del trayecto, al campamento Pegrin, a la sombra de las inmensas montañas de Cuencatroll, donde os disponéis a pasar la noche y descansar antes de partir hacia la costa para rodear la cordillera y llegar a Lomas Brumas donde se encuentra la legendaria ciudad enana.

Tras cinco días de viaje mis posaderas necesitaban un descanso. Ate el pony a un árbol cercano y  mire al grupo. Debíamos instalar el campamento y no se si la zona sería tan segura como para no establecer turnos de vigilancia, deseaba escuchar alguna historia de mis acompañantes mientras llenaba mi estómago, así que decidí esperar a que se organizarán, dispuesto a ayudar en lo que hiciera falta.

Erik mira a Koraz y le dice:

- No tendremos que montar campamento alguno hoy, dormiremos en el interior del campamento Pegrin, nos esperan y así recuperaremos el sueño y el cansancio del camino. Hoy no tendremos que hacer guardia y podremos dormir a pierna suelta bajo la vigilancia de los soldados del duque.

—Me gusta como suena eso, por fin un lugar para descansar sin turnos de guardias. ¿Los que nos esperan son amigos tuyos Erik?—

Tras 5 dias sin emitir apenas ninguna palabra llegamos a nuestro destino, cuando paramos desciendo del caballo y lo acaricio un poco mientras los demas discuten que hacer, al parecer dormiremos bajo la protección de un duque, fruncio el ceño ante ese comentario, no le gustaba para nada la nobleza y la verdad es que preferia no tener tratos con esta pero tampoco debia ofender a nuestros anfitriones...

- Eso suena perfecto, poder dormir a resguardo y tranquilamente es un lujo que pronto echaremos en falta- conteste a Erik, el resto del grupo pareció alegrarse, excepto Snivean, el elfo no terminaba de integrarse en el grupo, esa noche esperaba poder conversar con él, ver si nuestra compañía le resultaba molesta o era su forma natural de ser, pero en breves jornadas todos tendríamos que tener total confianza en quien vigilaba nuestras espaldas.

Erik mira a Glowmy:

- Ni amigos ni enemigos, son soldados y están aquí para proteger a los viajeros, así que... Además podremos cambiar nuestras monturas y obtener nuevos víveres frescos aunque aún tengamos raciones de viaje.

Una agradable travesía de cinco dias, sin un solo percance a destacar salvo el mutismo del elfo, nos condujeron a las puertos de las tierras de un duque al que al parecer Erik conocía lo suficiente para garantizarnos que podríamos dormir sin tener que preocuparnos de nada que no fuera el merecido descanso. Durante el trayecto aproveché para conversar con Erik, intentando indagar algo más de nuestro destino

Y dime, Erik. ¿como fue posible la toma de la fortaleza por parte de trasgos? tenia entendido que semejantes plazas fuertes eran casi inexpugnables, no llego a concebir que simples trasgos pudieran ellos solos dar con la solución...- tras una breve pausa para dejarle hablar prosigo - Ya veo... y sobre la montaña en sí, la fortaleza, ¿tenemos que tener alguna precaución especial en cuanto a trampas de los enanos de antaño o criaturas que se sepa que ahora moran allí?

Asimilo lo que me pueda decir Erik y, pasados unos minutos vuelvo a la conversación teniendo mucho cuidado en no ser grosero o maleducado

Sobre el abandono de la ciudad ¿no había nadie que os pudiera prestar auxilio para recuperarla? ¿No se han organizado expediciones para intentar retomar, aunque fuera, los niveles superiores? La riqueza y el poder que emanan de ese lugar deben de ser impresionantes... - di un respiro imaginándome el lugar mientras Erik me contestaba, abordando la verdadera inquietud que tenía - ¿y no sabrías, por casualidad, si hay en nuestro destino algun objeto o lugar sagrado que haya podido ser mancillado? Maelgor, mi Dios patrón, me ha encomendado ir allí y aun no logró dilucitar el motivo y dudo que sea únicamente para erradicar seres tan mezquinos como los trasgos

Tras la conversación desmonto junto al resto de compañeros y me aseguro de que mi pequeña montura sea bien atendida y me encamino junto al resto hacia el interior donde tenía toda la intención de darme un buen baño para quitarme el polvo del camino

Días de ir a caballo acaban con cualquiera, a pesar de ello conseguí mantener más o menos el rito, no estaba demasiado acostumbrada a ir en caballo así que tengo que admitir que era bastante incomodo pero entre los descansos y alguna parada ocasional para que los caballos bebieran más o menos conseguí sobrevivir a la experiencia, ya que normalmente me gusta ir a pie a los sitios aun que sea más lento.

Así que cuando el enano que nos guiaba hablo sobre que podríamos tomar un descanso en un sitio decente antes de llegar al lugar donde nos dirigíamos en el interior me anime de golpe, sin duda sería la última vez que tendría la oportunidad de dormir en un sitio cómodo antes de que comenzara aquella aventura que llevaba días ya planeando mentalmente.

Me pregunta cuales serian los peligros de aquel lugar y a pesar de intentar recordar alguna cosa más, pocas cosas venían a mi mente sobre la montaña Robada, así que en aquella ocasión aun pensativa sobre el tema no me pronuncie ya que estaba contenta y no tenía ninguna alegación o duda importante.