Partida Rol por web

Habían pasado muchas horas y sin darse cuenta fuera ya era de noche. En el templo no había nada nuevo por descubrir, solo por hacer.

Erick no es capaz de encajar el saqueo del mago al difunto rey de la antigua ciudad de Io. Cuando el mango dice "Por... por un momento creí que...". Erick despierta de su asombro y contesta algo Hosco.

-Te lo hubieses merecido.

Tras el deshonroso suceso, Erick se dedicó a deambular por la sala, buscando más posible información, al tiempo que Damaia hacía un mapa. De repente escuchó unas voces provenientes del exterior. Con todo el descubrimiento, habían descuidado un poco su seguridad.

- Oís eso?- dice susurrando.

Cita:

- Siiiiiii - dice casi olvidandose susurrar debido a la emoción. - Por fin un poco de acción. Ya me estaba cansando de traducir cuentos de viejos muertos. - Alza el hacha mientras en su cara asoma una sonrisa. Claramente no espera ningún aliado en esta maldita isla.

 Erick mira a Damaia, con el escudo ya embrazado y la lanza preparada, por si acaso.

-A tus ordenes Damaia, pero ordena algo. - dice con cierto nerviosismo.

Heskan se gira hacia Damaia sujetando su hacha con ansia - ¿Capitana? - susurra bajito. Espera que Damaia de la orden de cargar y no se decida por charlas aburridas con los recien llegados. Después de traducir tantas chorradas antiguas, cree justo que tenga algo de diversión.

Al ver como sus hombres se ponen en guardia Damaia prepara su escudo y su nueva espada en direccion a la entrada del lugar como esperando un ataque inminente, ve que sus hombres esperan instrucciones.

-Muy bien, parece que esta ciudad no estaba tan abandonada como en un principio parecia. Avancemos con precaución. No sabemos si los que quedan aqui seran tan hostiles como los que encontramos en la jungla.

El grupo avanza hacia la entrada y, con la oscuridad de su parte, se asoman al exterior con precaución.

Desde su elevada posición el grupo alcanza a ver tres figuras humanoides semejantes a hombres-lagarto. Dos de ellas van cargadas con lo que parece ser un hombre-lagarto campeón ya muerto, sujetándolo uno por los hombros y el otro por las piernas y avanzando hacia donde se encontraba la tercera misteriosa silueta, esperando impaciente cerca de la estatua del dragón. Cuando sus compañeros llegan a donde él este empuja la estatua y la hace deslizarse a un lado, descubriendo una entrada secreta por la que lanzan el cuerpo. Tras lo que parecía ser una tarea, los tres personajes se retiran de la plaza sin cerrar la trampilla.

Heskan sonrie, - Capitana, creo que eso es una invitación en toda regla para que les acompañemos - susurra. El tono de voz es animado, por fin hay algo de acción y menos estudio de polvorientas tumbas y escritos. Acción por la reina cuervo, eso es lo que le pide el cuerpo.

Gaaki sacudió la cabeza con gesto de rechazo y habló en voz baja.

—Esta es una invitación a largarnos de aquí. Ya he tenido suficiente de los primos de Heskan. Damaia tiene su espada y Alain su ropa nueva. Yo creo que ya podemos irnos, ¿no?

 Alain guardaba silencio, pero estaba preparado. Se mantenía en segunda línea y movía los dedos de la mano, inquieto, dispuesto a lanzar un proyectil arcano si era necesario.

- ¿Qué habrá en esa trampilla? ¿Por qué han tirado el cuerpo? 

Como el resto del grupo Damaia observo la situación con cautela, intentando organizar pensamientos en su mente.

Parece ser que esta ciudad no esta tan abandonada como parecia en un principio.

Cita:

-Bueno, estos no parecen ser unos salvajes, viven en una ciudad y no se comen a sus victimas, tienen un ritual de entierro o eso parece. Tenemos que actuar con precaución, primero veamos que hay en ese pasadizo, luego trataremos de observarlos a ellos para hablar. Si son civilizados puede que sea nuestra unica opción de salir de la isla. Debemos tener esperanzas.

El grupo baja las escaleras y siguen caminado hasta llegar otra vez al lado de la estatua y el pasadizo secreto que hay frente a él, un agujero oscuro que resuena con el murmullo de agua y de pisadas sobre charcos que se alejan poco a poco.

Tras el hallazgo y volver a ver el gravado de la estatua todo parece tener algo más de sentido: “Bajo sus garras la ciudad está segura…”

 El arcano volvió a entonar unas breves palabras mágicas para hacer luz sobre la oscuridad reinante.

- ¿Algun voluntario? - Alain sonrió con sarcasmo, dando a entender que no iba a aventurarse el primero

 Erick quedó fascinado...como no se habrían dado cuenta antes, ahí estaba la clave "bajo sus garras". De la emoción se había abstraido un poco, hasta que escuchó a Alain, y casi como un acto reflejo se puso de primero, ando unos pasos por la escalerilla y dijo:

-Me seguís?

- Claro - dice Heskan con una sonrisa. Da la espalda rápidamente y con alivio a la tumba y los grabados, por fin algo de acción. Su sonrisa se amplía.

El entusiasmo parecía contagiarse pues el mago invitaba a bajar mientras que el paladín ponía el primer pie en la escalerilla del túnel. A pesar de que Gaaki rezongaba e insistía en marcharse, el resto del grupo parecia estar decidido a explorar hasta el último rincón de la isla.

 Erick puso su escudo por delante como gesto reflejo, pero no puso su lanza en posición de ataque, respetando el "no-ataque" del extraño lagarto. Retrocediendo unos pasos, hasta poder ponerse a una distancia mínimamente prudencial, el elfo intentó comunicarse.

-Hola, entiendes mi idioma? - procuró decir lo más cordialmente posible.

Luego, con un gesto de la mano, dijo a Heskan.

-Traduce por favor, este parece mas prudente o mas pacífico que lo que nos hemos encontrado hasta ahora, quizá te entienda a ti y nos pueda dar información útil.